Capítulo 30
Antes de darme cuenta, habíamos llegado al Palacio. El rey me llevó ante el jurado. Una vez resuelto el caso, sería él quien dictara sentencia. Observé que entre los testigos estaba Luke. Me puse pálida. Mi corazón empezó a latir más fuerte conforme notaba su mirada de reojo que denotaba frialdad e ira. Tenía más miedo de Luke que de Charles. Pero prefería a Luke antes que a Charles.
Ambos podían ser "acosadores" pero Luke nunca abusaría de mí cuando Charles sí que tomaría posesión completa de mí. Lo único que no tendría sería mi corazón. Sin embargo, había empezado a simpatizar con Luke... Todo iba bien hasta que mi ex prometido me encerró en el vestidor.
Entonces tenía más miedo de Luke porque me importaba más lo que él pensara o hiciera... Cuando me di cuenta entendí muchas cosas.
En el juicio, tuve que admitir que robé el anillo y la corona y prometí que entregaría lo robado. Si no lo hacía, debía estar al servicio del rey hasta que pagara mi deuda. Disponía de dos días para devolver las cosas. Cumpliendo esto, mi familia recuperaría todo y además recibiría la disculpa del rey, lo que era un gran honor, una placa grabada en plata en la que se les concedía todo lo que les fue quitado junto con la disculpa.
Una vez finalizado el juicio, pude hablar y abrazar a mi familia. Nos emocionamos por el reencuentro. Les dije que el tiempo que estuvimos separados viví en el palacio del reino vecino y que no se preocuparan por mí, yo me las arreglaría. Mis padres me sonrieron y me desearon lo mejor.
Charles apareció por detrás y requirió hablar conmigo. Me despedí de ellos y fui a hablar con el rey a la sala de estar de sus aposentos.
- Me gustaría saber de dónde te has sacado esto. Contiene joyas que sólo se encuentran en las minas reales- me dijo dejando sobre la mesa el adorno de pelo que antes era una corona. Quedé petrificada.
Charles no parecía saberlo aún, pero pronto lo descubriría. No me quedaba alternativa. Dejé el anillo sobre la mesa.
- Ya he devuelto todo lo que no me pertenece.
- ¿Dónde está mi corona?
Miré el adorno y luego empecé a frotarme las manos con nerviosismo, mirando hacia otro lado.
- Eso es lo que queda de ella.
Charles agrandó los ojos. Primero palideció y luego enrojeció de rabia. Dibujó una sonrisa espeluznante e inquietante en su rostro. Creí que se estaba volviendo loco cuando empezó a reírse.
- ¿Qué le has hecho a la corona real...?
Se puso en pie y me asusté, casi me desmayo del miedo. ¿Qué iba a hacer? Me fulminó con la mirada y salió de la habitación. No se lo había tomado muy bien...
Escrito por FlightOfFantasy.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro