- Eren me ha dicho que por poco arriesgas tu vida en venir a salvarme. No te preocupes, no es tu culpa porque yo estuve de acuerdo con el intercambio, aunque no sabía que el rey te precisaba a ti y que se enfadaría tanto- me dijo Stella.

- Te pido disculpas por meterte en este lío- me arrepentí.

- No lo sientas. Al fin y al cabo, todo esto es culpa mía. El hecho de que el rey creyera que le habíais traicionado es culpa mía.

Salté fuera de la cama de golpe, como si me hubiera quedado. Ella era la causa por la cual perdí todo...

- Dime qué has hecho.

- Tranquila- me susurró Eren-. Escúchala.

- El rey mandó matar a mi prometido por ceder información clasificada al reino enemigo, lo cual era cierto, pero no podía dejar que le matasen, por lo que fui a decirle al rey que le dejara porque él no había sido, sino que la culpa la tenía una familia de nobles. Entonces dije vuestro apellido, ya que era el único que conocía, mi prometido me hablaba de tu familia. Pero claro, sabiendo que el rey no creería a una extraña decidí acercarme a él, ganar su confianza, seducirle, emborracharle y en ese momento de ebriedad le conté que fuisteis vosotros y le hice firmar un decreto para que dejara libre a mi prometido y echara la culpa a otros. Para completar el proceso, le dije que teníais documentos muy importantes, como todos los nobles, y que ésa era la información dada. En realidad, la información que llevó mi prometido fue la que descubrió en el escritorio de tu padre, por lo que todo coincidía. El rey ya había firmado el decreto y ya nada podía hacer, ademas, tenía más pruebas en contra vuestra que a favor.

- ¿Cómo se llamaba tu prometido?- pregunté, cerrando los puños.

- Milan.

- ¡Maldita sea, era el ayudante de mi padre! Nos traicionó... Por eso mi padre no dijo nada, porque asumió la culpa de que la información cayera en manos equivocadas... ¿Qué le pasó?

- Hace poco el rey descubrió el engaño y le mató ante mis ojos y a mí me metió en la cárcel de la que habría salido sólo para morir si no fuera por Eren.

En mi cabeza rondaban ideas de venganza. Tenía la sangre hirviendo, no pensaba con claridad.
- Si os moríais los dos antes nunca me hubiera visto desterrada... No estaría trabajando de esclava para Luke, no habrían echado fuego al pueblo, no estaría separada de mi familia preguntándome dónde están y qué hacen, no habría sufrido por el compromiso de Eren y Lenna, la hermana del rey y sobre todo, no sería una fugitiva. Si el rey ya lo ha descubierto todo, no tiene sentido que siga teniendo así a mi familia. Aunque no puedo decir lo mismo de mí, puesto que he robado un anillo y una corona... Para mí no hay vuelta atrás.

En ese momento llegó un mensajero y anunció:

- El príncipe Luke busca a su sirvienta personal, que lleva desaparecida desde ayer. Está furioso y dicen que no se sabe si es mejor que ella aparezca o que por el contrario no vuelva para sentir su ira.

- Gracias, puedes retirarte- le dijo Eren.

- Y ahora tampoco puedo quedarme en este país... - suspiré- Tengo miedo de Luke.

- Aún no es demasiado tarde. Tú tenías un trato con él, ¿verdad? Si vuelves a tiempo todavía estará dispuesto a perdonarte, pero si no regresas, se asegurará de encontrarte dondequiera que estés y darte tu merecido. ¿Quieres acabar huyendo de todos los países?

- Está bien- accedí.

Mandó una carroza que nos llevara a Stella y a mí de regreso. Ella fue primero dentro a hablar con el mayordomo que se encargaba de todo en el palacio. Yo fui por la entrada trasera, pero me detuve al oír la voz de Luke desde la ventana abierta de su habitación.

- En cuanto la encontréis, traédmela encadenada y llevadla a las mazmorras. Va a saber lo que es bueno. Está en deuda de vida conmigo y se atreve a escaparse cuando yo le di mi confianza...

Eso fue más que suficiente para salir corriendo, cosa que estaba a punto de hacer cuando me tropecé y me caí en la fuente que había tras los arbustos. Entonces Luke se asomó a la ventana y me vio. Aterrorizada, salí del agua y corrí lo más rápido que pude hacia el bosque y me perdí en él. Oí un caballo y me escondí tras un árbol, retrocediendo. Di un paso más y pisé una red oculta entre las hojas, lo que hizo que saltara el mecanismo de la trampa y quedé atrapada en la red, en lo alto del árbol.

El jinete, que supuse que era Luke, pasó de largo a unos metros que cubría la maleza, imposible que me viera. Pero estaba atrapada. Unas horas más tarde, tras intentar de todo por salir de ahí, oí el sonido de un cuchillo lanzado cortando de un golpe la cuerda y caí en los brazos de alguien, tan fuerte que caímos. En cuanto le ví el rostro palidecí, reaccioné y me levanté, tratando de huir. Pero él fue más rápido y me cogió rápido rodeándome con los brazos.

- No era ésta la forma en la que esperaba que cayeras rendida en mis brazos, pero me vale igualmente. Al final te he pillado.

- Rey Charles... Esto es...

- Mi territorio. Y todo lo que cazo en mi territorio me pertenece.

El rey del cual huía, al que le robé la corona y burlé muchas veces al escapar de sus hombres, había logrado capturarme con una simple trampa de caza. Huir del lobo para acabar en la cueva del león. No sabía qué era peor. La respuesta llegó al instante, cuando oí unos pasos a mi derecha y vi a Luke junto a su caballo, bastante irritado. Y justo cuando creía que no podía ser peor.

Escrito por FlightOfFantasy.