Capítulo 15
No podía creerlo, tan solo pensarlo me ponía de los nervios. No podía creer que mi hermano no hubiera venido ya a salvarme.
También me molestaba estar pasando desapercibida por mis sirvientas. Tenía muchas ganas de llorar, pero decidí que no era el momento y que tenía que mantenerme alerta con todo en mi alrededor. Sólo podía confiar en mí misma.
Entrada la tarde escuché como unos murmullos procedentes de la ventana. Me asomé y pude ver a unos sirvientes.
No alcanzaba oír lo que decían, pero mi aburrimiento era tal que quise emprender una conversación con ellos.
- Hola, ¿queréis hablar?- Grite con moderación para que me pudieran oír.
Los dos miraron hacia arriba, seguidamente se miraron y uno de ellos me contestó:
- No podemos hablar con usted, princesa.
Rodeé los ojos y les expliqué que estaba aburrida pero me contestaron lo mismo. Eso se parecía cada vez más a una cárcel.
Cuando me volví a la cama, entró en aquella habitación una chica joven de ojos azules y cabellos dorados, como yo, y se sentó en él borde de la cama.
- ¿Quién es usted?- Pregunté.
- ¿No te recuerdo a alguien?
- A mí-. Contesté sin entender nada.
De pronto apareció por la puerta Sebastian, quién sonrió al ver mi cara de confusión.
- ¿Confundida?- Preguntó.
- ¿Qué es todo esto?- Exigí una explicación a aquel caos.
- ¿No te has preguntado el porqué tu hermano no viene a tu búsqueda?
- Todo el tiempo.
- Aquí tienes la razón-. Dijo mientras señalaba a aquella niña.
Me quedé petrificada, no podía creer que mi hermano se estuviera creyendo aquello, esa no era yo.
- ¿Sorprendida?- Preguntó sin quitar su asquerosa sonrisa de su rostro.
Los miré con odio, cogí mi sábana y me arropé con ella en posición fetal para darles la espalda.
Sentí que alguien se iba de allí pero que no me quedaba sola comprentamente.
- No quiero estar con nadie.
Alguien se sentó en el borde de la cama y me tocó el hombro como forma de consuelo.
- Antes estabas aburrida-. Dijo Sebastian.
- ¡Vete!- Exclamé con todas mis fuerzas.
- Sólo quiero hacer negocios contigo.
- Sean cuales sean no las acepto.
Sebastian se quedó callado por unos segundos sin atreverse a decirme que negocio se trataba, pero luego me lo dijo.
- Dentro de un mes celebramos en este humilde castillo y me preguntaba si querías ser mi acompañante-. Me ofreció.
- ¡Ni loca!- Grité.
- Es a cambio de tu libertad-. Noté como se levantó de la cama e iba directamente hacia la puerta.
- Espera-. Susurré.
Aquel susurro provocó que Sebastian se detuviera y se dara la vuelta para mirarme expentante.
- Si acepto...¿seré libre?- Él asintió a mi pregunta.
- Acepto.
Sentí que me iba a arrepentir de aquello.
Escrito por Swiftie5sos13.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro