Sentí la brisa que causó la puerta al abrirse de golpe y me sobresalté, tratando de incorporarme lo más rápidamente posible.

- ¿Sabes qué hora es?

La voz de Luke me hizo despertar definitivamente. Abrí los ojos como platos, tratando de darme cuenta de la situación. Miré la hora en el reloj de pared y me estremecí.

- Me quedé dormida... Lo siento.

Luke andaba por la habitación, exasperado.

- Mis padres querían conocerte, ya que eres nueva en el personal de trabajo y ver si podían confiar en ti.

Suspiró, tratando de relajarse.

- ¿Cómo confiar en alguien que ni se presenta a hacer su trabajo?

Entonces me di cuenta. Luke buscaba los medios para fiarse de mí, quería sacarme de la lista de sospechosos y necesitaba pruebas para defenderme.

- Lo siento mucho... No volverá a suceder.

- Mañana vienen los miembros de la familia real del reino vecino como invitados especiales. Será tu última y más arriesgada oportunidad.

Eso casi que sonaba a que lo sabía todo y me estaba encubriendo, pero no podía ser que se diera cuenta, ¿no?

Si al día siguiente llegaban el joven rey, su hermana y su prometido (mi ex) todo estaba perdido para mí, me reconocerían enseguida. Sólo contaba con que hacía mucho que no me veían y si me arreglaba de otra forma quizá conseguiría engañarles.

Cuando Luke se fue a dormir, salí hacia el cuarto de aseo de las sirvientas y me puse delante del espejo probando nuevos peinados.

Un destello de luz atrajo mi atención pero no me di la vuelta, sino que observé a través del espejo el brillante adorno que llevaba la sirvienta que había conocido poco antes. Mi adorno...

Entonces tuve una idea. El país vecino necesitaba ser atendido por una sirvienta... Pero no tenía que ser precisamente yo...

- ¿Cómo te llamas?- le pregunté.

- Stella.

- ¿Sabes una cosa, Stella? Me han dicho que viene la familia real del país vecino. El joven rey está soltero...

- ¿Crees que me aceptaría de concubina?- se le iluminaron los ojos.

- Bueno, nunca se sabe... Pero si fueras su sirvienta personal, que con lo bella que eres no te será difícil, vivirías muy bien. Podrías seducirle y pedirle todo lo que quisieras... Es más manipulable que el príncipe Luke, te lo aseguro.

- Es cierto, he oído que una vez tuvo una aventura con una sirvienta y si ella no le hubiera intentado matar, él la hubiera convertido en su amante. En cambio Luke parece inaccesible, es demasiado inteligente y precavido, y cuando algo no le interesa no se le puede hacer cambiar de opinión.

- Sólo hay un problema. Me han llamado a mí para servir mañana el té y yo no estoy nada interesada en el joven rey Henry...

- No me digas que te interesa el príncipe.

Bajé la mirada, no muy segura de si debía contarle sobre mi ex prometido.

- Hay alguien que me importa mucho y no podría estar con nadie más que con él- admití.

- Bueno, iré yo en tu lugar- decidió ella-. Vamos a arreglarnos de tal forma que parezcamos la otra.

- Esto me recuerda a la historia del Príncipe y el Mendigo.

- Si a ellos les funcionó, a nosotras también- sonrió ella.

Yo también sonreí. Todo iba segun lo planeado.

Escrtito por FlightOfFantasy.