Estaba acorralada, no sabía hacia qué dirección correr, miraba a un lado y a otro y sólo veía el muro que fortifica el castillo. ¿Qué haría? Estaba perdida.

- Por favor, no juegues a este juego porque sabes quién va a ser el ganador-. Dijo Sebastian hacercándose a mí.

- No te acerques más-. Grité.

- ¿O qué?- Preguntó con tono retador.

Miré a todos lados para ver si había algún objeto con el que poder amenazarle, pero nada, no había nada.

- Mi hermano no tardará en darse cuenta de que no estoy en el castillo y me buscará-. Grité desesperada.

Notaba cómo la desesperación por salir de ahí se apoderaba de mí a medida que me veía atrapada.

- Si no se ha dado cuenta ya, no creo que se de cuenta de tu ausencia.

La tristeza me invadió por completo al analizarlo y darme cuenta de que tenía razón. Desde que su nueva sirvienta entró ya no se fijaba en mí, pero en ese momento que más daba. Era una niñata que se creyó unas palabras de un falso sirviente. ¿Qué tendría que hacer para salir de este problema? Quería salir de esta cárcel disfrazada de castillo. Pero, ¿cómo? Dos preguntas pero sin ningún tipo de solución.

- Me rindo-. Susurré vencida.

- ¿Cómo?

Sebastian disfrutaba viéndome sufrir ya que lo había oído.

- Me rindo-. Pronuncié un poco más alto.

Sonrió de satisfacción y le hizo un gesto con su mano derecha a unos de sus guardaespaldas, los cuales me cogieron de los dos brazos y me llevaron a donde antes permanecí.

- Espero que no vuelvas a hacer tal tontería como la de antes-. Dijo Sebastian sentándose en un pico de la cama.

- Cállate-. Un suspiro de frustración salió de dentro de mí.

- Princesa, sabes que te quiero-. Intentó besarme pero le di un guantazo.

- Ni se te ocurra acecarte a mí, cerdo-. Grité.

Sebastian se llevó la mano a su mejilla derecha y se rió, aquella risa me daba muy mala espina.

- Muy bien, tú lo has querido.

Se puso de pie y se dirigió un armario, de ahí sacó una fusta. Sin darse la vuelta la golpeó en su mano suavemente. Podía oír el ruido que hacía al impactar con su mano.

- Tranquila, esto no es para ti-. Se dio la vuelta quedando enfrente de mí.

Y dicho eso se fue. De una manera u otra respiré tranquila y las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas.

- Luke, te hecho de menos.

Escrito por Swiftie5sos13.