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Capítulo 11

Sebastian, el príncipe del reino enemigo me había raptado. Cuando lo vi me acordé de las palabras de mi hermano, él trataba de advertime de los peligros que conllevaba acercarse a él.

- ¿Por qué has mandado raptarme?- Pregunté cuando nos quedamos solos en la habitación.

- Tu hermanito es el causante de todo-. Respondió.

No entendía nada, mi hermano no era el causante de nada, de lo único que era causante fue de quererme y protegerme para que no me ocurriera nada.

- ¿Qué buscas de mi hermano?- Pregunté para poder entender todo.

- Su poder, bueno, rectifico, VUESTRO poder.

Claro, éramos los príncipes con más reputación de todas los reinos vecinos, los príncipes de los otros reinos tenían menos poder. ¿Por qué? Porque no les importaban nada sus aldeanos. Pero, ¿por qué no raptaba a mi hermano o lo torturaba? Yo no tenía nada que ver, los poderes no recaían sobre mí.

- ¿Por qué yo y no él?- Pregunté mientras miraba a las sábanas y las apretaba llena de impotencia.

- Me eres más útil-. Y se fue, se fue dejándome con la palabra en la boca.

Fui tan ingenua por creer en unas falsas palabras que sonaban muy verdaderas.

De pronto me incorporé y me asomé a una pequeña ventana. Por lo que pude observar, estaba prisionera en la torre del castillo de Sebastian. Desde ahí, en el horizonte, se podía ver mi castillo. Quería estar ahí, no prisionera de un loco, ya que yo era el anzuelo que mi hermano tendría que picar.

Miré a mis sábanas y me atreví a juntar todas aquellas sábanas por medio de nudos. Cuando terminé los lancé. No llegaban a rozar el suelo pero no tenía otra opción.

Cuando iba a descender por las sábanas alguien llamó a la puerta, por lo cual maldecí por aquel imprevisto, pero ya era tarde, descendí por las sábanas dando un gran salto para caer al suelo.

Me levanté del suelo, me sacudí el polvo de mi camisón cuando escuché un grito proveniente de la torre donde me encerraron.

Empecé a correr, se podía escuchar los ladridos de los perros, también los gritos de hombres que daban órdenes de cerrar la compuerta del recinto amurallado del castillo.

Corrí mucho para poder salir pero cuando llegué ya la habían cerrado. Acababa de sentenciarme.

Escrito por Swiftie5sos13.

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