El príncipe Luke había llamado a los guardias para investigar el pueblo en busca de pistas por las cuales sucedió el incendio. Le pedí ir a mi casa ya que necesitaba coger algo y ver si mi familia estaba bien.

Cuando llegamos, me encontré con que la casa estaba en ruinas y había un cartel que ponía que habían regresado al país vecino. Eso significaba que devolverían el anillo de compromiso cuyo robo fue motivo de destierro. Pero lo que yo buscaba era la corona. Esperaba que Luke se fuera tras dejarme delante de mi casa, pero no sucedió así.

- Registraré tu casa si no es inconveniente.

- ¿Qué esperas encontrar?- pregunté.

- Me llegó una carta del reino vecino reclamando la corona real, cuyo ladrón al parecer se encuentra en algún lugar de este pueblo.

- ¿Me estás acusando de haber robado la corona?- contesté fingiendo incredulidad.

- Hasta que se encuentre al culpable todos son sospechosos.

Entré en lo que quedaba de la casa que admirablemente aún tenía partes que se mantenían en pie, seguida de Luke. Empecé a buscar entre los escombros en busca de mi adorno. Con suerte Luke no lo reconocería. Él recogió algunas cosas del suelo y las guardó en el bolsillo, pero no me preocupé ya que ninguna era lo que yo buscaba.
Salimos sin que yo hubiera encontrado nada y así se lo comuniqué a Luke, haciéndole saber que la búsqueda fue un fracaso. ¿Qué podría haberle ocurrido al adorno? Ni siquiera mi familia conocía su secreto.

Luke se reunió con los demás guardias dando por finalizada la investigación. Cada uno entregó su informe por escrito y partimos de regreso al palacio.

- ¿Cómo es que volvemos tan pronto?- pregunté.

- Ya sé todo lo que necesitaba saber.

No puedo describir en palabras cómo me sentí en mi interior. Creí que perdería la razón y me caería del caballo. Creí que me desmayaría. Tenía miedo. Estaba inquieta ante la incertidumbre. No sabía si el príncipe me había descubierto, pero parecía muy seguro de sí mismo. Si me descubría me esperaría un castigo muy grande. Y no sabía si era peor que me lo impusiera él o el reino vecino.

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