29🎤
Capítulo 29| Poco se habla de que Ian Lerman parecía un Golden Retriever
Sophia
La primera semana de abril ha llegado a su fin.
No quedaba nada para lo que sería mi cumpleaños número veintiuno, pero no menos importante, que volvería a ver a mis padres para celebrarlo. Una estúpida sonrisa se me refleja en el rostro cuando veo a la persona apoyada bajo la copa de un árbol. Su gorra lo hace pasar desapercibido un poco entre los estudiantes que también han terminado las clases por hoy, pero sé que es él solo por su posición. Brazos cruzados, apoyado de lado en el árbol y con la sombra de este cubriéndole del sol, yace el grinch.
Hago desaparecer la sonrisita antes de caminar hasta él. ¿Qué hacía frente a mi universidad y como sabía que era está? En cuanto estoy cerca, el olor de su perfume me invade todo el cuerpo al abalanzarme sobre él.
Una semana en el que poco a poco íbamos abriéndonos más el uno al otro. Una semana que lo que se suponía que teníamos, se iba convirtiendo más en una relación aunque delante de él no lo llamaba así porque ya le conocía lo suficiente. Una semana en la que descubrió que me gustaba escribir y yo no dudé en contarle que quería ser escritora. Sus manos aprietan mi cintura con fuerza, pero no haciéndome daño. Seguía sin saber que era todo esto, en plan, ¿Éramos novios o no? ¿Éramos pareja tal vez? Solo sé que solo nos veíamos a escondidas porque él no tenía ni idea de momento de lo que estaba sintiendo.
—¿Podemos irnos? Creo que empiezan a sospechar de quien soy —mira detrás de mí y yo le imito. Unas estudiantes nos miran con cara de sospechar.
—Se que te propuse ir despacio y conociéndonos, pero ¿Cuándo será el día que no temas a esconderte?
—Niña pija, no tengo ni puta idea de lo que estoy sintiendo, así que dame tiempo.
—Okey, amargado.
Se ríe.
Retomamos el camino en total silencio. Cinco minutos después o así, cuando nos hemos alejado lo suficiente de la universidad y estamos a punto de acercarnos a la boca de metro más cercana, este me coge del brazo y tira de mi hasta la esquina de un callejón oscuro con una sola salida.
Iba a besarme.
No era difícil saberlo cuando ya estábamos acostumbrados a estas cosas. Lo iba hacer en cuanto se asegurara que estábamos solos en aquel lugar. Teniendo en cuanta que nos hallábamos en un sitio rodeado de cubos de basuras, que no tenía ni una farola excepto las de fuera y que como mucho te podrías encontrar ratas, gatos o algún sintecho...Era difícil que alguien nos hubiera seguido hasta ahí.
Contra la pared, el grinch coloca ambas manos sobre mi cabeza encerrándome con su cuerpo y junta nuestros labios. Unos que ya me sabía de memoria. El beso iba cargado de tensión y posesividad; como si llevara sin hacerlo mucho tiempo.
—¿Por qué no puedo dejar de besarte?
Me rio; una risa suave antes de que vuelva a besarme. Enredo mis dedos detrás de su nuca jugueteando con su pelo.
—Ya te lo dije: soy irresistible.
—Muy irresistible —me da la razón sorprendiéndome —Y me aterra todo esto, niñata.
—Ya somos dos. Siempre he creído que acabaría enamorándome de alguien con la personalidad Golden Retriever o que encontraría a mi Darcy en la alguna cafetería vintage de esas que huelen a café a dos metros de distancia —se ríe de mi comparación con los personajes literarios o por la raza de perro que mencionado, no lo sé —.Y aquí estoy —. Nos miramos con la pausa grande que he dado — Enamorada de un amargado que parece sacado de la película del "Grinch". O alguien que no sé parece en nada a un Golden Retriever.
—No entiendo como todas las tías os morís por ese Darcy.
No me da tiempo a rebatir su comentario cuando me besa de nuevo. Introduce su lengua en mi boca, jugando con la mía. Esta vez el beso viene más cargado; más erótico por así decirlo. Soy yo quien le separa ahora para decir:
—¿Te importa si continuamos luego? Quiero llegar a mi piso y dejar las cosas. —Señalo el bolso acolchado negro que había escogido hoy para ir a clases y que pesaba por el iPad y algunas cosas más que había metido.
Asiente dejándome libre, sin embargo, antes de que pueda dar dos pasos siquiera, me atrapa de la muñeca y tira de esta para hacer que acabe de nuevo chocando con su cuerpo. Me besa por última vez para luego continuar con el paseo de vuelta a mi casa.
🎙️🎙️🎙️
Como diría mi padre: "cada sonrisa sincera es propiedad de la persona que te la sepa sacar" y tiene razón.
Cuando sonríes de manera sincera junto a esa persona es porque es la única persona que sabe sacarte esas sonrisas. Es la dueña de ellas. Al igual pasa con las sonrisas falsas y las miradas tristes. Mi padre diría que, si una persona no sabe hacerte feliz como deberías serlo, no vale la pena seguir regalándole sonrisas a esa misma persona cuando hay otras que harían lo que fuese por verte feliz... Tal como lo veo yo: esa persona debe verte tanto en tus mejores momentos como en los malos y los peores.
Porque..., ¿Qué me vale a mí que me quiera solo cuando estoy feliz si luego puede salir huyendo al ver la cara negativa? Si, es cierto que si esa persona te repite mil veces que te va a hacer feliz y luego nunca lo cumple, no estoy diciendo que tengas que aguantar esos comportamientos que, sin necesidad de tener gafas, se ve que son tóxicos, pero no es eso lo que yo quiero llegar, sino en que cuando quieres de verdad a una persona la quieres con todos su lados, tanto buenos como malos.
La quieres contenta, triste, enfadada, etc. La quieres siendo real, no ficticia.
Lo único que no le quito razón a papá, es que lo que no debes nunca es hacerla llorar tú mismo y si otra persona le hace daño, saber defenderla. Cierro el portátil después de terminar de escribir aquel párrafo intenso en la novela y abro el correo en el teléfono. Un montón de emails de Nova hablándome de los capítulos que le he ido mandando siguen en mi bandeja de entrada sin leer. No es que no quiera saber lo que me ha escrito, sino más bien que no he tenido ni ganas ni fuerzas para hacerlo.
Mañana era mi cumpleaños.
Si, como lo oís, dos semanas de abril ya han sido terminadas. Sin embargo, era la primera vez que no me hacía feliz la llegada de mi veintiún cumpleaños y todo por culpa del amargado. Dos semanas que poco a poco hemos ido formalizando lo que sea que tengamos, pero la última ha sido de las peores porque volvimos a discutir. Es que ya me estoy cansando un poco que él pueda saber todo sobre mí, pero yo apenas sé que cumple en mayo y que es Tauro... Bueno, y un poco cuando le pregunté sobre los inicios de la banda.
No obstante, cuando sacaba algún tema que yo no creo que sea tan sensible, se ponía como un basilisco. Como el otro día que le pregunté por su familia. Se marchó de mi piso echo un manojo de nervios. Él conoce casi toda mi vida, pero yo lo siento como un completo desconocido todavía.
El timbre suena despejándome los pensamientos intrusivos. Voy a abrir y en cuanto lo hago, mis dos queridos amigos entran sin pedir permiso. Noah me mira de arriba abajo y es que todavía no me había cambiado el pijama.
Se detiene por más tiempo en mis calcetines de aguacates y enarca una ceja:
—¿Son aguacates?
—No, Noah son calabazas no te jode —digo con sarcasmo. — ¿Qué hacéis aquí?
—Veo que no has perdido tu sentido del humor —contesta este tirándose en el sofá.
Ruedo los ojos intentando aguantar la risa que quiere salir de mi garganta. No sé cómo lo conseguían mis amigos, pero siempre me animaban aun sin quererlo. Tal vez porque eran mis amigos. Mane está sentada en una de las sillas alrededor de la mesa redonda cerca de la puerta y me mira como si quisiera decir algo pero no se atreviera.
Por eso decido intervenir antes de que cualquiera lo haga:
—Si habéis venido a ver si estoy bien o no, puedo asegurar que lo estoy. No necesito que os preocupéis tanto por mí, chicos. He leído demasiadas comedias románticas como para saber que el amor es muy, muy complicado.
Mis amigos, y tal vez la banda, ya sabían desde un tiempo lo que había empezado entre el grinch y yo por culpa de una segunda foto y que esa vez ya no pudimos desmentirla, en donde se nos veía besándonos cerca de un árbol. Creo que por culpa de esta volvimos a discutir porque según él, "no teníamos cuidado de llevarlo en secreto". ¿Por qué tanto miedo en que supieran que estaba conmigo? Bueno, si es que alguna vez lo hemos estado.
—No dejan de preguntar por las redes sobre tú e Ian.
—No hay nada entre él y yo —miento, porque aun habiendo vuelto a discutir, quería que estuviese aquí. Quería sentir de nuevo sus labios —Por lo visto solo era yo en una relación conmigo misma.
Mis mejores amigos se miran entre ellos y luego vuelven a mí:
—Soph, se nota que quieres demasiado a Ian, ¿Por qué no lo habláis como personas normales? —Mane me mira con tristeza.
—¿Y te crees que no lo he intentado? Mane, me gusta más de lo que he podido llegar a imaginar y tú fuiste la primera en saberlo —voy hacia la terraza, pero no salgo, solo me quedo mirando por el cristal —. Es como si solo fuese yo en esa relación que, sinceramente, no sé si llamarlo de tal manera. Él sabe más de mi vida que yo de la suya y, si por algún casual saco un tema que para mí no parece tan personal, se pone a la defensiva.
—Te sientes como si no confiara en ti, ¿no?
—Tal vez, no lo sé, yo le propuse empezar de cero cuando empezamos a darnos cuenta de lo que sentíamos, pero este no parece dar su brazo a torcer.
Parpadeo varias veces cuando siento que las lágrimas quieren salir al mismo tiempo que siento unas manos en mis hombros. Al darme media vuelta, veo a Mane detrás de mí sonriéndome con ternura. Sé que ella sabe de esto debido a que le costó bastante empezar a confiar de nuevo en Riley después de Marco. Sin decir una palabra, me abraza sabiendo que es lo que necesitaba en este momento.
Noah se nos une al cabo de segundos y después, continuo contando:
—Lo único que quiero es que confíe en mí, ¿pido mucho? Si, sé que soy una romántica empedernida y que a veces puedo llegar a asustar a las personas, pero soy así. Me gusta los romances, pero no por eso voy a obligar a una persona a abrir sus sentimientos tan rápidos sí sé que les tiene miedo. —Me llevo las manos a la cabeza tapándome la cara con los mechones de pelo que caen. Alzo de nuevo y continuo —: Yo... Solo... Quiero que haga un esfuerzo para que esto funcione. Quiero que se atreva a confiar en mí y se deje guiar.
—Soph, tranquila. Mírame a mí, era reacia a enamorarme y ahora no dejo de pensar en Riley a cada rato. —Sonrío, pues es verdad. Se les veía cada día más enamorados a los dos —Cambiemos de tema, he oído que mañana es tu cumpleaños. Debemos celebrarlo.
—Eso, Blancanieves...
Antes de que pueda continuar hablando, el timbre le interrumpe. Yo les pregunto si han invitado a alguien más y cuando estos niegan, me extraño de quien pueda ser. No soy yo quien abre, pues a Thor le puede la emoción y la intriga que se levanta como si le hubiesen saltado los muelles. Mane y yo escuchamos dos voces masculinas, una es la de nuestro amigo, hablando como si del tiempo se tratase y después, Thor le da las gracias y cierra la puerta.
Nos giramos en cuanto se presenta por la puerta con un ramo de rosas blancas envueltas en un papel azul precioso atado con un lazo blanco para que no se muevan. Me levanto del sofá donde estaba sentada cuando veo aquel extraño regalo.
Noah rompe el silencio:
—No viene remitente, Blancanieves.
Cojo el ramo con una mano mientras con la otra leo la tarjeta que venía entre las rosas. Un trozo de cartulina blanca doblada en dos donde se pueden leer las palabras:
«Perdóname por ser tan capullo la otra vez. P.D: Feliz cumpleaños, niñata»
Sin saber porque, una sonrisa comienza por asomarme en los labios.
"¿De verdad nos ha comprado un ramo de rosas blancas?"
Eso parece, conciencia.
"Ay, que romántico"
De pronto, mi vida comienza a sonar como si tuviera una banda sonora solo y exclusivamente de Taylor Swift. Guardo sin que mis amigos se den cuenta la nota y cambio la sonrisa por un gesto neutral al alzar la mirada hacia estos. Noah sigue a mi lado, olisqueando las rosas como si de un perro se tratase.
Mane no me quita los ojos de encima y estoy convencida de que a ella no podré mentirla. Es la que más me conoce. Aunque todavía sigo cabreada y por un simple ramo no significaba que fuera tan fácil.
Voy hacia la cocina para coger un jarrón de cristal lleno de agua y pongo las rosas en este. Me quedo un buen rato mirando estas con una sonrisa bobalicona en la cara. El tallo se sumerge en el agua y menos mal que tenía uno para el tamaño del ramo. A mis espaldas siento una presencia. Sin embargo, no es hasta que la voz de Mane hace acto de presencia cuando me giro, sobresaltándome:
—¿Son de él?
—¿Y Noah? —No sé el motivo de que haya cambiado de tema. —Ya me empezará a cotillear las cosas.
Mane frunce el ceño y termina por acercarse más a mí. Se apoya en la encimera y continua:
—Está ahí, pero no es eso lo que te he preguntado, Soph.
—Si, son de Ian —bajo la mirada al suelo, avergonzada sin saber porque. Luego vuelvo a levantarla y sigo explicándome —: Espero que no sé crea que por un detallito de estos va a conseguir que se me olvidé todo. Que no puede, o quiere, confiar en mí para que funcione.
—¿Quieres mi opinión sincera?
—Siempre, amiga.
Rodea la isleta para colocarse a mi lado y apoyándose contra la encimera de este lado, vuelve a pronunciarse.
—Creo que, conociendo a Ian como buena fan que soy —nos reímos en bajo al decir aquello —, para él este detalle es un gran esfuerzo. Ian no se le ve él típico tío que regala flores así porque sí y ahora que sabe que estas cosas te gustan y se haya atrevido a pedirte perdón con una cursilada... Dice mucho de él.
—Mane, yo no solo quiero rosas, bombones o lo que sea. Quiero que confíe.
—Te entiendo, Soph y mucho.
—¿Pero?
Como supuse, ahora viene el pero:
—Pero a las personas que nos cuesta entregarnos nos tienen que dar nuestro tiempo. —Asiento, dándola la razón. Eso lo tengo claro y yo no quiero forzar al grinch a decirme palabras bonitas ni mierdas porque sé que esto es nuevo para él. Yo solo quiero que no me haga sentir que solo yo estoy en esta relación —. Riley no recibió nada por mi parte hasta que ya empecé a confiar. Todos los planes, si recuerdas, fueron ideas suyas como por ejemplo cuando me llevo a la cascada.
—Lo sé, Mane. Sé que al grinch le cuesta, además de ocultar secretos que solo yo he podido ver en su interior y por eso no le presiono. Pero a veces siento que solo yo participo en lo que quiere que seamos.
—En ese tienes razón, pero dale su tiempo, amiga. Como Riley me dio a mí.
Nos abrazamos por un buen rato hasta que nuestro loco rubio entra y al vernos en esa posición nos regaña por no haberle avisado. Se une al abrazo. Un abrazo de tres en el que Thor nos aprieta como si quisiera dejarnos sin aire. Volvemos al salón y finalmente decidimos dormir todos en mi piso viendo maratón de películas en Netflix y pedir pizza a domicilio.
Convertimos una triste velada en una "fiesta de pijama" por así decirlo.
🎙️🎙️🎙️
—Felicidades, foquita.
Suelto una carcajada al ver que Paul camina hacia mí con un peluche de foca en la mano. Ni siquiera está envuelto por lo que todos pueden verla. Por suerte no es muy grande y no le ocupa toda la cara.
Rompo el silencio cuando lo tengo cerca sin apartar la mirada del peluche:
—No te creo, Paul. ¿Estás loco?
—Bueno, quería ser original, foquita.
Este me tiende la mini foca blanca de peluche sin apartar la mirada de mí. A decir verdad, era una monada y muy suave. ¿en qué momento tuve que llamarle así en plena borrachera cuando nos conocimos? Aunque no cambiaría el haberle conocido porque Paul se ha convertido en una parte importante de mi círculo de amigos.
Guardo la foca en mi bolso grande de clases y entre los dos, nos encaminamos a la cafetería de la universidad donde estarían esperándome mis amigos. Paul me va contando que ha estado estos días ocupado en el taller de su padre y con sus clases de surf y que por eso no ha tenido tiempo de llamarme los días anteriores. Yo le insisto en que no tiene que disculparse por eso y que no pasa nada.
Entramos en el local, analizo la sala en busca de Noah y Mane cuando los veo al fondo. Vamos hacia allí y nada más sentarme en el asiento frente a ellos, estos me felicitan.
Si, hoy era dieciséis de abril: mi 21 cumpleaños.
Ayer, en la fiesta de pijamas con ellos, nos acostamos muy tarde por eso no me sorprenden las caras de muertos de mis amigos. Ellos tuvieron que levantarse antes que yo porque tenían una clase que iniciaba pronto. Mane me cuenta que después de su primera clase, mientras me esperaban aquí, ha llamado a su hermano para que le traiga algunos libros porque esta mañana se ha ido de mi casa sin nada.
A Noah tampoco le importa porque como van a la misma clase usa los de Mane.
—¿Cómo es tener ya veintiún años, Blancanieves?
—Pues como los veinte.
—Menuda alegría, amiga —se hace el ofendido —. Esta noche tenemos que celebrarlo. He oído que el primo de Mick va a organizar una fiesta en su casa y, como soy vuestro salvador, ya me he encargado de pedir dirección. Podéis darme las gracias.
Un silencio se hace en la mesa, solo falta que empiecen a sonar grillos mientras Noah espera que le agradezcamos. Cuando ve que eso no va a suceder, se cruza de brazos y poniendo morritos, se indigna con nosotros.
La voz de Mane precede a la de nuestro loco amigo preguntando por la foca:
—¿Y esa foca, Soph?
—Me la ha regalado Paul —respondo, mirándole de reojo con una sonrisa. —Ya sabes, el apodo que le puse la primera vez borracha.
—Creo que será nuestro símbolo, Foquita.
—Vaya amiga, dos regalos ya en poco tiempo.
Abro los ojos al oír aquello recordando el dichoso ramo de rosas blancas. Paul nos mira extrañado antes de preguntar:
—¿Dos regalos?
Mane parece haberse dado cuenta de la metedura de pata que acaba de hacer, aunque en realidad no ha metido nada porque no es para tanto. Paul y yo somos amigos y el grinch y yo somos... ¿Qué somos? Es que ni lo sé. Sin embargo, sí que me es un problema que Paul sepa que el mismo que le pego y le mandó en un taxi la otra noche, es el mismo que me ha regalado un ramo de flores y con el que me he enrollado varias veces y que para colmo, me he enamorado.
Noah se mete en la conversación dejando de lado su "enfado":
—Pues un ramo de rosas blancas preciosas del Grin...
—Que le hemos regalado nosotros dos anoche —Mane consigue salvar que Thor meta más la pata. Casi dice el nombre del grinch y, si dijese su nombre real no pasa nada, pero el apodo Paul si lo conoce. —Sabemos que a Soph le gustan esas cosas y no pudimos evitarlo al pasar por la floristería.
—Oh... Si sé que te gustan las rosas te regalaba un ramo, Foquita.
—Tranquilo, Paul. El peluche me encanta.
—Me siento como si no te conociera y me molesta.
—Paul no digas tonterías —niego antes de que se sienta más culpable —Tú me conoces mucho.
—Si, tienes razón, no sé porque me he puesto así. Perdona, Soph, pero tengo que irme.
Paul me da un beso en la mejilla y se despide de mis amigos con la mano. Le veo salir por la puerta sin mirar atrás. Un silencio incómodo se forma en la mesa, la tensión apenas puede palparse entre los tres. Cuando volteo la cabeza de nuevo mirando a Mane, veo que esta se siente culpable, pero también se ha quedado extrañada por la actitud de Paul para marcharse.
—¿Le habrá sentado mal?
—¿Mal? No creo —respondo a Mane.
—Me parece que no se ha creído que hayamos sido nosotros lo de las rosas. Lo he notado como si se hubiera molestado al saber que te habían regalado algo más.
—¿Por qué iba a molestarle un ramo de rosas? —inquiero. Estos se miran y luego vuelven a mí con una mirada que me conozco muy bien. Están pensando si decirme lo siguiente o no y cuando me doy cuenta de que se trata, abro los ojos, estupefacta —: ¿Creéis que Paul está...? —Remuevo cualquier pensamiento que he estado imaginando —No, somos solo amigos. Paul y yo nos queremos, pero somos muy buenos amigos.
—¿Y él lo sabe? Puede que se esté enamorando de ti, Soph —es Noah quien habla por primera vez sin bromas de por medio —Pienso como Mane: también me ha parecido que le ha molestado.
—Thor, sé perfectamente si le ha molestado o no.
—¿Y porque se ha ido tan drásticamente?
—Tendrá que ayudar a su padre en el taller o dar alguna clase. Le conozco, chicos y no hay nada.
—Soph...
Interrumpo a Mane antes de que pueda continuar:
—Paul y yo solo somos amigos y ambos lo sabemos.
Me levanto rápidamente mareándome un poco al hacerlo, pero no tardó mucho en salir de la cafetería. No obstante, cuando llego a la puerta de mi aula, me detengo porque un montón de pensamientos sobre si será verdad o no que Paul esté sintiendo cosas por mí rondan mi cabeza. Remuevo aquellos pensamientos y me preparo para mi primera clase del día de hoy.
Luego habíamos quedado para comer algo en el centro comercial por mi cumple y más tarde, la fiesta del primo de Mick. Y así, presto atención al profesor.
🎙️🎙️🎙️
Al final no había fiesta.
Por lo visto el primo de Mick la había cancelado porque sus padres llegaron antes de tiempo del viaje que por lo visto tenían y le han chafado la fiesta. Sin embargo, mis amigos y yo no nos rendimos tan fácilmente y teníamos que celebrar mi cumpleaños aunque sea en el mismo sitio. En la discoteca donde se hizo la fiesta neón, pues este lugar se había convertido de nuestros favoritos.
Para mi mala suerte no estábamos solos y es que, NeverLand también había venido. Tengo que acostumbrarme a que Mane ahora es novia del baterista y que pasan mucho tiempo juntos. Paul no había venido. Sigue raro desde lo sucedido esta mañana en la cafetería de la Universidad al enterarse de que me habían regalado un ramo de rosas y mi cabeza sigue dándole vueltas a la conversación con Noah y Mane sobre su actitud al marcharse rápidamente.
—Soph, ven. Aquí hay sitio.
Camino hacia Mane que se encuentra en la mesa del reservado que, como no, esta él. No me mira, o más bien, no mira a nada en concreto. Parece que tiene la mirada perdida en su copa que mueve con la mano en movimientos circulares. Cuán me siento, empiezo a escuchar el tintineo de unos hielos contra un cristal y rápidamente me doy cuenta de que se trata del grinch. Dejo el bolsito y sin nada más que decir, aviso a mis amigos de que iría a la pista de baile; no podía estar en el mismo sitio que él y no pensar en rosas, beso y mucho más.
Tres horas más tarde, seguimos de fiesta.
Hoy no estoy bebiendo mucho y no es que no quiera, sino que no me apetece llegar a estar tan borracha como siempre. Además, ya que tenía carnet de conducir, me había propuesto ser yo esta vez la conductora. Bueno y Riley que somos los únicos con coche.
Salgo a la terraza para tomar el aire después de dejar a mis amigos bailando en la planta de abajo con los demás. No sé ni qué hora era puesto que el móvil está dentro del reservado con el bolso, pero viendo que apenas hay luz en la calle..., diría que deben ser las doce o más.
La luna se alza sobre mi cabeza. Esta noche era luna llena e ilumina el cielo con su precioso brillo. ¿Cómo es que algo tan simple podía ser a la vez tan perfecta? Siempre he sido más de noche que de día. De luna que de sol. Las noches tenían ese algo que conectaba con mi alma. Me gusta leer más por la noche con el silencio y la tranquilidad que sabes que hay porque no hay nadie despierto a esas horas.
Cuando es de noche sientes que todo se te olvida y que estás más en calma; ¿Cómo cuando te das un baño relajante de especias y cuando sales te quedas tan a gusto? Así es como me siento yo con los instantes nocturnos. No sé, amaba la noche y punto.
Era algo que había cogido de mi padre; en cambio, mamá, prefería lo contrario.
Sonrío al recordar el día que fuimos de acampada y mi madre solo podía pensar en que estábamos en medio de la nada, de noche con una cara de pánico y con bichos alrededor. Tendría unos ocho años creo y ya me gustaba todo eso y es que, aunque puedo aparentar ser la clase de tía que se arregla, es presumida y pija, también me gustaban las cosas de "aventuras" por así decirlo. La sonrisa desaparece cuando me viene a la mente la pelea que sucedió después de cenar junto al fuego, mientras estaba dentro de la tienda; papá acabó durmiendo fuera y mamá conmigo...
Una voz, conocida, me despierta del flashbacks:
—Niña pija, estás aquí.
Nuevo capítulo, Lovers.
¿Creéis que Paul se está enamorando de Sophia? ¿Os cae bien Paul o lo notáis un poco sospecho y en cualquier momento creéis que la va a traicionar o algo? El regalo de las rosas blancas... ¿Qué os ha parecido? Un acto totalmente opuesto a como es nuestro grinch jajaja.
Quiero vuestras opiniones respecto a estos capítulos que os he subido esta semana.
No olvidéis, votar, comentar y compartir y seguirme en redes para no perderos ningún avance y comentar los capítulos conmigo. Aparte de meteros en el grupo de wasap de lectorxs si queréis.
DEDICATORIA:
Titania2408, una-scrittore, _Diablita1625_, Panteritaaa, cristinazg_, cristinaramosc_, WattpadRomanceES, WattpadEspanol, SeirMayantigo, Ena_Grcia0, itsela_fierrro04, itsmebbcca, itxmaikai, AdictaAlChicoDelPan, LibrosAdicta, AlienComeLibros98,
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro