Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1🎤



Capítulo 1| Casiopea

Ian


Queda poco para acabar el año y la gente se apretuja para apreciar caer la bola de Times Square. Menos yo. Me apoyo contra la esquina de una tienda que, por las dichosas fiestas, se encuentra cerrada, y observo a los patéticos amantes de la navidad.

Nunca he sido amante de aquella fiesta, bueno, miento, dejé de serlo desde que ya no iba a casa de mis padres a celebrar ningún tipo de fiesta luego de lo que pasó con Matt. Para pasar el tiempo hasta que den las doce, saco un cigarro de la cajetilla que tengo en la chaqueta y me lo enciendo justo cuando, alguien me sorprende por el lado derecho y reconozco la voz de enamorado de mi compañero de banda.

—Tío, ¿puedes apartar esa mirada de "quiero matarte", aunque sea solo un día? —Riley se ríe, pero yo solo le miro con el ceño fruncido.

—¿Tu no ibas a montar en helicóptero con tu sirenita?

Si, Riley Steele me había contado que tenía una sorpresa para la chica que lo tiene en las nubes, y es que, quiere que vea la gran bola de Times Square desde el cielo. Tengo que reconocer que, me dan subidones de azúcar cada vez que lo tengo cerca.

—Si, y si quiero llegar a tiempo y sin amargarme como tú, mejor me voy yendo.

—Que te vaya bien, capullo —le digo por última vez antes de perderlo entre la multitud.

Normalmente, no te dejan entrar de nuevo a Times Square si sales de tu sitio, pero digamos que eso es lo bueno de ser "famosos" y que nuestra banda ya sea conocida en muchos lugares: que con una miradita de Steele, las fans le abrirían el camino para llegar al medio donde se encuentra su sirenita. Vuelvo a aspirar el humo del cigarro, lo mantengo en mis pulmones durante un largo tiempo y a continuación lo expulso formando círculos.

Otra voz, esta vez femenina e insoportable, me habla por el mismo lado que Steele:

—Así que el grinch no va a ser navideño por una vez, ¿no? Que sorpresa.

La amiga de la novia de Steele camina hacia mí y acto seguido, se apoya en la misma pared de la tienda donde estoy yo, dejando varios centímetros de distancia entre los dos. Esta es la rubia, ¿cómo se llamaba? Ni lo sé ni me importa y así se lo dejo caer.

—¿Y tú eras...?

—¿Tú no dejas el malgenio apartado alguna vez? —pregunta con un tono crispado y sé que la estoy enfureciendo y solo acabamos de empezar.

—¿Por qué lo dejaría? Así los pesados no se me acercan...Aunque debo admitir que con algunos no funcionan.

La rubia abre la boca, pues sabe que la acabo de llamar pesada en toda la cara. Debo admitir que es una chica bastante atractiva: rubia, de una piel muy blanca, ojos del color de la avellana y un estilo aniñado. Pero no es mi estilo. Yo prefiero las mujeres que sepan lo que quieren y hacen, —y sí: me refiero en la cama—, porque, si soy de los que van de flor en flor, es porque no puedo darles lo que ellas quieren: las chicas siempre van pidiendo romanticismo, flores, y mierdas de esas que a mí no me van.

Tiro el cigarro al suelo y lo piso con la suela del zapato para irme de allí, pero esta parece que quiere sacarme de quicio incluso en nochevieja.

—¿Eres siempre tan... pero tan gilipollas?

"Vale, ahí ya me has terminado de encontrar, rubita", pienso.

Dejo de dar un paso más, me volteo para mirarla y sin que se lo espere, la encierro entre mi cuerpo y la pared de tal manera que no tenga por donde escapar. Inmovilizo sus brazos sujetándolos por encima de su cabeza, en la pared. Acerco mi cara a la suya consiguiendo que se ponga nerviosa y cuando estoy cerca de su oído, la susurro:

—Puedo ser hasta un hijo de puta, rubita.

La suelto, liberándola y sin más, me marcho de allí. No voy a tolerar los gritos que en, miro el reloj que yace en mi muñeca, en cinco minutos va a empezar a ver cuándo caiga la gran bola.

No sé dónde ir, ni que hacer, pero lo que si tengo claro es que no pienso estar allí ni un minuto más.

 🎙️🎙️🎙️

Las doce.

Miro las historias que acaba de subir Riley y no puedo evitar hacer un gesto de empalago. Ruedo los ojos. Mi compañero aparece besando a su querida novia después de felicitarse el año; aún siguen en el helicóptero parece ser.

Salgo de Instagram y sin ser consciente, acabo en la aplicación de mensajes justo al mismo tiempo que la notificación de uno, llega en ese momento. Los pelos se me ponen de punta cuando veo de quien es el mensaje: el grupo de mi familia. Ni siquiera sé porque sigo dentro, pero, aunque pueda aparentar dureza por fuera, en verdad me da miedo salirme. O tal vez es que no quiero irme de este.

Entro sin darme cuenta y leo el mensaje de Steve.

Los Lerman, grupo familia:

Steve: Feliz año familia y feliz cumpleaños viejo

Mamá: Feliz año, cariño. A ver si vienes a visitarnos a tu padre y a mí.

Papá: Hijo, haz caso a tu madre, no sabes lo convincente que es tu madre, incluso en navidad. Y muchas gracias.

Si, el cumpleaños de mi viejo era en año nuevo.

Mis dedos comienzan a escribir, pero cuando el recuerdo de aquella noche vuelve a mi cabeza, dejo los dedos quietos. Los gritos, el sonido de la ambulancia... En una fracción de segundos, empieza a faltarme el aire y tengo que buscar algo, —un banco concretamente—, para intentar calmarme. Borro el mensaje que he estado a punto de mandar y guardo el móvil en la chaqueta para poco después llevarme las manos a la cabeza. Apoyo la espalda al respaldo del banco y me acomodo de tal manera que quede mirando al cielo, pero con los ojos cerrados.

En cuanto los abro, una extensión oscura repleta de puntitos llama mi atención. Recuerdo la última vez que vi el cielo tan lleno de estrellas. Fue el momento más mágico que un niño de diez años pudiera presenciar. Estábamos en Francia, en la casa de mis abuelos maternos y aquella noche salimos todos a cenar fuera. Matt iba agarrado de mi mano y yo de la de Steve. Me rio al recordar que parecíamos una cadena en ese momento. Más tarde, Matt y yo salimos corriendo y nos tiramos riendo sobre el césped quedándonos ahí, sin hacer nada. Solo él, las estrellas y yo.

"—Mira, Matt —le dije, señalando arriba —¿Sabes cuál es esa estrella?"

Ni siquiera yo sabía cuál era esa estrella, pero quería hacerme el listo ante él. Luego, se lo preguntamos a nuestro padre y nos respondió contándonos que era la constelación de Casiopea y que habíamos tenido mucha suerte de haberla visto. Mi mente evoca lo siguiente que dijo mi hermano con tan solo seis años:

"—Ian, yo cuando muera, quiero volar a esa constelación".

Cuando dejo de mirar el cielo, inconscientemente dirijo la mirada a mi muñeca. Concretamente a las líneas negras que forman un dibujo en mi piel. Sin embargo, aparto la mirada y meto las manos en los bolsillos para volver a mirar al cielo.

—Conseguiste volar a Casiopea, hermano —susurro a la noche oscura como si me escuchara —Aunque demasiado pronto.

En ese momento, la notificación de otro mensaje me hace volver a la puta realidad. Saco el móvil y veo que he recibido un mensaje de la persona que menos necesito ahora saber nada. Mi hermano Steve.

Steve: te he visto escribiendo en el grupo de familia, canijo. ¿Por qué no mandas aunque sea un simple mensaje? Mamá lo necesita y lo sabes.

Yo: No puedo, lo sabes.

Steve: Canijo, tu no tuviste la culpa, me oyes? Te lo repito mil veces: Matt no murió por tu culpa.

Yo: ¡joder, Steve! ¡Era yo quien conducía! ¡Yo, yo, yo! Lo siento, pero no puedo mirarlos a la cara... Si quieres felicítales de mi parte el año, pero no puedo.

Cuando creo que no escribirá más y estoy a punto de guardarme de nuevo el móvil, salta otra notificación.

Steve: Los estás haciendo daño, Ian.

No respondo.

 No puedo ni aunque quisiera. He dicho la verdad cuando le contado que apenas puedo mirar a mis padres, porque sé que, aunque no lo digan, sufren por la pérdida de mi hermano. Mi madre también intenta convencerme de que no es mi culpa, pero es que ella solo sabe que íbamos ambos en el coche, pero lo que no sabe es que íbamos discutiendo y que yo fui el que se distrajo ocasionando el maldito accidente.

No, no puedo ver a mis padres sabiendo que toda la culpa la tengo.

Yo hice que perdieran a un hijo.

Yo maté a Matt.

 Lo prometido es deuda Lovers! Aquí va el primer capítulo de "Cuando las rosas dejen de arder". Recordad que es el segundo libro de la Serie Am y que el primero ya lo tenéis en mi perfil, completo; aunque podéis empezar por el que quedáis, yo os aconsejaría empezar por el de Riley y Mane (el 1). Espero que os guste tanto como el primero y que sigáis leyéndome siempre. 

No olvidéis votar, comentar y compartir para ayudarme a crecer y saber que os ha gustado <333

Ahora sí que si, os dejo con la lectura. 

___________________________________________________

cristinazg_NaykarenCorreaRodrg2SeirMayantigoTitania2408AdictaAlChicoDelPanuna-scrittoreLeslyzz90Amigos

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro