Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

III

Todoroki Shoto nunca creyó que la palabra silencio y Bakugo pudieran estar ligadas. Después de todo Bakugo Katsuki era todo menos silencioso. Aun así el silencio que se sembró entre los dos fue ensordecedor.

Bakugo camino por delante a grandes zancadas. El único ruido que amortiguó el ambiente rígido y confuso.

Todoroki había decidido acompañar a Bakugo, dejarlo con Midoriya a solas no parecía pertinente. Las cosas entre los dos siempre fueron complicadas. Orbitando siempre cerca del otro, como la luna del planeta que representaba el otro.

El resultado de su interacción fluctuó entre el desastre o la arrasadora victoria.

La fuerza y determinación de ambos era algo que tomar en cuenta y si no hubiera esa extraña enemistad que solía provenir de Bakugo podrían convertirse en una fuerza imparable.

El misterio que venía de la mano con su pasado, era un tabú, después de todo ninguno estaba particularmente emocionado de hablar de ello.

Aunque era claro para cualquiera que tenía un gran peso para ambos.

Todoroki Shoto había sido uno de los que lo noto.

Bakugo siempre observo a Midoriya con odio y desdén, detrás de ojos dilatados y una mueca demasiado grande como profunda. Una mueca no muy diferente a la que solía mostrar a cualquiera que mirara demasiado tiempo en su dirección. Sin embargo, la furia y la agresión en sus palabras solían tener una precisión inverosímil en el chico generando que sus músculos se tensaran de una forma que no había visto hacer con otra persona.

Sin embargo, a pesar de las duras e inflexibles palabras que se dirigían hacia él, y el temblor que se estacionaria en su cuerpo cada vez que dirigía su atención hacia Bakugo, mientras la verborrea lo aquejaba ocasionado el estrepitoso tartamudeo, Midoriya siguió tratando de mantenerse erguido en su lugar, tratando de igualar su mirada.

Muchos pensarían que Midoriya ardería en enojo y frustración, y la agresión desbordaría por cada poro de su piel, pero no fue así. En su lugar miro a Bakugo como a alguien importante para él, como a alguien a quién no le gustaría perder.

Midoriya había afirmado qué eran amigos de la infancia. Los detalles fueron revelados de forma simple como paulatina, mientras sus labios esbozaban una sonrisa cariñosa que le hizo recordar a su hermana cuando sonreía al recordar algo bueno que le pasó.

El adjetivo como tal de alguna forma género un par de miradas incómodas entre la gente reunida en la mesa del comedor en ese entonces, y algunas miradas discretas no pasaron desapercibidas, sin embargo Todoroki no era alguien que entendiera del todo las usanzas modernas entre su mismo séquito. Así que lo dejo pasar.

Después de todo, Midoriya era una persona buena, y confiaba en su buen juicio como inteligencia.

Aun así no se había perdido la incomodad que se generó en el ambiente como alguno que otro comentario extraño.

—¿Amigos? ¿De verdad? ¿Y al menos él lo sabe? —había dicho Kaminari, por lo que había visto el chico no se había llevado una buena impresión de Bakugo— Quiero decir —su sonrisa tambaleó cuando una mirada de reproche de Uraraka se clavó encima de él— Pareces agradable y un buen sujeto, por eso me preguntó ¿Por qué alguien como tú querría ser amigo de un tipo como él? —una mueca se estacionó en su rostro, Todoroki notó la tensión en los hombros de Midoriya al igual que Iida.

—No creo que sea apropiado hablar de nuestros compañeros de clase a sus espaldas —reflexiono, ajustando sus lentes.

—Cierto, capaz nos escucha y explota todo el comedor —tarareo Sero con una sonrisa perezosa, dándole un codazo amistoso a Kaminari, quien rio por el comentario.

—Hablando de comedor, nunca me imaginé estar en uno así de grande —hablo Uraraka, llevándose un trozo de filete a la boca— ¡U.A. sabe lo que sus estudiantes quieren!

Iida parpadeo, registrando la información antes de carraspear.

—Supongo que es natural que U.A. implemente un buen sistema alimenticio con sus alumnos, después de todo, ¿Cómo podremos ser héroes si no tenemos una alimentación adecuada?

Y con ello el tema había sido dejado atrás, aun así no pudo evitar sentir curiosidad, después de todo, los amigos se ayudaban entre sí, y deseaba hacer lo mismo por Midoriya, aunque la relación entre Midoriya y Bakugo le resultaba particularmente extraña. Y la falta de entendimiento sobre su relación no hizo las cosas fáciles para que él pudiera hacer algo. Porque, mientras Midoriya trataba de acercarse a Bakugo, este seguía rechazándolo como la peste. Aun así, Midoriya no desistió.

Muchos no lo entendieron. Todoroki tampoco lo hizo.

Tal vez muy en el fondo no quiso hacerlo tampoco. Bakugo odiaba a Midoriya, mientras Midoriya aún veía en Bakugo al amigo que alguna vez fue. Si es que alguna vez lo fue.

Para él era incomprensible este tipo de situaciones, algo más de lo cual debería aprender fuera de tiempo, después de todo, era el único que había sido criado de forma extraña como inverosímil. Algo más que Endeavor le había robado.

Pero Tsuyu había mencionado una vez: —Lo importante aquí, es que Bakugo es importante para Midoriya-chan y eso no se puede cambiar, kero.

Eso sí pudo entenderlo.

Después de todo, él quería a sus hermanos a pesar de no conocerlos bien, también quería a su madre a pesar de lo que le había hecho. Sus compañeros de clase parecieron tener una resolución similar y dejaron el tema en paz. Y luego sin saber cómo, se vio orbitando cerca de Bakugo.

Todoroki afirmo en su momento que todo fue debido a las clases de recuperación. Sin embargo con el paso del tiempo, él mismo tuvo que admitir que sus ojos habían estado moviéndose en su dirección con anterioridad, mucho antes que la frustración y la ira se sembrarán dentro de su corazón cuando lo vio desaparecer frente a sus ojos tras el desastroso evento de Kamino.

Todoroki no era del tipo que negara sus emociones, el sentido de hacerlo era una pérdida de tiempo. Abrazo la ira como el enojo que sintió por su padre, al igual que abrazo la compañía de tener amigos y aprendió a lidiar con ambas emociones de forma paulatina.

Por ello cuando decidió hacerse amigo de Bakugo al darse cuenta que era algo antinatural luchar contra la fuerza de gravedad que lo hizo orbitar cerca de él, pudo notar los pequeños cambios en su expresión como cuerpo.

El impacto que Bakugo tenía sobre Midoriya no era un secreto. El recuerdo del chico yendo hacia él con los huesos rotos y apunto de desfallecer aún estaba presente en su memoria como su inutilidad para hacer algo cuando lo raptaron en medio del campamento organizado por U.A.

El nombre Bakugo, siempre tuvo un tipo de poder en Midoriya que a muchos asusto.

No obstante, nadie había notado el impacto del nombre Midoriya en Bakugo.

Todoroki lo atribuyo a la mezquindad que tenía Bakugo con la gente, después de todo, Bakugo mantenía sus negocios solo para sí mismo y para nadie más.

Sin embargo que no todos pudieran notarlo, no significa a qué no era real.

No cuando era claro por una fracción de segundos como la sorpresa reemplazaría el enojo, desdibujando así, su entrecejo fruncido, y su cuerpo por lo regular suelto y lleno de confianza en el campo de batalla se tensaría generando un espasmo en sus músculos, irguiéndolo un poco más en su lugar.

El suceso era extraño de ver, como el hecho de que sucediera en primer lugar, aunque el detonante siempre fue lo mismo.

Oscilando en dos direcciones como solía ser siempre el resultado de su interacción combinada.

O Midoriya se encontrará orbitando demasiado cerca. Cerca como para frustrarlo y sacarlo de quicio con solo tenerlo en su periférico.

O demasiado lejos. Tan lejos como para simplemente desligarse del otro a no ser porque, de alguna forma, el pensamiento crítico de ambos, se conectaría de forma casi mística como para que los dos pensaran en lo mismo o en su consecuencia pudieran entender lo que el otro quería hacer sin dirigir una sola palabra.

Era extraño.

Raro.

Inverosímil.

Y de alguna forma íntimo.

Demostrando una vez más que, que la historia que había contado Midoriya no era solo una fantasía de la cual se había aferrado hasta la desesperación por volverla real. Sino que, era real, en algún momento los dos habían sido cercanos hasta el punto de ser amigos.

Hasta el punto de ser el escudo humano del otro si era necesario.

Todoroki cerró los ojos y exhalo. La imagen de Bakugo cayendo en el aire, el cómo sus manos pudieron sentir el calor bajar de su cuerpo, mientras la sangre brotaba manchando su ropa y luego lo colocaba en el piso, apareció en su mente.

No quería pensar en eso y al mismo tiempo se odiaba por no tomarse un momento para hacerlo. Bakugo era su amigo. Y casi lo había perdido.

Pero Bakugo seguía de pie, ahí frente a él, con los hombros bien cuadrados y mirada de pocos amigos.

A simple vista todo parecía normal. Si es que el silencio no fuera demasiado asfixiante entre los dos. Y por un momento pensó que sería mucho más fácil estar lidiando con los medios de comunicación que la aprensión de su silencio.

Bakugo y silencio no eran una buena combinación, concluyó.

—¿A dónde vamos? —pregunto Todoroki cuando lo vio girar hacia la izquierda. Al parecer se dirigían a High Alliance. Bakugo no respondió, Todoroki no pareció sorprendido— No creo que esté ahí, ya todos lo buscamos —prosiguió cuando entraron por la puerta principal. Bakugo siguió en silencio. Eso de alguna forma lo molesto. Bakugo no era del tipo silencioso. Siempre exteriorizo lo que pensaba, y nunca se molestó en explicarse, de alguna forma espero el típico insulto bajo las ásperas palabras.

—¡Mido-! —Kaminari se quedó congelado cuando salió de la cocina y se encontró con Bakugo de frente, Jiro había salido detrás de él chocando contra la espalda de Kaminari. Los dos se habían quedado en High Alliance por si Midoriya regresaba.

—¡Oye, pero que te pasa! —se detuvo Kyoka cuando miro pasar a Bakugo por el vestíbulo de la sala común, ignorando sus presencias.

—¿Kacchan? —llamo Kaminari, envalentándose así mismo, no habían hablado desde hace días, su ánimo murió cuando Bakugo paso de largo y subió por las escaleras. Los dos se habían vuelto cercanos con el tiempo. Al menos eso se suponía. Bakugo solía tratar de alejarse de Kaminari, pero nunca había hecho un movimiento real para hacerlo. Así que ignorarlo mortalmente era extraño. Aunque no tanto a sabiendas del silencio que se sembró en él para toda la clase.

—Bakugo ¿Qué crees estás haciendo? —llamo una vez más Todoroki, se estaba impacientando y su paciencia termino cuando Bakugo se dirigió a una puerta familiar— Bakugo, ¿No crees que ya hemos buscado en la habitación de Midoriya? —trato de persuadirlo cuando tomo el pomo— Te lo dije —señalo cuando abrió la puerta y dentro no había nada más que los posters de All Might en las paredes y las pertenencias de Midoriya bien ordenadas. A simple vista, por la forma en que se encontraban sus objetos personales no parecía que el chico tuviera alguna intención de dejar el lugar, Todoroki entrecerró los ojos, algo debía haber pasado, lo sabía, Bakugo no había sido el único que había empezado a actuar raro, Midoriya también lo había hecho, y luego había desaparecido. Todoroki apretó los puños con fuerza, estaba enojado consigo mismo, se suponía que eran amigos y no había notado las señales. Estaba estudiando para ser un héroe y aun así no pudo hacer nada para ayudar a sus amigos, se había enfocado demasiado en Touya y en su padre, en como detenerlo, porque lo sabía, la expresión confusa y llena de horror de su padre seguía presente en su mente. Endeavor no podría enfrentar a Touya, además, era su deber, Touya era su hermano. Todoroki se mordió el labio inferior, estaba seguro que Midoriya habría podido hacerlo mejor, él siempre sabía qué hacer y qué decir, después de todo lo había ayudado no solo a él sino a quien necesitará de su ayuda, pero ¿Quién podría ayudar a Midoriya? La imagen de Bakugo interponiéndose en el ataque de Shigaraki apareció en su mente;

«Él nunca se toma así mismo en cuenta.»

Bakugo había dicho eso en plena batalla, el hilo de pensamiento fue cortado de tajo cuando el crujido de la madera llamo su atención. Todoroki miro por el rabillo. Bakugo estaba frente a la mesita de estar, encima descansaba un reloj de All Might con la típica sonrisa de todo dientes en el rostro. El cajón estaba abierto y Bakugo sostenía algo en sus manos— ¿Que estás haciendo? —camino en su dirección notando así el dispositivo en su mano, sus ojos se entrecerraron— ¿Es el celular de Midoriya? ¿Qué estás tratando de hacer con él? —pregunto cuando lo observo deslizar su pulgar en la pantalla y esta apareció bloqueada— No creo que sirva de algo sin la contraseña —argumento, pero Bakugo no le escucho, en su lugar tecleo un par de dígitos en la pantalla y el bloqueo desapareció, los ojos de Todoroki se abrieron, avanzando un poco más, se colocó a un lado de él eh inclino la cabeza para observar mejor lo que estaba haciendo, Todoroki no creía que fuera adecuado entrometerse en la privacidad de Midoriya, pero una vez más, sus cosas estaban en la habitación, lo único que faltaba era el propio Midoriya en ella, ¿Acaso había sido secuestrado? No es como si fuese la primera vez que pasaba, sus ojos se dispararon en dirección de Bakugo, quien seguía atento a la pantalla, el pensamiento lo golpeo de repente, ya había pasado antes y enfrente de sus narices ¿no? Que quisieran secuestrar a Midoriya sería natural, creando así una gran desventaja, después de todo, él había sido el único que pudo pelear contra Shigaraki, pero entonces Todoroki escucho el sonido de un gruñido, que redirigió su atención una vez más hacia Bakugo, su entrecejo se había fruncido, sus ojos brillaron de forma oscura inyectados por la sangre y sus labios perfilaron una mueca de disgusto, su mirada se movió de su rostro a sus brazos, notando la tensión en ellos hasta terminar en el duro agarre de su mano contra el dispositivo, Todoroki sintió que era ese tipo de ocasión, aunque esta vez la grieta se abrió lo suficiente como para dejarlo observar con detalle la vorágine de emociones que se disparaban en el interior de Bakugo en ese momento— Bakugo, lo romperás —advirtió, sus palabras no parecieron ser oídas, a pesar de ello algo cambio en su expresión, una sonrisa depredadora se perfiló, sus dientes brillaron a contra luz al igual que sus colmillos. El momento había terminado y con ello había dejado algo más detrás. Todoroki no sabía si era algo bueno o malo.

—Bien, aún hay tiempo —declaro antes de girarse, Todoroki quiso decir algo, pero se vio así mismo atrapando el celular de Midoriya con ambas manos cuando Bakugo lo lanzo a su dirección.

Sus ojos se abrieron en par cuando observo lo que había en la pantalla. Eran varios mensajes de texto, arriba un pequeño reloj de arena dejaba caer pequeños granos desde el lado derecho, Todoroki se atrevió a abrir el mensaje que tenía su nombre y lo leyó con calma. Era un mensaje programado. Por lo que pudo ver, el mensaje sería enviado la mañana siguiente. Los demás, supuso tendrían la misma hora de entrega.

Su ceño se frunció, una mueca de disgusto apareció en sus labios, llevo el objeto al bolsillo de su pantalón y entonces salió con una ira renovada.

—¡Bakugo! —grito Todoroki en el pasillo, Bakugo estaba por muchos pasos adelante de él— ¡¿Sabes algo no es así?! —volvió a gritar. Bakugo se perdió en las escaleras, Todoroki no era del tipo que se dejará influenciar por sus emociones, sin embargo las palabras que Midoriya había escrito en ese mensaje ¿Que significaban? ¿Por qué Midoriya dijo que todo era su culpa? ¿Y por qué eso significaba que debía irse? Luego recordó las palabras que Bakugo le había dicho a Iida; "no dejes que se vaya"— ¡Bakugo! ¿¡Que es lo que sabes que nosotros no!? ¡RESPONDE! —grito en medio de la sala, demasiado absorto en el rubio sin notar la presencia de la gente en ella. Una línea de hielo salió disparada del piso y congelo los zapatos de Bakugo.

—¿Todoroki? ¿Qué sucede? —llamo Kirishima, su mirada viajo de Bakugo a Todoroki, mientras avanzaba hacia él, no deseaba que una pelea se iniciará, no cuando uno de sus compañeros y amigo no se encontraba por ningún lado.

—¿Todoroki? —llamo Uraraka, la gente empezó a congregarse— ¿Que está pasando? —su voz sonó entrecortada, ella había sido la más afectada cuando Midoriya no había parecido.

—Bakugo sabe algo —puntualizo, sin apartar la vista de él, Kirishima miro en dirección del rubio, sus manos estaban a sus costados y su espalda recta. A pesar de que sus manos estaban libres no las flexiono. Kirishima pudo notar un leve temblor en sus hombros. Bakugo se estaba conteniendo.

—Suéltame —las sílabas salieron rasposas entre el chirriar de sus dientes. La advertencia exudo con fuerza.

—No, hasta que me expliques que significan esos mensajes —declaro Todoroki sin ápice alguno de querer retroceder.

—¿Mensajes? —Tsuyu repitió.

Kirishima miro la escena, todos los ojos viajaban de Todoroki a Bakugo, quien aún seguía de pie con las suelas de los zapatos congeladas.

—Bakugo... —avanzo Uraraka hacia él— ¿Qué quiere decir Todoroki? ¿Acaso tú sabes algo sobre lo que pasó con Midoriya? —pregunto, su voz fue una extraña combinación entre súplica y demanda.

Los dientes de Bakugo chocaron, el chirrido que salió de entre ellos, retumbo en medio del silencio.

—Dije que me sueltes, Todoroki —Kirishima observo la advertencia por lo que era, una mano endurecida se colocó en el hombro de Shoto.

—Todoroki, suéltalo —hablo Kirishima a su izquierda, apretando un poco su hombro para llamar su atención.

—Él sabe algo.

—Entiendo, amigo —procedió con cautela— Y si eso es verdad, es por eso Bakugo necesita irse ahora ¿No? —sonrió débilmente, era más mueca que sonrisa en medio de una mirada preocupada. Realmente no deseaba que una pelea iniciara ahora. Todoroki pareció reconocer lo que decía, cuando el chico parpadeo y una mirada de reconocimiento apareció en su rostro la calma volvió al cuerpo de Kirishima o al menos hasta que una explosión se escuchó. Tanto Kirishima y Todoroki se giraron, Bakugo había explotado el hielo de sus tenis. Ahora no había forma de que se salvaran, tendría que comprar un par nuevo.

El humo empezó a flotar en la sala, Kirishima observo la mirada de Todoroki, ojos bien abiertos sobre su amigo hasta que esté desapareció por la puerta y el silencio se sembró en la habitación.

—¿Qué ese no es el teléfono de Midoriya? —comento Tsuyu. Llamando la atención de todos.

Todoroki apretó su mano libre, sus nudillos se habían vuelto más blancos de lo que eran por la fuerza del agarre.

—Lo es —extendió el teléfono— Y creo que todos deben ver esto —declaro lacónicamente, o al menos intento. Hubo un leve temblor en sus labios. Algo de vergüenza en su rostro. Kirishima palmeo su espalda.

━※━

Aizawa se movió por los pasillos de U.A. el intrincado pasaje de salones y pasillos se perdió tras su sombra.

Bakugo no era del tipo de pedir ayuda. Él la rechazaba y empujaba, hasta el punto de repudiarla en nombre de algo llamado fuerza.

Aizawa pudo entender de donde vino la idea, no era como si ese tipo de cosas no las hubiera visto antes, después de todo Bakugo Katsuki recayó bajo el estigma de; "Niño superdotado".

La gente alababa las virtudes que conllevaba la sola idea de la etiqueta, pero nunca observo los males que le atribuían.

La debilidad como los errores eran cosas que estos niños no podían sostener ni mucho menos probar.

No había un punto intermedio, ni mucho menos flojo.

Porque un niño que es bueno en todo, no necesita ayuda ni mucho menos guía, dígase en otras palabras; "utilice su paciencia para alguien que si la necesita de verdad".

Aizawa ya había visto casos así.

Cuando el banderín se colocaba demasiado alto solo se esperaba que este subiera.

Bajar no era una opción.

Caer no era una opción.

Perder no era una opción.

La propia palabra "niño" se perdía ante la imagen de pequeños adultos autosuficientes. Olvidando que sin importar la inteligencia o la autosuficiencia se seguía necesitando la guía de un adulto -preferentemente cuerdo-, sin embargo a muchas personas no les importaba.

El recuerdo de los cuadros en la sala de estar lo persiguieron cuando giro por el pasillo. Bakugo era un niño superdotado. Aprendía con facilidad, y por defecto solía pasar rápidamente de primer plano a segundo cuando alguien más necesitaba ayuda para hacer lo mismo que él.

No es como si Aizawa no hubiera notado las pequeñas señales, sin embargo en una escuela donde se esperaba el plus ultra de sus estudiantes, sobrepasar los límites era un rasgo que bien podía catapultar a cualquiera a la cima. Un rasgo esperado. Y el simple hecho de observar la impulsividad de Bakugo por sobrepasarlos era, de alguna forma un discurso motivacional sin palabras ante su nula capacidad de comunicación.

Por supuesto Aizawa sabía que Bakugo no era idiota, sabía cuándo parar, conocía a la perfección su cuerpo, cosa que algunos de sus compañeros adultos ni siquiera habían logrado hacer aún, ocasionando que sus cuerpos sufrieran lesiones que pudieron fácilmente evitarse.

Por ende, nunca presiono el tema.

Aizawa reconoció que había sido negligente, sin embargo era la raíz del problema también una virtud.

Bakugo era un niño.

Un niño lo suficientemente listo como para darse cuenta que hábitos rechazar.

Además, sus ojos lo habían estado siguiendo de cerca. Lo suficiente como para notar los pequeños cambios que a simple vista no salían a relucir, porque la gente no estaba preparada para hacerlo.

Ese era el problema de las primeras impresiones, y la costumbre mediática que había sido impuesta con el paso de las generaciones. Después de todo, la sociedad solía alabar los rasgos buenos y menospreciar los malos, lo que alimento la desigualdad como discriminación al igual que la expectativa.

La imagen pública conllevó un peso sobre los hombros de la gente que solía mostrarse bajo los reflectores.

Aizawa comprendió con los años que sin importar el medio, siempre habría una imagen que presentar a las personas, a la cuál debía de mantenerse.

La confianza era, por supuesto algo difícil de conseguir, pero fácil de perder.

La primera prueba de un héroe novato no era la misión en sí, sino la confianza que podía impartir al público en general.

Aizawa hizo una mueca ante ello.

A pesar de su edad, Bakugo Katsuki se había enfrentado a lo peor de los medios. Notas amarillas llenas de chismes y rumores. Encabezados elocuentes que disfrazaban con sátira comentarios que ninguna persona debería recibir aún menos un menor de edad.

Y aun así se había mantenido erguido y fuerte, indómito, para ojos de cualquier extraño parecería indiferente, alguien sin escrúpulos ni mucho menos corazón.

Sin embargo, Aizawa pudo notar la fragilidad detrás del orgullo que lo mantenía de pie. El enfrentamiento con Midoriya en medio de la noche pudo haber sido el punto de quiebre. En ese entonces Aizawa tuvo que admitir que había sido demasiado ingenuo, cuando las palabras de Yagi brotaron de sus labios delgados y sonrisa cansada instándolo a dejarlo pasar. Una parte de él le estaba gritando que pusiera un punto final a la situación de por sí lamentable.

La enemistad de Midoriya Izuku y Bakugo Katsuki era notoria, él quería llegar al fondo de ello, pero abordar el asunto, aún más a los niños era, por supuesto más fácil decirlo que hacerlo.

"No es su maldita vocación", susurro una voz que se asemejo demasiado a la suya dentro de su cabeza. Aizawa lo sabía, no estaba hecho para ser profesor, no era como Hizashi ni mucho menos Nemuri u Oboro. Oboro que solía contagiar el buen humor en los demás en un abrir y cerrar de ojos. Oboro quien había muerto enfrente de sus ojos y luego sus planes se habían arruinado.

«Formemos una agencia juntos»

Está no era su maldita vocación. Lo sabía y aun así...

Las personas estaban hechas de errores y virtudes, pero a lo largo de su vida Aizawa comprendió que a una persona solo se le permitía tener un solo gran error.

Él ya había tenido el suyo.

Pero Bakugo...

Bakugo solo era un niño que seguía aprendiendo de sus defectos. Aún había esperanza para él aunque los artículos asegurarán lo contrario. Después de todo era demasiado testarudo como para dejar que algo o alguien dominara su vida.

El chico pelea con uñas y dientes. Se arrastra si es necesario hasta hacerse sangrar y hay algo condenadamente virtuoso en la furia que arremolina cada fibra de su cuerpo, mientras flexiona sus músculos y entierra el dolor profundamente, -porque no hay tiempo para lamentaciones-, mientras vuelve al ruedo.

Y Aizawa se mentiría así mismo si dijera que no había querido tomar al chico de los hombros varias veces para mirarlo directamente a los ojos y decirle que pedir ayuda no lo hacía parecer débil. Que había una clase de fuerza diferente en admitir necesitarla.

Que no todo lo que la gente solía hablar de él era verdad, que no era su culpa la caída de All Might.

Pero como de costumbre, el niño se movía un paso adelante de él, como si no necesitará nada ni mucho menos a nadie.

Y cuando pestañeo, Aizawa se dio cuenta que Bakugo había avanzado, se había transformado, había cambiado.

Ya no era el mismo chico que gritaba por gritar, siempre alejado de los demás, con muros demasiado grandes y gruesos a su alrededor. Había aprendido a trabajar en equipo, a usar su habilidad en conjunto con los demás, a salir con sus compañeros y luego...

Bakugo se encontraba en la cama del hospital en un coma inducido.

Tenía las costillas rotas, uno de sus brazos se había dislocado por el esfuerzo al seguir usando su peculiaridad mientras trataba de frenar el ataque de los nomus que iban directo a Best Jeanist. El vendaje superior del hombro sobresalió, Aizawa pudo intuir que el golpe fue directo al trapecio y luego sus ojos bajaron a su costado, casi había traspasado el bazo y su estómago, su mirada se detuvo en el vendaje de la pelvis y... Aizawa sintió que el aliento se le había cortado.

La imagen de Oboro en medio del charco de sangre se yuxtapuso por un momento antes de notar que era Bakugo quien estaba en medio de la cama, mientras el sonido del «beep» de la máquina arremetía con fuerza.

Aizawa había sopesado las palabras del doctor con cautela. El panorama era favorable a pesar de las heridas. A pesar de ello, Aizawa como el hombre pesimista que era no se ilusionó. Aun así Bakugo, le había demostrado que aferrarse a la fe no era del todo malo, no cuando abrió los ojos.

Sin embargo cuando dirigió una mirada apreciativa hacia el niño pudo notar algo diferente.

Algo andaba terriblemente mal.

Y aun así lo había dejado actuar libremente.

—¿Esta seguro que esto es buena idea? —las palabras de Iida resonaron con fuerza en su cabeza cuando los dos se separaron eh insto en hacer caso a la petición de Bakugo. Sus labios tiraron hacia arriba en una sonrisa hueca, mostrando los dientes blancos mientras su ojo de por sí reseco se abrió ante la connotación de los hechos. Era una locura confiar, aún más en su estado. Se había apartado de todo y todos y aun así había decidido aferrarse a su profesor, como Aizawa quiso aferrarse a las palabras de Bakugo y por ello dijo: Iida, ve por favor.

Su mano se colocó en el pomo, el movimiento fue rápido. Aizawa se encontró así mismo demasiado impaciente frente a la puerta, lo cierto es que no estaba preparado para perder a alguien más. Así que solo pudo aferrarse a la futilidad de los hechos. Aizawa sabía que fuera el resultado no habría una respuesta para calmar a su corazón.

Solo bastó una mirada silenciosa, la cual se extendió por unos segundos dentro de la habitación, mientras el ambiente se transformaba entre los dos. La pluma en la pata de Nezu dejo de garabatear el documento que tenía enfrente.

—Así que ya se dieron cuenta —las palabras rebotaron en toda la habitación. La mirada de Aizawa se endureció, Nezu nunca había sido el tipo de persona que perdiera el tiempo sin una razón, en este caso, comprendió que no había algún incentivo en hacerlo— No pensé que lo hicieran hasta que el mensaje del joven Midoriya fuera entregado.

—Entonces es verdad —el veneno goteó de sus palabras. Aizawa apretó los puños con fuerza en sus costados. Se encontraba a un par de pasos del escritorio. Nezu no parpadeo. En su lugar una sonrisa se extendió en sus labios, parecía genuinamente complacido por su hallazgo. Orgulloso— Ya sabías lo que estaba pasando —los ojos de Aizawa se entrecerraron, a pensar de que la habitación era lo suficientemente grande como para albergar a todos los docentes cuando las juntas se llevaban a cabo sintió que era demasiado pequeña para los dos hombres en ese momento.

Nezu asintió.

—Soy el director, por supuesto que debo saber todo lo que ocurre dentro de las instalaciones —Aizawa dejo que la información se asimilara. Habían demasiadas preguntas sobre la información que estaba recibiendo, la duda se blandió ante las implicaciones. Midoriya Izuku había sobresalido por sobre sus compañeros aunque los aspectos negativos fueron los primeros en relucir, con un quirk tardío y sin poder controlarlo. Se suponía que estaba en el lugar correcto. Después de todo era una escuela de héroes. No se esperaría que sus alumnos supieran manejar sus peculiaridades a la perfección. Pero el chico... A pesar de romperse los huesos cada 2 por 3, lo intentaba. El hecho de que fuese un peligro para sí mismo y para los demás había sido dejado de lado ante las posibilidades; su peculiaridad era lo más parecido a la de All Might, con un poco -mucho- entrenamiento Midoriya podría ser un segundo símbolo de la paz. Así que se había dejado de lado las interrogantes y los porqués. En retrospectiva Aizawa debió intuir que había algo más ahí, pero ahora era demasiado tarde.

—¿Dónde está Midoriya? —la pregunta fue concisa y directa. Indagar sobre que sabía Nezu que él no, no era relevante en ese momento. Era una discusión para después, una que no postergaría está vez. Así que se limitó a preguntar lo que había quedado hasta arriba de la lista.

—Lamento informarle que no estoy en posición de revelar ese tipo de información —Aizawa gruño, su mirada se había vuelto fría, helada, la luz en sus ojos brillo en advertencia— Sin embargo puedo afirmar que la decisión fue completamente tomada por Midoriya.

—Solo tiene 16 años.

—Por eso su madre firmo el permiso por él.

—Y usted lo permitió —sus dientes chirriaron ante el choque, las sílabas salieron entrecortadas y rasposas.

—Shota —inicio, su tono era conciliador— Tú mejor que nadie sabe cuál es mi peculiaridad, el alto rendimiento no solo me permite actuar de forma rápida ante diversas situaciones mediante el pensamiento crítico, sino observar las diferentes variables sobre una situación.

—¿Por qué el hecho de que Midoriya Izuku se fuera de U.A. tendría un resultado favorable?

Aizawa había recibido el informe general de la guerra después de que la asociación de liberación paranormal retrocediera.

Cada uno de sus alumnos había luchado con valentía y fiereza. La estrategia que se había formado para frenar a la asociación había sido planeada en base a los diferentes recursos que se contaban a disposición. Cada uno de sus alumnos como personal era esencial para contrarrestar su ataque. Que uno de sus alumnos -que de alguna forma había podido pelear contra Shigaraki- hubiera decidido marcharse parecía más contraproducente que algo bueno. No tenía lógica.

—Créame cuando le digo que era una de las opciones más factibles —confeso y Aizawa pudo notar como el hombre mitad ratón parecía seguir sopesando el peso de sus decisiones. Nezu era inteligente, sus movimientos eran precisos. No había fallas en su lógica y aun así, de vez en cuando las variables podrían volver una buena decisión en una muy mala. Él lo sabía. Tratar de buscar lógica en la irracionalidad humana era como jugar a ser dios. El resultado siempre era el mismo: fracaso.

—Así que había otras opciones —Nezu asintió— ¿Y está bien con eso?

Nezu guardo silencio por unos segundos, ambos se miraron a los ojos fijamente evaluando al hombre que tenían al frente.

—Fue la decisión de Midoriya, como director el poder de mi cargo tiene limitaciones que no se pueden traspasar. Como docente usted sabe mejor que nadie, que no puede sobreponer sus intereses por sobre los de su alumno.

—Eso no fue lo que pregunte —sus palabras fueron duras e inflexibles. Nezu suspiro antes de levantarse de su asiento, una pata se estacionó sobre el escritorio de madera.

—No está solo.

—Eso no lo hace mejor.

—Pero al menos con la compañía de alguien, el joven Midoriya no perderá su propio rumbo.

—¿Y eso es todo? Tiene 16 años, meses atrás no podía usar su propio quirk sin romperse cada hueso del cuerpo.

—Oh, Shota —Aizawa pudo notar la condescendencia gotear en sus palabras— Tu mismo lo has dicho, hace meses el joven e inexperto Midoriya se rompía los huesos cada que intentaba usar su quirk, pero ahora, él fue el único que pudo enfrentarse contra Shigaraki.

—Y por eso debería estar aquí ¿No?

—¿Es así? —la duda floto en medio de la habitación, Nezu lo miro expectante, como si buscará algo dentro de él.

—¿Qué quieres decir? —la pregunta viajo más rápido de lo que pudo advertir Aizawa. Las implicaciones pulularon en su cabeza.

—Midoriya Izuku fue el único que pudo contrarrestar la fuerza de Shigaraki, de entre varios héroes profesionales que se encontraban en el lugar y del propio héroe número 1, solo él pudo hacer algo contra Shigaraki Tomura, ¿Eso en donde deja al chico?

La revelación lo golpeo con fuerza, sus cejas se levantaron y sus labios se abrieron, mientras las palabras salieron como un susurro ahogado.

—Lo estarán buscando, así que...

—Midoriya es un peligro para la gente que está a su alrededor.

—Tiene 16.

—Y es un chico muy valiente como desinteresado ¿No cree? Virtudes que lo califican como un excelente héroe en el futuro —Nezu hizo una pausa. El silencio solo fue contrarrestado por el sonido de sus pasos, él se había movido en dirección de la ventana— Si Midoriya decidiera volver ¿No sería fantástico?

Aizawa apretó los puños con fuerza, la ira recorrió cada centímetro de su cuerpo, sus dientes chirriaron, mientras la amenaza asomo vertiginosamente.

—Ellos no lo dejarán pelear solo, él no lo dejara pelear solo —afirmo.

Nezu no respondió. El silencio se estaciono entre ambos una vez más, parecía estar buscando algo con la mirada y entonces una fuerte explosión se escuchó cerca de la entrada.

—Ese parece ser el caso —tarareo. Aizawa pudo sentir la sonrisa formándose en sus labios cuando dijo esas palabras.

━※━

—¿Joven Bakugo? ¿Sucede algo? —Toshinori Yagi, un hombre que a simple vista se rompería con la primera brisa matutina, con un cuerpo flácido y extremadamente flaco, cuencas demasiado profundas y fundidas con la aspereza de las bolsas debajo de los ojos, hablo. La palabra enfermo. Es lo primero que se estacionaba en la mente de la gente cuando miraba al hombre que parecía estar saturado de analgésicos por el dolor inminente que siente todo su cuerpo. Una verdad a medias que funge como fachada para ocultar la identidad del héroe All Might, quien alguna vez fuera el símbolo de la paz.

Su retiro nunca fue una opción, mucho menos una idea palpable en la gente que miro al hombre como un Dios en medio del mundo de los mortales.

¿Cuántas veces -se preguntó Iida solo para descubrirse así mismo que, él también había sido demasiado egoísta para reconocer la verdad, hasta que fue demasiado tarde- la gente deshumanizo a los héroes hasta volverlos encarnaciones de los mitos que alguna vez la antigua civilización adoro?

El arrastre de la silla de ruedas en medio de la casa, se volvió un recordatorio constante de la fragilidad de las cosas, de las personas.

Sin embargo, ahí, frente al estacionamiento, Toshinori Yagi se había parado firme a pesar de la contracción de su caja torácica a punto de arremeter contra la terrible tos llena de sangre y bilis que estaba a punto de estallar.

La mirada de Iida viajo del hombre viejo y cansado en dirección a su compañero de clases.

Bakugo Katsuki estaba parado a un lado del auto de su profesor, una mano palpaba el capote, mientras su mirada seguía clavada en la de Toshinori. Su mirada era sería, terriblemente sería.

Con el paso de los meses, siendo elegido como el representante de su clase, Iida había puesto un ojo en cada uno de sus compañeros. Atento a cualquier tipo de cambio o malestar en ellos, después de todo, sus compañeros habían puesto plena confianza en que podría desempeñar el cargo a la perfección.

Iida se había sentido satisfecho cuando su perspicacia había dado frutos, notando los pequeños detalles como que Tsuyu era débil al frío por lo que solía dormitar cuando su cuerpo empezara a enfriarse, Todoroki no parecía tener una buena relación con su padre, siendo que solía ignorar sus llamadas cuando se trataba de él, Uraraka no tenía la mejor estabilidad económica, el celular que solía llevar a cuestas era un modelo viejo, y desgastado al igual que muchas de sus pertenencias, Ojiro por otra lado solía practicar frecuentemente sus movimientos por las tardes, Sato era un buen repostero y solía compartir sus dulces aunque aún seguía preocupado por su salud ante el consumo constante de golosinas, Kaminari era olvidadizo y torpe muchas veces lo vio discutiendo con Bakugo en medio de la mesa del comedor ante sus malos modales de colocar la mano sobre la mesa, aunque Bakugo y modales no eran dos palabras que parecieran ir de la mano.

Iida lo intento, en serio que intento entenderlo, pero simplemente no podía. Bakugo Katsuki era una contradicción por si sola. Malhumorado y mal hablado, siempre gritando y amenazando a la gente, generando explosiones con sus manos desnudas, era una bomba relojera andante en medio de los pasillos de U.A. Iida no estaba seguro cómo él entre tantos prospectos había sido elegido para estar en U.A. claro había visto su desempeño, además los hechos hablaron por sí mismos, ya que había obtenido el primer lugar en el examen práctico, controlo su quirk a la perfección y lo moldeo en base a sus necesidades, se convirtió en el tercero de la clase de forma académica y varias veces lucho contra en él por el segundo puesto. Sus reflejos eran rápidos, casi rivalizando con su velocidad, ingenio planes a la par de como la situación se desenvolvía, Iida reconoció sus virtudes, y el hecho de que Bakugo podría ser gran héroe en el futuro, sin embargo su personalidad era su mayor obstáculo, siendo tan difícil de sobrellevar y tratar.

La duda de como Kirishima y otros habían podido acercarse a Bakugo era una interrogante de la cual no había logrado obtener una respuesta aunque dos de sus amigos más cercanos eran también sus "amigos".

Midoriya no era una buena opción para hallar respuestas, no cuando el chico solía ver lo mejor en todos, y aún menos cuando solía mirar al chico con una especie de adoración y admiración a pesar de lo frío y cruel que solía ser Bakugo con él.

Todoroki no había sido mucho mejor para saciar su curiosidad.

No es tan malo.

Dijo una vez antes de tomar otro bocado de su plato de soba. Iida también logro escuchar otras opiniones que siempre fueron una mezcla entre el desdén y la desaprobación junto con el orgullo como la admiración.

Bakugo era de ese tipo de persona que solo podía ser amado u odiado, pero no ambas cosas a la vez. Eh Iida siempre se encontró en el medio sin poder entenderlo como poder entenderse así mismo.

—Bakugo ¿Qué crees que estás haciendo? —llamo su atención a un par de pasos detrás de All Might. Estaba inseguro de lo que estaba planeando hacer. Bakugo había estado actuando de forma extraña desde hace días lo que había causado conmoción en toda la clase. Hasta Mineta se había puesto ansioso por ello.

—¿Dónde está? —su mirada siguió fija en All Might, su tono fue tranquilo y modulado, pero su mirada le generó un escalofrío.

—¿Joven Bakugo? —dio un paso hacia adelante All Might— Lo siento, no entiendo lo que está preguntando, pero tengo prisa, así que si me permite necesito marcharme —dio un nuevo paso. La mirada de Iida viajo de All Might a Bakugo, un brillo singular se escapó de su mano libre, la cual se había vuelto un puño. La explosión debió ser contenida por su propia mano.

Sin querer, Iida recordó la pijamada improvisada que habían tenido con la clase "B" en medio del campamento que había planeado la escuela, antes de que el desastre ocurriera.

La regla era simple, una pelea de almohadas sin uso de peculiaridades, todo parecía estar en regla, sus compañeros se estaban divirtiendo a pesar de que no estuviera del todo de acuerdo con el juego. Sin embargo algo había desestabilizado las cosas. Bakugo había generado una chispa, el silencio se sumió en ese preciso instante, el sudor corrió por todo su cuerpo, algunas gotas cayeron en su rostro, Bakugo quien estaba hablando con TetsuTetsu miro al chico fijamente y luego, para sorpresa de todos había dicho;

—No fue intencional —fue casi un susurro fantasmal en medio del silencio, el cual resonó con fuerza, mientras las palabras se asimilaban. Bakugo podría ser una persona ruidosa y mal hablada, con un carácter difícil de tratar. Pero Iida nunca lo había escuchado mentir. Él, siendo el árbitro de la pequeña competencia carraspeo llamando la atención de la gente. Su primer juicio sobre la trampa implícita había sido anulado al instante y ajustando sus gafas procedió— Entonces fue eso, un accidente.

—¡Déjate de tonterías, All Might! —el grito estridente regreso la atención de Iida al presente— ¡¿Dónde está Deku?!

—¿Bakugo? —sus ojos se abrieron, sus lentes trastabillaron sobre el puente de la nariz.

—¿El joven Midoriya? —el horror como la sorpresa recorrió el rostro de All Might, eso no podía ser una actuación, Iida recordó las palabras de Bakugo cuando fueron a la oficina de Aizawa, las implicaciones sobre que el hombre que tenía al frente tuviera algo que ver con la desaparición de Midoriya era imposible, pero, una vez más, sus profesores eran expertos en la materia, poner caras en blanco aunque la amargura y el dolor se arrastrara bajo su piel era el pan de cada día siendo héroes profesionales, y ese mismo hombre se había caracterizado por sonreír en medio de la tragedia tratando de apaciguar la angustia de la gente a pesar de la horrible situación en la que se encontrase, All Might no mentiría sobre este tema ¿Verdad? A pesar de ello algo se removió dentro del interior de Iida...— ¿Acaso sucedió algo con él?

—¡Tu mejor que nadie sabe que es lo que pasó! —las palabras de Bakugo salieron como un gruñido áspero— ¡Así que deja la farsa antes de que destruya esta lata inservible! —Iida observo su mano encima del capote. Los 5 dedos extendidos sobre el metal, y luego su vista viajo en el temblor de su hombros y bajo hasta su otra mano, una pequeña chispa asomo.

«Yo sudo nitroglicerina, no puedo controlarlo del todo»

El recuerdo viajo a su mente. Bakugo estaba tratando de contenerse, eliminando el excedente en su otra mano, reajustando la segregación. Aun así el manual de reglas en U.A. como el de la propia comisión pululo sobre su cabeza.

—Eso sería daño contra la propiedad —advirtió, más como un reflejo del conocimiento que atascaba su cerebro. Iida sabía que las reglas fueron hechas para proteger a las personas, salvaguardarlas. Para que la gente no sobrepasará los límites y perdiera su humanidad con ello. La imagen del fuego extendiéndose frente a él, mientras Stain se enfrenta a quien sería su mejor amigo se colaron como un pensamiento intrusivo en él, Iida estuvo tan cerca de hacerlo, de ponerle fin al hombre que había causado tanto dolor a la gente, quien había lastimado a su hermano y si no hubiera sido por Midoriya él no hubiera sido mejor que ese asesino, Midoriya quién actuó en base a las reglas, las mismas reglas que ayudaban a la sociedad para mantenerla andando (cuerda)— ¿Acaso sabes en lo que te estás metiendo? —advirtió, porque Iida ayudaría a Bakugo así como Midoriya lo había hecho para que no torciera su camino.

—Oh, claro que lo sé, maldito cuatro ojos —sonrió y su sonrisa destilo peligro— Quien no sabe en lo que se está metiendo es All Might —más dientes que labios se mostraron en medio de una sonrisa torcida y fea. Bakugo no generaba confianza cuando sonreía sino miedo. All Might no fue el único en percibir el peligro

—Joven Bakugo —llamo— Vamos a calmarnos ¿Si? —procedió con cautela. Iida no sabía qué tipo de sentimientos tenía Bakugo al respecto de All Might, siendo el hombre que lo salvo de su secuestro y al mismo tiempo su profesor. Bakugo nunca mostró algún tipo de admiración o un cambio radical con alguna persona. Siempre trato a la gente de la misma forma, siendo desconfiado con todos, pero aun así hacia lo que se le pedía hacer, así que Iida se preparó para cualquier posible escenario.

—No —la respuesta fue dura e inflexible, mientras su mirada evaluaba a la de All Might, Bakugo parecía querer desentrañar cualquier secreto del hombre que tenía frente a él, sea por las buenas o por las malas— No, hasta que me lleves con Deku.

—Espera... —Iida noto un espasmo en el cuerpo del hombre, como sus hombros se flexionaron hacia abajo y casi creyó que All Might empezaría a toser sangre una vez más, sin embargo no sucedió, en su lugar, All Might trato de mantenerse de pie, buscando fuerzas de su cuerpo escuálido y enfermo, como un futuro héroe Iida quiso moverse en su dirección para equilibrar su cuerpo contra el suyo, pero en su lugar encontró sus pies clavados en el piso, mientras su boca se sentía cada vez más seca— ¿Estás diciendo que él sabe dónde está Midoriya?

—Es lo que estoy diciendo —asintió con cuidado Bakugo, dando un leve cabeceó en dirección a su profesor, quien colocó un pie hacia adelante solo para retroceder al instante.

—¡Espera! —sus manos se movieron en el aire hondeando como el papel, ligeras y frágiles, nadie imaginaria alguna vez que esas manos generaron ondas expansivas como para arrasar edificios— No sé lo que está pasando —nivelo sus hombros al igual que su tono de voz— ¡Pero si algo paso con el joven Midoriya no deberían estar perdiendo el tiempo aquí con juegos sino avisar al director y...!

—¡All Might! —advirtió Bakugo, el sonido del metal reverbero a pesar de ser solo un golpe de advertencia. Cuando las minutas de humo desaparecieron pudo observarse la abolladura de unos 10 cm de circunferencia.

—Realmente yo... —intento una vez más su profesor, solo para que Iida le interrumpiera.

—¡Bakugo! ¿Tienes pruebas sobre el tipo de acusación que estás haciendo? —Iida se aproximó, lo suficientemente seguro de que Bakugo no arremetería contra él, algo en su mirada le recordó a esa noche en el hospital donde Midoriya y Kirishima estaban tan desesperados por traerlo de vuelta tras su secuestro— Porque si no es así, ahora mismo estás obstaculizando la búsqueda de Midoriya y poniendo en riesgo su seguridad.

No hubo malicia en sus palabras, ni mucho menos la estricta articulación que solía usar para vocalizarlas cuando regañaba a alguien, Iida quería entender. Por supuesto que quería hacerlo. Pero cuando se encontró con la mirada de Bakugo pudo notar la furia silenciosa que empezó a gotear por cada poro de su piel.

Bakugo se había enojado. Aunque no estaba completamente seguro de porqué.

—¿Estás diciendo que estoy tratando de poner en peligro a Deku? —ásperas y crudas, así fueron soltadas sus palabras en el aire, mientras su entrecejo se fruncía y sus manos se habían vuelto dos puños apretados. Bakugo había dejado su posición al lado del auto de All Might para caminar en dirección hacia Iida, mientras All Might miro la escena en silencio. Los dos puntos blancos que fungían como ojos trastabillaron en medio de las cuencas negras. All Might parecía estar entrando en conflicto.

—Yo... —Iida ajusto sus gafas, era la primera vez que estaba tan cerca de Bakugo después de su primer ejercicio en conjunto, el cual había sido por supuesto un fracaso.

—¡El único peligro para Deku es este tipo! —señalo a All Might, las cuencas negras se hicieron más grandes cuando lo menciono— ¡Dejar a estos dos solos es un peligro para sí mismos! —Iida pudo ver cómo All Might se había quedado en completo silencio sin decir palabra alguna, no pudo discernir si eso fue admirable o lamentable por su parte— ¿Lo entiendes no? —articulo, Iida regreso la vista a Bakugo, el rojo de sus ojos relucía con impaciencia— Deku nunca se toma en cuenta a sí mismo —Midoriya llegando de la nada en medio de su pelea con Stain llego a su memoria. El cómo se había movido diligente a pesar de que era el peor en el control de su quirk— ¡Los dos son tan similares que el simple hecho de dejarlos juntos por mucho tiempo solo atraerá problemas! —su grito pareció más una súplica y eso hizo que Iida se tensara, la ira, el enojo, la impaciencia como la frustración eran emociones que ya había visto venir de Bakugo con anterioridad, sin embargo esto era diferente— ¡Porque nunca pensó en sí mismo, All Might logro volverse el símbolo de la paz! ¡Pero al final...! ¡¿Que obtuvo?! —por el rabillo Iida observo al hombre acabado. Y el terror se estacionó en su mente cuando imagino a su amigo así en un futuro, con heridas demasiado profundas y grandes como para dejarlo vivir sin necesitar fármacos y luego recordó a su hermano quien sonreía a pesar de la frustración. Si bien la terapia estaba dando resultados, el proceso estaba siendo demasiado lento. Y los medicamentos, Tensei siempre sonrió cuando los tomaba, pero aun así la contracción en su rostro era visible debajo de la máscara impoluta de total calma— ¡Las personas como ellos siempre dirán; estoy bien, aunque no sea así! ¡Porque por mucho que tengan presente en sus planes cada pequeña variable nunca se toman en cuenta a sí mismos! ¡Él...! —hizo una pausa— ¡Nunca lo hizo y no lo hará si lo dejamos ir!

La mano de Iida se removió de su lugar, está pico, sintió la necesidad de colocarla en el hombro de Bakugo, apaciguar la inclemencia de su dolor, pero está no se movió más allá del leve temblor que la sacudió. En su lugar sus ojos se encontraron estudiando cada pequeño detalle de su rostro y por un momento el recuerdo de Midoriya se yuxtapuso en Bakugo.

Eran, similares... De alguna forma, logro conciliar. Solo para que el hilo de pensamiento fuera cortado por las palabras de All Might.

—Joven Bakugo yo...

—¡No te atrevas! —gruño, su mano se flexiono en clara advertencia. All Might detuvo sus pasos, se había movido hacia adelante, Iida pudo observar el temblor en Bakugo, fue ligero y casi inadvertido. Pero aun así estuvo ahí— ¡¿Dónde está?!

—Yo, realmente no sé de qué estás hablando, además... —trato de tranquilizarlo.

—¡No! —Bakugo cerró los ojos, Iida notó entonces que Bakugo estaba sudando más de lo normal.

«Sudo nitroglicerina, no puedo evitarlo»

El eco de sus palabras se repitió en su cabeza. Iida sabía que aún se encontraban a finales de invierno, la temperatura no era particularmente propensa para hacerlo sudar, sin embargo también sabía que el sudor podía presentarse en las personas ante situaciones de estrés.

Iida no había visto a su compañero después de que fue dado de alta en el hospital. Manteniéndose alejado de la mayoría, y siendo discreto no tuvo oportunidad alguna. En ningún momento pensó si Bakugo se estaba cuidando adecuadamente. Si bien era una persona razonable que no podría en riesgo su salud, Iida también había visto a Bakugo convertirse en el escudo humano de Best Jeanist a pesar de sus heridas en medio del campo de batalla.

Bakugo era una contradicción para él.

—Bakugo tu...

—¡Cállate! —grito, antes de que su voz fuese consumida por el ruido de la explosión. Iida supuso que Bakugo lo vio venir cuando alzó la mano y ajusto la dirección de la explosión lejos de ellos y de cualquier cosa inflamable, un agujero apareció en el techo y el humo empezó a sobresalir por el.

All Might pareció igual de sorprendió que él, Iida observo como su profesor quiso decir algo, antes de que fuese interrumpido por una voz.

—Está bien, Yagi, parece ser que se han dado cuenta antes de lo esperado —el director Nezu había hablado por el parlante. Los ojos de Iida se abrieron.

—Eso quiere decir que... —su rostro viajo de All Might a Bakugo, solo para sentir como la vergüenza afloraba en su rostro. Bakugo no miente. Se repitió a sí mismo como una especie de reproche hacia sí mismo.

—¿Y bien? —apresuro Bakugo. All Might suspiro.

—Bien, te llevare.

—¡Espere, All Might! Si eso es verdad, que usted, una autoridad, oculto a nuestro compañero de clases, entonces yo como representante de la clase A, también debo ir ya que es un asunto interno de la clase.

—Solo admite que quieres ir, ¿Por qué todo debe ser reglas y protocolos? —una voz se sumó, cuando Iida se giró observo a Sero junto a los demás.

—No creo que todos puedan entrar en mi auto —observo con tristeza All Might su auto dañado.

—Eso es una lástima —dijo despreocupadamente Kaminari con los brazos hacia arriba cuál almohadilla detrás de su cabeza— Pero como dijo el presidente este un problema que le corresponde a toda la clase "A".

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro