La Guerra había terminado y el mal que reinaba fue encerrado bajo los siete sellos de la eternidad, el objeto fue encargado a los seis guardianes reales para que ellos mantuvieran las llaves en custodia por el resto de los tiempos.

Los guardianes juraron entregar su vida para mantener la paz, incluso bajo la maldición de la reencarnación y de la fractura de sus recuerdos...lo último, acuerdo entré ellos, necesario para evitar que ninguno de los presentes despertara la codicia sobre la caja y así, asegurar que la historia no volviera a suceder.

Solo una guerrera y la comisión estaban exentos de perder sus recuerdos con el fin de cuidar a todos aquellos que recibieron el don de la reencarnación y para mantener el orden del nuevo mundo y sobretodo para que su princesa tuviera la vida que tanto anhelaba durante el caos.

"Protege a la princesa...solo espero que nunca recuperé sus recuerdos, ya que eso significa que nuevamente la guerra se desataría"