🔴Un Nuevo Integrante🔴
Al abrir mis ojos solo podía ver gris, como es normal, despertar y ver gris es totalmente norm...
—¡NO, NO ES NORMAL!
Con tal grito, una cosa peluda y gris bajo de mi cara y a paso elegante se detuvo en mi cama. Me miró atentamente un segundo y tan solo maulló una vez.
—¿Un gato?¿Que hace aquí un gato? —por instinto lo acaricié, y éste se acostó en mi regazo, era muy tierno y algo sumiso
La puerta de mi habitación se abrió de golpe.
—¡O aquí estabas Sófocles!
—¿Sófocles?
—Así le puse —respondió Koichi inocentemente
—Si sigues metiendo animales a la casa, esto se volverá un zoologico —Ash vino de atras con los brazos entrecruzados.
—Callate, no traigo tantos animales
—Hace tan solo un mes trajiste una ardilla
—Y antes había traído una serpiente, papá y mamá gritaron mucho ese día —rememoré causando una carcajada entre Ash y yo.
—Bueno puede ser que a veces traiga uno que otro animal, pero algo en mi dice que los ayude y los cuide —respondió entre orgulloso y ofendido.
—Eso es muy tierno de tu parte, Koichi. ¿Pero como llegó este gato?
—No es un gato, ¡Es Sófocles!
—Lo siento, lo siento —reí nervioso.
—¿Como llego aquí Sófocles?
—Mmm, Hoy me desperté temprano porque quería ir al baño, así que fui. Cuando salí de la habitación escuche unos maullidos, y lo vi por la ventana que daba al patio, estaba arriba del árbol, al parecer estaba asustado por nuestro perro Volt, aunque él solo quería jugar. Subí al árbol y lo agarre con cuidado, cuando pude bajar lo traje a dentro, pero ni bien lo deje en el piso empezó a correr de aquí a alla, hasta que lo perdí de vista —parecio apenarse de pronto—, lo busque un buen rato, pero no lo logre encontrar
—Ese gato me desperto, no se porque, pero ni bien me levante salió despavorido de la habitación —se quejó Ash.
—Jeje, perdon, al salir deje la puerta de la habitación abierta
—Me di cuenta
—Asi que tú lo bajaste del árbol —mire sus manos, estaban todas lastimadas, me levante y fui directo a él.
—Koichi tus manos
Al agarrarlas, pude notar rajuniones que iban de largos hasta cortos, de superficiales a profundos.
—Es que Sófocles aun estaba asustado cuando lo agarre
Fui directo al botiquín que se encontraba en el baño y le traje vendas, un desinfectante y cinta.
Al llegar lo hice sentarse en mi cama.
—Esto te va a arder un poco, aprieta mi mano si te ayuda
Mientras aplicaba el desinfectante en las heridas, sentía su malestar en el agarre que me destrozaba la mano. Parecia un chico debil, pero tenía su fuerza.
—Terminé —soltó mi mano y vio como me la había dejado.
—Lo siento mucho, te hice daño
—Tranquilo, no es nada —mentí y acaricie su cabeza.
De repente, Sófocles se volvió a acostar en mi regazo como si no sintiera ni la más mínima culpa del daño causado. Posiblemente no la sentía.
—Vaya veo que le caes bien —dice Koichi.
—Creo que tienes razón
Ronroñeaba al acariciarlo, por lo cual, mis piernas empezaron a vibrar con suavidad.
—Maldito gato suertudo, yo quisiera estar en su regazo —Ash miraba al gato como su enemigo.
—Jaja tranquilo, es solo un gato
—Que se llama Sófocles —agregó Koichi intensamente.
—Cierto, cierto
2 HORAS MÁS TARDE
—Bueno iré al Supermercado para comprar los ingredientes para él almuerzo y aprovecharé para conseguirle comida al gat... a Sófocles. ¿Necesitan algo?
—¡Yo voy! —dice Koichi emocionado
—Sería mejor que te quedes
—¿Que?¿Porque?
—Alguien tiene que cuidar que Sófocles no cause problemas
—¡Pero si esta Ash!¡Él lo puede hacer!
—Yo no estaría tan seguro... —le señale a Koichi en donde estaba Ash.
El chico estaba viendo con odio a Sófocles y le gruñia. El gato estaba con los pelos erizados y las pupilas bien dilantadas, preparado para atacar.
Koichi entendió la situación y suspiro hasta que ya no le quedo aire.
—Esta bien yo cuidaré a estos dos
—Muchas gracias... ¡Ah! Y Koichi
—¿Si?¿Que ocurre?
—Intenta no esforzarte mucho, tenias heridas algo profundas, no quiero que se te vuelvan a abrir
—¡Oooh! Te preocupaste por mí
—S...siempre lo hago —no pude evitar sentir un cosquilleo en las mejillas—. Bu...bueno, ya regreso —yéndome antes de que fuera más tarde y me viera más ridículo ante Koichi.
Salí caminando y al llegar agarré un carrito y empece buscando en el sector de gatos.
La verdad era que no tuvimos ni permiso para adoptarlo, pero cuando vi la cara de Koichi, sentí que no podía negarme a dejarlo quedarse.
Al parecer era un gato callejero, pero por las dudas luego tendría que poner avisos por si alguien lo estaba buscando.
Por el momento, me debía preocupar que tuviera comida y un lugar para hacer sus nesecidades, calculé que podía dormir en el sillón así que no había problema con eso.
Al conseguir todo lo del gato, me dirigí a buscar los alimentos que necesitaba para subsistir unos días más y finalmente llegué a la caja.
Deposite todo sobre la plataforma de compras antes de escuchar "gracias por su compra" del cajero a la señora de adelante.
—Vaya ¿Gato nuevo? —me preguntó el chico de la caja. Parecía no tener más de 20, tenia ojos verdes claros y pelo algo rizado, sobre un rostro que mostraba una amabilidad en su que lo hacía ver simpático y guapo.
—Sí, hoy mi hermano lo encontró y lo metió en la casa, creo que ya me agarró cariño
—¿Tan rápido? Se nota que eres un chico especial —me dice con una agradable sonrisa.
—Lo dudo mucho —Sonreí y no me costó mucho notar su mirada oegada a mi rostro, lo cual hizo volver el cosquilleo de hace rato.
—Disculpa, te recuerdo de alguna parte, pero no se de donde
—Capaz me confundiste con alguien más, no suelo ser muy sociable
—Pero puedo asegurar que —hizo una pausa y me analizó más a detalle—. Un segundo, ¿tu eres Ryota Amane?
—Sí, pero como sabes mi...
—Soy un gran admirador tuyo por... por favor —Busca torpemente un papel y una lapicera que estaban en la caja, mientras siento el resoplido de artasgo del sujeto que estaba detras mío con las cosas aún en la manos— ¡Dame tu autógrafo! —exigió sonrojado de cierto modo, que produjo que se me acelerara el corazón. Era una reacción muy tierna.
Tan solo accedí, agarré lo que me dio y lo autografie. Él lo agarró y lo llevó a su pecho se lo veía muy feliz.
—¡Muchas Gracias!¡En serio!
—No fue nada —respondí nervioso.
—¿Enserio? Si siempre fuiste el mejor actor —no pude evitar sentir una fuerte ola de calor en mi cara y corrí el rostro como sí eso sirviera para que me dejara de ver tanto.
—¿Esta todo bien? —me preguntó preocupado.
—Sí, sí. Es solo que no estoy acostumbrado a este tipo de cosas
Me miro un buen rato, tal vez analizandome, tal vez quisiendome decir algo que no se animaba a decir. En ese momento no lo sabía.
—Hey... te gustaría, no se...
—Ejem —el señor de atras, con el señor fuertemente fruncido ya se estaba impacientando. El lo entendió y supo que debía seguir su trabajo si quería evitar problemas.
—Serian 895$
—A...aquí tienes —nuestras manos se rozaron involuntariamente y en su rostro un leve sonrojo salió a la luz. Por un segundo me hizo acordar mucho a Ash, él se sonrojaba mucho y eso lo hacia verse tierno.
—Gr...gracias
—Bueno, fue un gusto conocerte —dije tan de prisa por los nervios del momento que temí tan solo haberlo pensado, pero no haberlo dicho.
—O...ojala podamos vernos de nuevo... algún día
—Eso espero —le sonreí y a pesar de que el impulso de verlo bien e intentar recordar su rostro me atraía, me apure a irme antes de que el hombre de atrás me incluyera en sus quejas.
Me había caído bien, parecía un buen chico, me hubiese gustado saber al menos su nombre, pero no daba la situación para volver. Así que decidí ir hacia casa, aun debía hacer el almuerzo.
Al llegar y abrir la puerta de la casa, avise de mi llegada, pero recibí al silencio como respuesta. Al fijarme mejor vi que los 3 estaban dormidos en los sillones, Ash y Sófocles en el mismo sillón aunque separados, uno en cada punta y Koichi en uno de los sillones individuales, en donde dormía en cuclillas. Parecían tres lindos gatitos durmiendo, aunque así era para el que ya, de por sí, era un gato.
Quise no despertarlos, y acomode las cosas de Sófocles cerca de la cocina e hice la comida.
Al terminar me dirigí a despertar a los chicos. Intenté no despertar a Sófocles, pero fue inutil, al despertarse Ash el gato salió despavorido de allí.
—Tu comida siempre me hace despertarme de la mejor manera
—Es cierto —agrega Ash.
—¿Durmieron bien anoche?
—¿Porque lo preguntas? —me miró Ash confundido.
—No se, como estaban dormidos recien, supuse que tenían mucho sueño por no haber dormido bien quisas.
—No es eso, el gato se canso de Ash y se durmió, él se lo tomo como una competencia y al parecer también se durmió
Ridiculo, pero paradójicamente creible.
—¿Y tú?
—Jeje, al verlos tan tranquilos durmiendo y al estar tan silenciosa la casa me empezó a dar mucho sueño y creo que no resisti la tentación.
—Ya veo —reí—. Hey Koichi, debemos publicar si alguien perdió a Sófocles
—¿Y si lo adoptamos?
—Koichi...
—Lo sé, lo sé. Aunque me cueste si a alguien le faltase su querida mascota se pondría muy triste, debemos ver al menos si tiene dueño —bajó la mirada—. Es solo que creo que ya me encariñe con él
—Vaya que eres rápido —dijo Ash.
Acaricié la cabeza de Koichi como sí él fuera el gato y yo lo hubiera traído a la casa para no devolvercelo a nadie.
—Te juro que haré todo lo que este a mi alcance para que Sófocles sea feliz —Koichi me miraba con esa carita que a mi tanto me gustaba.
(...)
—¡Es sábado y tengo tarea, que mala suerte! —la mesa despues de comer estaba repleta de libros, hojas y lápiceras de todos colores.
—¿Ryota quieres jugar videojuegos? —me preguntó Ash
—Claro, ¿porque no?
—¡Hey! ¡Yo también quiero jugar!
Estuve por invitarlo pero Ash se me adelantó.
—Cuando termines podrás venir a jugar si quieres —alsó los ojos fastidiado.
—Pero yo...
—¿Acaso te estas rindiendo? —preguntó Ash de una forma provocadora.
—¡OBVIO QUE NO, LO HARÉ Y VERAS QUE NADA PUEDE CONMIGO! —Ash sabia el punto débil de Koichi: su orgullo.
Así fue. Empezó a hacer la tarea a un ritmo tal que pronto podía terminar en cuestión de segundos, aunque dudaba que el resultado final fuera el más satisfactorio en calidad. Con Ash subimos a su cuarto y empezamos a jugar.
—Cada vez estoy más cerca de alcanzarte —le dije.
—¡Jamás! —provocado, empezó a jugar con más concentración que antes.
Y así sin más me derrotó con una victoria aplastante.
—Jaja esa fue buena —suspiro, se estiro y se acostó en mi regazo.
—El regazo de Ryota es tan cómodo —sentí que mi cara empezaba a arder, pero en vez de moverme decidi llevar mi mano a su cabello y acariciarlo con suavidad. Su pelo era tan suave como el pelaje de un gato.
De pronto, Sófocles abre la puerta con algo de esfuerzo ya que estaba entrecerrada y se puso frente nuestro. Al ver como Ash le sacaba la lengua, se me escapo una risita.
—¿Qué ocurre Ryota?
—Eres muy tierno Ash —le sonreí y se sonrojó tanto que se agarró de mi pantalón como si el aquel tinte rojizo sobre su rostro le quitara energías y debía sostenerse de alguien para no perder el control de su cuerpo.
—Callate, tú eres más tierno que yo
—No lo creo, pero si tu lo dices —volví a reír
De pronto y sin aviso, Koichi entró a la habitación abriendo la puerta de par en par de un solo golpe.
—¡Termine! —ambos nos asustamos bastante, y él nos miro sospechoso— ¿Que estaban haciendo?¿Porque no me esperaron?
—No es lo que parece —me defendí nervioso.
—Tranquilo, solo estaba acostado en su regazo
—¡Yo también quiero! —aprovechando de que con el susto Ash se separo de mí, él se acostó en mi regazo— ¡Es verdad es tan comodo, parece una almohada!
—¡Ey yo estaba primero!
—El que se fue de la villa perdió su silla
Ash enojado, mueve un poco la cabeza de su hermano para tener él también algo de espacio allí.
—¡Hey!
—¡Callate molestia!
—Tranquilos, tranquilos —empece acariciar sus cabezas en simbolo de paz y ambos parecian satisfechos.
Todo estaba muy tranquilo, era un momento tan lindo con los dos, que me olvide de todo lo que rondaba en mi cabeza por ese momento. Aunque tal paz no duró mucho.
—¡Sófocles!
Sófocles se sentó en sus caras como diciendo: "Así que no me dejaran estar en su regazo, bueno me siento arriba de sus caras". Los dos se levantaron de golpe. Yo me preocupe por si alguno había salido herido, porque literalmente les salto en la cara.
—¡Agh maldito gato! —Ash empezó a perseguirlo mientras corría de aca para allá, hasta que terminaron saliendo de la habitación.
—¿Estas bien Koichi?¿Te hizo daño en alguna parte?
—No tranquilo, estoy bien, estoy bien
—Hay que parar a esos dos antes de que dejen la casa patas para arriba, o que Sófocles lastime a Ash
—O viceversa —agrego Koichi.
Nos paramos y fuimos a buscarlos. De ahí en adelante la situación fue algo desordenada.
Ash con enfado perseguía al gato que escapaba facílmente por tener más velocidad. Pasaron de los sillones, al patio para volver a la cocina donde la situación empeoró. Sófocles se subió arriba de la mesa y tiro el aceite de cocina que se esparció por el piso, esto provoco que Ash tropezara y callera sobre el aceite, nosotros veníamos atrás de él, fue imposible parar a tiempo, primero caí yo y por ultimo Koichi, que se pudo agarrar de la mesada, lastima que en realidad no se agarró de la mesada, sino de uno de los paquetes de harina que yo había comprado esa mañana. Inevitablemente al caerse arriba de la cabeza de Koichi este se rompió y se desparramó sobre nosotros, especialmente sobre Koichi que era el que estaba arriba.
Estábamos empapados de aceite y blancos como la nieve. Era un gran desastre.
Les pregunte si ambos estaban bien, ya que Koichi había recibido un harinazo de 2 kilos en la cabeza y Ash tuvo que soportar su golpe contra el piso y ensima amortiguarnos la caída a nosotros dos. Decían estar bien, por lo que me tranquilice. Mi exageración que me caracterizaba ya estaba formulando problemas atroces que por suerte no sucedieron.
Para colmo, Sófocles se acerco a nosotros para pisar el aceite y languetiar su patita. Ash tenia una cara de asesino serial, pero se calmo porque entendió que no era buen momento para volver a perseguir al gato.
(...)
—¡Ya termine de limpiar acá! —avisó Koichí
—Yo tambien, ¿como vas Ash?
—Ya...ya termine —nos miro apenado—. Lo... siento, lo que hice fue muy estúpido... y encima se lastimaron por mi culpa
—Tranquilo —puse mi mano en su hombro—nadie salió herido y después de todo, no fuiste el único culpable. Si hubiese guardado las cosas del supermercado antes esto no hubiese ocurrido nada de esto
—También es mi culpa —sentenció koichi— Si no me hubiese agarrado de la harina en este momento no pareceríamos muñecos de nieve
—Olvidémonos de eso, hay que bañarnos, estamos llenos de aceite y Harina ¿Quien quiere ir primero?
Tras mis palabras los gemelos se miraron con ojos cómplices. Supe al instante lo que dirían.
—¿Que tal si nos bañamos juntos? —respondieron los dos a coro.
—Yo... —sentí un cosquilleo no solo en la cara, dandome a entender que mi cuerpo estaba dispuesto— esta bien
Los gemelos me sonrieron y me llevaron al baño. Seré sinsero, no me opuse mucho.
Al llegar, nos decisimos de nuestras prendas y pude ver de reojo el cuerpo de los chicos. Pero no me permití hacerlo mucho, pues ya el ambiente estaba afectando la zona de mi entrepierna.
Entramos al agua y yo quede en medio, viendo al frente en donde podía apreciar la cola blanquecina de Koichi.
—Aaah, nada más lindo que una ducha calentita —murmuró Koichi con satisfacción.
El Aceite y la harina se iban por la rejilla del baño, mientras que la presión de la ducha era tan buena como siempre.
Me dispuse a agarrar el jabón y empecé a sentir la suave respiración de Ash en mi cuello, lo que me hizo estremecer y hacerme sentir vulnerable.
—Dejame ayudarte en enjabonarte la espalda
—Y a mi dejame lavarte el cabello —pidió emocionado Koichi.
—Pe...pero... —sin ni siquiera esperar mi aprobación, ambos empezaron a hacer lo suyo.
Escuche como Ash se enjabonaba las manos atras mió y no tade en sentir sus grandes y delicadas manos masajeandome la espalda de arriba a bajo. Cada vez que su mano descendía mis piernas temblaban.
Mientras tanto, Koichi se puso shampoo en las manos y empeso a hacer espuma en el pelo. Las yemas de sus dedos masajeaban mi cabeza, se sentia bien. Yo tenia la cabeza abajo, para que Koichi me pudiera lavar la cabeza, pero la verdad también observaba con goce como el miembro de Koichi iba creciendo cada vez más.
De pronto, siento que las manos de Ash empiezan a bajar por debajo de mis caderas y se detienen en mi entrada y empieza a limpiar ahí. Primero por la superficie y después metiendo uno y más dedos para ocuparse en limpiar más adentro.
Por la sorpresa, mi cuerpo se doblo y mi cara quedo a la altura del ombligo de Koichi, quien no tardo en separar sus manos de mi cabeza para agarrar su miembro y levantarlo a la punta de mis labios. Su punta recorrió el labio de arriba y después el de abajo, como si fuera la contraseña para mi boca. Para su suerte esta se abrió y empezó a acariciarlo.
El cuarto dedo que ya esta en mi entrada sale de mí y escucho como Ash se estaba enjabonando de nuevo. Pero esta vez no era la mano. Sentí como su lanza me penetró de una.
—¡Aaah!
Fue tan fuerte y rápido que mi boca llegó albergar todo el miembro de Koichi de un golpe.
—¡Oh sí, lo haces bien!¡Sigue chupando así! —Koichi tenía sus manos nuevamente en mi cabeza y manejaba mis chupadas.
—Mmm... Mmm —gemir era lo unico que podía hacer.
Ash solo se encargaba de embestirme con fuerza y golpear mi cola con la mano, por alguna razón eso provoco que me exitará aun más.
Cuando se cansaron de aquella pose me pararon y me sostuvieron uno cada pierna, mientras que mis brazos estaban sobre sus hombros. Yo ya no tocaba el piso.
Podía sentir la punta de sus miembros en la entrada y no paso mucho hasta que los metieron. Fue un paso lento hasta lo profundo, pero tener dos grandes miembros que palpitaban por la exitación en mi entrada al mismo tiempo era el paraíso. Empezaron a bajar y subir en sincronía por un rato y luego de un tiempo a hacerlo a destiempo, cuando una baja el otro subía.
El roce, lo grande, y la excitación del momento, provocó grandes gemidos en mí. Ellos seguían mientras besaban de mí todo lo que tenían a su alcance.
—Aah.... ah...ah...chi...chicos... me estoy por...
Antes de que yo pudiera hacerlo, ellos se corrieron adentro mío. Sentir aquel liquido soltarse fuertemente dentro de mi cuerpo y sentirlo como escurria por mi entrada, me provocó que al correrme saliera con mucha más potencia y con más cantidad de lo usual. Pude ver caer mi semen por lo largo de la mampara de la ducha.
Yo chupe el semen que quedaba de sus miembros y que no había quedado en mi entrada. El agua volvía aquella sustancia más pegajosa y espesa que antes, pero seguía tragandomela sin problema alguno.
Finalmente, nos terminamos de limpiar bien todo el cuerpo, mientras que los besos no habían cesado.
Salimos del cuarto del baño con toallas sobre nuestra cintura.
—Fue una rica ducha —susurró el albino en mi oído.
—Muy rica —aclaró el de pelo moreno.
Ellos esperaban una reacción de mí y no buscaba fallarles.
—Estoy abierto a repetirla cuando quieran
—Aun estamos solo con toallas...
—Me gusta por donde va esto...
—Un segundo... ¿Ahora?
Y sin respuesta alguna, fui empujado y encerrado en su habitación.
—Vaya, estos humano si que tienen energía —pensó aquella pequeña bola de pelos.
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