7.- Supernova
SUPERNOVA: Una supernova es la explosión de una estrella, que suele ser muy masiva, al final de su vida. Las supernovas son un fenómeno muy destructivo, pero también son una parte fundamental del proceso de vida del cosmos. Contribuyen a la evolución química del universo
Harry
Siempre he pensado que los ojos son la manera en la que nos delatamos a nosotros mismos. En la que inconscientemente, dejamos ver el dolor, la tristeza, el miedo, o cualquier otra emoción que queramos esconder.
Ahora, mirando a Stella, me doy cuenta del mar tormentoso que parece ser su mirada. De la forma en la que el color de sus ojos parece opacarse. Stella parece ser una especie de tormenta contenida en el que por segundos, por pequeñas fracciones de tiempo, se desborda, pero no se permite a ella misma desatar el caos.
Juguetea con sus manos, entrelaza los dedos y mantiene la vista fija en el pasto debajo de nuestros cuerpos.
—Mi hermano Frank murió hace unos meses —susurra.
Soy consciente de ese hecho, el hijo mayor de Simón James había fallecido en un accidente de auto hace unos meses, al ser un hombre reconocido, la noticia se hizo viral en redes sociales, los noticieros hablaban de eso, parte del funeral fue transmitido por televisión.
—No hablo con mi familia desde entonces —dice tan bajo que apenas la escucho —luego publiqué el artículo, y siendo sincera, ni siquiera sé porque lo hice.
Soy consciente de que tiene la intención de decir algo más, pero se contiene. Sus ojos se encuentran con los míos y me sostiene la mirada.
—¿Has tenido el deseo de poder retroceder el tiempo? —inquiere —porque es algo que he deseado desde que mi hermano murió, lo deseo todo el tiempo, con todas mis fuerzas. Se supone que ayudo a las personas a encontrar su camino, pero mi hermano...
—No tenías forma de saber lo que ocurriría —mi voz la interrumpe, me observa casi desesperada por poder creer en mis palabras —nadie podría saber algo así, Stella.
—No lo entiendes —sacude la cabeza —Frank no creía en la astrología, solía llamar charlatán a nuestro padre, siempre dijo que no había forma de descubrir nuestro destino mediante las cartas y las estrellas, pero esa noche, la noche en la que murió, me buscó, me buscó y confío en mí para que le dijera cómo resultaría su noche, tenía una cita, ¿sabes? Tenía una cita y quería que le dijera cómo iba a resultar todo.
Su voz se rompe, aprieta los párpados y noto la forma en la que sus manos se cierran en puños, no lo pienso mucho, me muevo hasta acercarme a ella, hasta conseguir que mis manos envuelvan las suyas.
—Stella...
—Confió en mí, y yo le dije que tendría la mejor noche de su vida —las lágrimas bordean sus ojos —no terminé la lectura, es un error imperdonable dejar una lectura inconclusa, no me molesté en bajar la última carta... y Frank ahora está muerto.
Su voz se rompe, sacude la cabeza y coloca las palmas contra su rostro. Sus sollozos se sienten como alambre que me envuelve el corazón y lo aprieta hasta hacerlo sangrar. Mis manos la envuelven, la apego a mi pecho deseando poder hacer algo más para hacerla sentir mejor. No sé exactamente cuánto tiempo pasamos así, hasta que ella consigue recomponerse. Hasta que se aparta de mi cuerpo limpiándose las lágrimas.
—Lo siento —dice luciendo avergonzada —debo ser la peor compañía del mundo.
Sonrío levemente.
—Nunca debemos disculparnos por mostrar donde nos duele —su mirada brilla de nuevo, como si mis palabras significaran más para ella de lo que puede decir —sé que tal vez no me creas, Stella, pero estoy casi seguro de que bajar esa carta, no hubiese hecho la diferencia.
Sus cejas se fruncen.
—¿Eres vidente?
—No, pero...
—Escucha, tal vez pudiste haberle advertido, tal vez pudiste haberle interpretado esa carta, pero no creo que pudieras ver con exactitud, lo que pasaría, ¿o sí?
Sacude la cabeza.
—No es solo eso —susurra con voz torturada —es el hecho de saber que le fallé. El hecho de que lo dejé marchar pensando que todo saldría bien.
—¿Por eso publicaste el artículo?
Hay un nuevo silencio, toma una inhalación mientras cierra los ojos, como si tratara de darse valor a sí misma.
—Lo publiqué porque una semana después de la muerte de Frank, la culpa no podía conmigo y se lo conté a mis padres, creí ingenuamente que ellos entenderían, pero no fue así. Mi padre se volvió loco, dijo que no era más que una astróloga de nombre, que Frank nunca debió confiarme su destino, dijo que soy una mentirosa, una farsa que intenta fingir que puede arreglar la vida de los demás, pero que no fue capaz de salvar a su hermano.
—Stella...
—Mi familia me condenó por mi error y creo que no están muy equivocados, pero...
—Claro que están equivocados, Stella —la firmeza de mi voz la hace parpadear —tu padre se ha equivocado en cientos de ocasiones, y estoy seguro de que tu madre tampoco se salva. Frank fue a ti, ¿por qué?
—Porque confió en mí —susurra en un hilo de voz.
—Exactamente, porque confió más en ti que en tu padre, y eso es lo que debes de recordar. Que tienes la confianza de las personas que realmente merecen la pena.
—¿Cómo puedes saber todo eso? Apenas y me conoces —sacude la cabeza —pensaste que iba a lanzarme de aquel puente, no sabes nada de mí. ¿Cómo puedes decirme eso?
Sonrío levemente.
—No creo en la astrología, eso es cierto. No creo que puedas saber la vida de una persona mediante las estrellas, ¿creo que es una farsa? Un poco. Pero puedo ver cuando alguien es sincero, soy un hombre de ciencia, Stell. No creo en algo que no puedo ver, o comprobar. Pero no me hace falta hacer un cálculo para darme cuenta de que tú, eres una buena persona. Y las buenas personas no merecen cargar consigo pesos que no les corresponden.
Una lágrima desciende por su mejilla.
—Si ya no crees en las estrellas, bien. Pero no abandones algo que te hace feliz, solo porque alguien más dijo que eres una farsa. Te equivocaste, pero eso no quiere decir que tengas que renunciar a toda tu vida.
—¿Cómo podré mirar a la gente y hablarles de su futuro cuando Frank ya no tendrá el suyo? No puedo hacerlo, Harry. Y aunque quisiera, publiqué ese artículo, ya nadie creerá en mí.
Baja la vista y extiendo la mano para tomar su mentón, lo elevo con ligereza consiguiendo que sus ojos se posen en los míos.
—Te aseguro que hay muchas personas que ahora te admiran por lo que escribiste.
Sonríe, lo hace de verdad. Sus ojos vuelven a tener ese brillo, las comisuras de sus labios se curvan hacia arriba mostrándome un gesto sincero.
—Ojalá todos los hombres de ciencia fuesen como tú —me rio levemente —gracias, Harry.
—De nada, supernova.
—No voy a preguntar el motivo de ese sobrenombre —dice apretando los labios reteniendo la risa.
Mejor no lo hagas.
Sería demasiado vergonzoso dar una explicación del porqué, por Dios, recién la conozco y ya le estoy otorgando sobrenombres, ha de pensar que soy de lo más ridículo.
—Estás pensando en voz alta —dice divertida.
—¿Qué?
Se ríe en serio, pasa las manos por sus mejillas y luego por la tela de su pantalón. La vergüenza cae sobre mí, pero ella no me da mucho tiempo para pensar en eso, extiende una mano hacia mí mientras dice:
—Venga, chico de las estrellas, aún tenemos muchas otras constelaciones que ver.
Sonrío, Stella parece tener una habilidad inmensa para sobreponerse. El borde de sus ojos está enrojecido, pero una sonrisa sincera cruza por sus labios mientras aguarda por mí.
Le tomo la mano, incorporándome.
Cuando me coloco junto a ella, vuelve a mirarme a los ojos y descubro una nueva capa, parece que la mujer delante de mí tiene cientos de ellas, y es como si de pronto las fuese revelando una por una.
Entonces afirmo mi creencia, Stella James, es por completo una supernova.
—¿Quieres pasar? —dudo por un instante.
Stella sostiene la puerta de su hogar mientras me observa detenidamente. Es casi media noche, y debería irme a descansar teniendo en cuenta que mañana tendré que presentarme a la universidad para las clases, pero una parte de mí se siente aún más intrigado por conocer más a Stella.
—Debes estar cansada, no quiero ser una molestia —sonrío levemente.
—Para nada —responde imitando mi gesto —pero si no quieres, no pasa nada.
No hay molestia en sus ojos, ni siquiera decepción. Lo que me impulsa a aceptar.
—De acuerdo.
Ella empuja la puerta y nos adentramos, paso la mirada por todo el lugar, la casa de Stella tiene la misma vibra que ella. Las cortinas son de un cálido color marrón, tiene cuadros decorativos en las paredes, y hay varias piedras de colores esparcidas por toda la estancia.
—Bienvenido a mi humilde morada —dice con una leve sonrisa —perdona el desorden, no suelo recibir visitas. ¿Quieres tomar algo?
—Estoy bien, gracias —ella sonríe a modo de respuesta, y camina hasta el sillón que está colocado a un costado de la sala.
La sigo, me acomodo sobre la suave superficie, e inconscientemente doy una mirada al espacio.
—¿Te gusta? —inquiere con curiosidad.
—Es bonito —admito —tienes buen gusto para la decoración.
—No lo hice sola en realidad —confiesa —Frank me ayudó.
Noto como su mirada vuelve a opacarse, sin embargo, es muy buena escondiéndolo. Se recompone con rapidez, como si deseara restarle importancia.
—¿Tienes hermanos?
Desearía que hubiese preguntado cualquier cosa, excepto eso. Me aclaro la garganta y por inercia me remuevo sobre el sillón.
—Sí —respondo al fin.
Stella sonríe.
—¿Eres el mayor?
—No, soy el menor. — Debe de reconocer algo en mi expresión porque frunce las cejas.
—Lo siento, no quise sacar un tema incómodo.
Me obligo a mí mismo a apartar el sentimiento de molestia que parece llenarme cada centímetro del cuerpo, porque hablar de Oliver trae por completo los recuerdos amargos de todo lo que ha pasado en los últimos meses.
—No tengo la mejor relación con mi hermano —confieso —hemos tenido muchos...inconvenientes a lo largo de nuestra vida.
Stella asiente con comprensión.
—Es complicado ser el hermano menor —dice —lamento que tu relación con tu hermano sea complicada.
Me encojo de hombros.
—A veces desearía que simplemente...desapareciera.
Me doy cuenta de mis palabras demasiado tarde, hay algo en la expresión de Stella que me hace sentir culpable. Ella perdió a su hermano, y yo quiero deshacerme del mío. Irónico, ¿cierto?
—Lo siento, no quise decirlo de esa manera —sacudo la cabeza y aprieto los párpados.
—Está bien, no tengo derecho a juzgar la relación de las demás personas con su familia —me da una suave sonrisa —a veces yo también solía desear que Frank desapareciera, sobre todo cuando peleaba con mi padre y solía decir que lo que hacíamos era una mentira, en esos momentos, cuando cuestionaba a mi padre, solía sentir que me cuestionaba también. Y me enojaba tanto que no creyera en lo que hacía, ahora viéndolo en perspectiva, creo que, si no creía, era por un motivo. Pero hubiese deseado que siquiera cuestionándome todo el tiempo, desearía que siguiera pensando que somos unos mentirosos, pero que siguiera aquí.
No sé qué es lo que debo de responder, mi mente no parece encontrar una respuesta adecuada para sus palabras que se sienten tan crudas y honestas.
Así que lo único que encuentro, es decirle el porqué.
—La relación con mi hermano siempre ha sido opacada por una constante competencia, quien obtiene los mejores resultados, las mejores calificaciones, quien gana los concursos. Eso nos impidió estrechar lazos, yo quería ganarle siempre, él quería ganarme todo el tiempo, así que en algún punto nos olvidamos de que no era una competencia.
Stella permanece en silencio.
—Hace unos meses, estaba cerca de conseguir un puesto. Y lo llamé.
Sonrío con tristeza.
—No solíamos hablar demasiado, pero esa noche le llamé porque estaba eufórico, pero también tan nervioso. Charlamos por largo rato, y él parecía feliz por mí. Lo siguiente que supe fue que no me quede con el puesto, pero no solo eso, sino que mi hermano había viajado desde otro estado para aplicar. Tenía mejores cartas de recomendación, más experiencia, así que lo eligieron a él.
La comprensión se adueña de su mirada.
—Él sería mi jefe, no hubiese tenido ningún problema de no ser porque él sabía lo que significaba para mi ese ascenso, era la oportunidad de mi vida, y seguramente él ni siquiera supo de su existencia hasta que le llamé. Renuncié a mi empleo, y no he hablado con él desde entonces.
Hay un corto silencio.
—¿No le preguntaste los motivos?
—¿Para qué saberlos? —me río sin ganas —él siempre querrá ganar, nuestra relación ya estaba fracturada, pero lo que ocurrió solo terminó de rompernos.
Stella ladea la cabeza levemente. Permanece en silencio por varios segundos antes de darme una respuesta.
—Tú no me has juzgado en ningún momento, así que yo no lo haré contigo, pero creo que, si alguna vez deseas cuestionarle los motivos, puede que te sorprendas.
—O puede que termine decepcionándome aún más.
Sonríe levemente.
—Me da la impresión de que eso ya es un hecho, así que, ¿qué tienes por perder?
Esta vez la sonrisa que crispa mis labios no puede ser retenida, termino sonriéndole porque, joder, hace meses que no me siento tan a gusto conversando con alguien. Hace bastante tiempo que no tengo una charla amena, una en donde pueda decir lo que pienso sin temor a que la otra persona pueda juzgarme.
Tal vez por eso resulta más fácil mostrar donde nos duele a alguien que no conoces en lo absoluto. Tal vez mostrarnos vulnerables ante un extraño en realidad es más liberador de lo que podemos pensar. Tal vez porque en realidad no hay la certeza de que volveremos a vernos.
Aunque por alguna razón, no quiero que este sea el caso. No quiero que sea la última vez que vea a Stella James.
Quiero verla de nuevo.
—Tal vez algún día pueda preguntarle.
Mi celular emite un sonido, le doy una breve mirada, leyendo el nombre de Addison en la pantalla. Lo ignoro y vuelvo mi atención a Stella.
—Debería irme, es tarde —me incorporo —me alegra que hayas aceptado ir a la noche de observación conmigo, fue agradable.
Ella se encoje de hombros.
—Espero que pienses en mí cada que tengas entradas —bromea —siempre y cuando haya comida.
Me rio, ella me acompaña hasta la puerta, y permanece ahí aún cuando salgo al exterior, y llego al auto estacionado justo al frente.
—Supongo que nos vemos. —eleva la mano en un saludo —adiós, Harry.
—Nos vemos, supernova.
Noto como su sonrisa se ensancha, como sus ojos brillan y sacude la cabeza antes de retroceder un paso, y cerrar la puerta.
¿Qué tienes por perder?
Su pregunta se repite en mi mente, nunca cuestioné los motivos de Oliver, porque no consideré que hubiese una respuesta válida para lo que hizo, ahora que me atrevo a considerarlo...
Sacudo la cabeza. No. No hay ni una sola justificación.
No le arrebatas los sueños a otra persona de esa manera, no te robas las jodidas oportunidades. Tal vez Oliver tenga sus motivos, pero nunca serán suficientes.
Volteo hacia la casa de Stella, una sonrisa crispa mis labios. A pesar de que pasar tiempo con ella es agradable y parecía que nos entendíamos... la realidad es que no podríamos ser más diferentes.
Stella James es lo más parecido a una supernova.
Y yo, lo más cercano a un agujero negro.
________________________________________________________________________________
Hola hola! ¿Alguna teoría de porqué Harry llama Supernova a Stella? (No se preocupen que más adelante tendremos el porqué) ¡Me encanta leerles en comentarios!
No se olviden de votar y compartir, asi llegamos a más personitas
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro