33.- Soltar también es amar
Stella.
—¿Tienes planes para acción de gracias? —volteo cuando escucho la voz de Harry.
Está recostado en la cama, tiene el cabello algo revuelto y una ligera sonrisa en los labios.
—No lo sé, tal vez me quede en casa y vea un par de comedias románticas.
Harry frunce las cejas.
—¿De verdad?
—Sí —me recojo el cabello en una coleta, y me aproximo hasta donde se encuentra —¿Por qué?
—Bueno, pensaba que podrías venir conmigo a la celebración que hacen Addie y Jeff, es algo sencillo, una cena tranquila y mucho vino.
—No quiero ser entrometida...
—Oh, por favor —se incorpora —no te considerarían entrometida en lo absoluto. Créeme, Addison estará encantada de tenerte en la cena.
Una leve sonrisa crispa sus labios.
—Creí que pasarías acción de gracias con tu padre —él sacude la cabeza levemente.
—Pasaré un momento, pero las cenas familiares no son lo mío. Papá decidió no celebrar acción de gracias, ya sabes, por mamá. Dice que quiere estar solo, supongo que es su forma de adecuarse a que mi madre ya no está. Así que solo pasaré a casa por un momento, y luego iré a casa de Jeff.
—Entiendo que debe de ser complicado, también es mi primera acción de gracias sin Frank —confieso —creo que también por eso quería quedarme en casa, ya sabes, es raro celebrar algo sin la persona con la que lo has hecho siempre.
La comprensión se adueña de su mirada. Extiende la mano, su tacto me resulta cálido, envuelve la mano alrededor de la mía, entrelazando nuestros dedos.
—En ese caso, si prefieres quedarte en casa tal vez pueda quedarme contigo —se encoge de hombros —¿te he dicho lo mucho que me gustan las comedias románticas?
Una corta carcajada brota de mis labios.
—No tienes que hacerlo —murmuro.
—Lo sé, pero es una fecha especial y me gustaría pasarla contigo.
Una sonrisa tierna se filtra en mis labios.
—Pasaré un rato con mi padre, visitaré a Jeff y a Addie y luego vendré, ¿qué te parece?
—Que suena genial, pero pensándolo mejor, creo que me gustaría ir contigo.
—¿Estás segura? Si deseas quedarte...
—No, está bien —murmuro aún con una sonrisa en los labios —en realidad me gustaría ir.
—De acuerdo, ellos estarán feliz de verte, te aprecian más a ti que a mí, en realidad —vuelvo a reír —hablo en serio, supernova.
Mi sonrisa se llena de ternura cuando lo escucho llamarme de esa manera, no me había dado cuenta de cuánto echaba de menos escucharlo llamarme de ese modo. Es curioso cómo algo tan sencillo como un sobrenombre, puede englobar tanto significado.
—Yo también los aprecio y los echo de menos, tus amigos son increíbles —me incorporo de la cama —además, creo que, si decidiera quedarme en casa, Frank estaría bastante indignado.
—Ah, ¿sí?
—Frank era quien se encargaba de organizar las reuniones, siempre tenía un plan. Y a pesar de lo sociable que era, no recuerdo que no haya estado ausente en ninguna acción de gracias, navidad o año nuevo. Le gustaban las festividades, mucho.
Harry me observa con una sonrisa comprensiva.
—Una vez alguien me dijo, que la mejor manera de honrar la memoria de un ser amado es continuar viviendo como ellos lo hacían, realizar las cosas que ellos amaban hacer,
Una sonrisa cruza mis labios.
—Entonces supongo que será una noche de mucha celebración.
Ambos compartimos una sonrisa, cuando el celular suena, Harry hace una mueca.
—Tengo que volver a la universidad en un par de horas por unas clases extra, ¿te apetece que almorcemos fuera?
Asiento levemente.
—De acuerdo, déjame cambiar mi ropa y podemos salir.
Él no pone objeción. Se recuesta de nuevo y se entretiene con el celular mientras me cambio la cómoda ropa para estar en casa por algo más presentable.
El clima comienza a cambiar, las lluvias se acercan y el clima se ha vuelto más frío, por lo que me coloco una sencilla camiseta y la complemento con una chaqueta y unos pantalones a juego.
Me dejo el cabello suelto y decido no retocarme el maquillaje, Harry sigue en la misma posición para cuando salgo del baño.
—Podemos irnos —informo, cuando se incorpora, no me pasa desapercibida la sonrisa que se filtra en sus labios cuando su mirada me recorre por completo, aunque no dice nada más.
El camino hacia el centro de la ciudad es relativamente corto y no hablamos mucho en realidad, respondo algunos mensajes del blog, y para cuando me doy cuenta, Harry está estacionando fuera de uno de los nuevos restaurantes de comida asiática.
—Podemos probar el sitio, o ir a otro lugar que prefieras —dice.
—La comida asiática está bien —me da un corto asentimiento y me hace un ademán con la mano para que aguarde, se baja primero y casi corre para rodear la parte delantera del auto y llegar hasta mi puerta.
No hemos hablado mucho de en que punto nos encontramos ahora, no hemos vuelto oficialmente, pero hemos estado pasando mucho tiempo juntos, y nos hemos besado mucho también por lo que no debería resultarme extraño que me tomara de la mano, pero es como si el tiempo que pasamos separados mi cuerpo se hubiese olvidado de todas las cosas y ahora todo se sintiera como la primera vez.
Conseguimos una mesa en la terraza y no pasa mucho rato hasta que una mesera se acerca para tomarnos la orden.
Nuestros pedidos no demoran demasiado y mientras esperamos, hablamos un poco de las cosas a futuro en las que estamos trabajando.
—¿Has pensado sobre que harás si te llegan nuevas ofertas cuando termines tu investigación? —inquiero.
—No lo he pensado demasiado —confiesa —primero quiero terminar la investigación, luego podré considerar las ofertas si es que las hay.
—Pero claro que las habrá —objeto —es una investigación grandiosa, y según sé tuviste muchos interesados luego de la gala, ¿no es cierto?
—Sí, pero no quiero hacerme muchas ilusiones, es decir, tener una buena investigación no te garantiza que puedas tener una buena oferta.
Ladeo la cabeza.
—¿Pero si la hubiera?
Él parece considerarlo.
—Antes de conocerte, planeaba usar los fondos que la universidad destinaba a la investigación como parte de mi trabajo como profesor, no es mucho, pero ha sido suficiente. Quería hacer uso de tanto como me fuese posible antes de tener que terminar el contrato, luego, cuando tuviera la investigación podría esperar que algún otro observatorio se fijara en mí.
—¿Algún otro observatorio?
—Si, bueno, el plan es recuperar algún puesto similar al que desempeñaba antes.
—Seguro lo puedes conseguir —extiendo la mano para tomar la suya —la investigación es grandiosa y tu eres un científico excelente.
—Quiero pensar que podré tener buenas ofertas, pero tampoco quiero hacerme grandes ilusiones, es decir, no soy el único astrónomo en el mundo haciendo investigaciones, es un mundo bastante competitivo.
—Lo sé, pero mantenerte positivo siempre es una buena herramienta —le guiño un ojo y eso lo hace reír.
Pasamos la comida conversando sobre los temas relacionados con su investigación y sobre lo que viene ahora para mí. Comparado a él, no tengo las cosas tan claras. Pero no estoy segura de querer continuar el camino que solía transitar.
Estamos alrededor de una hora y media en el restaurante, y cuando salimos el clima es tan agradable a pesar de que el sol está oculto por varias nubes, por lo que decidimos hacer un corto paseo antes de que Harry tenga que irse a las clases de la universidad.
—¿Planeas tener algún otro episodio con Mónica? —inquiere mientras avanzamos por el parque.
—No lo creo, hemos hablado un poco desde que salió el último pero no considero que sea necesario.
—Fue un éxito, tal vez deberías considerar sacar tu propio podcast —sugiere con una sonrisa —tal vez...
—¿Stella?
Harry voltea cuando escucha mi nombre, pero yo no lo hago. Me tenso apenas reconozco la voz de mi padre. No quiero voltear, porque sé que no encontraré amabilidad en su rostro, sin embargo, termino haciéndolo.
No me equivoqué, viene del brazo de mi madre y ambos nos miran detenidamente. La mirada de mi madre es más amable, pero la de mi padre sigue igual de fría, igual de distante.
—Hola mamá, hola papá —saludo fingiendo una sonrisa —que sorpresa.
Ellos no responden. Me giro por completo, Harry también lo hace. Su mano encuentra la mía otra vez.
—¿No planeas presentarnos a tu acompañante? —inquiere mi madre.
Desearía no hacerlo, realmente desearía solo irme. Solo darles la espalda y marcharme, pero no puedo hacerlo.
No tengo oportunidad de responder porque Harry se adelanta.
—Harry Jenkins, un gusto —se presenta extendiendo la mano hacia mi padre, él la toma con una mirada de frialdad, y luego saluda a mamá, quien le responde la sonrisa.
—Así que es cierto lo que dicen, ahora pareces interesada en la ciencia —el tono de desdén que emplea me hace rodar los ojos.
—No veo porque eso sea algo malo —Harry responde antes de que pueda tener la oportunidad de responder.
—No tenemos porque hablar de esto ahora —mascullo —diría que es un gusto verte, papá. Pero ambos sabemos que no lo es, así que nos vamos.
Hago el ademán de marcharme, pero mi padre habla otra vez.
—Por favor, ¿realmente puedes pretender olvidarte de lo que eres? ¿De lo que hiciste? ¿Realmente crees que difamar a lo que te dio tanto por años y cambiarte a otra carrera cambiará las cosas?
—¿Cambiar las cosas? —inquiero intentando no perder la compostura porque estamos en un lugar público —no estoy intentando cambiar las cosas, porque nada lo hará. Estoy continuando con mi vida, lo cual es distinto, papá.
—No puedo creer que después de todo, sigas actuando de este modo. Pretendiendo que no tienes responsabilidad en nada.
—Es porque no la tengo —respondo con firmeza. —No importa lo que ustedes crean. No soy responsable de nada. Yo no maté a mi hermano, si eso es lo que insinúas, no voy a permitirlo porque estoy harta de que me culpes.
Mi padre se queda en silencio.
—No, no lo hiciste. Pero tampoco hiciste mucho por impedir su muerte.
—Eso no...
—Tal vez no lo mataste, pero le fallaste al prometerle algo que nunca tuvo. Puedes ser tan digna como quieras, y pretender que no hiciste nada, pero al final sabes que tenemos razón.
—Simón, creo que...—mamá intenta hablar, pero él la detiene.
—Lo peor de todo es que nunca vas a aceptar lo que hiciste y eso...
—Suficiente —Harry habla con firmeza —ha sido suficiente.
Mi padre lo mira.
—Esto no es asunto tuyo —dice —¿quién te crees que eres?
—Soy alguien a quien realmente le importa su hija. Y quien no va a permitir que sigan tratándola de este modo.
—Esto no es asunto tuyo —repite mi padre —más vale que guardes tu distancia o...
—Claro que es mi asunto, porque involucra a la mujer que amo. Y porque he tenido que ver lo mucho que ha sufrido por culpa suya, porque cada vez que ustedes dicen estas cosas, ella tiene que lidiar con las heridas que ustedes dejaron abiertas.
—Harry... —tiro de su mano, pero él no se inmuta.
—Stella está tratando de seguir adelante, pero parece que a usted eso no le importa.
—Harry, basta...
—No, no voy a quedarme callado con esto, porque es suficiente —dice con severidad. —No voy a hacerlo porque no mereces esto, es hora de que alguien lo deje en claro.
Se gira de nuevo a mi padre.
—Ha cuestionado a Stella todo este tiempo, pero ¿no se ha preguntado porque su hijo no acudió a usted? ¿Por qué fue en búsqueda de su hermana en vez de su propio padre?
La mirada de mi padre vacila.
—Eso es porque confiaba en su hija, confiaba en ella mucho más que en usted.
Mi padre da un paso hacia atrás, como si las palabras fuesen un golpe.
—Frank confiaba en Stella porque sabía que ella lo escucharía —continúa Harry, su tono crudo, sin rastros de indulgencia—. Sabía que ella no lo juzgaría, que no trataría de imponerle lo que debía hacer o en quién debía convertirse. ¿Puede usted decir lo mismo?
—¿Cómo te atreves...?
—Usted cree en las almas, ¿cierto? Cree que las personas que se han ido a veces pueden vernos, ¿qué cree que es lo que hijo ve?
Mi corazón se aprieta, las lágrimas nublan mi visión y quiero hablar pero las palabras se atoran.
—Porque lo que yo veo, y seguro su hijo igual, parece que ha gastado más tiempo buscando a quién culpar por lo que pasó que tratando de entenderlo.
—No tienes idea de lo que estás diciendo.
—¿No? —Harry da un paso hacia adelante, su presencia llenando el espacio entre nosotros—. Sé lo que es perder a alguien y no saber cómo lidiar con eso. Sé lo fácil que es culpar a otros porque enfrentarte a tu propia culpa duele demasiado. Pero también sé que, si realmente amas a las personas que te quedan, encuentras la manera de ser mejor para ellas. Stella no necesitaba que usted fuera perfecto, solo necesitaba que fuera un padre.
—Basta —mi voz se instala entre nosotros, mi padre me mira —no vamos a seguir haciendo esto.
Paso una mano para eliminar las lágrimas que se han escapado, tomo una inhalación y miro a mi padre.
—No voy a seguir cargando con algo que no me corresponde. ¿No crees que ya fue suficiente?
—No sé qué esperas de mí, Stella —dice finalmente, su voz baja y áspera—. No puedo cambiar lo que pienso.
Sonrío con tristeza.
—No espero que cambies lo que piensas —respondo, mi tono más firme de lo que siento—. Pero sí espero que dejes de usar tus propias heridas como una excusa para lastimarme. No voy a tolerar más tratos como este, Simón. No tienes que quererme, pero no voy a dejar que sigas dañándome.
Él no responde, su mirada sigue siendo tan fría, tan distante. Y entiendo que tal vez nunca deje de mirarme de ese modo, que tal vez nunca va a dejar de culparme, pero esa no es mi responsabilidad.
—Mi consciencia está tranquila sabiendo que siempre fui sincera con Frank. Sabiendo que podía confiar en mí. Y seguiré mi vida como él lo hubiese hecho. Sin importar que para ti no sea lo correcto.
Tomo una corta inhalación.
—De niña solías decirme que la familia era importante, ¿recuerdas? —mi voz se quiebra ligeramente, pero me obligo a mantenerme firme—. Que la familia siempre debía estar unida, sin importar qué.
Sus ojos parpadean apenas, pero su expresión no se suaviza.
—Lo recuerdo —dice, seco, como si esas palabras ya no tuvieran peso alguno.
—Pues la familia no debería hacer sentir a uno de los suyos como un extraño —continuo, con una tristeza que se cuela en cada palabra—. No debería romper a alguien que ya está roto. Frank lo entendió, incluso en sus peores momentos. Pero tú... tú elegiste culparme porque era más fácil que aceptar que ambos lo perdimos.
Simón no responde. Su silencio es una muralla impenetrable, y por más que quiera, sé que no puedo derribarla.
—Así que no, papá —corrijo, dejando caer la palabra con un peso que duele—. Ya no voy a luchar por algo que tú no quieres construir. Mi puerta siempre estará abierta, pero no voy a quedarme esperando. Ya no más.
Doy un paso atrás, sintiendo cómo Harry se acerca a mi lado, como un ancla en un océano turbulento.
—Siempre pensé que el amor de una familia podía sanar cualquier cosa —digo en un susurro, sintiendo cómo mi voz se quiebra—, pero ahora entiendo que hay heridas que el amor no puede alcanzar.
Sonrío con tristeza.
—Así que adiós, a ambos.
No espero una respuesta, no quiero esperarla. Me doy la vuelta, la mano de Harry encuentra la mía segundos después, camino y no me detengo. No lo hago hasta que estamos de nuevo en el auto, y entonces termino soltando todo lo que llevo dentro.
Las lágrimas vienen y Harry me envuelve en un abrazo.
—Está bien, supernova. Está todo bien —dice acariciando mi cabello —él está orgulloso de ti.
No le digo que me gusta pensar que sí, porque si no lo está, al menos sé que hice lo correcto. Y eso es lo que Frank siempre quiso para mí: que aprendiera a soltar, incluso cuando doliera.
Porque soltar no significa olvidar, y aunque me duela, sé que Frank estaría aquí, sosteniéndome, diciéndome que lo estoy haciendo bien. Que a veces, amar también es saber cuándo dejar ir.
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¡Hola, hola!
Lamento tanto haber demorado tanto en darles cap, pero he estado bastante complicada las últimas semanas, y esta historia me está costando más de lo que pensé.
Prometo traerles cap tan rápido como me sea posible.
¡Espero que lo disfruten!
¡No se olviden de votar y comentar!
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