Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18.- Una buena oportunidad


STELLA.

La sonrisa no desaparece de su rostro.

—¿Puedo pasar?

—Primero me gustaría saber que está haciendo en mi puerta —cuestiono.

Él suspira. Deja de mirarme para observar a los costados, viene tan formal que me causa curiosidad la razón de su visita, no habla y durante los segundos que siguen, tengo la tentación de cerrarle la puerta en la cara.

—Si me dejas pasar, puedo explicártelo —pide —he venido en son de paz, lo juro.

Lo miro, ahora que sé que se trata del hermano de Harry, puedo notar cierto parecido entre ambos. Oliver es más alto, y tiene las facciones más maduras que su hermano, más duras, no sé en realidad por cuanto sea mayor, pero la barba que ahora trae lo hace lucir más...imponente.

No debería dejarlo entrar a mi hogar, debería cerrarle la puerta en la cara, pero no me permito hacerlo. Por el contrario, me aparto.

Él no lo piensa, ingresa y avanza hasta que llegamos a la sala. Al igual que su hermano hizo, no pierde oportunidad para examinar alrededor.

—¿Y bien? —me cruzo de brazos —lo que sea que lo haya traído hasta aquí, espero que sea rápido. No quiero ser grosera doctor Jenkins...

—Oliver —me corrige —solo Oliver.

—No quiero ser grosera, Oliver —corrijo —pero no tengo demasiado tiempo para dedicarle.

Asiente brevemente. Señala el sillón, no espera invitación simplemente se sienta, resoplo y de mala gana me coloco al frente.

—Quiero disculparme —comienza —principalmente por lo que dije el día de la reunión en el observatorio, no debí hablar así de ti.

—No importa, tomo las cosas de quien viene.

Él sonríe.

—Tienes carácter —dice —tal vez por eso se llevan tan bien.

—Lo preguntaré una última vez, ¿qué haces aquí, Oliver?

—Quiero arreglar las cosas con Harry —tengo que hacer uso de todo mi autocontrol para no reírme. Pero debe notar la burla en mis ojos —supongo que te ha contado la historia.

—Lo hizo.

—Escucha, sé que soy un mal hermano, pero realmente nunca quise que esto pasara entre nosotros —explica —probablemente nadie lo entiende, pero nunca quise que mi hermano me odiara.

—Bueno, eso pasa cuando le robas oportunidades —respondo —¿qué esperabas que ocurriera?

—Estoy aquí porque necesito que Harry acepte el trabajo en el observatorio, ese es su sitio.

Sonrío con ironía.

—Sí, ese es su sitio, y me sorprende que, sabiéndolo, hayas actuado del modo que lo hiciste. Ahora no te sorprendas ni te hagas el digno por las decisiones que Harry toma, no te debe nada para aceptar un puesto.

—Está siendo orgulloso —dice con molestia —y eso puede perjudicarlo en su carrera, no tiene porque estar en esa universidad, puede tener un buen puesto...

—Oliver, en serio. Si viniste hasta aquí solo para decir esto, estás perdiendo tu tiempo. No voy a influir en las decisiones de Harry. Es un adulto, él sabe el motivo de su actuar y me temo que tú también lo sabes. Ya le has quitado demasiado, así que creo que lo mejor que puedes hacer es simplemente dejarlo en paz. Probablemente con el tiempo olvide el enojo y pueda hablar contigo, pero ahora no vas a ganar nada viniendo a mi casa para tratar de convencerme de hacerlo tomar una decisión.

Su rostro se contrae con molestia, ¿qué esperaba? ¿Qué accediera corriendo a su petición?

—Escucha, Stella. Sé que probablemente comenzamos con el pie izquierdo, pero ahora esto no se trata sobre mí. Es sobre Harry...

—Detente —exijo —no soy quién para juzgar las relaciones familiares de los demás, pero enserio, ¿realmente tienes el valor para plantarte frente a mí y pedirme esto?

—Va a escucharte...

—Por favor —resoplo con fastidio —deja de pretender que no tienes culpa en lo que pasa entre ustedes, porque la tienes. Y me temo que nunca vas a poder arreglar las cosas con tu hermano si no lo reconoces.

Oliver no responde, su mandíbula se tensa y sacude la cabeza. Todo su cuerpo irradia en tensión, mantiene las manos apretadas sobre sus rodillas y comienzo a sospechar que este hombre tiene un gran problema gestionando las emociones.

—Oliver —su mirada vuelve a mí —tu hermano está resentido, mucho. Si realmente quieres arreglar las cosas, no busques que alguien más lo haga por ti. Tú lo arruinaste, tú tienes que encontrar la manera de solucionarlo, nadie más.

Sonríe irónico.

—No quiere ni verme, me temo que eso no será posible.

Me encojo de hombros.

—Bueno, entonces te sugiero que empieces a pensar en cómo hacerlo posible —respondo, manteniendo mi tono firme pero calmado. Oliver sigue inmóvil, claramente no le gusta lo que escucha. ¿Por qué la gente tiene la creencia errónea de que vas a aceptar siempre todas sus peticiones?

—No es tan sencillo como lo pintas —dice finalmente, su voz baja, casi como si estuviera hablando consigo mismo.

—¿Crees que no lo sé? —Lo miro con una mezcla de compasión y frustración—. Las relaciones rotas nunca son fáciles, pero si sigues esperando que Harry sea el que dio el primer paso, te vas a quedar esperando mucho tiempo.

Oliver exhala bruscamente, como si estuviera a punto de decir algo más, pero se detiene. Lo observa un momento más, tratando de descifrar sus verdaderas intenciones. No sé si realmente está aquí por Harry o si solo quiere encontrar una forma de limpiar su propia conciencia.

—Mira, Oliver —empiezo, esta vez con un tono más suave—, entiendo que crees que lo que haces es por el bien de Harry, pero a veces el bien que creemos que hacemos por otros es más sobre lo que necesitamos nosotros, no sobre lo que ellos realmente quieren o necesitan. Si él decide tomar el trabajo en el observatorio, será porque él lo elige, no porque lo empujaste a hacerlo.

Parece que mis palabras lo han afectado de alguna manera. Oliver aprieta los labios, como si estuviera a punto de decir algo, pero luego se levanta de golpe, frustrado.

—No puedo hacer más, entonces —dice, sacudiendo la cabeza, como si estuviera rindiéndose, aunque sigue sin reconocer realmente su parte en el conflicto.

Lo observa mientras se dirige hacia la puerta, y antes de que salga, le digo algo más:

—Solo piensa en esto, Oliver. Si realmente quieres recuperar a tu hermano, empieza por ser honesto contigo mismo. Acepta tu parte. Quizás, solo entonces, Harry estará dispuesto a escucharte.

se detiene en el umbral de la puerta, mi última frase parece detenerlo por completo. Su espalda rígida sugiere que mis palabras le han llegado, aunque no lo admite en voz alta. Por un momento, el silencio entre nosotros es denso, casi tangible. Sé que lo he puesto frente a una verdad que lleva tiempo evitando, una que lo incomoda más de lo que está dispuesto a reconocer.

—¿Y qué parte es esa? —dice, sin volverse a mirarme, su voz cargada de ironía y cansancio—. ¿Qué parte tengo que aceptar, según tú?

Doy un paso hacia él, buscando sus ojos, pero él sigue con la mirada fija en la puerta.

—La parte en la que te alejaste de él cuando más te necesitaba. La parte en la que siempre ha antepuesto tus ambiciones a tu relación con Harry. —Mis palabras salen con más firmeza de la que esperaba, pero sé que ya no hay vuelta atrás—. Esa es la parte que necesitas aceptar.

Oliver suelta una risa amarga, pero no hay humor en ella. Finalmente se gira hacia mí, y veo en sus ojos una mezcla de culpa y orgullo herido.

—¿Y qué sabes tú de lo que necesitamos? —Su voz es más suave ahora, aunque aún tensa—. No entiendes nada de lo que ha pasado entre nosotros.

—Tal vez no lo entienda todo —admito, cruzándome de brazos—. Pero he visto suficiente para saber que, si no reconoces lo que hiciste, Harry nunca te va a perdonar. Lo que estás haciendo ahora, tratando de manipular su carrera para compensar los errores del pasado, solo va a empeorar las cosas.

Oliver me observa en silencio, sus ojos clavados en los míos, y por un segundo creo ver algo parecido a comprensión cruzar su rostro. Pero es fugaz. Su mandíbula vuelve a tensarse, y sé que sigue luchando contra lo que le estoy diciendo.

—No vine aquí para que me sermonearas, Stella —responde finalmente, su tono gélido—. Solo quería que me ayudaras a hablar con Harry, nada más.

—No voy a hacer eso —digo, firme—. Esta es tu batalla, Oliver, no la mía. Y si sigues buscando atajos, nunca vas a solucionar nada.

El silencio se instala de nuevo, pero esta vez es diferente. Oliver baja la mirada, y por primera vez, parece que está considerando lo que le he dicho.

—Supongo que eso es todo entonces —dice finalmente, su voz un poco más baja—. Gracias por tu... sinceridad.

Abre la puerta pero no sale de inmediato, permanece dándome la espalda por unos segundos antes de voltearse.

—¿Puedo pedirte un último favor? —inquiere.

Asiente brevemente.

—No le digas que estuve aquí. No lo tomará bien —lo dudo, las reacciones de Harry ante las cosas que involucran a su hermano nunca son las mejores.

—No planeo mentirle.

—No te pido que le mientas, solo que omitas el hecho de que estuve aquí. Conociéndolo, va a enfurecer. Y no quiero arruinar más las cosas.

Sin esperar respuesta, se gira y sale de mi casa, cerrando la puerta tras de sí con un suave clic. Me quedo quieta, escuchando cómo sus pasos se alejan por el pasillo.

Resoplo, me lanzo al sillón de la sala y cierro los ojos.

Grandioso, esto es exactamente lo que necesitaba. Pienso con ironía.

El encuentro con Oliver me dejó bastante pensativa, lo suficiente como para considerar pedir una opinión externa. Y dado que no puedo hablar con Harry sobre el encuentro que he tenido con su hermano, he recurrido a mi mejor amiga.

—Quien lo diría —dice mientras echa la espalda hacia atrás.

Nos encontramos en una cafetería cercana a mi hogar, el clima es lo bastante agradable como para invitarte a dar una caminata así que luego de nuestro corto paseo, hemos decidido parar a desayunar.

—Realmente no sé porque pretende que puedo hacer cambiar de opinión a Harry,

—Tal vez porque sabe que ahora eres alguien especial para él —Jully se encoge de hombros.

Sacudo la cabeza, negando.

—En todo caso, realmente no sé si deba mantener en secreto la visita de Oliver. Quiero decir, con todo lo que eso significa...

—Yo creo que no deberías intervenir —interrumpe —es decir, no hay nada que puedas hacer al respecto y aunque no estoy a favor de ocultar información, ¿Cómo crees que tome Harry el hecho de que su hermano estuvo en tu casa?

Hago una mueca. Todo tema relacionado con Oliver parece detonar algo en él. Lo cierto es que no estoy segura de que decírselo sea una buena idea, pero no quiero pensar en todas las consecuencias negativas que eso también puede traer.

—¿Y si Oliver le dice que fue a verme? —Jully frunce los labios.

—¿Por qué las personas tienen que colocarnos siempre justo en el medio de los problemas? —echa la cabeza hacia atrás. Luego parece como si tuviera de pronto una idea.

Se inclina hacia adelante, y palmea el espacio de nosotros.

—Ya se lo que puedes hacer —dice —puedes intentar tocar el tema de la investigación, preguntarle si tiene algún plan después de la universidad, e ir sondeando el terreno.

Sonrío levemente.

—Si comienza a ponerse a la defensiva, abortas misión —una leve risa brota de mis labios —¿qué? Es la mejor forma de saber si no va a explotar al enterarse que hablaste con Oliver.

Apoyo la espalda contra el respaldo de la silla, aparto mi atención de Jully para mirar al exterior, al sitio en donde las personas cruzan a toda prisa y en los autos que no se detienen en la calle.

—Es irónico, ¿no? —cuestiono —el hecho de que yo quiera a mi hermano de vuelta y él apenas tolere al suyo.

Una mirada comprensiva es lanzada hacia mí. Jully toma mi mano, deja un apretón que se siente reconfortante.

—Tú siempre decías que las cosas ocurrían por algo, que todo tiene un propósito. Creo que todo lo que has vivido últimamente no va a ser en vano. Tal vez Harry y tú estaban destinados a conocerse, ¿no lo crees?

—Si, a veces lo pienso —admito.

—Al final, las estrellas siempre encuentran su camino, ¿No es lo que solías decir? No importa cuánto tarden o lo lejos que parezcan, si están destinadas a cruzarse, lo harán.

Asiento brevemente. El celular suena, ambas dirigimos la atención al artefacto que está sobre la mesa y no me pasa desapercibida la sonrisa de Jully mientras se incorpora y señala el teléfono.

—Respóndele a tu príncipe azul —dice —yo voy al baño.

Ya está algunos pasos lejos cuando tomo la llamada.

—Hola —saludo —espero que todo esté bien con el parto de tu amiga.

—De maravilla —responde y noto el entusiasmo de su voz —tuvo una niña preciosa.

Sonrío apoyándome más contra el respaldo de la silla, adoptando una postura muchísimo más cómoda.

—Que buenas noticias, deben estar muy felices.

—Demasiado, Jeff ha organizado una bienvenida para su pequeña. En realidad, ese el motivo de mi llamada.

—¿La bienvenida de la bebé de tus amigos?

—Quiero que vengas conmigo —dice con cautela —ellos quieren conocerte, y he pensado que es un buen momento.

No respondo de inmediato porque me ha tomado con la guardia baja. ¿Conocer a sus amigos? Es como si hubiésemos elevado el nivel de intimidad que hay entre ambos.

—¿Stell?

—Lo siento —mascullo —es solo que me tomaste por sorpresa. ¿No será un momento intimo? Odiaría incomodar.

—Para nada, ellos están ansiosos de conocerte, en realidad. Addie me ha amenazado con que, si no me presento contigo, no me permitirá el acceso.

Me río, bajo la vista un segundo a mi regazo.

—Pero si no quieres ir, lo entiendo. En serio. Solo pensé que sería una buena idea.

Lo dudo por unos instantes. Tal vez no es tan malo después de todo, ¿no es así?

—De acuerdo, si dices que no habrá problema, me gustaría mucho asistir.

—¡Bien! —es imposible no notar el entusiasmo en su voz —es pasado mañana, la bienvenida comienza a las cinco, pero podría pasar por ti a las cuatro. ¿Te parece bien?

—Sí, perfecto.

—Tengo que colgar, los alumnos comienzan a llegar —dice —te llamo después, ¿de acuerdo?

—Sí, intenta no colapsar delante de los universitarios —lo molesto.

—No prometo nada —se ríe —Adiós, supernova. Te quiero.

Esta vez no cuelga de inmediato, por lo que me da oportunidad de responder...

—Yo también te quiero. Adiós.

La llamada se cuelga. Tengo una sonrisa que no puedo ni quiero ocultar y luego, una risa nerviosa me invade, sacudo la cabeza, sopesando lo que está ocurriendo en mi vida ahora.

Conocer a los amigos de alguien nunca es algo pequeño. Es entrar en su círculo, en su vida más allá de la intimidad que ya compartimos. Es una manera de formalizar algo que aún no sé cómo definir por completo. Me pregunto si este es un paso que estoy lista para dar, pero luego me detengo. Tal vez pensar demasiado es lo que me ha mantenido estancada últimamente.

"Será una buena oportunidad", me digo a mí misma, dejando que la idea se asiente.

__________________________________________________________________

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro