Gracias por todo el amor 🥺
Espero que la historia entre Selene y
Matheo quede grabado en sus corazones para siempre ❤️

✨️✨️✨️

EPÍLOGO

MATHEO

Habían pasado meses desde que ella se habia ido. Y yo aun seguía esperándola en aquel claro. Todas las noches iba a ese lugar y miraba al cielo. Quizás ella nunca volvería. Me dije a mi mismo que debía continuar con mi vida y seguir adelante sin ella. Pero no podía hacerlo. Me sentía vació, algo faltaba en mi vida. Ella faltaba en mi vida.

Elaine siempre iba a visitarme, intentaba sacarme de casa y hacer algo divertido como solíamos hacer antes, pero nada me alegraba la vida. ¿Así se sentía perder lo que más amabas? Porque aquel sentimiento estaba ahogándome cada día que pasaba. Lloraba desconsolado cada noche, pensando en ella. Muchas noches la abuela Anna me abrazaba hasta que dejaba de llorar y me quedaba dormido. Miraba mi mano con la esperanza de que la marca estuviera alli, pero no había nada.

Se había ido para siempre y debía aceptarlo. Ella nunca volvería.

Me pasaba los días leyendo libros en la biblioteca tratando de despejar mi mente, pero todo me recordaba a ella.

Mi cama aún tenía su olor, su ropa aun seguía en mi closet y la dejé allí solo para recordarla siempre. Me sabía Titanic de memoria de todas las veces que la había visto.  Elaine intentaba hacerme sonreír siempre, pero aun no lo había logrado.

Estaba triste siempre, decaído. Como ahora que Elaine caminaba conmigo por el jardín. Desde que se fue Selene, decidí plantar rosas blancas y cuidar de las flores que ella misma les había dado vida nuevamente.

—Ya han pasado seis meses, Matheo. Creo que deberías continuar con tu vida. No es justo que sigas esperando por ella. No volverá. —me dijo crudamente y sabia que tenía razón, pero no quería aceptarlo. Una parte de mi alma aun seguía esperando por ella.

Solté un suspiro frustrado.

—No quiero darme por vencido, Elaine. Sería un cobarde si lo hiciera.

—Se que aún la amas y ella seguramente desde el cielo también lo hace. Pero...debes olvidarte de ella.

—Eso no podría hacerlo ni aunque quisiera.

—Pero ella ya no es tu alma gemela, Matheo. Seguro hay alguien más esperando por ti.

—No quiero a nadie más. La quiero ella. No me importa ninguna marca. Se que lo que siento por ella nunca se terminará.

—¡Dios! Eres un terco. —Meneo la cabeza negativamente como si no tuviera remedio. —¿Pero sabes que? Tienes razón.

—¿En qué?.

—Ella volverá. Estoy segura de que encontrará la forma de volver.

Sentí algo cálido en mi pecho por sus palabras. Era anhelo. Un ferviente anhelo.

—Y yo estaré aquí, esperándola.

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Más días pasaban y ella aun no regresaba. Ya no me quedaban más fuerzas para luchar. Me estaba dando por vencido. Ella no volvería. Y yo aun seguía amándola como la primera vez.

Esa tarde decidí ir a la playa. Me senté sobre la arena y cerré mis ojos escuchando el sonido de las olas. La brisa removía mi cabello y me hizo sentir en calma. Me concentré en el sonido del mar y en el cantar de las aves. Entonces lo escuché: el latido de un corazón. Abrí mis ojos abruptamente. ¿Acaso había sido mi imaginación o estaba volviéndome loco? Un ser humano común no podría escuchar el sonido de los corazones. Pero lo escuché tan claro, tan real. Fue como un susurro. Pero los latidos de dicho corazón eran débiles. Como si estuviera, ¿muriendo.?.

Me alteré y mi propio corazón se aceleró. ¿Qué estaba sucediéndome?.
Trate de calmarme y menee la cabeza negativamente. Me dije que solo eran imaginaciones mías y me levanté de la arena. Caminé por la orilla de la playa sin emoción alguna, recordando cuando Selene y yo...hicimos el amor. No quería pensar en eso, pero no podía evitarlo. Me quedé allí, admirando el paisaje hasta que anocheció. Las Estrellas brillaban en el cielo, al igual que la Luna llena iluminaba el lugar. Me quedé mirando una estrella que parecía diferente a las demás, esta titilaba parecía perder su brillo. Sentí un escalofrío en el cuerpo. Seguro era a causa del frío de la noche.

Ya era tarde, debía volver a casa. Así que antes de marcharme miré esa Estrella una última vez. Me quedé viéndola fijamente hasta que después de unos minutos decidí volver a casa. Pero entonces el cielo se iluminó con fuerza, una de las Estrellas comenzó a caer. Se me aceleró el corazón. Y por primera vez sentí añoranza, una pizca de esperanza en mi corazón. Vi la Estrella caer justo donde sabía que caería. El bosque se estremeció 6 se escucho un gran estruendo. Corrí por la arena adentrándome al bosque los sueños. Mi corazón saltaba por la anticipación. Sentía un gran anhelo. ¿Acaso ella había vuelto?.

Pero cuando llegué al lugar, un portal se había abierto nuevamente 6 este brillaba. Pero ella no estaba allí.

Había alguien más.

Me sorprendí al instante al verlo allí mirándome.

—Sabía que te encontraría aquí.

Era Elio, el hermano de Elaine.

—Tu...¿Qué haces aquí?

—Vine a buscarte. —Dijo firmemente. Lo miré fijamente buscando un indicio de burla en su mirada. Pero el me miraba con total seriedad. No estaba jugando.

—Pero...¿Qué?.

—Debes venir conmigo. —Su voz sonó autoritario como un soldado. Y el lo era solo que de otro mundo.

—Yo...no puedo...moriré.

—No. No lo harás.

—Los humanos no pueden sobrevivir al espacio. ¿Cómo se supone...?

Me interrumpió.

—Pero tu no eres un humano común, Matheo. Llevas sangre celestial en tus venas.

—¿Qué?.—dije desconcertado.

—Eres un descendiente de las Estrellas. Mitad humano mitad Celestial. —Lo miré con asombro. Eso era imposible. ¿Cómo podía serlo?. —Luego te lo explicaremos. Pero ahora, Selene te necesita.

La sola mención de su nombre hizo que se me erizara la piel. Me preocupé. 

—¿Qué sucede? ¿Ella está bien?.—Le pregunté con desesperación y el negó con su cabeza.

—Nada esta bien. Debes venir conmigo antes de que el tiempo se acabe.

—¿Qué es lo que sucede con Selene? Dímelo, por favor. —le exigí.

—Esta dejando de brillar, esta quedando sin alma.

—Como...

—Si. —afirmó. —Se está convirtiendo en una Sombra del Olvido.

—¿Qué?. Pero, ¿Cómo es posible? Ella no se convertiría en una criatura de esas.

—Selene ha cambiado desde que volvió, ya no es la misma. Su esencia está desapareciendo. Y si su esencia desaparece...

—Su alma también. —añadí y el asintió.

—Es por eso que te necesitamos, Matheo, porque solo tu puedes hacerla volver.

Asentí, determinado.

—Haré lo que sea por ella.

Entonces el se colocó en el portal y yo junto a él. Sentí una extraña vibracion en mi cuerpo y entonces comencé a flotar subiendo al cielo. Una energía poderosa me envolvía y mi cuerpo comenzó a brillar. Poseía luz estelar, como las Estrellas. Algo desde el cielo atraía nuestros cuerpo, hasta que de pronto todo se volvió una corriente, un torbellino que me aceleró el corazón. Y en un santiamén estaba en otro mundo, en Luminara. Me quedé maravillado con lo que veía, todo era perfecto en ese lugar y lleno de color. Pero no había tiempo para apreciar aquello. Flotamos por las nubes hasta que llegamos a un enorme castillo llamado la Casa de Luz, el hogar de Selene. Era inmenso e infinito. Habían Guardianes custodiando la entrada y muchos cuando me vieron parecían sorprendidos. Yo tampoco podía comprender porque aún seguía con vida. El Oxígeno en ese nuevo mundo me pareció extraño, pero era agradable. Aquellos seres tenían su propio brillo, su propia luz estelar y era fantástico. Pero yo solo quería encontrar a Selene.

—Llévame con ella. —Le pedí a Elio y este asintió.

—Quiero que sepas que acabo de romper una regla.

—Eres un príncipe, ¿No? Puedes romper todas las reglas que quieras.

El no dijo nada y yo lo seguí por un pasillo. Todo el lugar estaba hecho de cristal. Pero parecía muy resistente. El pulso se me aceleró de anticipación. Volví a escuchar ese latido débil de un corazón a medida que avanzábamos. De pronto llegamos a una habitación, pero no era una habitación común parecía como una burbuja brillante y dentro de esa burbuja estaba ella.

Mi Ángel.

Quise llorar de la emoción, pero ella apenas brillaba. Apenas y podia verla, estaba cubierta de un halo de luz oscuro. Sus ojos estaban cerrados y por inercia me acerqué a la burbuja donde ella se encontraba. Senti morirme en ese instante. Entonces lo escuché de nuevo, el latido. Pero esta vez sonaba con más fuerza. Era su corazón humano.

Coloque la mano en la especie de barrera de luz que nos separaba y pase saliva con el corazón enloquecido.

—Estoy aquí, mi ángel. —Le dije con añoranza. Quería que abriera los ojos y me mirara justo como la primera vez.

—La Oscuridad la está consumiendo. —dijo una voz femenina a mis espaldas y cuando la vi me di cuenta de que era casi idéntica a Selene, pero a la vez no lo eran. Volví a mirar a Selene pero esta vez cerré los ojos y le hablé en mis pensamientos. No sé si serviría de algo pero lo intenté.

Por favor, vuelve.

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SELENE

Desde aquella noche muchas cosas habían cambiado. Ya no me sentía feliz, solo vacía. Y poco a poco mi esencia estaba desapareciendo. Aún podía sentir mi corazón latir, pero yo no quería estar viva. Así que me dejé llevar por la oscuridad. Cuando me di cuenta de que era un error ya era demasiado tarde.

Pero entonces lo escuché, al Guardian de la tierra también llamado el Guardian del amor:

—Mi querida, Selene. —me dijo nostálgico. —¿Qué es lo que estás haciendo?.

—Morir. —le respondí a través de mi mente.

—Cometes un error muy grave, mi princesa. ¿Acaso estas dándote por vencido?

—Si.

—¿Por qué?.

—Porque el amor para mi ya no existe.

El guardian suspiró. No podía verlo, pero lo escuchaba en mi mente.

—¿Lo amas, Selene? ¿Tú amor por el es tan puro que prefieres morir?.

—Lo amo. Más que mi propia vida, sin él no quiero existir.

Mis palabras al parecer le sorprendieron.

—Vaya, nunca había conocido un amor tan intenso como el tuyo hacia el. ¿Y el...te ama?.

—Si.

—¿Estas segura?.

—Completamente.

—Entonces, abre tus ojos y vuelve. El te está esperando.

Lo hice. Abrí mis ojos y volví. Fue cuando sus ojos se encontraron con los míos, dejé de pensar e incluso de respirar. Con su mirada sentía que volvía a vivir.

—Matheo. —le dije sorprendida, colocando mi mano en la barrera sobre la suya. Mi cuerpo volvía a aparecer, mi armadura, mi corona, todo mi ser volvió.

—Mi Ángel. —me sonrió y yo le devolví la sonrisa. La barrera desapareció y nuestras manos se tocaron. Todas las emociones existentes me embargaron.

—Viniste por mi.

—Siempre lo hare. —dijo y me besó. Un beso que sabia a desesperación y a necesidad. Sentí una corriente extraña en mi mano y Matheo también pareció sentirla. Fue cuando vimos nuestra marca aparecer nuevamente.

—Volvamos a casa. —le dije y lo tome de la mano. Mire a mis hermanos y no se opusieron a mi decisión.

—Tu felicidad es la nuestra, hermana. —dijo Celestia. —Iremos con ustedes.

—¿Qué?. —eso si me sorprendió. —¿Tú también?. —miré a mi hermano y este asintió. —¿Y mi padre?

—Lo ha entendido. Nuestro vínculo con los humanos es más fuerte que cualquier cosa. Las Sombras ya no harán más daño. Han sido destruidas. Y así como los humanos, ahora las Estrellas también pueden decidir el curso de su destino. Yo he decidido ir a la tierra, ya he cumplido con mi misión aquí.

—Yo...bueno, creo que he encontrado a mi alma gemela. —dijo Celestia y yo miré a Matheo. Sonreímos al saber de quien se trataba.

—Entonces, volvamos a nuestro nuevo mundo.

Sujeté la mano de Matheo con fuerza pata nunca más soltarla.

Y asi, Matheo y Selene descubrieron que su amor era tan infinito como el Universo, un vínculo que ni el tiempo ni la distancia podrían romper.

Porque Cuando las Estrellas Caen el amor brilla más allá del Cielo.

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Gracias por acompañarme esta aventura. Espero les haya gustado esta historia ❤️
Disfrute muchísimo escribiéndola.
Aun no se si escribiré las historias
De Elio y Elaine, y de Santiago y Celestia 🙈
Tal vez en un futuro cercano las escriba
¿Ustede que opinan? 😏

Muchísimas gracias por todo!!✨️

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@patrixia_escritora
Alli subo cositas de mis libros.
Espero verlas por allá

Se les quiere
Patrix 💗