El hábito clave, la actividad que supuestamente debe empezar el día.
Muchos millonarios y personas con altos estudios dicen que si puedes tender la cama todos los días, entonces podrás con todos los retos que ese día te ponga enfrente.
Pero yo difiero en esa opinión.

Lo dejan como una actividad común, una que fácilmente cualquier persona puede hacer, pero es mentira. No siempre te despiertas con el humor de tender tu cama, muchas veces solo te obligas a hacerlo, pero la forma en como lo haces, delata mucho tu estado de ánimo; si olvidaste que tienes un examen, probablemente tu cama ni siquiera estará tendida, si tu familia vendrá a visitarte, tendrá las mejores sabanas y los mejores cojines.
Puedes conocer mucho de una persona sobre como tiende su cama.

Pero aquí una verdad.
¿Alguna vez has tenido esa sensación de paz al tender la cama?
Yo lo tuve hoy, y no sabía por qué, era un día ordinario, nada importante había ocurrido, solo había despertado con ganas de hacerlo, y es en ese instante, donde se puede sentir esa paz inmensa.
Mi abuela solía decirme que debía tender la cama igual que un pastelito, limpia, pulcra y que invite a las personas a comerlo (en este caso, a acostarse), recordé sus palabras mientras arreglaba las sábanas.

Me tomé un momento para sentir aquello, esa paz, pero no digo que debas hacerlo como yo para obtener esa sensación. Hazlo a tu manera, personaliza tu espacio, que se sienta tu esencia en ese espacio tan tuyo, porque en un cuarto sin esencia, cualquiera podría estar viviendo.

Entonces, la siguiente vez que tiendas tu cama, trata de hacerlo como a ti te gusta, no como a los demás les gusten; si tus recuerdos, sueños y aspiraciones se sienten cómodos ahí, entonces esa es la forma perfecta de estarlo.
Así que, si hoy lograste tender tu cama, de la forma que tú te sientas cómodo, felicidades, lo hiciste bien.
Y si no, felicidades igualmente, todo es parte del proceso, continua y no te rindas.