Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 33

Jeff

Nunca había tenido que ir a un psicólogo, al menos no yo. Emily había tenido unas sesiones, pero eran de control y terminaron rápido al darse cuenta que estaba bien.

Hoy era primera vez que iría a una sesión real y con Adam.

Intenté no sonreír, pero que Adam confiara en mí y que la misma psicóloga creyera que mi compañía era algo importante para él me hacía feliz.

Emily fue a su escuela bastante emocionada, me encantaba ver cómo su emoción no disminuía al paso de los días, supongo que siempre había querido aprender en un lugar donde pudiera ser ella misma sin sentirse diferente. Mamá prometió estar atenta en caso de que nos atrasáramos. Adam había insistido que no era necesario, decía que sus sesiones eran solo de una a dos horas máximo, pero no estaba de más prevenir.

— ¿Listo?

— Si, creo ¿No hay que llevar nada? Si me hace un examen psicológico sorpresa fallaré, si me internan es tu culpa.

— No harán eso ¿Que rayos crees que un psicólogo?

— Um, alguien que puede apuntarme con el dedo y decirme que estoy loco, supongo.

Adam negó mientras reía, como si hubiera dicho una estupidez.

— Ese es el psiquiatra.

Y el resto del camino Adam intentó explicarme la diferencia. Como era el psiquiatra quien diagnosticaba enfermedades y tiene la facultad de medicar a las personas, en cambio el psicólogo era la persona que te ayuda a superar los problemas, evaluando cada palabra y acción para entender los problemas que guardas y orientando la terapia en la dirección que necesitas.

— Aquí es, deja estacionar.

Creía que vería una clínica, pero parecía un edificio cualquiera.

— ¿Aquí?

— Si, la psicóloga trabaja en la clínica donde llevamos a Emily, pero no me gustaba llegar y avisar que iba al área de psicología y psiquiatría. Era tonto, pero en ese momento lo que menos quería era que los demás supieran que estaba mal, así que ella me avisó de esto, tiene un oficina aquí, donde todo se ve más personal y directo.

— Si algún día ves que necesite un psicólogo, consigueme uno así.

Adam saludó al portero y fue directo al ascensor.  

Había un pequeño cuaderno en el brazo de Adam, parecía nervioso cuando lo tomó mientras bajaba del auto, casi como si quisiera ocultarlo, así que me contuve de preguntar.

— ¿Cómo cuántas veces has venido?

— Muchas, después de lo de papá teníamos dos citas semanales, luego fue una y luego mensual— Adam me sonrió, luciendo un poco avergonzado—. Disminuyen según mejoró, ella misma a dicho que estoy mejor y creo que es desde que te volví a ver.

Sonreí, intentando aceptar la pequeña punzada en mi pecho. Sabía que lo de Adam se desencadenó por la tragedia de su familia, pero no podía evitar la culpa de haberlo abandonado, sentía que esa culpa jamás se iría. Nunca iba a poder hacerlo recuperar los años que perdió por Emily, pero sabía que me había perdonado, y debía aceptar eso.

— Aquí es— Adam se detuvo frente a una puerta que indicaba el número 554. Tocó el timbre y esperó.

Una mujer se asomó con una sonrisa. Parecía a mitad de los cuarenta, y tenía el tipo de rostro que te hace pensar que está siempre sonriendo. Su rostro ya de base sonriente, sonrió aún más al vernos.

— ¡Adam!— Le dio un abrazó rápido, casi como si fuera una visita de amigos—. Y tu debes ser Jeff— Me abrazó de sorpresa, pero su abrazo era cálido y no pude evitar corresponder—. Los estaba esperando, pasen.

Parecía una sala de estar casi normal. No había televisión, pero sí una mesa y unos sillones de aspecto cómodo alrededor, muchos de ellos.

— Tú sabes, Adam, el pequeño es mio, tu eliges donde sentarte.

Adam no dudó mucho. Había uno pequeño con una ventana detrás, que suponía era el de ella, y varios alrededor. Al lado derecho, izquierdo, al frente, incluso unas sillas apartadas muy lejos. Era extraño, como si pudieras ir a cualquier parte de la sala y sentarte. Adam eligió a la derecha, lo más cerca que pudo del sillón pequeño, me senté a mi lado.  

— Me llamo Veronika, por cierto— Me di cuenta que me hablaba a mí, vi que estaba sirviendo unos jugos y los dejó en la mesa—. Es un gusto conocerte, cielos, lamento tutearte ¿Te molesta eso?

— No, no hay problema.

— Genial, gracias. Siempre me regañaban por eso, diciendo que debía tener un límite de profesional-paciente. Entiendo porque, entre más te acercas a un paciente, más te daña su historia, pero eso está bien para mi… porque entre más te acercas, más confía y más lo ayudas, y eso es lo que a mi me importa.

Sonreí, había algo en su forma de hablar, relajada y positiva que hacía creer que la conocía desde hace años. Era buena en eso de dar confianza.

Ya sentada tomó un cuaderno, pude ver el nombre de Adam en la tapa.

— Tal vez están confundidos, de porque pedí a Jeff aquí. Soy psicóloga de Adam desde hace año y medio, y los últimos meses supe de esta familia oculta que tenía y como eso lo animó más a superar esto.

Adam me tendió un vaso de jugo mientras ella hablaba.

— Así que conozco a Adam, y estoy segura que en este momento está siendo terco con alguna cosa—Adam tosió, y yo la miré sorprendido—. ¿A que sí? seguramente algo de “Es muy pronto” “Quiero conservar nuestros espacios” “No me quiero imponer”

Adam devolvió el vaso a la mesa.

— Odio que haga eso… ni siquiera hablo y ya sabe algo del mes que pasó—Pude detectar una sonrisa oculta en su tono de reproche, seguramente ella igual, porque sonrió más.

— ¿Lo hace o no?

Miré a Adam, porque no quería hablar de él sin su consentimiento. Él asintió, aunque lucía avergonzado.

— Un poco, sobre vivir juntos.

— Nunca cambias, hablaremos de eso luego ¿Hiciste la tarea?

Miré sorprendido a Adam, era un poco extraño escuchar a un adulto, pedirle a otro adulto una tarea, esa palabra era común en casa, pero solo con Emily.

Adam sacó el cuaderno de debajo de su brazo. Y me miró avergonzado.

— Ah...puedo salir si necesitas.

Veronika no habló mientras Adam bajaba la vista en silencio. Estaba tomando eso como un sí, así que empecé a levantarme, pero la mano de Adam se puso sobre mi rodilla.

— No, está bien, quédate.

— No tengo ningún problema en salir, Adam, en serio.

— Quiero que te quedes, aunque espero que no me veas mal cuando escuches.

— Jamás lo haría.

Ambos nos sonreímos, rodeandonos un poco de la burbuja rosa que sacabamos de repente, y aunque era vergonzoso, amaba tener esos momentos con Adam.

— Te explicaré— Veronika habló de nuevo—. Mis tareas son preguntas que dejó de una sesión a otra, a Adam le cuesta empezar a hablar y encontrar dónde está su problema, incluso darse cuenta de las cosas obvias, así que uso ese metodo. Hay tres reglas en su tarea: (1) Debe escribir al menos una plana de respuesta como mínimo. (2) No debe modificar nada, da igual si hay error de ortografía. (3) No debe leer lo que escribió hasta el dia de la próxima sesión.

Asentí, aunque entendía solo un poco.

— Ahora puedes leer la tarea que quedó.

Adam aclaró su garganta.

— Esta es un poco más larga que las demás...— Avisó y comenzó a leer. La tarea era ¿Que piensas de tu actual familia? desde hace un mes atrás, antes de mudarnos.

Adam habló de cada uno de nosotros:

De su mamá, como extrañaba que fuera como antes, como esperaba que volviera un poco de ella, como deseaba haber sido más cariñoso y atento cuando pudo; como se culpaba, porque pensaba que si no hubiera huido cuando su padre reveló la verdad, las cosas no hubieran sido tan dramáticas hasta dejarla en ese estado; como le dolía verla así, y como odiaba ser así de débil y no poder estar con ella más tiempo. Narró momentos en que su mamá le grito y atacó en sus crisis y cómo le costó volver a visitarla luego de esos días.

De mi mamá, de como le gustaba, que era la mejor suegra que podía haber querido, esperaba poder hacer mucho por ella, ayudarla y tenerla a nuestro lado, quería que se sintiera segura y bien en la ciudad, porque sabía lo importante que era para nuestra familia, y soñaba con el momento en que mi mamá y la suya se encontraran sanas, soñaba poder escucharlas conversar y desahogarse de nosotros, narrando nuestras travesuras de la niñez y nuestra terquedades, escuchar sus sabios trucos de madres y dueñas de casa, sus regaños que escondería un cariño incondicional por nosotros.

De mí, de cómo me amaba, y cómo se sentía como un idiota por haber tardado tanto en darse cuenta de sus sentimientos por mí; como recordaba tenerme un cariño especial, que no había sabido nombrar, desde que compartimos departamento desde hace años; como tenía momentos de felicidad y miedo, porque temía equivocarse, apresurarse demasiado, asfixiarme y exigirme más de lo que yo podía dar, ser apartado y quedar solo de nuevo, como temía que me diera cuenta que había mucha gente mejor que él, porque él se sentía como si nunca pudiera dar lo suficiente para agradecer el amor entre nosotros y nuestra familia.

De Emily, de cómo amaba a nuestra hija, de como adoraba verse reflejado en unas de sus frases y acciones, y como se le hinchaba el pecho de orgullo al verla ser tan inteligente y tan pequeña a la vez, de que quería verla sonreír por siempre, de cómo le dolía ver sus berrinches, incluso si eran una estupidez, no soportaba verla llorar, y le daban ganas de ofrecerle el mundo para verla sonreír de nuevo, de cómo seguía teniendo pesadillas de Emily siendo apartada de nosotros por una persona con rostro desconocido, incluso por animales.

Y en general de lo idiota que se sentía, como le gustaría retroceder el tiempo y darse una cachetada cuando comenzó su depresión y gritarse que debía ser fuerte, levantarse y avanzar, porque tendría una familia que lo iba a necesitar, apoyar y amar.

Las hojas pasaron y lágrimas cayeron. De mí y de él, pero su voz no se detuvo, incluso si sonaba un poco suave mientras leía y hubo uno que otro tartamudeo. Cuando terminó de leer quedo un silencio en la sala. Lo suficiente para procesar y reponerse, lo suficiente para que mi impulso ganará, de nuevo.

Me levanté y me puse delante de Adam, tomando su rostro entre mis manos. Sus ojos rojos, seguramente un reflejo de cómo estaban los míos, me miraban entre avergonzado y sorprendido.

— Jamás deberías tener miedo de quedar solo, te lo dije, te hemos raptado a esta familia, nunca te vamos a dejar, no mientras nos quieras a tu lado. Yo te amo, lo he hecho desde hace años y eso no va a cambiar. Emily te ama, está tan orgullosa de ti como tú de ella, no lo dudes. mamá te adora, comienzo a pensar que si no fueramos pareja, te adoptaría y tu mamá se va a reponer y darse cuenta que te tiene a ti y una nueva familia que la espera con los brazos abierto —Lo vi sonreír, incluso con lágrimas en sus ojos—. Y eres fuerte, Adam, porque comenzaste a superar esto antes que supieras de nosotros, y ahora que nos tienes será mejor, y si caes da igual ¿sabes? porque estaremos allí para levantarte, porque todos sabemos que tu no dudarás en hacer lo mismo por nosotros. Porque somos familia ahora.

Lo abracé por lo que parecieron horas, intente sentarme a su lado y seguir abrazándolo, la posición no era cómoda, pero no quería despegarme de él, de ser por mi no lo hubiera ni soltado. Pero Veronika habló.

— La superación de la depresión depende de cada persona

Ambos nos habíamos calmado y la escuchábamos. Veronika  había estado escribiendo en el cuaderno mientras Adam leía, pero en ciertos momentos había visto cómo incluso con su rostro sonriente sus ojos se habían opacado con lágrimas contenidas.

» En tu caso, Adam, la red de apoyo es un gran impulso, habíamos hecho algo similar al inicio de nuestras sesiones—Retrocedió varias hojas y se detuvo—. En ese momento tu red de apoyo había sido débil, inestable y con límites poco claros….— Se detuvo y me miró—. ¿Está bien que hablé de esto aquí?

Adam y ella se miraron unos segundos y Adam asintió.

— ¿Es por lo de Garry?— Preguntó Adam—. Si es eso él, lo supo… más rápido de lo que yo esperaba… pero está superado… creo ¿Lo está?

Veronika asintió, pero yo miraba a Adam, pero me estaba viendo preocupado.

— Lo está, ya sabes, solo él lejos de tu cama para siempre.

Adam sonrió.

— Sabes que lo está desde que nos volvimos a ver.

No pude debatir eso.

— Bien, bueno, en ese entonces era tu madre, con crisis de autolesionarse o lesionar a terceros, tu amigo, con quien habías empezado a tener una relación extraña, incluso tu secretaria. Ahora tu red de apoyo la siento más segura y estable, lo único que queda aquí que superar son tus propios miedos— Me miró y sonrió—. Pero creo que Jeff, aquí presente ayudará muy bien a superar eso.

Me sonroje un poco, recordando lo que había hecho hace unos minutos atrás, no me arrepentía, para nada, pero seguía siendo vergonzoso.

— Estás siendo terco con vivir junto a Jeff ¿Verdad?

— No es que esté siendo terco solo…

— Está bien, déjame replantear la pregunta ¿Te estás negando a vivir con él? Solo si o no.

— Si...pero-

— ¡Ah! solo si o no— Veronika anotó algo—. Piensa antes de responder ¿Estas los miedos de perder a Jeff y tu familia, los que acabas de leer, involucrados en eso?

Miré a Adam, ansioso, pero conteniendo lo que quería decir.

¿Era eso? ¿Era que tenía miedo? Quería darle un coscorrón y luego besarlo. Yo había tenido miedo de que él hubiera estado pensando en nuestra relación, que hubiera decidido que no quería formar una familia aún, que no quería todo lo que involucra tener una.

Adam estuvo en silencio varios segundos y luego gruñó.

— Mierda, si, si, es eso.

— ¿Puedes explicarlo? Estoy segura que Jeff también quiere escuchar.

— Ellos tienen su vida formada, su forma de hacer las cosas, la tenían allá en el pueblo y… y amo que estén aquí, pero se que tendrán que cambiar mucho para adaptarse, y que yo además entré a su casa, a su vida, me siento un intruso imponiendo mi presencia, obligándolos a aceptarme y adaptarse a mí, incluso cuando ya hay mucho de lo que se están adaptando.

— ¿Algo que decir a eso Jeff?

Bufé, porque claro que tenía algo que decir.

—  ¡Que está siendo un idiota! ¿Obligarnos a aceptarlo, mucho a lo que adaptarnos? Está bien, aún estamos en eso. Pero nadie nos ha obligado a quererte con nosotros. Emily ama la ciudad, ama su nueva escuela, y ama tenerte en casa ¿Por qué crees que te llama antes de dormir cuando decides no quedarte en casa? — Tomé aire, calmandome, porque sentía que esta conversación era necesaria y no quería ser arruinarla—. Y yo te quiero con nosotros también... puede ser como dices, nos estamos adaptando aún, pero quiero que sea juntos. Por fin te tengo conmigo… no quiero que nos apartes ahora.

Hubo más momento de desahogo, fue necesario, y no lograba entender porque no habíamos hablado de eso antes. En qué momento desplazar una conversación pasó de ser algo inocente a dañar y hacernos dudar, pero me alegraba de poder tener esta oportunidad, ahora, antes que fuera peor o cometieramos alguna estupidez.

— Esto fue mucho mejor de lo que esperaba— Dijo Veronika mientras cerraba su cuaderno y se levantaba dando terminada la sesión—. Quería que Jeff escuchará la tarea de Adam, tal vez entender porqué a veces se equivoca y duda, es necesario para él ser entendido. Estas tareas sacan pensamientos que a veces uno no quiere ni decir, así que es muy útil, siempre y cuando la persona lo haga bien. Y además de eso logramos arreglar algunas cosas entre ustedes, se que tienen algunos obstáculos, no solo son una pareja nueva, son una familia, y esa es una gran responsabilidad. Espero que nunca sean de las personas que ven la familia como una carga, responsabilidad y carga son diferentes, y si saben ver eso y aceptarlo, verán cómo podrán superar muchas cosas al luchar por ella.

Nos despedimos de Veronika con otro abrazo y muchos agradecimientos. Adam dijo que era primera vez que se iba sin una tarea para la próxima sesión y que programaban su sesión para tres meses. Era un pequeño avance.

★゜゜・。。・゜☆゜・。。・゜゜★


En el auto íbamos en silencio. No ese silencio incómodo que uno se desespera por romper, era un silencio que nos hacía sentir en calma, porque de verdad no había mucho más que decir, no necesitábamos palabras en este momento, ambos habían obtenido muchas cosas por las que pensar y procesarlas en silencio y lado a lado nos daba esa suave calma.

Al llegar a casa no nos bajamos del auto. Aún faltaban horas para que llegara Emily y desde afuera se escuchaba la televisión de la casa. Estaba seguro que era la teleserie de mamá.

— Así que…. ¿Qué harás ahora? — me atreví a decir.

— A la oficina a adelantar un poco de trabajo y luego traeré a Emily…

— ¿Y? — Esta vez yo no quería tener que decirlo hoy, quería escucharlo de él.

Adam me miró, serio al principio, pero luego sonrió.

— Venir a casa... nuestra casa... si puedo claro.

— ¡Adam! hubiera sido perfecto sin él “si puedo”

— De a poco Jeff, me estoy adaptando también.

— Está bien, puedo ser paciente.

— Eso es mentira.

— Tal vez. Pero te quedarás en casa esta noche.

— Si, lo haré.

— Tengo un favor que pedirte….

— Te escucho.

— ¿Puedes dejarme tu cuaderno?

Adam me miró sorprendido, y tal vez algo confundido.

— Si no quieres lo entiendo, pero… me gusta eso de como nos describiste, tu primer pensamiento mientras escribías, el borrador de nosotros, sin correcciones….

— Hay más que solo eso allí, he tenido muchas tareas este tiempo.

— Está bien— Dije resignado a que no me daría.

— No, no me has entendido, sí puedes leerlo, tenerlo, pero… no sé si te gustará todo lo que he escrito allí.

— No te preocupes. Adam—Tomé de nuevo su rostro entre mis manos, girando desde el asiento del pasajero—. No me enamoré de tí por ser perfecto, si no por ser quien eres ¿Recuerdas esa época? Eras egocentrico, bromista y un mujeriego y aún así te amaba y sigo amandote, y ahora has cambiado, tiene unos problemas, pero eres genial, conmigo, con Emily, con mamá… me siento muy orgulloso de haberme enamorado de tí y en realidad, agradezco que también me ames, creo que tengo más defectos que tú…

— Tú también eres genial.

— Tienes que decirlo más seguido para que lo crea.

Nos besamos unos segundos, sonriendo cuando nos separamos.

Y me atreví a decirlo.

— Sin duda debes venir a casa esta noche...— Me sentí sonrojarme—. Quiero que te quedes conmigo esta noche… ya sabes, espero que sepas a lo que me refiero porque no voy a decirlo.

No vi la cara de Adam, pero sentí su abrazo y unos besos en mi cuello.

Lo tomé como un sí.

★゜゜・。。・゜☆゜・。。・゜゜★

Me ha costado este capítulo, no esperaba usar tanto de lo personal para escribirlo, recordar mis propias sesiones, pero no pude evitarlo, espero que haya logrado transmitir los miedos de Adam bien y él como la psicóloga y familia ayudó en su superación.

Y en lo personal: Gracias a mi propia psicóloga, gracias a sus palabras, sus abrazos, sus tareas, aún tengo mi propio cuaderno que saco de vez en cuando. Y sé que no exagero cuando digo que es gracias a ella que estoy acá pudiendo escribiendo esto, porque me dijo que luchará, que era fuerte, que me la podía y que escribía bonito, así que retome escribir y luche.

Nos vemos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro