Capítulo 29
Jeff
Alguien estaba sacudiendo mi brazo.
Era molesto.
Tenía sueño, nunca había dormido tan bien, era de esas noches en que quería aprovechar hasta el último segundo, o mañanas, ni idea qué hora serían.
Los recuerdos llegaron lentamente, porque mi mente aún estaba somnolienta, no podía ser mamá, o Emily, ellas no sacudían mis brazos para despertar, eran más de gritos y saltos.
Y allí estaban los recuerdos: la mudanza; la casa nueva, el cuarto nuevo y Adam en la cama, conmigo.
— ¿Despertaste?
Adam estaba inclinado sobre mí, una sonrisa en su rostro. Respondí con una sonrisa boba y somnolienta.
Cielos, esperaba no haber babeado.
— Buenos días.
— Buenas.... — Mi voz salió ronca por el sueño, y no quería hablar de más, tal vez me apestaba la boca.
Hace años que no tenía esas preocupaciones. Mejor dicho no recordaba haber tenido esa preocupación en mi vida, necesitaba un manual del primer despertar junto a al hombre sexy de tus sueños, seguramente vendería millones su autor.
— Tal vez deberías levantarte, y vestirte, Emma vino a tocar la puerta hace unos minutos diciendo que hoy cocinaba el desayuno y que entretendría a Emily para que no viniera o se cayera intentando subir la escalera.
— Oh Dios mio.
Me senté en la cama, me sentía incómodo, casi tan incómodo como esa mañana cuando habíamos estado ebrios, esa vez desperté primero y huí, y casi sin gestos habíamos decidido no hablar del tema, bueno eso, y yo huyendo de cualquier momento que pudiera significar conversación seria.
— Jeff.
— ¿Que? — Giré, y Adam me besó desprevenidamente. Las preocupaciones del mal aliento o si mi barbilla tenía rastros de babas quedaron en el olvido, si a él no le importaba, yo no iba a detenerlo.
— No sé si quieres que bajemos juntos o alguno baja primero, puede ser importante para la impresión de nuestra relación frente a Emily— Parecía preocupado. Esas líneas que se formaban entre sus cejas atrajeron mi mirada, y mi mente aún un poco somnolienta pensaban en que quería besarlas, eso era loco, me controlé e intenté aparentar estar concentrado en la conversación, era bueno para eso, lo hacía a menudo.
— Ni siquiera había pensado en eso... no suelo pensar en esas cosas, ella toma las cosas como llegan y se hace sus ideas.
— Y ahora me estás preocupando más.
— No creo que a Emily le importe, pero a mí sin duda me avergonzaría bajar solo, por si mi opinión si importa,
— Claro que importa— Me besó de nuevo, adoraba como cada vez le salía tan natural besarme y como se hacía cada vez más natural aceptar sus besos—. Pero no quiero hacer algo mal con ella...
Sabía a qué se refería, quería hablar de eso con él, venía siendo hora de revelar la verdad, y esta semana libre me parecía perfecta, pero era algo que era mejor decidir juntos.
— Hablaremos pronto con ella, pero te adora, a más que mates gatitos bebés frente a ella te seguirá adorando— Me levanté y comencé a buscar ropa para no darle más ideas a mi madre, podía ducharme después.
Adam no respondió, y cuando me giré, tenía una expresión extraña en su rostro y noté que estaba vestido, intenté no pensar en que lamentaba eso.
— ¿Gatitos bebés?
— Fue lo primero que vino a mi mente.
— Guau.... no sé qué pensar de que tu primera idea de mí haya sido matando gatitos— Lucía preocupado.
— La idea era algo que no era posible que hicieras, y que se viera mal socialmente, ya sabes..
— Una vez decapité la estatua de la Virgen María- Soltó de repente, dejándome a mitad de colocarme un calcetín, lo miré y se encogió de hombros, ahora lucía avergonzado—. Fue un accidente, se cayó y su cabeza voló, me sentí muy mal, tenía ocho, ningún niño quiere decapitar estatuas santas...que yo sepa.
— Y yo que creía que mis anécdotas eran raras ¿Por qué hablamos de cosas así?
— No sé, contigo siempre salen temas extraños.
— No es culpa mía— Terminé de vestirme y me aseguré de no lucir muy despeinado.
— Bien ¿listo?
— Listo.
Y por supuesto que mamá esperaba sentada, atenta a a escalera, cuando bajamos. Con una sonrisa traviesa, ese tipo de sonrisa que solo puede dar una mujer psicópata o una madre. Normalmente le decía a Emily que si veía esa sonrisa en cualquier persona, corriera, pero si era mamá estaba bien, solo estaba perdida en sus pensamientos de persona adulta.
— Oh, buenos días, espero que hayan tenido una agradable noche— Enfatizó agradable, innecesariamente.
— Buenos días— Adam saludó a Emily y mamá, yo hice lo mismo. Ignoramos su frase, me sentí satisfecho de estar en sintonía con Adam en eso.
Habían omelette de desayuno, adoraba los omelette, aunque intente no pensar en que mamá solo lo preparaba en ocasiones especiales.
Emily sonreía también, parecía contenta y adoraba verla así, pero de vez en cuando daba una mirada y parecía querer decir algo, intentaba animarla con una sonrisa, pero volvía a comer.
Me preocupaba que se guardará cosas.
Cuando terminamos, no soporté más esa mirada, sabía que sería una pregunta difícil de responder, o seguramente muy extraña, pero no me gustaba verla dudar de decirme algo.
— Emily ¿Que pasa?
Ella me dio una falsa mirada inocente.
— Vamos, pareces que quieres decir algo desde hace un rato.
Mamá se sentó de nuevo, había servido jugo de naranja a todos y rechazado la ayuda de Adam.
— No quiero que te enojes.
— Lo prometo.
Vi a Adam dar sorbos a su jugo, pero atento a la conversación.
— No quiero que te sientas presionado — Que una niña superdotada me dijera eso, era preocupante.
— Está bien....dispara ¿Que hay en esa cabecita ahora?
— Adam es tu novio ¿verdad?
Seguía siendo vergonzosa esa palabra, pero la prefería usando esa que otras que escuchaba hoy en día.
— Uh.. si ¿Por qué?
Adam sonrió, le devolví la sonrisa.
— La última vez que pregunté dijiste que volviera a hacerlo cuando tuvieras novio— Explicó y parecía ansiosa por algo.
Asentí, aunque no recordaba ese momento, la pequeña llama del recuerdo venía a mí, algo incomodo, me avisaba que debía detenerla. Mamá sonrió más, era mala señal, definitivamente debía detenerla, pero ella continuó sin ver mi pánico interno:
— ¿Podré tener un hermanito?
Silencio.
Y luego yo atragantandome. Con mi saliva. Que horrible momento.
Mamá soltó una risita. Adam golpeó mi espalda, seguramente creyendo que tenía algo en mí garganta.
Lo miré, parecía igual de incómodo que yo, pero al menos mantenía la calma, o lo intentaba. No era justo.
Emily esperaba la respuesta ansiosa, Adam solo me miraba, sin responder, cuando vio que dejé de atragantarme siguió tomando su jugo como si nada hubiera pasado.
Ahora sí recordaba el momento. Un poco tarde.
Emily pidiéndome un hermano hace unos meses atrás.
Yo diciéndole que era imposible.
Ella diciendo que no le importaba si era uno mayor.
Yo respondiendo que eso era más imposible aún, a más adoptará, y yo quería hijos propios.
Ella, emocionada, diciendo que entonces tuviera más hijos.
Yo no iba a hablarle de cómo se hacían los bebés a una niña de su edad, así que le dije que necesitaba un novio, que preguntará cuando me viera con un novio, obviamente había pensado en ese momento que eso tardaría años.
Ella aceptó y dijo que lo recordaría.
Sin duda lo recordó, demasiado bien.
Tal vez debería haber manejado mejor ese momento, pero no era como si no quisiera hermanos para Emily. Yo quería más hijos, al menos mi sueño de futuro siempre fue formar una familia con hijos, en plural.
— Emily, aún no he hablado con Adam de eso.
— Pero lo dijiste, papi, dijiste que querías más hijos, que solo te faltaba un novio.
Adam me miró, ahora parecía un poco sorprendido, pero como si intentara mantener la calma.
— Bueno, si pero....
Mamá tosió, exageradamente, de esa tos que quiere decir "Préstenme atención"
Me guiñó un ojo y luego se giró a mirar a Emily.
— Emily, como dice Jeff eso es algo que deben hablar primero— Emily parecía a punto de reclamar, pero entonces mamá siguió hablando:—. Entonces ¿Por qué no vamos a ver un poco el nuevo vecindario para que ellos hablen?
Emily nos miró, seguramente vio la misma incomodidad en ambos. Así que suspiró, un suspiro demasiado adulto para su edad.
— Está bien, abuela, vamos.
Mamá y Emily casi corrieron a la puerta.
Cuando se cerró la puerta, nuevamente apareció un incómodo silencio.
— Así que... más hijos ¿eh? — La voz de Adam parecía casual, demasiado, así que supe que estaba intentando controlarse.
Me pregunté si estaba enojado, o asustado, si quería correr, yo sin duda quería correr avergonzado pero ya había huído lo suficiente en mi vida, así que me giré a mirarlo. Porque era un tema importante y debía decir mis sueños para llegar a un acuerdo.
— Si, bueno... ya sabes que yo siempre quise una familia.
— Si, lo recuerdo— Y sonrió, así que eso me animó un poco.
— ¡Si! Siempre quise hijos, más de uno, Emily fue... fue una sorpresa, y nunca estuvo en mis planes...—Me callé, porque aunque no estuvo en mis planes criarla solo, pero sin duda había sido consecuencia de mi huída—. Fue un accidente muy bienvenido.
Asintió.
— Entonces ¿Cuál es tu ideal?
Gracias al cielo él preguntó.
— Uh... tres— No corría, aún, así que seguí—. Es mi número favorito.
Había bajado la mirada, un poco asustado, pero me atreví a mirarlo, estaba sonriendo, no podía ser algo malo.
— Tres ¿Uh?
— Si, es como mi número de la suerte...
— Podrías haberlo dicho antes de comprar la casa... ahora faltarán habitaciones.
Reí, un poco aliviado, y tal vez un poquito desesperado, porque no estaba enojado, o asustado, o intentando que cambiara de opinión. Sabía lo importante que era tener hijos por decisión de ambos.
— Si, pero bueno, podemos adaptar habitaciones, y Emily estará feliz de compartir la suya... lo podemos solucionar.
Adam asintió, aún sonreía.
— Así que.... ¿No estás enojado?
Rio.
— No, cielos, no— Apretó mi mano sobre la mesa y acarició el dorso de ella con su pulgar—. No lo esperaba, pero sabía que tu sueño era formar una familia... y estoy muy feliz de ser yo quien te ayudará a eso— Su sonrisa era traviesa ahora, a diferencia de mamá, esa sonrisa de medio lado se veía atractiva en él.
Mamá y Emily volvieron, interrumpiendo un beso que subía de tono un poco, pero Emily fue feliz de que en un futuro tendría sus deseados hermanitos, y mamá tarareó contenta por más nietos.
— Tu mamá se ve muy feliz— Murmuró Adam mientras veíamos una película.
— Le gustan las familias numerosas.
— ¿Tienes hermanos?— Parecía realmente curioso.
— No... mamá, ella... tuvo problemas en mi parto y no pudo tener más... pero dijo que me heredó sus ganas de tener más hijos.
Adam guardó silencio, y miró la ventana por la que mamá salió a presentarse a los nuevos vecinos, dijo que iría sola primero, para no ser atenuada. No supe decirle que ella nunca se dejaba atenuar por nadie.
—Emma es asombrosa.
— Si, lo es.
Emily se había dormido con la película, me preocupaba que no hubiera dormido bien en la noche en la nueva casa y no haberme despertado.
Se lo dije a Adam.
— Solo está cansada, Jeff, ella confía en ti, te dirá si algo le pasa.
— También confía en tí...— Dejé pasar un momento, la escena un poco ruidosa—. Debemos decirle.
— ¿Decirle? oh, te refieres a...
Asentí, observando a Emily dormir.
— ¿Estás seguro?
— Si, merece saberlo... y tu mereces poder decirlo...
— Pero acaba de mudarse, tal vez es demasiado...
— Tal vez es el momento... ¿Has tenido conejos?
Ahora lucía confundido.
— ¿Conejos?
— Si... tuve de niño, cuando tienes a uno mucho tiempo solo, y pones a otro repentinamente con él, es muy probable que peleen, sobre todo si son ambos machos o hembras...
Adam seguía viéndome extraño, pero asintió.
— Así que... para que se adapte a uno nuevo, lo que hacía era seguir los consejos de un granjero vecino. Cambiabamos su hábitat, removía la tierra, agregaba otra cama, ponía heno nuevo, incluso cambiaba sus platos de comida y mientras el conejo estaba entretenido viendo su nuevo hogar, ponías al nuevo conejo... era poco probable que se peleara así, porque todo había sido tan repentino, que él pensaba que era el que había llegado al hogar de otro y no podía reclamar.... o algo así decían, me funcionaba la mayoría de las veces.
— ¿La comparas con un conejo?
— No... no demasiado, dime que no salta tanto como uno....
Adam soltó una risita.
— Solo digo que hay que aprovechar que se está adaptando, para que se adapte a todo y así tendrá estos días para asimilarlo.
Adam aún dudaba.
— Vendrá el colegio, tal vez deberíamos...
— Solo es una idea, si no quieres no, pero creo que entre antes mejor, vendrá el colegio como dices, ahora está en la ciudad, yo tendré que trabajar, vienen muchos cambios... y quiero que ella sepa que te tiene.
— Está bien... lo entiendo, es buena idea, estoy asustado, pero es buena idea.
Yo también estaba asustado. Solo sabía que entre antes mejor. No creía que Emily se disgustara con Adam, pero sentía que podía disgustarse conmigo.
— Mañana... ¿Puedes?
Adam asintió.
— Mañana entonces.
Estaba asustado. Pero era lo mejor.
Para Emily. Para Adam.
Y yo aceptaría las consecuencias.
★゜゜・。。・゜☆゜・。。・゜゜★
Nos vemos pronto.
Gracias por seguirme.
Y por seguir a esta familia.
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