Adam

Me despedí de Jenny mientras salía de la oficina. Ella se despidió de mí con una sonrisa apagada y usando un usted. Era incomodo escucharla volver a ser tan formal en su trato conmigo luego de tantos años.

Aunque la confianza entre nosotros estaba rota, esperaba que eso se arreglará con el tiempo, así que Jenny mantenía su trabajo.

Había hablado con ella, y le dejé claro mi interés en Jeff y en ser un padre responsable para Emily. También que Garry siempre fue y sería nada más que un amigo para mí. Seguramente la relación que llevaba con Garry antes del regreso de Jeff podría haberla hecho malentender las cosas, lo entendía, pero intenté explicarle que para mi nunca fue nada más que sexo y nunca sería nada más. Jenny no parecía feliz, pero se retiró aliviada de mantener su trabajo, prometió disculparse con Jeff y Emily cuando los volviera a ver.

También había hablado con Garry, no me pareció buena idea tenerlo en mi departamento ahora. No me parecía justo para Jeff, sabiendo lo mal que se había tomado mi relación con Garry. Así que nos juntamos en un bar no muy lejos de mi casa. Él había justificado a Jenny, diciendo que solo había malentendido las cosas o tomado mal algo que él dijo:

—Es una buena mujer, Adam — Garry había tomado unos sorbos de su vaso antes de seguir —. Solo debe haberse hecho unas raras expectativa entre nosotros, hablaré con ella, lo entenderá, no hagas una locura como despedirla ¿Bien?

— Lo sé, pero no por eso fue bueno lo que hizo, si hubieras visto a Emily...

— Hablaré con ella, solo recuerda que fuimos nosotros los que estuvimos a tu lado cuando caíste y seguiremos estando siempre que necesites.

Garry parecía cansado, incluso tenía ojeras. Cuando lo comenté solo respondió que estaba estresado por su trabajo.

Nuestra conversación había ido de Jenny a su trabajo, de cómo odiaba a Dante, el abogado del imputado, y como sería feliz luego de ganarle en el juicio y ver su cara enojada.

— Es mi mayor motivación en este caso... y no quiero pensar que dice eso de mí como abogado.

Me reí, porque Garry siempre ha sido el tipo de persona que encuentra motivaciones en las cosas más raras, pero es de las que las encuentra.

—¿Y tú como has estado? ¿Todo bien con Jeff?— Garry me miró. Por alguna razón no quise entrar en detalles, algo de mezclar mis historias entre Garry y Jeff parecía incorrecto. Así que solo asentí.

— Lo estamos intentando.

—Eso es maravilloso— Parecía un poco borracho y yo ya estaba haciéndole señas al barman para llamar a un taxi y mandarlo a su propia casa, no quería sentirme culpable y terminar llevándolo a mi departamento, algo me decía que a Jeff no le gustaría eso. Pero entonces Garry siguió hablando—. ¿Entonces vas a jugar a la familia feliz?

Había un ligero tono de burla en su voz, lo cual fue obvio incluso para mi. Lo miré confundido

— ¿De qué estás hablando?

— De tú y Jeff, y esa dulce pequeña— Garry golpeó el vaso sobre la mesa, lo que me hizo sobresaltar, a veces me emborrachaba con él, pero nunca lo había visto borracho y enojado. Hice señas de "llamar" al barman, para que supiera que debía llamar pronto al taxi, el hombre se giró buscando su celular rápidamente—. Será perfecto ¿no? Obtienes una familia y de paso a un hombre ¿No es muy conveniente para ti?

— ¿Conveniente? ¿¡Realmente te parezco ese tipo de persona?! ¿Crees que estoy esforzándome en gustarle a Jeff, intentando no arruinar nada esta vez, por algo como la conveniencia?— Elevé mi voz. No recuerdo alguna ocasión aparte de esta y mis crisis luego de lo de mi padre en que haya debido elevar mi voz con él. Garry es bueno en saber que me gusta y que no, en que decir en cada momento para animarme, y supongo que eso incluye ahorrarse los comentarios que saben que me enfadaran. Y ese comentario me dolio, dolio porque no podía creer que Garry, el amigo que había estado a mi lado tantos años, no viera lo que significaba para mí intentar conquistar al primer hombre que me gustaba—. De todas las personas no puedo creer que tú me digas eso, Garry—Mi voz tuvo un tono vulnerable que no me propuse, suponía que estaba un poco borracho también y que el comentario me había dolido más de lo que quería admitir.

Garry me miró, sus ojos abiertos, como si no pudiera haber creído lo que él dijo y lo que yo respondí (o el tono que use). Bajó la mirada a su vaso vacío.

— Lo siento hombre, creo que bebí demasiado, lo siento, se que no es eso por lo que te gusta Jeff, se que has pasado por mucho y debe ser difícil aceptar que realmente quieres a un hombre en tu vida.

— ¿Sabes que? Da igual lo que tú creas que sabes, solo yo lo sé—Tomé aire, intentando poder controlarme y no gritarle o algo peor—. Le dije al barman que llamara un taxi para ti, para que llegues seguro a tu casa.

— ¿Que? pero podría quedarme en tu departamento.

— No. lo siento, no puedo recibirte.

— ¿No puedes? Claro que puedes, no quieres que es diferente — Nuevamente sonaba enojado—. ¿tienes miedo de que Jeff se enfade? ¿O tienes miedo de que pase algo de nuevo? Siempre disfrutas un montón ¿no?

Me levanté, dándome cuenta que si no me distanciaba de Garry iba a terminar golpeándolo. Solo estaba borracho, lo sabía, pero no era justo que hablará así. Nunca me había peleado con él y no quería que nuestra primera pelea fuera por exceso de alcohol. 

— Eso acabó Garry, y no tengo miedo de nada, no me dejaré llevar ahora, pero no me parece justo para Jeff sabiendo lo mal que se lleva contigo, así que nada de ir a mi departamento por el momento, menos sin consentimiento de Jeff.

— Eres un idiota ¿Desde cuando eran tan malditamente fiel? ni siquiera has dormido con él ahora ¿O si?

— ¡Mi vida privada no te interesa!

— Eso sonó como un gran no para mi— Dio una sonrisa burlona—. Pobre de ti, puedo consolarte si quieres. Al fin y al cabo siempre soy eso ¿no? La puto pañuelo de lágrimas en la cama.

Eso también dolió, pero también me enojo.

— ¡Vete a la mierda!

Salí de allí apretando mis puños, no iba a golpearlo y no iba a seguir hablando con él siendo un idiota. Garry gritó algo más, pero no me di la vuelta.

Así que estaba enfadado, lo único seguro luego del accidente de mi padre y la crisis de mamá había sido Jenny y Garry, ellos me mantuvieron en tierra firme y lucharon por mí, incluso cuando yo quería tirar una bandera blanca. Sabía que no podría estar viviendo estos momentos si no hubiera sido por ese par, y ahora, repente, sentía una abismo entre nosotros, sentía que no conocía a ninguno de ellos, o que al final, ellos nunca me habían conocido realmente, porque parecían querer cosas diferentes para mi, cuando yo por fin, por primera vez en la vida luego de ese año, estaba realmente seguro de lo que quería.

La llamada de Jeff había sido lo que necesitaba para esperar ansioso el sábado, había mejorado un poco mi ánimo, así que iba a ir este viernes a recoger los resultados de los primeros exámenes, y coordinar para las últimas pruebas de Emily.

Llegué al centro y me acerqué al mesón mientras inspeccionaba la casi vacía estancia.

— Buenos días. Me llamaron para avisarme que podía retirar los primeros resultados de unas pruebas — Me acerqué a la recepcionista y le proporcione los datos que me pidió. En solo unos minutos tenía varias hojas en mis manos con las conclusiones de las pruebas que Emily había realizado.

— Señor Arlenko, también tenemos lista la prueba de paternidad— La mujer tecleó algo y luego abrió un cajón mientras revisaba la serie de números en la esquina de varios sobres. Sacó uno, verificó el número con la pantalla y sonrió:—. Aquí tiene.

Lo recibí e intenté ver que horas tenían disponibles para los otros exámenes, dejé agendada un par, pero tenía que llamar de nuevo para verificar cual era la que iba a elegir, tenía que llamar a Jeff para eso.

Cuando llegué a casa deje todos los papeles en la mesa, con ellos el sobre de la prueba de paternidad, ahora no sabía qué hacer con ella, la había realizado en secreto y estaba seguro de que Jeff se molestaría, y lo había hecho porque Jenny lo había dicho, la misma Jenny que ahora entendía que no le agradaba mucho Jeff.

Lo dejé en la mesa con los papeles, no necesitaba ni mirarlo, porque confiaba en Jeff, y al ver a Emily lo sabía. Aunque suponía que me serviria si quería registrar a Emily con mi apellido en algún momento. Ya llevaría los papeles el sábado. 

Mandé un mensaje a Jeff, recordandole que mañana iría a verlo. Jeff se había negado a contestar mis llamadas desde ese día. Si solo supiera que eso me ponía más ansioso por verlo y cumplir lo que había dicho cuando hable con él la última vez.

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Estacioné cerca de la casa de Jeff, igual que la última vez. La casa cada vez era más familiar para mi, lo que suponía que era algo bueno.

Hace unos cinco minutos había mandado un mensaje a Jeff de que estaba llegando.

Estaba apagando el motor cuando la puerta se abrió y Emily salió disparada hasta mi auto.

— ¡Llegaste! ¡Ya llegaste! — Saltó alrededor de mi auto con una sonrisa. Adoraba eso, casi no recordaba a una persona que estuviera tan ansiosa de verme y me recibiera con una sonrisa, había sido una triste pérdida de la que nunca me di cuenta.

Salí rápidamente del auto y Emily saltó hacia mi. La alcancé a tiempo y la levanté para tenerla en brazos. Sentía que nunca iba a acostumbrarme a lo delicada que parecía cuando la sostenía, y él como su absoluta confianza en que no la dejaría caer me hacía sentir.

— Emily, te dijimos que no saltaras sobre él al llegar—Gritó Emma desde la puerta—. Bienvenido Adam, lamentamos eso, le dijimos que no lo hiciera.

— Yo no prometí nada— Dijo Emily mientras acomoda su cabeza contra mi hombro y se acurrucaba.

Debo estar sonriendo como idiota, pero eso suele pasar cuando estoy con Jeff y Emily, me estoy acostumbrando.

— No hay problema— No añadí que me encantaba que hiciera eso, que pareciera tan feliz en mis brazos, que me extrañara y confiara en mí. Incluso cuando aún no revelaremos la verdad.

Emma me miró y luego dio una dulce sonrisa.

— Si, puedo ver que no hay problema. Vamos ven dentro de la casa, he estado horneando algunos postres con Emily.

— ¿Horneas? — Pregunté a Emily mientras acariciaba.

— Ayudo a mi abuela, me enseñará más adelante.

Sonreí mientras la sostenía y entraba a la casa. Miré alrededor de la casa buscando a Jeff, pero no lo veía.

— ¿Donde está Jeff?

Emma soltó una risita.

— Seguramente llenando los vasos con refrescos... con un gotario— Frunció el ceño—. Voy a ayudarlo. Ven, Emily.

Emily se retorció para salir de mis brazos, la bajé con cuidado al suelo.

Me quedé en medio de la sala sin saber qué hacer. Tenía que reconocer que estaba un poco nervioso. Suponía que la señora Emma sabía que estaba con Jeff, pero ella aún no comentaba nada al respecto, agradecería eso, con Emily presente no sabía bien cómo reaccionar.

Jeff apareció casi perdiendo el equilibrio desde la cocina, se recompuso y miró hacía atrás.

— ¡Mamá! — Parecía realmente angustiado, y me hizo concluir que efectivamente lo habían empujado.

— Nosotras nos encargamos de esto, tu ve con él mientras ¿Quieres?

Reí, porque comenzaba a hacerme una idea de lo que pasaba.

Jeff parecía realmente avergonzado mientras caminaba donde estaba yo.

— Hola, Jeff.

Me miró y pareció un poco avergonzado cuando desvió su mirada.

— Hola ¿Que tal el viaje? Vamos, siéntate, mamá me matará si sigues de pie cuando vuelva a entrar.

Me senté en el sofá y Jeff dudó un momento antes de sentarse a mi lado. Una música comenzó a salir de la cocina.

Jeff bufó.

— ¡Mamá! ¿Acabas de poner la radio? nunca pones la radio cuando estás en la cocina.

— No te oigo, cariño, lo siento—La música subió más.

Jeff parecía algo impactado y avergonzado cuando volvió a mirarme.

— Lo siento tanto, no esperaba que reaccionara así.

— No hay problema, supongo que se tomó bien todo.

Jeff rodó los ojos.

— ¿Bromeas? Creo que te adora.

— Eso está bien, sé que también debo ganarmela para conseguirte. No tengo problema con eso.

Hubo una risita en la cocina, así que suponía que la señora Emma tenía buen oído, incluso con la radio puesta.

Jeff estaba sonrojado.

— ¿Ves? por cosas como esa te adora. ¿Por qué eres tan...? — Se calló y sacudió la cabeza.

— ¿Tan que?

— No voy a subirte el ego más alto de lo que tienes— Sonreí, porque acababa de revelar que era algo bueno, eso era suficiente para mi.

— Jeff.

— No lo diré— Jeff miró la cocina fijamente, como si esperara ver a alguien espiandonos.

— Jeff, mírame.

Jeff se giró, una palabra muriendo en sus labios cuando lo besé.

Fue un beso breve, una suave presión, que se intensificó un poco cuando Jeff correspondió mi beso y cedió a un pequeño jugueteó de lengua. Ame cada segundo de ese momento.

Jeff jadeó cuando me separé de él antes de perder el control, intenté mantener mi calma, sonreír como si me sintiera seguro, cuando por dentro me sentía nervioso y algo avergonzado. Nunca un breve beso como ese me había encendido tanto.

— Tu lo dijiste, aunque tendrás que esperar, no quiero dar un espectáculo a tu familia.

Jeff estaba sonrojado, y suponía que había algún sonrojo en mis mejillas también, podía sentir el calor en mi rostro.

No sabía si alegrarme o no que Emily y la señora Emma estuvieran a pocos metros de nosotros, porque no confiaba en mi control ahora mismo.

Jeff no decía nada, solo me miraba y eso me puso un poco nervioso.

— N-no te molesto ¿verdad?

Jeff sacudió enérgicamente su cabeza. Sonreí.

— Eso está bien. Quería verte— Acaricie su mejilla, adoraba como se sentía contra la palma de mi mano y él como Jeff se apoyaba en ella como si necesitara sentirla.

— Yo también. Me alegra que vinieras Adam— Y cuando terminó ya estaba acercándome a él de nuevo.

Otro pequeño beso, tal vez un poco más largo que el anterior, Jeff respondió a mis labios mucho más que el primero, y esta vez él también jugueteó bastante animado con mi lengua. Soltó otro jadeo cuando nos separamos. Se veía adorable sonrojado y con sus ojos brillante mientras nos mirábamos.

El sonido de una garganta aclarándose se escuchó en la cocina. Ambos miramos asustados, pero no había nadie a la vista.

— Emily lleva los refrescos con una bandeja— Avisó la señora Emma. Y sonreí porque sabía que ese aviso era para detener cualquier cosa que estuviera pasando.

— Está bien, muchas gracias— Respondí sin dudar.

Miré a Jeff y lo vi aún mirándome sonrojado, palmeé su mejilla suavemente, no puedo decir que no infla mi ego verlo así por pequeños besos, ahora no podía sacar de mi mente qué cara pondría cuando no me controlara.

— Vamos a comer y luego buscamos un tiempo para seguir.

— Yo no estaba-

— Traigo las bebidas— Emily entró tambaleándose con la bandeja.

Jeff y yo corrimos a ayudarla antes de que terminaran en el piso.

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Comimos escuchando a Emily murmurar cómo había ido el colegio y lo que había aprendido o todo lo que quería aprender. Si la mirada de Jeff no estaba vigilando a Emily, me estaba mirando a mí, no podía evitar sonreír ante eso.

Cuando acabamos de comer los crepes de chocolate y las galletas que la señora Emma y Emily habían cocinado, Jeff comenzó a levantar los platos.

— Me toca lavar los platos hoy— Me informó.

— ¿Te ayudo?

— No, no, no te preocupes por esto.

— Pero puedo ayudarte y...

— Deja que lo haga Adam. Tu y yo hablaremos un poco— Anunció la señora Emma con una sonrisa. La miré confundido, intentando no tensarme.

— Ah, está bien.

Miré a Emily que estaba raspando lo último de su plato.

— Emily—La señora Emma le tocó el brazo para llamar su atención—, ve a terminar eso que querías ¿bueno?

— ¡Si! estaré en mi pieza— Desapareció por el pasillo que ya sabía daba a su habitación.

— Mamá, dijiste que no harías la conversación con Adam—Se quejó Jeff con los platos en su mesa.

— Te menti.

— ¿Me..? ¡Mamá! — Jeff lucía realmente traicionado.

— Está bien, no tengo problema con eso.

Jeff me miró como si no me creyeron, intente aparentar seguridad, Jeff suspiró al final.

— Está bien, pero si se pone pesada me pegas un grito y vengo.

— Te pediré auxilio si lo necesito, lo prometo.

Jeff se alejó, aún dudando, hacia la cocina.

— ¡Pon la radio!— Añadió la señora Emma.

Jeff se quejó, pero hizo lo que le pidieron. Cuando la música comenzó, ella se cambió de asiento para quedar frente a mi.

— Ahora, supe que quieres comenzar a salir con mi hijo.

Sonreí, intentando respirar calmadamente para no ponerme nervioso, ayudaba. No quería parecer un adolescente cuando conoce a sus suegros por primera vez, como sus vecinos. 

— Si, eso es correcto.

— Lo que es extraño, porque hasta donde sabía no te gustaban los hombres.

— Ah, en realidad, eso puede ser difícil de explicar, digamos que me negué eso por un tiempo, mucho tiempo— No me gustaba pensar en porque había hecho eso, como si fuera algo malo el querer a alguien de tu mismo sexo—. Bueno, Emily es una buena prueba de que eso no es verdad.

— Fue una borrachera hasta donde supe.

— Eso también, pero sólo… tuve que aceptar lo que era. En gran parte creo que fue por mi atracción por Jeff, esa noche no hubiera pasado nada solo por estar borracho. Luego cuando se fue, lo negué un tiempo, pero cuando todo se vino abajo, deje de preocuparme por eso...

La señora Emma dudó un momento antes de seguir.

— Dijeron que el año pasado fue difícil para ti.

Aún me sorprendía como algo tan simple como año pasado resumía tantas cosas, sentía lo mismo por las fechas especiales, fechas que para una persona puede significar todo y para las demás absolutamente nada.

— Si, mi padre... él murió el año pasado—Me tensé un poco, aún me costaba tratar el tema con libertad—. Y me reveló antes de morir que había sido adoptado, mamá no quería que yo supiera y entre eso y la muerte de mi padre.... se rindió un poco a la realidad.

— Oh, cielos, sabía un poco, pero... debió ser duro.

— Lo fue...lo es.

— Me preocupa un poco eso.

— Yo estoy bien, se lo aseguro, estoy visitando a una psicóloga, ahora cada ciertos meses solamente.

— No es eso, confió en ti. Me preocupa...—Se interrumpió unos segundos mirando la cocina—, que quieras a mi hijo para conseguir una familia porque perdiste la tuya hace poco.

Abrí la boca, recordando las palabras de Garry, esta vez no me sentía molesto, solo dolido.

— No es... lo siento, mi amigo dijo algo parecido cuando peleamos—Tomé aire, e intenté mantener la calma en mi cuerpo y en mi mente para hablar—. Sé que me gusta Jeff, y he reflexionado de ello y sé que me gustaba hace tiempo, solo que, supongo que en esa época bloqueaba esos pensamientos. El alcohol pudo más que esa negación una vez, y cuando nos volvimos a encontrar, lo supe, que me gustaba, que podía amarlo fácilmente, que si me da la oportunidad, iba a seguir adelante incluso más de lo que ya lo he hecho para ser alguien digno para él.

Emma me sonrió, animándome a seguir.

— Me costó reconocerlo, me sentía culpable, sentía que él había retrasado su vida por criar a Emily y que mi trabajo era solo darle una oportunidad para empezar de nuevo, pero cuando pensaba en Jeff con otro hombre, no podía... solo tuve que aceptar que lo quería para mí— Mi rostro ardía, me costaba asimilar ese pensamiento y no sentirme egoista, pero intenté seguir con seguridad—. Jeff es un hombre excelente, un buen padre y una persona maravillosa, realmente no sé qué tan bueno sea yo para él, pero puedo dar lo mejor de mi para hacerlo feliz.

Miré la habitación donde Emilly había desaparecido, la música de la radio aún resonaba por toda la casa, y creo haber escuchado a Jeff tararear la canción.

—Emily, de ella me iba a hacer responsable incluso antes de asumir mis sentimientos por Jeff, pero amo a esa niña, y planeo hacerla feliz también, que podamos formar o no una familia en algún futuro, eso dependerá de cómo se desarrollen las cosas. Me esforzare en conseguirlo, no mentiré, sería lo mejor que podría pasarme, pero solo sería un regalo, y sé que, si alguna vez me doy cuenta que ellos serían más felices sin mi en su vida, no dudare en dejarlos ir y apoyarlos desde lejos, aunque duela.

Los ojos de Emma brillaban, y eso me estaba afectando un poco.

— Es verdad que lo que pasó en mi familia me hizo sentir mal, eramos unidos a nuestra manera, pero no para reemplazarla, nunca buscaría usar a Jeff o Emily para conseguir mi propia familia. Me duele que piensen así, no estoy cambiando una familia por otra, no funciona así, solo los quiero, de verdad, quiero hacerlos felices, y sé que ellos me hacen feliz. 

Me detuve, porque me di cuenta que me estaba emocionando un poco. Emma se inclinó hacía mí y tomó mis manos, sus ojos brillantes.

— Oh, Adam, no quise decirlo en ese sentido, lo lamento, pero gracias por decirme todo en eso, te creo, cariño. Ha sido duro y sé que nada puede cambiar eso y aún así quieres luchar para seguir tu vida, admiró mucho eso. 

Asentí, intentando controlarme. 

—Decías que no sabías si eras bueno o no para Jeff, dejame decirte que eres lo mejor que le ha pasado en la vida. Si hay una persona en la que confiaría a mi hijo y a mi nieta para hacerlos feliz, serías tú sin dudar. Ustedes han cometido errores, pero son humanos y han sabido comenzar de nuevo. Los apoyo, cualquier cosa que decidan y que signifique su felicidad, los apoyo.

Y ella me abrazó, y eso me conmovió un poco, suponía que estaba bien, le había dicho más a ella de lo que le había dicho a mi psicóloga y a Jeff, y había recordado las cosas del año pasado. Sentía que ella me entendía.

Se quedó abrazándome un rato y luego me dio unos pañuelos, nos quedamos mirando y sonriendo con los ojos brillantes hasta que Emily volvió corriendo.

Traía unas hojas en sus manos, y sus dedos estaban llenos de rayas de colores.

— ¡Los termine! — Gritó casi chocando con la mesa mientras ponía las hojas para que las viéramos—. ¡Papi! ven a ver, los terminé.

Jeff apareció secándose las manos.

— Si ya estaba casi listo ¿Que terminaste? ¿Son los dibujos que llevas días haciendo?

— No son dibujos, papi, son cuadros para que colguemos en la nueva casa.

Emily se puso de rodillas en la silla, casi sobre la mesa mientras esperaba que Jeff se sentará y pudiéramos ver todos sus dibujos.

Había cinco hojas en la mesa, todas con personitas y lo que parecían árboles, flores y un sol, un poco, demasiado grande.

Emily mostró el primero.

—Aquí está papi conmigo— Se notaba bastante bien que eran personas a pesar de su edad, aunque ella era un poco demasiado grande por el tamaño del dibujo y había un exceso de rayas con lo que parecían crayones de cera en los bordes, pero era el primer dibujo que veía de Emily y era hermoso.

— Este otro es de papi conmigo con la abuelita.

— Estan hermosos Emily— Comentó la señora Emma con una sonrisa.

— Y este es nuevo— Saco la tercera hoja—. Estos son Adam, papi y yo.

Ella estaba al centro, de la mano mía y de Jeff en un hermoso día soleado lleno de flores y pasto.

— Oh, Emily, son preciosos— Mi voz sonó realmente impresionada. 

— Y estos últimos— Saco las otras dos hojas, con las mismas personas y mismos colores, aunque se notaba que lo había dibujado dos veces—. Aquí estamos todos.

Mire el dibujo, podía reconocer a la señora Emma de los mismos colores que el dibujo de antes, justo al lado de Jeff, pero había alguien al lado mío también.

— ¿Y ella quien es? — Preguntó Jeff apuntando a la persona que miraba.

— Nunca la he visto así que tal vez no se parece—Hablaba como si de verdad creyera que sus dibujos eran retratos exactos de nosotros, lo que era adorable—, pero es tu mamá Adam— Me miró, y de repente hubo un silencio en toda la casa, incluso cuando sabía que la música de la radio seguía allí.

— Escuché a papi y a la abuela hablar de que ella está mal, y quise ponerla en el dibujo— Tomó la quinta hoja—, hice este para ella, para que lo cuelgue en su pieza y le digas que quiero conocerla para dibujarla mejor la próxima vez.

Tomé la hoja y volví a mirar el dibujo. Mamá era una personita que vestía de rojo y tenía largo cabello café, no estaba muy alejado de la realidad. Aunque en el dibujo tenía una sonrisa, su mano tomaba la mía que estaba libre.

Sonreí, y mis ojos ardieron de nuevo.

— Le encantará, Emily, se la llevaré a penas regrese a la ciudad.

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Gracias por tantas lecturas y votos. Y obviamente por seguir la obra.

Nos leemos.