Adam

Estoy acostumbrado a preguntas sorpresas y entrometidas, por supuesto en eso entra mantener la calma cuando las lanzan. No importa lo mal que estuve o lo que viví, es una costumbre que no se fue. Es frecuente en mi trabajo encontrarte con gente que hace preguntas fuera de lugar cuando estamos haciendo negocios, y por alguna razón los comentarios de esa mujer me hicieron entrar en modo trabajo, con rostro neutro y postura tranquila, que Emily apareciera me inestabilizó un poco, pero no lo suficiente para romper mi calma. Jeff era otra historia, el pobre boqueó y miró de la señora Dina a Emily como si estuviera acorralado y estuviera analizando cual atacaría primero... o de cual huiría primero, de verdad lo imaginé huyendo del lugar. Ambas parecían confundidas por la actitud de Jeff así que me di tiempo de pensar mis opciones para responder y salir de esto.

Podía decir fácilmente que no, lo cual sería la verdad y podrías detallar la verdadera historia. El problema era Emily, esperaba, realmente esperaba poder decirle a Emily en algún momento que era su padre ¿Pero qué le diría? ¿Qué ella es el resultado de una noche con ambos borrachos? ¿Que no fue planeada? porque esa sería la verdad, incomoda y lamentable, pero verdad.

La mujer no me importaba mucho, que se entrometa de esa forma era molesto, pero no la odiaba por eso, como dije estoy acostumbrado, lo que me importaba era lo que pensaría Emily, mi hija, hija que aún no sabía que era su padre. Así que la verdadera historia aún no podía ser dicha.

Y entonces recordé a mi padre, en el hospital, con su voz intentando hacerse escuchar sobre los molestos pitidos de las máquinas, su voz ronca, baja y pausada, como si cada palabra le costará mucho salir de su garganta, como si tomará mucho esfuerzo, diciéndome que me amaba, pero que no era su hijo, revelándome que me mintió durante años. Recordé ese dolor y supe que las mentiras no eran el camino correcto, tal vez la verdad tampoco, no aún, no completa, pero no mentiría, yo no le haría lo que me hicieron a mi.

Me centré solo en Emily.

― No, no éramos novios, solo vivió conmigo por 6 años, cuando estuvo en la universidad, Jeff es mi amigo, un buen amigo, tuvimos problemas y... cosas de adultos que espero poder decirte un día, cosas que nos distanciaron, pero espero poder volver a ser su amigo... y también quiero ser amigo tuyo, si quieres.

Emily me miró unos segundos y luego sonrió.

― Claro que puedes ser mi amigo, y sé que a papi también le gustará ser tu amigo, no tiene muchos amigos aquí.

Jeff me miraba de nuevo, sorprendido y algo brillaba en sus ojos, pero luego desapareció cuando miró a Emily. 

― Uh... no me hagas sonar como una persona aislada, Emily, tengo amigos.

― Que te doblan la edad― Emily lo miró, pero luego volvió su mirada a mí―. Papi no sale, aunque le digo que ya estoy grande y puedo quedarme sola, él solo no sale para estar conmigo.

―Está bien, yo seré amigo de Jeff entonces y prometo hacerlo salir más, yo sé que eres una chica grande― Le acaricie la cabeza, salió natural y ella sonrió mientras desordenaba sus cabellos, luego se giró a la señora Dina

― Ellos no fueron novios ¿Por qué dijo eso?

La señora lucía un poco avergonzada y balbuceó algo, pero no logró decir ninguna palabra completa.

― A veces la gente tiene impresiones distintas de las cosas, ella vio que éramos cercanos y creyó eso, porque ella no sabía que fuimos buenos amigos, no es culpa suya― Mi idea era ayudarla, pero la señora Dina pareció más avergonzada aún.

― Yo... lo siento, si lo malinterprete, uh... tengo que ir, ya saben, a cocinar.

Se marchó rápidamente, aún avergonzada, no sonreí por eso, pero casi se me escapa una risita.

Jeff parecía aliviado, hasta que Emily fijó sus ojos en él.

― ¿Por qué no me respondiste, papi?

Jeff lucía confundido.

― Uh... ¿Qué?

― Yo te pregunte a ti... pero dejaste que Adam contestara, siempre me dices que no debo dejar que otros contesten las preguntaa que me hacen a mí, porque tengo boca para responder.

Sonreí a eso, no pude evitarlo ¿Y luego Jeff decía que Emily era así porque lo sacó de mí? Él también le estaba enseñando a ser autosuficiente.

Jeff lucía confundido aún, me miró como esperando que lo rescatara, y por supuesto Emily se dio cuenta.

― ¿Estás avergonzado? ― Jeff tragó, nervioso―. Oh... ya entendí.

Ahora yo miré un poco nervioso a Emily ¿Que había entendido?

Emily se acercó a Jeff, casi susurrando, pero no lo suficientemente bajo para que yo no escuchara.

― Es porque no has tenido novios ¿Verdad? No querías que ella supiera ― Emily miró muy seria por donde la señora Dina había desaparecido. Tuve que tapar mi boca porque casi reí, Jeff estaba rojo, muy rojo. Quería ayudarlo, pero no quería que Emily supiera que escuché ―. Está bien, papi, lo sé― Emily volvió a hablar al tono normal y se alejó de Jeff―. La hermana mayor de Mary estaba avergonzada por eso, pero tía Judit dijo que está bien si eres grandes y no tienes novios o novias, que puedes esperar a la persona correcta todo el tiempo que quieras.

Emily habló con tanta sabiduría que Jeff, aún rojo como una manzana bien madura, solo pudo asentir.

― Está bien, gracias, no estaré avergonzado, lo juro, gracias Emily.

Emily asintió contenta y se giró de vuelta a jugar con el grupo de niños que estaban en los juegos.

Me permití reír un poco, no pude evitarlo. 

― Cielos, solo debías contradecirla.

Y Jeff me miró, una mirada enojada y avergonzada. Aún sonrojado, pero luego desvió la mirada y lució incómodo. 

Y lo entendí.

Que era verdad, Jeff no había salido con nadie.... Pero esperen, eso no tenía sentido. 

― Pero tu salías... en la ciudad... digo.... no conocí a nadie, pero salías ¿no?

Jeff hizo una mueca y luego suspiró.

―Nunca nada serio Adam, solo... nada.

Fruncí el ceño, porque eso no era posible, era Jeff, cielos, era Jeff, era estudioso y apuesto, y demasiado amable por su propio bien, siempre tuvo algunas personas alrededor.
Es verdad, nosotros fuimos amigos y compañeros de piso por seis años, pero no hablábamos de esas cosas, yo no presentaba a mis citas, aunque siempre avisaba que salía sin necesidad de detallar con quien y creía que Jeff hacía algo similar. Que no lo decía, pero qué salía.

― Pero salías.

Jeff rodó los ojos.

― Si, salía, una vez al mes, incluso menos, a una cosa casual, con alguien que no volvería a ver, a veces solo nada, soy un perdedor ¿ok? Lo fui en la universidad y ahora tengo una hija, soy un adulto de casi treinta años y no he tenido novio en mi vida ¿Feliz?― Su voz había ido subiendo de tono, enojado. 

Pestañeé, sorprendido y confundido por su enojo.

― No quería hacerte sentir mal, digo... no tienes que sentirte mal... yo solo... siempre creí que, no sé, que eras popular.

Ahora Jeff lucía confundido.

― ¿Por qué creerías eso?

― ¿Por qué? Por qué eras-

Y me callé, porque no podía decir lo primero que se me ocurrió. Que Jeff era caliente y muy apuesto, digo, cielos, hasta él yo creía que era heterosexual, estaba casi seguro de eso, pero cuando borracho vi una oportunidad de estar con él, no lo resistí mucho, porque era Jeff, el lindo, amable y muy atractivo Jeff.

Sacudí mentalmente mi cabeza, no podía pensar en eso, no es que ya no lo fuera, Jeff seguía siendo un hombre muy apuesto, solo era unos años mayor que él y tenía que dedicarle mucho tiempo a mi cuerpo, Jeff nunca tuvo que hacer eso, ni siquiera en los años que vivió conmigo y aún seguía en forma, y seguía siendo un hombre apuesto, los años le habían hecho bien.

Jeff esperaba, impaciente.

―Por que eras un buen chico― Eso parecía una definición decente, y que no me dejaba mal―, amable y pendiente de todo...

Jeff bajó la mirada, parecía decepcionado, tal vez no le gustó como lo describí.

― Bueno no lo era― Murmuró al final―. En la universidad mi mente estaba en estudiar, era mi oportunidad de estudiar, el primero en mi familia, así que, sin darme cuenta, al no ir a tantas juntas como ellos, a fiestas como ellos, con mis compañeros, terminé aislándome un poco.

― Pero venían al departamento, pequeños grupos, pero venían, seguido.

― Eran grupos de trabajo, Adam, en la universidad hay trabajos en grupo No era popular o muy amigo de ellos, pero trabajábamos bien juntos, solo eso.

Y tenía que preguntar, porque me empezaba a sentirme culpable.

― Está bien.... En la ciudad no funcionaba, pero aquí... en tu pueblo ¿Tampoco? ―Jeff negó―. ¿Fue por Emily?

Jeff pareció querer discutir, seguramente algo como que no involucrara a Emily en esto, pero al final asintió.

― No hay tiempo... solo no lo hay, ahora sí, un poco más que antes, pero cuando volví, estaba embarazado y luego estaba criando una hija, solo, no había tiempo de salir, por supuesto que hay antiguos compañeros de escuela, pero ellos sí tienen tiempo, sus hijos son grandes ya o solo no los tienen... y yo no tuve ese tiempo para integrarme con ellos de nuevo.

― ¿Y más gente?

― Es un pueblo pequeño Adam, la gente se va...pero no llega, no hay... no hay mucho aquí, trabajo, departamentos, no hay nada para que la gente quiera venir aquí.

Y allí estaba lo que no había querido preguntar, porque no trabaja en la profesión por la que estudió... no había trabajo, tan simple como eso. 

― Lo siento ― No sabía qué más decir ―.  Si yo hubiera-

― No lo sientas porque no es tu culpa, yo decidí criarla solo, lo elegí, y no me arrepiento. Decidí dedicar mi tiempo a ella y no me arrepiento, pero no, Adam, no soy popular, nunca lo fui.

― Está bien... puedo intentar presentarte a alguien― Lo dije sin pensar e inmediatamente quise tragar mis palabras porque ¿A quién le presentaría? A Jeff le gustaban los hombres, yo lo sabía, y él único hombre de confianza cerca mío era Garry...y juntarlos a ellos sería la peor cita del mundo.

Por suerte Jeff se rio.

― No, cielos, no, no necesito que tú me presentes a alguien― Por alguna razón sentí que enfatizó el tú, pero él siguió hablando―. Pero está bien, es vergonzoso y me hace sentir un perdedor, pero... como dijo Emily... tal vez solo estoy esperando al indicado.

  ― Eso está bien.  

He intente aparentar que mi corazón no se había acelerado con sus palabras, porque no tenía sentido emocionarme por eso.

Pasé el resto del día con ellos, desayunamos y almorzamos afuera, Jeff se quejaba de que yo pagara, pero resignado aceptó amenazando que ellos solos se comerían todos los aperitivos que les traje de la ciudad, pero estaba bien, porque esa siempre fue la idea.

Después del almuerzo me deje guiar por Emily que me siguió mostrando hasta la cosa más pequeña. Me apuntaba personas, tiendas y objetos, pero fue divertido, y un momento cálido, como esos momentos que casi no tenía, no desde el año pasado.

Y cada vez que Emily me arrastraba lejos a mostrarme algo, sabía que si miraba hacia atrás vería a Jeff mirarnos con una sonrisa cariñosa, como si viera algo que le gustara y a la vez quisiera negar con la cabeza, recordaba a mamá mirarme así, y esta vez pensar en ella no dolió, yo solo tenía que sonreírle de vuelta y el momento se hacía más cálido aún.

Era muy entrada la tarde cuando volvimos a su casa, me despedí de Jeff y Emily con un abrazo, no fue incomodo, salió natural y nos despedimos con sonrisas, también abracé a la señora Emma, ella parecía feliz al saber que pasamos un buen momento.

― ¡Tienes que llamarme! ― Gritó Emily mientras me alejaba en el auto―. Promételo.

Lo prometí y me reí, sin duda la llamaría, Emily no parecía entender que yo quería entrar a su vida, por siempre, se había encariñado conmigo, mucho, y eso me hacía sentir satisfecho conmigo mismo y al mismo tiempo dolía tener que dejarla atrás, sabiendo que no podría venir hasta un nuevo día que tuviera mucho tiempo libre, porque eran poco más de tres horas de viaje en auto a velocidad límite, tan pocas y muchas al mismo tiempo, no podía ir tan seguido como me gustaría.

Y fue pensando en eso y en lo que dijo Jeff que el plan comenzó en mi mente, tenía sentido, mucha lógica, al menos para mi.

Una escuela especial para Emily, más especialistas capacitados para seguir a una niña superdotada, trabajo para Jeff, trabajo de verdad, por el que estudió, donde ganaría lo suficiente, una clínica para Emma, para sus piernas, su espalda, todo lo que necesitaran, todo cerca, todo en la ciudad.

Era simple y a la vez sabía que no lo sería, debía convencer a Jeff, Emma y Emily de vivir en la ciudad, idealmente cerca mio. 

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