40. Esta vez lo arruiné yo
Me dormíiiiiiiiiiiiiiii😱😱😱😱
Y bien juerte😂😂😆
Dentro un "rato" subo el cap de hoy😅
Que disfruten el cap de asher😆🤗
💮💮💮💮
— Me alegro —dijo SeokJin, descendiendo la cabeza hasta rozar sus labios en su oído—, porque hay muchas cosas de las que podemos hablar… y a todo esto dime, ¿qué tal se encuentra tu trasero?
— ¿Eh?
JungKook trató de soltarse de SeokJin sin éxito. Sentía el calor de sus mejillas con intensidad y la mano libre del rubio descendió desde su espina dorsal hasta alcanzar sus nalgas.
Deteniéndose cruelmente hasta introducir los dedos en la abertura del culo, a través de los pantalones. JungKook dio un respingo.
— ¿Te duele?
— N… No…
No era del todo mentira, aunque aún le seguía escociendo cuando hacia un movimiento brusco. Deseó apartar la cabeza, azorado, pero los dedos que aún seguían aferrados en sus cabellos se lo impedía.
— ¿En serio? —JungKook agradeció no poder ver la expresión que SeokJin tenía en ese momento—. Adelante, continúa.
— ¿Qué…?
La mano, que SeokJin mantenía en sus nalgas, hizo presión, pegando el cuerpo de JungKook al suyo. JungKook contuvo la respiración.
— Había algo más que querías decir, ¿cierto?
JungKook siguió manteniendo la respiración hasta que no pudo aguantar más y dejó escapar el aire con un sonido extraño.
— Yo…
Era difícil pensar en ese momento.
— ¿Sí?
— ¿Estás enamorado de MinHyun?
— ¿Y si lo estuviera?
Aunque la realidad siempre le recibía de golpe, impasible.
— ¿Te molesta que se fuera por mi culpa?
Hubo un silencio eterno en el que JungKook sintió que se moría, permaneciendo quieto, disfrutando de la apremiante y dolorosa proximidad del rubio.
— ¿Tu culpa? —SeokJin hizo una pausa y se apartó de él, haciendo que JungKook sintiera frío de pronto—. No hay manera de que vos hagas algo para que él se vaya.
El chico rubio volvió al sillón y se sentó con una gracia regia que nunca le había visto hasta ese momento. JungKook apretó con más fuerza los puños y los mantuvo bien pegados al cuerpo.
¡Siempre defendía a MinHyun!
Lo odiaba, lo quería… no importaba cual de los dos sentimientos impregnaran a MinHyun en la mente de SeokJin; parecía que sólo él tenía cabida en su cabeza.
Apartó la cabeza de mal humor, tratando de ignorar las molestas punzadas del pecho.
— MinHyun… siempre MinHyun —gruñó en un tono apenas audible pero cargado de resentimiento.
Estaba siendo infantil, pero le daba igual.
¿Tan egoísta le convertía el deseo de querer a SeokJin sólo para él?
¿En qué le convertía querer que SeokJin sólo pensara en él, que durante los instantes separados fuera él su único pensamiento?
¿En qué le convertía todo eso a pesar de que él no servía para nada y MinHyun le demostraba su amor siendo su apoyo, su fuerza y lo había sacrificado todo por él?
No había forma de competir contra algo así… aún así seguía deseando lo mismo.
Deprimido, JungKook dobló la espalda y se inclinó hacia delante.
— Los celos —dijo SeokJin desde el sillón—, son una nueva faceta tuya.
JungKook cerró los ojos con fuerza, tratando de controlar el temblor de las manos.
— No…
— Pero no me resulta desagradable —JungKook levantó la cabeza sorprendido—. De alguna manera, por supuesto. Y —Sus ojos oscuros se entrecerraron y sus labios se curvaron en una ligera sonrisa perversa— ¿qué tal si empiezas a decir en voz alta lo que acaba de pasar por tu cabecita carente de cerebro?
JungKook abrió exageradamente los ojos, despacio, asimilando las palabras de SeokJin con un escalofrío desagradable y la ridícula sensación de que el chico rubio había sido capaz de leer sus pensamientos.
— Yo…
— Sin balbuceos por esta vez —pidió SeokJin irritado una vez más.
— No pensaba nada —aseguró JungKook rápidamente, sin mirarlo a la cara.
— Por muy idiota que crea que seas, no imagino la manera de que puedas estar sin pensar. ¿Por qué no lo sueltas simplemente?
— No se…
— Ya, ya —SeokJin le hizo callar con un movimiento despectivo de su mano derecha. JungKook obedeció de inmediato y le miró intimidado, no muy seguro de hasta dónde quería llegar SeokJin con todo aquello. Comenzaba a tener miedo— ¿Qué piensas de MinHyun?
JungKook lo miró descolocado, con un nudo en el estómago.
— ¿Eh?
— Te lo puse fácil, ¿no te parece?
La voz de SeokJin era de acero y JungKook comenzaba a sudar entre escalofríos.
— No sé …
— De MinHyun, ¿necesitas que te explique quién es?
JungKook sacudió lentamente la cabeza.
— No…
— Genial. Es todo un avance. Ahora responde.
— Yo… —se humedeció los labios y pasó el peso de una pierna a otra. ¿Qué pasaría después de que contestara? ¿Qué quería SeokJin que respondiera? JungKook comenzaba a transpirar y veía la puerta excesivamente lejos de pronto. Se arrepintió de no haber permanecido en la esquina al lado de la ventana—. No… no me cae bien.
Y se encogió, a la espera de lo que fuera a suceder.
— ¿Por qué? —continuó SeokJin con la misma aspereza pero sin moverse de la comodidad del sillón.
JungKook respiró con fuerza y se apretó las manos.
— No… no sé.— ¡Dale! ¡Más que seguro que sabes! A nadie le cae mal alguien y no sabe el porqué. ¿Te pegó? ¿Te insultó? ¿Qué?
— No…
— Decilo de una vez. Estoy agotado y quiero acabar con esta tontería.
— ¿Decir…?
JungKook se sentía incapaz de apartar la mirada de los ojos de SeokJin.
— Antes fuiste mucho más valiente al echar a MinHyun de aquí. ¿Cuáles fueron tus palabras?
JungKook abrió los ojos azorado, sintiendo como las mejillas le ardían, pero siguió sin apartar la mirada.—Yo…
— “SeokJin es mío”
JungKook sintió una sacudida.
— Yo…
— ¿No fue eso lo que dijiste?
JungKook guardó silencio. Se sentía aterrorizado, ansioso y perdido. Apretó unos segundos los labios con fuerza y asintió débilmente con la cabeza, sintiendo cada vez más acelerada la respiración, casi siguiendo el mismo ritmo que su corazón.
— ¿Puedes… puedes ser mío?
Sólo suyo, de nadie más.
— Antes no lo preguntaste.
JungKook tragó con esfuerzo, o más bien lo intentó.
— Qué importa lo que yo quiera…
— Eso es cierto. No importa nada.
JungKook apartó la cabeza, dolido. ¿Por qué no burlarse de él?
Tampoco era algo nuevo, y aún así, aunque SeokJin pasara aquella noche con MinHyun, esa y todas las siguientes, sabía que seguiría con él, que permanecería a su lado mientras SeokJin no lo dejara atrás. Cerró los ojos con fuerza.
¿Y durante cuánto tiempo podría soportar algo así?
— ¿Lo quieres?
SeokJin bufó.
— Ya te respondí eso.
Era cierto, pero esa respuesta no significaba nada. ¿Lo quería? ¿No lo quería?
— ¿Quieres que se quede contigo?
— Sí.
Ni siquiera hubo una pausa y JungKook clavó la mirada en el suelo, dolido, destrozado. Ahí acababa todo. No había nada dónde aferrarse.
— ¿Quieres que me vaya?
— ¿Quieres irte?
JungKook apretó los dientes y sacudió con la cabeza despacio.
— ¿Vas a responder a algo sin hacer otra pregunta?
— ¿Qué quieres exactamente que te responda?
JungKook hizo un ruido raro que se asemejó a una risa histérica.
— Lo… lo volviste hacer.
Esta vez SeokJin no se apresuró a responder, pero JungKook no deseó que lo hiciera tampoco. Quería que le pidiese que se fuera y poder huir a la calidez de la habitación que se le había asignado y poder llorar a solas.
— ¿Esta es la conversación que tenías en mente?
Esta vez sí que se pareció más a una risa lo que JungKook dejó escapar de sus labios, sólo que sonó mucho más histérica.
¿La conversación que tenía en mente? Ni siquiera había querido hablar nada y ahora ni siquiera sabía lo que estaba haciendo. Cerró los ojos con fuerza y respiró hondo.
— Quie… quiero… —abrió los ojos y centró la mirada en cualquier lado excepto SeokJin, sin mantenerla fija en ningún sitio durante demasiado tiempo—, importarte.
— ¿Qué?
JungKook apretó los puños y volvió a respirar con fuerza.
— No quiero que mires a nadie más, no quiero que toques a nadie —Tomó aire, ignorando el molesto sonido de su corazón en las sienes—. Quiero que me aprecies; ser uno más de aquellos a los que miras y hablas con respeto, incluso con cariño —Bajó la mirada hasta el suelo y su voz fue perdiendo intensidad—. Me molesta que toques a alguien que no sea yo, que dejes que te toquen, no ser yo a quien acudas… ¿si te pido eso, me lo darías? ¿Serviría de algo pedirte eso, hablar de ello?
Se atrevió a levantar la cabeza y mirar a SeokJin, quien lo observaba en silencio, fijamente, taladrándole con su oscura mirada sin mostrar ningún tipo de emoción.
— Por supuesto que no —dijo, sin cambiar la expresión y sin mostrar nada en la voz.
JungKook sintió que el corazón, que hasta ese momento parecía estar a punto de salirse de su pecho, se detenía por un segundo y apartó la cabeza, ocultando los ojos que comenzaban a humedecerse de la atenta mirada del chico rubio.
— Lo… imaginaba.
Se le trabó la voz, pero no le importó; guardó las manos en los bolsillos del pantalón y caminó torpemente hasta la puerta de salida, deseando, rogando que SeokJin le detuviera antes de que se marchara.
¿Por qué tenía que haber escuchado a HoSeok? ¿Por qué tenía que haber abierto la boca? ¿No estaba dispuesto a soportarlo todo mientras SeokJin le dejara seguir a su lado?
Sólo necesitaba estar a su lado… no quería ni necesitaba nada más… pero, ¿por qué se sentía tan mal sabiendo que SeokJin no lo quería y que jamás lo querría? ¿Era todo porque era un inútil?
JungKook sintió como las lágrimas descendían por sus mejillas y tocó la fría manija de la puerta con la mano rígida, abriéndola despacio.
Antes de abrir un poco más la puerta, JungKook se sacó torpemente las lágrimas con la manga de la camiseta, en un intento inútil por hacerlo disimuladamente.
Ensayó varias sonrisas forzadas antes de girar un poco el cuerpo, sin apartar la mano del pomo de la puerta y mirar a la imponente figura de SeokJin en el sillón.
— Deberías haberme dejado con Alexander —musitó con la voz ronca—, tal vez si hubiera conseguido sobrevivir hubiera aprendido al menos como satisfacerte.
Desde que terminó de pronunciar la última palabra, JungKook lo vio pasar todo ante sus ojos en unas décimas de segundos.
La expresión de SeokJin se crispó y se levantó bruscamente, acercándose hasta él antes de que JungKook pudiera reaccionar y salir huyendo.
SeokJin interpuso su antebrazo sobre su cuello y lo empujó con fuerza, cerrando la puerta entreabierta con la presión del cuerpo de JungKook.
Aterrorizado, JungKook se llevó las manos al brazo de SeokJin, tratando de aflojar la presión y conseguir aliviar la falta de aire.
— ¿Tienes idea de lo que te hubiera sucedido con Alexander?
Hablaba con la mandíbula tensa y los ojos llameaban de ira. Aún así, JungKook no hubiera podido estar más asustado de lo que ya estaba, temiendo que SeokJin decidiera privarle de la escasa entrada de oxígeno.
Intentó asentir con la cabeza, pero no fue capaz de hacerlo.
— S…
Tampoco consiguió que su voz pronunciara algo.
— No, no tienes idea de lo que hubiera sucedido —siseó SeokJin— el miedo, el dolor… la muerte se presenta como un alivio y cada día de vida es una tortura. Tienes razón, debí haberte dejado con Alexander.
El brazo de SeokJin ejerció aún más fuerza durante un segundo antes de liberar a JungKook y dejar que éste diera trompicones hacia delante y cayera de rodillas entre toses.
— No —musitó JungKook con la mano en la garganta, sintiendo un dolor agudo al intentar hablar.
— Vete —ordenó SeokJin, dándole la espalda.
JungKook siguió en el suelo, sin moverse.
— No… no quise decir eso —sollozó, haciendo un esfuerzo por hablar.
Desde la altura que se encontraba, JungKook veía las piernas de SeokJin borrosas, cubiertas por una neblina húmeda que le cubría los ojos, una mezcla producida por la desesperación, el miedo y el dolor.
— Para no querer decirlo, se entendió perfectamente. ¿Debería felicitarte? Para ser incapaz de crear una frase completa, has sabido coordinar esa perfectamente.
Las palabras de SeokJin estaban cargadas de frío veneno y JungKook se encogió en el suelo.
— No quise decir eso —repitió en un hilo de voz.
Jamás había pretendido decir algo para molestarle y mucho menos para herirle, ¿por qué todo siempre tenía que resultar de esa manera? Se llevó una mano a la cara y la apretó con fuerza.
— ¿Y qué quisiste decir?
— Yo… no…
— ¿Qué? —gruñó SeokJin, dando un paso hacia él. JungKook asustado retrocedió a gatas hasta volver a chocar contra la puerta— ¿Qué? ¡Es tan difícil entenderte! —SeokJin se acuclilló a su lado y le sujetó la barbilla con la mano, levantándole la cabeza bruscamente— ¿Qué es lo que realmente quieres de mí? Tienes una manera extraña de aferrarte… No importa lo que te haga, siempre vuelves de la misma manera —SeokJin sacudió la cabeza—. Dilo, ¿qué quieres de mí? Porque sinceramente, no te entiendo y creo que nunca podré entender a alguien como tú.
— Yo…
— ¿Qué? ¿Dinero, amor, protección, sexo? ¡Di algo!
JungKook no apartó los ojos de la mirada oscura y furiosa que lo examinaba desde escasos centímetros desde arriba. Ni siquiera trató de apartar la mano que seguía aferrada en su barbilla.
— No… —No era eso lo que quería, pero no encontraba la forma de explicar lo que realmente quería. Lo miró con los ojos muy abiertos, desesperado—. No… nada… no quiero nada de eso.
SeokJin enarcó una ceja y lo contempló unos eternos segundos.
— ¿En serio? ¿Y qué es? ¿Qué es lo que tú quieres?
JungKook intentó hacer una mueca.
— ¿Querer? —Aún sentía los ojos húmedos y luchaba por no dejar que las lágrimas volvieran a recorrer por sus mejillas— ¿Por qué debería querer algo de ti?
Los labios de SeokJin se curvaron en una sonrisa burlona.
— Porque siempre ha sido así.
JungKook lo miró horrorizado, pero desvió rápidamente la mirada cuando las lágrimas comenzaron a descender por sus mejillas. Apretó unos instantes la mandíbula.
— ¡No quiero nada! —gritó indignado— ¡No me compares con la gente que has conocido! Yo no soy como ellos…
Se le trabó la voz y guardó silencio, mordiéndose el labio con fuerza.
— ¡Oh! Bien. Tú no eres como ellos —repitió SeokJin divertido— ¿entonces qué quiere la gente como tú?
JungKook volvió a centrar la mirada en él, e hizo presión con los dientes hasta sentir el fluir de la sangre al interior de su boca.
SeokJin bajó los oscuros ojos hasta los labios de JungKook, en el mismo lado dónde un hilo de sangre se deslizaba hasta los dedos que mantenía en su barbilla.
— ¿Lo que quiero?
En ese momento, tomando fuerzas de sabrá Dios donde, JungKook, apretó con fuerza los puños y le dio un manotazo a la mano que SeokJin sostenía su barbilla, apartándola de él y contuvo un segundo el aliento, impresionado antes de tragar y levantar la mirada otra vez hasta la helada mirada oscura del rubio.
— ¡Bien! ¡Pues te quiero a ti! ¿Acaso no lo sabías ya? ¿Y ahora? —SeokJin frunció el ceño y lo contempló en silencio, entrecerrando los ojos. JungKook sintió un escalofrío y comenzó a transpirar— ¿Y ahora? —repitió sin fuerza— ¿Me lo vas a dar?
SeokJin lo siguió mirando sin decir nada y JungKook se encogió, inclinando el cuerpo hacia delante asustado, a la espera de la respuesta de SeokJin. En realidad JungKook se preparó para recibir un golpe, conteniendo el cuerpo en tensión, seguro de que llegaría en cualquier momento.
— ¿En qué momento de la conversación —comenzó SeokJin sin levantar la voz—, te inspiraste para soltar algo tan cursi?
JungKook enrojeció violentamente.
— ¿Qué?
— Diría que es muy propio de ti, aunque hubo un momento muy bueno.
JungKook parpadeó varias veces sin comprender y apoyó las manos en el suelo para ayudarse a incorporarse un poco.
— ¿Eh?
SeokJin suspiró irritado.
— Y si te doy lo que quieres —A SeokJin pareció hacerle gracia lo que estaba diciendo— ¿qué planeas hacer conmigo?
Con cuidado, JungKook desvió la mirada de derecha a izquierda y luego regresó hasta los oscuros ojos de SeokJin.
— ¿Planear qué?
— No resulta divertido si soy yo quien te doy las ideas, ¿no?
JungKook comenzó a sacudir la cabeza despacio.
— Yo no…
— Ya, ya —SeokJin le cortó con un movimiento despectivo de manos—, tu nunca pensarías hacer… no, hacerme nada. ¿Y entonces para qué me quieres? Si no estás interesado en dinero, ni para que te proteja y no piensas en tener sexo conmigo, ¿para qué me quieres exactamente?
Era una encerrona y JungKook no sabía como salir de aquello. Se humedeció los labios resecos. Hubiera preferido un golpe y olvidarse del tema.
— No he dicho que…
— ¿Hm?
— Yo… —JungKook hizo un poco más de presión con la mano y volvió a desviar la mirada, resentido—. En realidad…—musitó en voz muy baja, no muy seguro de si realmente lo estaba pensando o dejaba que algo de voz saliera por sus labios.
En realidad no tenía nada que decir… ¿Que qué quería de él? ¿Por qué tenía que hacerle esa pregunta?
— Hay momentos, como éste, en los que te odio.
JungKook se sobresaltó al oír la última palabra en voz alta y contuvo la respiración en el momento en el que SeokJin ladeaba la cabeza sin ninguna emoción en su mirada.
— Tenías que haber empezado por ahí.
JungKook abrió la boca para protestar pero se sobresaltó al percibir la proximidad de SeokJin un segundo antes de que su lengua se precipitara al interior de su boca.
El beso del mayor fue muy diferente a los que estaba acostumbrado, mucho más salvaje y apremiante.
JungKook se aferró con una mano a la camisa abierta de SeokJin en un intento desesperado por controlar las reacciones de su cuerpo ante aquel contacto íntimo, fiero y subyugante que le asustaba y le obligaba a anhelar más.
En un instante de lucidez, JungKook recordó las palabras de SeokJin, sabiendo, reconociendo y admitiendo que no quería sólo a SeokJin, quería todo lo que este podía darle. Anhelaba su calor, admiraba su fuerza, se sentía hechizado por el magnetismo que transmitía.
Lo quería y lo deseaba. Se había engañado y había pretendido engañarle. Sabía que debía sentirse mal, culpable, pero en ese momento le dio igual.
Se aferró con más fuerza los dedos a la camisa de SeokJin y soportó la presión de sus labios sobre los suyos, sobre su boca, disfrutando del dolor que la ferocidad de su beso le producía en las heridas de los labios.
Hasta que la única mano que sostenía su cuerpo y la presión que el cuerpo de SeokJin ejercía sobre el suyo, comenzó a resbalarse hacia atrás.
Y sin que JungKook reaccionara a tiempo cayó bruscamente al suelo, sentándose de golpe y arrastró a SeokJin con él, que mucho más hábil, interpuso una mano y se sostuvo, manteniendo una dignidad que JungKook sabía había perdido hacía mucho tiempo.
JungKook levantó la cabeza alarmado, sin soltar la mano que aún se aferraba caprichosamente al extremo abierto de la camisa de SeokJin y buscó encontrarse con la mirada de SeokJin que observaba su cuerpo caído a escasos centímetros de él, sorprendido.
— Yo… —Hizo una mueca y se mordió los labios.
Se sintió como un estúpido después de ser él, sin necesidad de que SeokJin hubiera abierto la boca o hecho algo, quien había estropeado el único momento, desde que conocía al rubio en el que éste se había mostrado completamente natural con él, sin decir nada para incomodarlo.
La expresión de sorpresa de SeokJin cambió poco a poco, sin prisa por hacerlo y se incorporó un poco, lo justo para liberar sus manos del suelo y poder llevarse una a la cabeza, después se echó a reír.
— Esto es demasiado —rió.
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