Es muy consentido
Taehyung miró el estado de cuenta con el rostro casi muerto. Jamás pensó que llegaría a ese nivel, jamás pensó verse en bancarrota. Con vergüenza admitió que no iba a poder aguantar otro mes de lujo antes de que le embargaran todo lo que tenía.
Y todo por Jung Hoseok... su esposo al que no dudaba amar pero...
Hoseok era alguien difícil de complacer el hombre ya lo sabía cuando se casaron, pero poder asimilarlo económicamente hablando era otra cosa, un departamento grande era menos de lo que Hoseok estaba acostumbrado, ropa de marca más cara que la colegiatura de una escuela, comidas saludables y balanceadas que tuvieran todos los colores en su plato, gym todos los días, sumandole la membresía del club más famoso de Seúl, entre otros lujos que Taehyung no le podía dar y aún así lo hizo todo, todo lo que estaba en sus manos para mantenerlo cerca.
Ahora, ¿cómo iba a decirle que le quitarían todo porque estaba endeudado hasta los calzones?
Hoseok apareció en la puerta de su departamento con una bolsa de compras y Taehyung sólo podía pensar en no, no puede ser posible, ¿Cómo podía ser posible?
Hoseok camino hasta él dejando las bolsas en el suelo y se sentó en su regazo acto seguido le dio un beso a Taehyung en los labios.
—Ya llegué— le dijo su esposo con una sonrisa, una de aquellas que tanto amaba, Hoseok para Taehyung era un sol, uno muy difícil de alcanzar, trabajó como esclavo para poder darle la vida a la que estaba acostumbrado gracias a sus mimadores padres.
—Me he dado cuenta, has ido de compras por lo que veo.
Hoseok sonrió emocionado —lo he hecho, compre varias cosas para ti.
Taehyung arqueo una ceja sin creerlo —¿para mi?
—Bueno es para que disfrutemos los dos— Hoseok sonrió de forma cómplice levantándose del regazo de Taehyung y tomando las bolsas para sacar de ellas un conjunto de ropa interior provocativa, de encaje y medias de red.
Taehyung estaba tan muerto y perdido en su miseria que ni siquiera eso lo hizo ponerse duro.
25000 wons
Leyó en la etiqueta y la cabeza empezó a dolerle, realmente aquello era necesario, gastar en ropa que jamás iba a presumirle a nadie más que a él, por todos los cielos para eso Hoseok no necesitaba ningún atuendo sexy, sólo ser Hoseok era perfecto para Taehyung.
—Estaban en oferta y no pude evitar no comprarlo.
Hoseok era tan bonito, con su cabello tintado de rosa y mechones azules, con una sonrisa que te llevaba al cielo, tan delgado y con la piel rosada toda llena de vida, tan suave como un durazno, unos hermosos hoyuelos en sus mejillas, manos delicadas, uñas con pegatinas y bien cortadas, pero a su vez era muy consentido, tan consentido que eso le había costado toda su fortuna... Bueno, no toda.
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