Tal vez el atuendo que escogió para la cena no fue el adecuado. Hoseok pensó avergonzado de sí mismo, mientras que los reunidos vestían atuendos sencillos,  simplemente en playeras o camisas con vaqueros, él se había puesto un traje pegado al cuerpo.

Nunca quiso parecer una persona prepotente, pero parecía que esa había sido su intención, recalcar que ellos y él no era de la misma clase social.

Tal vez por eso todos lo miraban de forma rara, como si no fuera de ese mundo y Hoseok tampoco se sentía parte de él. Taehyung por su lado fue rodeado de abrazos y besos por sus conocidos, todos mencionando lo mucho que lo habían extrañado y lo triste que estaban porque ya no era un hombre soltero, mientras que a Hoseok sólo le hicieron una pequeña reverencia incomoda.

A hoseok le gustaba ver a su esposo sonreír y divertirse pero él no podía adaptarse ni entrar en la conversación y cuando lo intentaban lo cortaban de tajo, todos hablaban de cosas del pasado, cosas que él no conocía y que tampoco le habían contado, hablaban de las aventuras de Taehyung cuando era pequeño, de sus padres, de sus compañeros y amigos.

Jimin, uno de ellos, pelinegro, de ojos gatunos y labios grandes no dejaba de hablar de cuando iban a la secundaria y como salían en las tardes para conquistar chicas. Taehyung jamás le había dicho a Hoseok que era bisexual o algo por el estilo.

—Pensé que en la ciudad te casarías con una chica hermosa y despampanante— dijo Jimin —pero resultó que escogiste a uno de esos. 

En realidad Hoseok había notado que lo miraban con desprecio como si él fuera el que había arrastrado a Taehyung a la homosexualidad, le parecía que hablaban como si no estuviera presente, como si no existiera, parecía que tenía que recalcar que Taehyung era gay y que era su hombre.

Lo peor de todo es que Taehyung les seguía la corriente.

—Ya está servida la cena— dijo la señora Park en la puerta de la sala —pasemos al comedor por favor.

Taehyung por fin le puso atención y tomo su mano —vamos, la señora Park hace los mejores adobos.

Hoseok asintió, pero observo cuando alguien entró por la puerta principal —se me hizo tarde— dijo y sonrió a Taehyung —pero ya estoy aquí— luego miró a Hoseok —oh, él debe ser el niño rico.

Hoseok notó ese tono de desprecio al hablar de él, pero no dijo nada, sólo se aferro más a la mano de su esposo.

—Jungkook ya vamos a cenar, por poco y no llegas— le dijo la señora Park dándole una palmada en la espalda al joven de cabello castaño y piel pálida.