El gallo que canta.
Hoseok tenía ganas de matar, tenía ganas de aventarle un zapatazo al maldito gallo que no dejaba de cacararear a las cinco de la mañana fuera de la casa.
Terminó levantándose con muy pocas ganas y adolorido de la espalda por dormir encima de un colchón viejo. Tenía muchas ganas de llamar a su madre y rogar por un préstamo pero el orgullo de Taehyung era más grande que si lo hacia sabia que no se lo iba a perdonar nunca.
Negó, él no podía rendirse tan rápido, no había pasado ni un día un su nuevo hogar, tenía que luchar y ser un buen esposo para Taehyung.
Se levantó de la cama y le dio un beso en la frente a Taehyung, se separó rápido sabiendo que habían muchas cosas por arreglar y entre más pronto empezará mejor, se cambió con prendas para andar en casa, un short corto de algodón, una playera blanca y unas sandalias frescas.
Decidió que iba a empezar por la cocina ya que había notado, era lo que estaba en peores condiciones, bajo y encendió las luces ya que aún no amanecía por completo, a primera vista fue evidente el polvo y las telarañas por todos lados, pero como Taehyung le había dicho la noche anterior rociando un poco de agua el molesto polvillo no se levantaría.
Su celular se había vuelto la mayor parte inservible, no había internet y tampoco tenía señal pero al menos podía escuchar música mientras limpiaba.
Puso en el reproductor musical la canción llamada ice cream cake del grupo idol Red velvet y empezó a bailar mientras barría de un lado a otro y sacaba el polvo de los muebles, quitaba las telarañas del techo, limpiaba las ventanas todo lo humanamente posible, mataba algunos bichos y rociaba insecticida para cucarachas, saco todos los trastes almacenados en la alacena donde se había acumulado mucho polvo y los dejó en el fregadero. Iba a extrañar su lavaplatos pero Taehyung lo había vendido mencionando que no era un instrumento básico.
Hoseok suspiró, en verdad iba a ser un trabajo difícil, no estaba acostumbrado a limpiar al menos no a ese nivel, aprendió un poco después de casarse con Taehyung pero nunca imaginó nada como eso, tampoco podía argumentar mucho a su favor, siempre fue un consentido que ni siquiera estudio la universidad y nunca trabajo, se lo habían dado todo en bandeja de plata y ahora... su vida había dado un giro inesperado.
Se movía de un lado barriendo en las esquinas de la casa, sus brazos ya le dolían por manejar la escoba, quería rápido desempacar y sacar su amada aspiradora. Cuando se dio cuenta Taehyung estaba parado en el marco de la puerta observando con una expresión preciosa como Hoseok fuera la última estrella del planeta. Hoseok pensó que no había forma de que no se enamorara de alguien quien lo veía con tanta admiración como lo hacía Taehyung.
—Has madrugado— le dijo el moreno acercándose a él —¿de qué te ríes?
Hoseok sonreía porque Taehyung usaba vaqueros y una playera sencilla con un sombrero de paja, como todo un granjero y era un concepto que nunca había visto del moreno, se relamió los labios y sonrió de forma coqueta.
—Te ves demasiado chistoso— le dijo.
—Y tu tan guapo como siempre— Taehyung tomó a su esposo de las caderas y lo cargo para sentarlo en la mesa de la cocina que recientemente Hoseok había terminado de limpiar, el moreno pasó sus manos por sus piernas blanquecinas amasando la piel —me encantas— beso el cuello contrario haciendo estremecer a su pareja y poco a poco lo fue acostado en la mesa.
—Hazmelo— le dijo Hoseok en un suspiró, Taehyung separó sus piernas y se colocó entre ellas con una sonrisa pervertida y con sus hábiles le bajó el short junto con la ropa interior, con su mano empezó a acariciar su pene de arriba abajo deleitándose con los bajos sonidos que Hoseok hacía con su boca, se arrodillo frente a la mesa y engullo con ganas el miembro de Hoseok en su cavidad bucal.
—Mmg, Tae— las manos de Hoseok pasaron por el espeso cabello castaño de Taehyung y recorrieron su propio vientre trazando un camino hasta sus tetillas para acariciarse así mismo, expremiedolas y jugando con ellas.
Taehyung engullía el miembro de Hoseok mientras sobaba con sus manos masturbaba los testículos y Hoseok apenas podía mantener los pies quietos por el placer.
—Tae... más— exigió —cogeme— se reincorporó en la mesa tratando de sentarse y sus ojos se clavaron en el hombre alto que los miraba ladinamente recargado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados en su pecho —¡Taehyung!— le gritó y empujó al moreno quien sin entender se apartó tratando de no lastimar a Hoseok, por su parte Hoseok se bajó de la mesa y se acomodó la ropa interior.
Los había visto, aquel hombre los había visto.
—¡Mierda!, ¿primo qué estás haciendo aquí?
Hoseok se negó a voltear a ver al hombre, se sentía demasiado avergonzado para ello.
—Vamos a fuera, como puedes ver estaba un poco ocupado— bromeó Taehyung, se aseguró de que el hombre se encontrará alegado de la vista de Hoseok y regresó con su esposo para darle un beso y abrazarlo.
—Perdón por esto, le pedí que viniera pero llegó demasiado temprano.
—Nos vio— le dijo bastante avergonzado, no creería que fuera capaz de ver a ese hombre a la cara de nuevo.
—Sí, bueno... pero no es para tanto.
Hoseok asintió queriendo que la tierra se lo tragará, esperaba no encontrarse a ese hombre nuevamente.
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