Cuando el fuego se apaga.
–¡Por favor abuelito!
–Cariño es hora de dormir, tu madre nos retara si sabe que todavía estas despierto –le dijo acariciando su suave cabello.
–Una historia más y prometo que me dormiré.
¿Quién podría negarle algo con esa carita? pensó enternecido.
–Está bien, pero es la última, ahora acuéstate y bien tapado –le dijo con cara seria.
–¡Gracias abuelito! –dijo el niño acomodándose en su pequeña cama.
Había una vez, hace mucho tiempo existía un lugar llamado Olimpo, allí se encontraban todo tipos de Dioses poseedores de una belleza y perfección sin igual, solo un Dios fue la excepción y se llamaba Hefesto el Dios del fuego, hijo de Zeus y Hera, esta última lo arrojo del Olimpo por ser deforme desde su nacimiento, cayendo al océano. La diosa que allí habitaba le salvo la vida, dándole cobijo en una playa, aunque producto de tal caída se le sumo a sus defectos una renguera permanente, este fue criado junto a Eurínome, hija de los dioses del agua.
Eurínome que era un ser con una belleza sin igual, supo ver la hermosura y la bondad de su corazón la que nadie más veía, a pesar de que muchas veces este se dejara guiar por el rencor hacia sus padres.
Hefesto aprendió el oficio de herrero, eh hizo maravillosas obras de arte, poseía un talento sin igual en la forja. Eh hizo tronos para Zeus de oro puro; Zeus al ser consciente del talento de su hijo, le ordeno volver al Olimpo y este se negó rotundamente, lo que Zeus no sabía era que Hefesto ya estaba perdidamente enamorado de Eurínome y al enterarse, planeo la forma de separarlos para siempre.
A medida que estos fueron creciendo ellos se enamoraron de una forma que no conoció precedentes, y como consecuencia de este amor abrasante despertó los celos en los dioses del Olimpo, sobre todo de Afrodita la diosa del amor, ni siquiera ella gozaba de una dicha así, gracias a esto Zeus encontró el apoyo necesario para planear una forma idónea para separarlos.
Cuenta la leyenda que los dioses se aliaron en contra de Hefesto y lo condenaron injustamente sacándole el poder que poseía el de ser inmune al agua y condenándolo a una vida humana en donde envejecería muy lentamente. Los enamorados no pudieron encontrarse más íntimamente. Ambos se consolaban viéndose él desde la orilla y ella sumergida en las playas, hasta que una semidiosa se apiado de ellos y les concedió una oportunidad de encontrarse, pero el precio a pagar, era que él se consumiera de a poco, así que se tocaban por breves segundos, que para él era agonía pura, pero todo valía la pena con tal de estar con su amada. Eurínome al ver el dolor de su amado lo convenció para que siguiera su vida, no soportaba verlo así. Hefesto totalmente desolado se marchó tratando de superar su calvario, preguntándose a sí mismo ¿Cuánto dolor más iba a tener que soportar?
La misma semidiosa que antes le ayudo se le presento mientras que el sufría en silencio y le dijo que solo tenía que ser paciente, que llegado el momento ellos iban a estar juntos, el desesperado ante esto le pregunta ¿cuándo será ese momento? y ella le responde de una forma bastante misteriosa "Cuando el fuego se apaga, de las cenizas resurge el amor"
El abuelo veía con ternura a su nietito dormir y cojeando salió de la habitación donde se encontraba.
Su casa se encontraba a las orillas de una playa privada, creyó ver a lo lejos una sombra sobre el agua y mirándola fijamente susurro: "Muy pronto amada mía"
Aclaración: los personajes no son míos solo los use con fines recreativos. La historia del nacimiento de Hefesto es verdad use información sobre mitología griega, el resto es totalmente mío.
ESTE RELATO PARTICIPA DEL CONCURSO "CUENTAME UN CUENTO"
¡¡¡GRACIAS POR LA OPORTUNIDAD!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro