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Capítulo 60: "Insertidumbre" (2/2)


Maratón 

Pov's Lía 

Para las cuatro y media de la tarde ya habíamos armado la sillita en el auto de Matt. No nos pudimos resistir, nos encantó tanto que insistí en que la coloquemos. Esperaba con ansias  que Cielito naciera para poder usar la butaca en mi fabuloso auto rojo. 

Ya para el momento en el que volvimos al apartamento, la pared se encontraba seca, pero preferimos no armar la cuna ya que queríamos darle una capa más a la pintura.

Luego de limpiar los pinceles y rodillos, comenzamos a prepararnos para la noche, todavía era muy temprano para ir a la casa de los padres de Matt pero teníamos un viaje de una hora o más, sin contar que queríamos pasar por lo de mis padres.

—¿Me queda bien? —Pregunto saliendo del baño luego de darme una ducha la cual consistía en quitar todas las manchas de pintura de mi cuerpo.

—Están hermosas —Observó a Matt desde debajo de mis pestañas fingiendo timidez, mientras él se acercaba hasta el marco de la puerta del baño, en donde yo me encontraba parada —Como siempre. —Agrega rodeándome con su corazón desde la cintura ya poco marcada por mi barriga.

—Gracias —Sonrío por sus lindas palabras, siempre conseguía derretir mi corazón —¿Todavía no te cambiaste? —Preguntó rodeando su cuello.

—No, quería que me ayudaras —Explica dejando pequeñas caricias en mi cintura —¿Debería ir casual o arreglado? —Pregunta dudoso y sé que es porque la reunión lo tiene muy nervioso.

—¿Tienes opciones? —Matt asiente y se separa para mostrarme que arriba de la cama había dejado tres conjuntos de ropa —A ver —Llego una mano a mi barbilla observándolos. Sonrió cuando veo que uno de ellos tenía la chaqueta que le regalé, me gustaba que la usara tanto —Este —Digo sin dudas, señalando obviamente el que tenía mi chaqueta.

—Okey, voy a bañarme —Toma las prendas no elegidas —Lo haré rápido —Pasa por mi lado y deja un beso repentino en mis labios para luego dejar las otras opciones en el armario e irse al baño. 

Tocó mis labios con la punta de mis dedos y sonrió. Ya nos habíamos besado, tocado y visto de mil formas pero siempre sus labios iban a sentirse especiales en mi piel, como si fuera la primera vez.

. . . 

—¿Puedo conducir? —Pregunto angelicalmente cuando estamos casi fuera del apartamento, dentro de unos días tendría el mío pero quería ir acostumbrándome a manejar largos caminos, aparte todavía era pleno día así que me animaba a andar por carretera.

—Toma —Me considero y confía su auto, salto feliz y tomó las llaves que él me ofrecía. Descuelgo mi tapado marrón claro del perchero y ambos salimos del apartamento.

Caminamos fuera del edificio y Matt va a mi lado dejándome echarle un vistazo a su ropa, le queda tan bien. La chaqueta siempre lo hacía lucir sexy, el pantalón de jean azul lo hacía ver casual junto a su remera negra. Ambos íbamos casuales y cómodos. 

Una vez dentro del auto, chillo de emoción mientras coloco la llave, ambos nos ponemos el cinturón y comenzamos nuestro viaje para una hora después estar estacionando en la casa de mis padres. Eran las ocho en punto de la noche. 

—Quedémonos aquí —Dice cuando estamos frente a la puerta de la casa de mis padres.

—¿Eh? —Lo miro confundida.

—Quedémonos con tus padres —Dice cruzándose de brazos, a veces se ponía tan terco que no había forma de cambiar su pensamiento, bueno yo sabía un pequeño truco que siempre funcionaba.

—Amor —Volteo para ponerme frente a él, haciendo que me mire —Ya quedamos con tus padres —Mis manos suben por sus brazos y los dirijo por dentro de mi tapado, rodeándome. Acerco mi cara a su oído mientras empujo sus manos hasta dejarlas en mi trasero —Si vamos con tus padres, cuando lleguemos a casa tendrás un premio —Digo algo divertida. Sus manos aprietan mi trasero y se ríe un poco.

—Ambos sabemos que tendremos sexo igual —Susurrq dándome un beso en la boca cuando lo miro.

—Sí, pero yo lo haría enojada —Levantando una ceja en desafío. Me encantaba tener estos pequeños juegos de seducción con él.

—Eso no sería impedimento para ti, ni sería la primera vez —Se burla. Si un par de veces lo hacíamos cuando estábamos peleados, pero eso cuando éramos "amigos" parecía tan lejanos esos días —Aceptó tu oferta, no te escaparas de mí, mamacita —Repite ese apodo con el objetivo de hacerme reír, lo consigue.

—Toquemos —Digo para apretar el timbre cuando nos separamos, aunque nuestras manos están unidas.

—Buenas tardes señorita Lía —Carla la señora que ayudaba a mi madre con la limpieza de la casa abre la puerta. —Buenos días, señor... —Mira a Matt.

—Oh Carla, él es mi novio Matt —Sonrío y él la saluda y ambos entramos luego de que ella se hiciera a un lado.

—¿Están mis padres? —Pregunto viéndola cerrar la puerta.

—En el jardín señorita —Dice sacudiendo el polvo de su remera, parecía que estaba usando harina —Pasen —Nos invita con una seña hacia dicho lugar para luego desaparecer por la puerta de la cocina.

—¿Desde cuándo tienen servicio tus padres? —Pregunta Matt apuntando con su pulgar la dirección en la que se fue Carla.

—No sé —Susurro encogiéndome de hombros —Un día llegué de visita y ya estaba aquí —Explicó.

—Hace mucho que no veníamos a su casa, siempre nos reunimos en la de mis padres —Comenzamos a caminar hacia el jardín. 

—¡Oh! —El grito de mi madre llega tan pronto como cruzamos el marco de las puertas correderas que daban al jardín, donde se encontraba sentada con mi padre, hablando muy acaramelados, en los sillones de patio —Los extrañe —Se pone de pie y correo hasta donde estábamos dejando volar su larga cabellera rubia, la cual ni mi hermana ni yo habíamos heredado, en cambio teníamos el pelo de mi padre —Los extrañe —Repite cuando nos apresa a los tres entre sus brazos, le correspondemos y entiendo totalmente a mi madre, sus únicas hijas viven a kilómetros de ella, bueno Elisa a más.

—Hola mami —Susurro acariciando su espalda.

—Por fin me traes a mi nieta —Dice soltándose para enfocar su vista en mi vientre —¿Cuándo piensas salir tú? —Pregunta acariciando mi panza. 

—Iván —Matt saluda a mi padre cuando este se acerca, estrechan sus manos cordialmente. Me ponía feliz que a ellos no les molestara que Matt sea el padre de cielito, aunque en realidad todavía no habíamos confirmado nuestro noviazgo.

—Princesa —Mi padre me abraza con fuerza cuando mamá se despega a regañadientes de mi vientre —Y mi reinita —Agrega tocando mi vientre entre nosotros.

—Papi —Lo envuelvo entre mis brazos. Para papá también resultaba difícil no vernos tan seguido. Todavía recuerdo que él era quién jugaba más con nosotras cuando éramos pequeñas y esperaba ser tan divertida como él cuando por fin sea madre.

—Que hermosa que estás hija —Dice mamá cuando mi padre vuelve a su lado tomándola de la cintura, se veían tan bonitos. 

—Gracias mamá —Tomó la mano de Matt, cosa que no pasa desapercibida por mis padres.

—Vamos a sentarnos —Sugiere mi madre caminando hasta el sillón que antes ocupaban ellos, Matt y yo nos sentamos frente a ellos en el otro sillón idéntico —Carla está preparando una torta para tomar el té —Sonríe mirando a papá cuando él apoya una de sus manos en su muslo.

—¿Tomar el té? ¿A esta hora? —Pregunto riendo, mamá le resta importancia con su mano. Para ella cualquier ocasión era válida si incluía comida. 

—¿Se quedan a tomar el té? —Pregunta mi padre, miró a Matt y él se siente despreocupado haciendo aplaudir a mi madre, feliz por una respuesta afirmativa.

Sentía que Matt estaba haciendo todo para no ir con sus padres.

—Bueno —Acepto quitando mi mirada de Matt,  que por cierto no me la devolvió en ningún momento. Mamá se levanta de un salto.

—Voy a avisarle a Carla que tenemos invitados —Se aleja rápidamente, entrando a la casa.

—Y... —Quito la vista de la puerta por donde se fue mamá cuando mi padre llena el silencio. Juntando sus manos sobre sus rodillas se inclina hacia nosotros —¿Cómo estás? - pregunta mirando a Matt, muy interesado en saber de ería agregar.

¿Papá sabrá algo del tema? Entrecierro los ojos.  

—Bien, he aprovechado los días en casa para estar con Lía y mi bebé —Responde con su típica seguridad, hasta parecía más tranquilo que hace rato en la puerta.  Pasa un brazo por mis hombros. Mi padre me mira y levanta una ceja claramente porque no está acostumbrado a vernos tan cariñosos.

—¿Hablaste con Federico? —Pregunta frunciendo el ceño.

—¿Qué sabes papá? —Lo corto poniéndome derecha en mi asiento, queriendo no sonar despreocupada, pero la intriga me estaba matando.

—No dije nada, yo solo creí que lo habían hablado, olvídense de lo que dije —Asegura negando rápidamente. Miro a Matt que mira a mi padre igual que yo, entonces no era mi imaginación.

—Pero... —Guardó silencio cuando mamá volvió a salir por la puerta, no quería arruinar el rato que estuviéramos aquí con temas de la empresa, así que decidí no decir nada. Me apoyo contra el respaldo del sillón, dejando que Matt  me vuelva a rodear con su brazo. Ella se sienta frente a nosotros, y mueve las cejas pícaramente cuando nos ve tan acurrucados a Matt y a mí. 

El resto de nuestra visita nos la pasamos hablando de cielito y de los cambios que estábamos haciendo en la habitación, lo que le habíamos comprado y demás cosas relacionadas con el tema de nuestro bebé. 

Tomamos el té y comimos una deliciosa torta de chocolate que había preparado Carla. Papá no volvió a mencionar el tema de Federico ni nosotros volvimos a preguntar pero se podía notar que quería decirnos algo. 

Después de un rato mi padre se despidió de nosotros diciendo que debía hacer una llamada importante de trabajo, le dio un beso a mi madre y se fue hacia la casa. 

—¿Y ustedes? ¿Ya son novios? —Pregunta ella una vez que estamos solos. Sonrió avergonzada porque era la primera vez que presentaba un novio aunque mis padres ya conocían a Matt. 

—Eh... —Mis dedos juegan con la mano de mi hombre jugando, lo miró de reojo y él me está mirándome mientras una sonrisa seductora no abandona su cara —Si, se lo pedí yo —Levanto la barbilla demostrando orgullo.

—No es cierto, los dos lo pedimos —Se queja Matt, ruedo los ojos y niego.

—Claro que no, yo lo dije primero —Rió al igual que mi mamá.

—No importa quién lo hizo —Dice ella sentándose en el borde de su sillón, estira sus manos hacia nosotros. —Lo que importa es que se animaron a amarse y a formar una familia —Sonríe tranquilamente. Tomó una de sus manos y Matt tomó la otra—Me hace muy feliz saber que tú seas el compañero de vida de mi pequeña, siempre supe que estaba en buenas manos si te tenía cerca —Mira a mi hombre con agradecimiento y cariño maternal.

—Muchas gracias Sasha —Responde él dándole un pequeño apretón a su mano. 

Siento mi corazón saltar de felicidad al saber que mi mamá había tomado bien la noticia.


. . .

Salimos de la casa de mamá cuando ya no podíamos quedarnos más, eran cerca de las nueve cuarenta. Habíamos esperado hasta el último momento.

Nos subimos al auto,  ya que la casa de los Villar quedaba a una cuadra de distancia de la de mis padres, por lo que no íbamos a dejar nuestro auto lejos si seguramente nos iríamos tarde de la casa de los papás de Matt.

—Todo estará bien mi amor —Acarició su rostro cuando ya estamos estacionados en la puerta, me mira por un segundo.

—Tienes razón, no hay de que temer —Dice con un repentino envalentonamiento. Me tomó de las mejillas y de un segundo para el otro me está besando apasionadamente, chupando mis labios y haciéndome sentir cosquillas en mi estómago —Las amo —Me recuerda apoyando su frente contra la mía. 

—Te amamos y estaremos para levantarte si no puedes hacerlo por ti mismo —Acaricio con mi pulgar su mejilla, sus ojos brillan en la oscuridad del auto —Entremos —Susurro dejando un pequeño beso en sus labios antes de bajarnos del auto.

Una vez frente a la puerta Matt se inclinó para tocar el timbre. Tomó su mano para hacerle saber que tiene nuestro apoyo, me dedicó una sonrisa antes de que la puerta se abra.

—Por fin llegaron, papá y mamá están insoportables —Dice Liam rodando los ojos, se hace a un lado para dejarnos entrar.

—¿Por qué? —Pregunta mi hombre sacudiendo el cabello de su hermanito como si fuera un niño. Era raro ver a Liam hablar así de sus padres así que estaba segura de que decía la verdad.

—Yo que sé, se comportan como adolescentes —Cierra la puerta una vez que entramos en la gran casa —Hola Lía, hola sobrina —Sacude su mano hacia mí, siendo vergonzoso con el hecho de tocar mi panza, lo notaba.

—¿Dónde están? —Le pregunta Matt, Liam apunta cansado hacia la cocina, mi hombre me mira para luego caminar hacia allí seguido por mi y su hermano. Le doy un apretón a su mano cuando estamos frente a sus padres, estos se encontraban abrazados junto a la isla susurrando al oído del otro, y sí, parecían dos adolescentes y se los veía muy felices, como si no supieran que su hijo frente a ellos se encuentra pasando por una crisis nerviosa. 

—Papá, mamá —Regaña Liam y ellos se separan al notar nuestra presencia.

—Oh, que bueno que llegaron —Dice Federico sonriendo ampliamente al igual que su esposa, mis cejas se juntan de forma inmediata en confusión ¿Qué estaba pasando? ¿Lilian estaba al tanto de lo que Federico hizo?. Estoy segura de que ella no lo sabe, no lo hubiera permitido.

—Justo a tiempo, la cena está lista —Lilian voltea para abrir el horno y saca una bandeja con carne asada.

—¿Y Emma? —Pregunta Matt por lo bajo a  Liam sacándome la pregunta de la boca. Este se encoge de hombros.

—No lo sé, supongo que en su habitación —Murmura y sin más se aleja para sentarse en una de las sillas junto a la mesa.

—Iré a buscarla, quiero saludarle —Él no quería estar aquí, se sentía traicionado por su padre claramente. Lo frenó antes de que pudiera salir.

—Yo la traeré, tú quédate con Liam hasta que vuelva —Me levanto en las puntas de mis pies para poder dejar un suave beso en sus labios, que de seguro vieron todos los presentes. Matt asiente, sonrió viéndolo acercarse a la mesa; giró sobre mi espalda y salgo por la puerta de la cocina.

Subo lentamente las escaleras maldiciendo a quien se le ocurrió hacerlas tan largas y también a quien se le ocurrió hacer los dormitorios arriba.

Camino por el pasillo al final de la escalera hasta la puerta de Emma que se encontraba abierta, asomo mi cabeza y estoy a punto de tocar su puerta, cuando la escucho sollozar, está dándome la espalda. Siento un dolor en el pecho al escucharla por lo que decido entrar silenciosamente para ver qué le sucede. Frunzo el ceño cuando veo que sigue en pijama ¿No pensaba bajar?. Se encuentra mirando hacia la pared en donde está su escritorio y puedo distinguir que mueve su brazo seguramente limpiando sus mejillas. Me acerco lentamente hasta estar detrás de ella.

—¿Qué estás haciendo? —Hablo mirando por encima de su hombro cuando noto que está mirando su teléfono. Estaba en una ventana de chat.

—¡Ay! —Salta en su lugar y esconde rápidamente el teléfono cuando se da vuelta —N-nada solo estaba en Instagram —Titubea nerviosa.

—¿Segura? —Pregunto acercándome sin querer presionarla. —¿Qué pasa? —Me preocupo por sus ojos llorosos y rápidamente tiendo la mano pidiéndole que me muestre su teléfono. Parece dudar pero finalmente lo deja sobre mi palma. —¿Qué es esto Emma? —Fruzo las cejas hacia ella, confundida. —¿Es de Darrel la cuenta?

—Lo siento, sé que no está bien —Se levanta de su silla abrazándose a sí misma y camina hasta su cama —Él me terminó —Murmura encogiéndose de hombros tratando de parecer tranquila, pero sus ojos estaban rojos, seguramente por todo lo que había llorado, lo que más me partía el corazón es que lo estaba haciendo sola. Ve a saber desde cuándo está así.

—¿Por qué te termino? —Pregunto bloqueando el teléfono y caminando hasta su cama —¿Se enteró de Alex? —Me siento a su lado. 

—Se lo dije —Cubre su rostro con ambas manos y seguidamente comienza a llorar —Me dolía tanto mentirle —Balbucea, sus palabras mientras miles de lágrimas caen en sus mejillas —Me sentía tan mala persona —Dice limpiando sus lágrimas con la manga de su pijama. La abrazó y se esconde contra mi pecho

—Dijiste que no entrarían otra vez a su Instagram —Murmuro, no quería que suene como que la estaba regañando, ya se estaba sintiendo bastante mal como para que lo hiciera, solo quería saber porqué.

—Lo sé, está mal —Murmura todavía contra mí. 

—¿Y entraste a su Instagram para…? —Pregunto confundida. 

—Quería leer nuestras conversaciones —Murmura separándose un poco —Cuando terminamos borré todo por impulso, los mensajes, las fotos todo. Pero me agarró nostalgia y quería leerlos para sentirme mejor —Sorbe su nariz, la cuál está roja. 

—¿Cómo obtuviste su contraseña? 

—No quieres saber cómo lo hice —Parece avergonzada.

—¿Cómo te sientes luego de leerlas? —Frotó sus brazos.

—Me duele todo —Resopla dejando caer su cuerpo en la cama —No voy a encontrar a nadie que me quiera nunca. —Murmjrq mirando el techo. 

—Ey Emma —Niego rápidamente —Sé que ahora todo parece el fin del mundo pero quizás es solo el comienzo de una nueva etapa —Trato de mostrarle un lado positivo, de tranquilizarla —Quizás las cosas mejoren para ustedes o cierren esa etapa —La oigo llorar más fuerte y cierro los ojos, no estaba funcionando eso. —Escucha, nada de lo que diga te hará sentir mejor, pero tu noche puede ser mejor que esto, diviértete con tus hermanos, acércate a tu familia, siempre estaremos para ti, Emma —Tomó su mano. — Llevas días llorando, mereces volver a ser tú, la Emma alegre —Sonríe un poco con los ojos brillosos de las lágrimas. —¿Qué dices?.

—Qué debo bañarme —Murmura con una sonrisa y yo río.

—Esa es mi Emma —Acarició su rostro —Todo estará mejor. -—Se sienta en la cama y me da un pequeño asentimiento. 

—Eres una buena amiga, Lía —Murmura. —Ella tendrá tanta suerte de tener una madre como tú…

—Espero ser buena —Sonrío. 

Cuando Emma decidió que estaba lista, se adentro al baño mientras yo le elegía un conjunto para bajar. Dijo que se iba a maquillar para que sus padres no se dieran cuenta de que estaba llorando. Mientras se maquillaba terminó de contarme que terminaron hace dos semanas pero no le había dicho a nadie porque no querían que la vieran triste. Desde ese día no se habló más con Darrel y dejaron todo tipo de contacto. Lamentablemente se había alejado de Liam, a quien evitaba por miedo a que se diera cuenta. 

La deje un momento a solas y mientras se terminaba de arreglar yo baje las escaleras, no quería dejar tanto tiempo solo a Matt.

Entré a la cocina donde nos esperaban todos. El asiento al lado de Matt está disponible para mí. Frente a él se encontraba Liam mirando su teléfono y a su lado el asiento libre para Emma. Sus padres en cada punta de la mesa parecían seguir alegres, cosa que no entendía, pero lo que más me incomodaba era que había un silencio sepulcral en todo el lugar.



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N/A: Hasta aquí este pequeño maratón, espero que les haya gustado. Voten, comenten y síganme aquí y al Instagram del libro.

(Foto de la ropa de Lía en multimedia)

Con cariño… 

-Aldu 🥀

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