Pov's Matt 

A pesar de haber tenido uno de mis peores días en el trabajo estaba entusiasmado de volver a casa para estar con mi cielito y elegir su nombre, era una de las cosas que más entusiasmado me traía. 

Saco mis llaves del apartamento de mis pantalones y abro la puerta pensando en la cantidad de cosas que tengo que organizar para mañana. 

—Mierda —Digo agarrando mi pecho cuando al darme vuelta me encuentro con Lía parada en medio en la sala. 

—Hola —Dice ella caminando hasta el sillón por su teléfono. 

—Hola —Devuelvo el saludo dejando mi maletín en el suelo junto al perchero en donde luego cuelgo mi saco y la maldita corbata. 

—¿Te encuentras bien? —Pregunta desde el sillón y la miro de reojo, hoy se veía más hermosa de lo usual. 

—Si... —Murmuro dudoso caminando hacia donde se encontraba ella, no quería hablar de mi mal día. —Hola mi amor —Le hablo a mi cielito cuando estoy cerca de ellas —Ya llegó papá —Digo tratando de cambiar de tema. Me acerco a su vientre y ella me facilita el trabajo alzando sus brazos. 

—Matt ¿seguro que estás bien? —Pregunta con una de sus cejas alzadas, claramente sé que a ella no puedo mentirle, suspiro. 

—Tuve un mal día en el trabajo —Suspiro poniendo una mueca, no quería hablar de eso. 

—Oh... supongo que no hiciste la lista —Susurrar un poco desilusionada y agradezco que no pregunte mucho, ha de haber entendido mi indirecta sobre no querer hablar del tema.

—Si, la hice —Digo rápidamente, obvio que la hice. Ella sonríe ante mi respuesta y siento mi corazón comenzar a palpitar al verla sonriendo, había caído por esta mujer hace tiempo. —Siempre voy a tener tiempo para mi cielito —Carraspeo quitando la vista de ella. 

—¿Quieres verla mejor? pregunta señalando su abultado vientre y yo asiento expectante. La veo tomar su vestido y subirlo únicamente para que se vea su panza bastante crecida, ya se notaban sus seis meses y medio, es muy pálida como toda ella y hermosa también como ella. 

—Hola hija —Saludo dando pequeñas caricias en círculos sobre su piel, se sentía raro, no en el mal sentido, claro, era raro el hecho de que mi primogénita esté ahí dentro a escasos meses de nacer y cambiar por completo mi vida —Voy a traer mi lista —Murmuro dejando una última caricia para levantarme a buscar mi maletín —¿Y la tuya? —Pregunto revisando mi maletín la miro. 

—Está en mi habitación, sobre mi cama —Explica y veo que hace intento de levantarse. 

—Deja, yo voy —La freno sacando una pequeña lista de los nombres, ninguno había llegado a convencerme pero eran uno de los mejores que encontré. Lía asiente volviéndose a acomodar.

Camino hasta su habitación y abro la puerta sintiendo su aroma a vainilla que inundaba la habitación hacer estragos en mi cabeza, la sacudo tratando de ubicarla en la actualidad, una no muy feliz, y camino rápidamente hacia su cama tomando el papel sobre esta. Lo pliego  tratando de no leer los nombres. 

—Aquí está —Hablo cuando estoy devuelta en la sala, llego hasta el sillón y me siento a su lado entregándolo el papel para que ella lo lea. 

—¿Cómo lo hacemos? —Pregunta mirándome tan atentamente con sus ojos color océano que me hacían confundir tanto, maldito hechizo que habían causado en mi. —¿Tú dices primero los tuyos y luego yo los míos? —Pregunta.

—Uno y uno, ¿Te parece? pregunto creyendo que es lo más justo y organizado.  La veo asentir satisfecha —Okey… empecemos —Digo frotando mis manos tratando de contener mis nervios, para luego tomar mi lista. 

—Estoy nerviosa —Confiesa y su voz ya la delata al salir algo temblorosa. 

—Yo también lo estoy —Admito tratando de sonreír —Comienza tú —La aliento apoyando una mano sobre cielito para relajarme. Ella suspira para luego bajar la vista al pedazo de papel.

—Lola —Dice poco convencida, mi me parecía bonito —Es de origen latino y significa dolores —Sigue hablando y hago una mueca, no me gustaba el significado —Tú turno —Dice señalando mi lista. 

—Mora, proviene del fruto de su mismo nombre de origen latino también —Digo bajando mi lista para mirar su reacción, ella hace una mueca. Este nombre me parecía  lindo pero no me imaginaba llamándola así a cielito. 

—Elisabeth —Dice buscando mi reacción al levantar la vista de su papel por unos segundos.  —Aquella que es ayudante de dios —Lee el significado y hago una seña con mi mano como diciendo más o menos. 

—Mía —Leo mirando a cielito como si haciendo eso podría saber cual ella prefería. —Es origen hebreo y es diminutivo de María —Tampoco me veía llamándola así. 

—Chloe —Murmura, y elevo una ceja, me parece bonito, no sé si a la altura de cielito pero sería uno de los finalistas —De origen griego, se significa hierba verde —Y eso fue lo que lo sacó de los finalistas, el significado. 

—¿Quien inventa los significados, Dios —Me quejo recibiendo a cambio una carcajada de Lía. —Lara, su significado es dios protector del hogar —Hablo un poco dudoso. De verdad ¿Que ingirió el que escribía estos significados antes de hacerlo?  —Es de origen guaraní. —Lía hace una mueca en desacuerdo. 

—Madeline, se significa torre y es de origen francés —Dice pero solo lograba gustarme el diminutivo del nombre. 

—Ava —Digo. El nombre me gusta, es corto, fácil de pronunciar y le sería fácil aprender a escribirlo. —La que da vida —Su significado no estaba nada mal. 

—Aitana —Dice ella y no puedo evitar sonreír cuando la veo hacer lo mismo, a ambos nos había llamado la atención ese… —Significa gloria y es de origen español. 

—Oye ese me gusta —Murmuro  y ella asiente con una gran sonrisa —Me queda uno solo —Le aviso sentándome derecho para acariciar mejor a cielito —Este nombre poco conocido con una sonoridad dulce y melodiosa. Está asociado a mujeres fuertes, inteligentes y con una historia de vida fascinante —Digo queriendo crear expectativa este nombre, era el que más me gustaba por eso lo deje para lo último —Alina —Suelto sintiendo un movimiento debajo de mi mano, la cual acariciaba a cielito, justo cuando acabe de pronunciarlo. Abro la boca sorprendido cuando mi cerebro une las piezas. 

—¿Lo sentiste? —Susurra Lía igual de impactada. Siento como mi corazón empieza a latir eufórico, había sentido a mi bebé. Miro a Lía y sus ojos están aguados. Nuestra bebé nos dejó sentirla... 

—Acaba de patear —Susurro sin poder creerlo —Alina —Repito recibiendo otra patada de parte de cielito y no sé cómo explicar la cantidad de sentimientos que me inundaron. Mis ojos van a Lía y puedo ver la misma felicidad en ella, en su rostro su sonrisa, la que siempre me enamoró. Estábamos viviendo uno de los mejores momentos de nuestras vidas… juntos.

Antes de que pudiera detenerme ya estaba tocando sus labios sorprendiéndome a mí mismo pero dejándome llevar por el momento, tomo su cuello queriéndola tener más cerca cuando el ya conocido sabor de su boca me invade, dulce y adictivo. La beso con más ímpetu cuando siento sus manos tirar de mi camisa hacia ella haciéndome olvidar de la realidad, siento su mano acariciar mi cara con tanto cariño. Sus labios atrapan los míos con las mismas ganas y siento mi corazón palpitar. Lo sé, es acá, con ellas dónde está mi felicidad. Me separo, ambos jadeando y trato de controlar mi estupido corazón volviendo del viaje en el que me había llevado su beso. 

—Lo siento, no debí… —Digo sin sentir verdaderamente mis palabras. Mi cabeza está cargada de sentimientos encontrados. 

—E-está bien —Dice con su respiración entrecortada y su mirada confundida. Tengo que contenerme para no lanzarme por ella otra vez después de volver a sentirle en tanto tiempo. 

. . . 

El ascensor se abre dejándome ver a Amelia apoyando su barbilla sobre su mano, sus ojos se cierran. Ayer habíamos trabajado de acá para allá y aunque ella lo negara sabía que no estaba para esos trotes. 

—Amelia —Digo en modo de saludo parándome frente de su escritorio. 

—H-hola jefe —Dice luego de pegar un salto, me rio. 

—Amelia —La freno algo confundido cuando ella comienza a acomodar su escritorio simulando que hace algo —Amelia —Vuelvo a llamarla y ella se queda quieta, me mira —Te doy el día libre —Digo mirando sus ojeras, ella abre la boca. 

—P-pero... no terminamos lo de ayer —Murmura y yo asiento. 

—Lo sé, vendrá Melissa a ayudarme —Le aseguro dejando mi maletín en el piso —Tranquila, tú ve. —Le aconsejo.

—Gracias —Dice soltando una respiración algo cansada —Siempre fuiste mi favorito —Susurra como si fuera un secreto, sonrió. Me despido de ella y entro a mi oficina después de verla guardar sus cosas, acomodo mi maletín en mi escritorio y me deshago de mi saco colgándolo en el perchero de cerca de mi escritorio. Me siento sacando los papeles del contrato de adentro se mi maletín para comenzar a mirar las últimas cosas que nos quedaban por revisar para luego poder presentarlo a nuestros abogados así ellos se encargaban de hacer todo el papeleo. 

—Pasa —Digo cuando escucho la puerta de mi oficina sonar, seguidamente veo de reojo que la puerta se abre pero no entra nadie frunzo el entrecejo. La cabeza de Melissa se asoma por la puerta un una sonrisa de oreja a oreja y sonrió por su expresión 

—Hola —Canturrea y yo niego riendo, de verdad se veía feliz  —Creo que no puedo describir lo feliz que me siento en este momento —Dice entrando y cerrando la puerta. 

—Hola ¿Qué sucedió? —Pregunto intrigado  viéndola llegar hasta el escritorio y hacer un bailecito al lado de su silla por lo que contengo la risa. No entendía nada, Melissa es una mujer muy seria por lo general. 

—Nada solo... —Dice suspirando —Me siento más enamorada de lo normal —Habla sentándose y apoyando su barbilla en una de sus manos. 

—Ada te tiene mal —Digo negando mientras no puedo evitar sonreír. 

—Cómo es que con solo verla pensar… es ahí, con ella, el único lugar en el que me siento libre. —Dice y si, sé que puede pasar cuando es la persona indicada —Debo parecer una estúpida —Habla tapando su cara con ambas manos, seguramente avergonzada. 

—No pareces boba, parece que estás viviendo tu vida —Digo poniéndome un poco serio cuando siento que sus palabras toca ese punto débil dentro de mí —Demostrar que amas a alguien no te hace bobo o débil —Hablo sintiendo a final de cuentas que esas palabras van más para mí que para ella —Hay personas que tarda años en encontrar a la persona indicada a la cual le quiere entregar su corazón y otras que pierden su oportunidad por cobardes —Digo bajando mi cabeza —Valientes son las personas que aman sin importarles que los lastimen.—Me reprocho.

—Tú si la amaste —Dice ella —Estoy segura de que van a arreglarse las cosas —Asegura y yo suspiro. 

—Siento que estoy dividido —Digo mirándola necesitaba su consejo —Una mitad le cuesta superar su mentira, siento esa herida punzante en mi pecho y al mismo tiempo no puedo evitar mirarla y decirme... es ella a quien amo y con quien quiero estar —Suelto un gemido frustrado desacomodando mi pelo con ambas manos —Me siento confundido. —Le miro.

—Yo siento que deberían hablar, que ella te cuente sus razones, esa es la única manera que se me ocurre de que sanes esas heridas que te impiden amarla como se que lo haces —Dice sonriéndome con complicidad.

—Ayer, nos besamos —Admito.

—¿Qué? —Grita levantándose —Se besaron —Dice y yo asiento, la miro confundido cuando comienza a aplaudir despacio —Ya se habían tardando, debo admitir que pensé que tardarían menos —Dice divertida.

—No te alegres —La freno y ella se cruza de brazos. 

—¿Por qué no? —Pregunta  exasperada. 

—Por qué no está bien, yo estoy confundido y no sé lo que quiero. No está bien que juegue con ella de esa forma —Digo obvio —Primero la ignoro y luego la beso ¿A qué estoy jugando? —Digo queriendo pegarme. 

—Esos son los sentimientos que tienes que seguir, los que te salen por impulso, esos son dirigidos por el corazón, si él te dice que la ames, vas a ir a tu apartamento vas a escuchar sus razones vas a sanar tus heridas y vas a amarla —Dice puntualizando con sus dedos. 

—No creo que eso funcione así —Digo dudoso y ella rueda los ojos. —Mejor revisemos esto. —Digo señalando los papeles ella se sienta a regañadientes. 

—Anoche me puse a pasar en limpio todo el contrato hasta donde lo hicimos —Dice luego de entender que hasta aquí del tema.  saca de su portafolios el contrato nuevo. 

—Genial —Digo tomándolo y notando la letra de computadora! seguramente lo hizo en Word —¿Seguimos? —Pregunto y ella asiente sacando sus marcadores de colores para empezar a tomar nota de lo que hablábamos en su libreta. 

—Empezamos —Dice ella levantándome su dedo pulgar. 

. . .  

—Hola hijo —Dice mi padre entrando a mi oficina, seguido de Liam que parece que viene de su colegio. 

—Hola —Me saluda para luego dejar su mochila en el piso y sentarse en el sillón que tiene mi oficina. 

—Hola —Digo frunciendo el ceño cuando miro a Liam —¿Qué le sucede? —Le pregunto a mi padre. 

—No lo sé, no quiso decirme, dijo que quería hablar contigo —Suspira —¿Qué le sucedió a Amelia? Cuando llegué no estaba en su escritorio. —Menciona.

—Le di el día libre, se veía cansada —Digo comenzando a guardar mis cosas. Él asiente. 

—Bueno los dejo solos, avísame cuando terminan su plática y lo vengo a buscar —Dice mi padre señalando a mi hermano con su cabeza. Liam sigue recostado en el sillón con los brazos cruzados mirando ¿La pared? 

—Yo lo llevo a casa —Digo quitando la mirada de mi hermano. 

—¿Seguro? —Pregunta papá y yo me levanto para despedirlo. 

—Claro no hay problema papá, saluda mamá de mi parte —Apoyo mi mano en su espalda para guiarlo.

—Claro y tú mándale uno a mi nieta de parte de ambos —Dice y yo sonrió. 

—Claro que lo haré —Digo abriendo la puerta cuando ambos caminamos hacia allí. 

—Adiós hijos —Dice mi padre dándose la vuelta para mirar a Liam que sigue en la misma posición que antes, rueda los ojos ante la poca comunicación de mi hermano y se va. 

—Okey enano, arriba —Digo una vez que cierro la puerta, lo miro, sigue igual —Liam te estoy hablando —Hablo volviendo a mi escritorio por mis cosas, lo escucho suspirar —Vamos a almorzar y hablamos —Le aviso  caminando hacia la puerta viéndolo hacer lo mismo, salimos de mi oficina y entramos en el ascensor. 

Está tan metido en sus pensamientos que ni siquiera nota que lo observo, su vista en el piso y me preocupo por él, puede que sea un chico tímido pero los que lo conocemos sabemos que siempre nos dará una sonrisa. 

El ascensor se abre y él saluda a Lía cuando ella entra, este era su piso, quizás está yendo a almorzar ya era hora. 

—Hola —También la saludo sonriendo al ver lo marcado que se veía su vientre con la ropa que se puso hoy, ella se para frente a ambos —Hola Liam —Dice sonriendole con ternura y mi hermanito la mira para luego devolverle la sonrisa.

—Hola lía —Vuelve a decir en un susurro par luego volver a bajar su cabeza y yo niego —¿Qué le pasa? —Lía mueve su boca cuando la miro pero no se escucha su voz, me encojo de hombros en respuesta. 

—¿Cómo se sienten hoy? —Le pregunto acercándome a ella para acariciar a mi cielito. 

—B-bien, estamos yendo a almorzar con la tía Alena —Dice con una sonrisa tímida y yo asiento. 

—¿En qué irás? —Pregunto frunciendo el entrecejo, no iba a dejar que se valla en colectivo como el otro día. 

—Kyle pasará por mi y luego se va a trabajar —Dice ella riendo un poco notando mi preocupación, asiento de acuerdo. Bajamos los tres del ascensor y  os despedimos de Lía y Kyle, que ya la estaba esperando afuera, nos encaminamos hacia mi auto. 

—¿Qué quieres comer? —Le pregunto encendiendo el auto, él se encoje de hombros —Okey vas a tener que usar palabras conmigo porque no soy adivino —Suspiro esperando que me hable de cualquier cosa. 

—Hamburguesa —Dice bajito, miro al frente para comenzar a conducir hacia una hamburguesería que estaba cerca de la empresa. 

—Y... cuéntame algo —Digo tratando de sacarle conversación —¿Qué tal casa? —Pregunto y siento su mirada. 

—Normal, papá y mamá están más acaramelados de lo usual, pero ya les dije que se separen un poco que no quería hermanitos —Dice asqueado por lo que yo rio. 

—¿Les dijiste eso? —Pregunto satisfecho de ver una risa en su rostro —¿Y Emma que tal? —Interrogo  mirándolo por un segundo. 

—El otro día estaba llorando —Dice y lo miro rápidamente. 

—¿Por qué lloraba? —Pregunto  imaginando un montón de escenarios en donde mi hermanita era lastimada. No puedo evitar sacar las garras cada que alguno de ellos sufre. 

—No me quiso contar mucho —Dice él encogiéndose de hombros —Sólo la escuche hablar con mamá sobre que había peleado con Darrel. —Dice con fastidio. 

—Ese idiota —Susurro entre dientes, escucho que Liam reir y el resto del camino es silencioso. 

Por un momento me quedé pensando en Emma ¿Que le habrá pasado? Me pregunto si debería hablar con ella o no meterme, no sé qué hacer y no quiero verla sufrir, es mi hermanita, sé que ella tiene y va va sufrir en algún momento se su vida y que yo no lo voy a poder evitar. 

—¿Qué es lo que te sucede? —Pregunto cuando ya estamos sentados en la mesa de la hamburguesería, lo escucho suspirar mientras se tapa la cara con sus manos. 

—Hoy tuve una pelea —Dice bajito y yo frunzo el entrecejo. No podría ser la pelea que yo me imaginaba Liam no era de pelear con golpes. 

—¿Cómo que una pelea? —Pregunto  cuando él me mira entre sus dedos —¿Con quién? ¿Qué tipo de pelea? —Comienzo a preguntar algo confundido. 

—Solo discutimos —Dice encogiéndose de hombros —Es chico un año mayor se cree que por tener dinero puede tratar mal a los demás —Bufa rodando los ojos y yo sonrió orgulloso de que mi hermano no se junte con esas personas. 

—¿Y por qué pelearon? —Pregunto viéndolo desviar la mirada —Gracias —Le hablo al chico que nos deja las hamburguesas en la mesa y se va. 

—No lo sé, no entiendo bien —Murmura  comenzando a condimentar su comida —Yo estaba en el patio con Ría, estábamos hablando a lo más bien cuando de repente, se acercó Dara —Dice bajando un poco la cabeza cuando yo comienzo a mover mis cejas —Ella me pidió para hablar y yo acepte, casi siempre los populares se acercan para pedirme que les haga un trabajo o algo así —Dice él restándole importancia. 

—¿Le haces los trabajos a los demás, Liam? —Reprocho sorprendido. Por eso él siempre está haciendo tareas. 

—¿Qué? Es mi pequeño negocio —Se excusa riendo un poco —Cuanto más popular eres más te cobro —Dice el guiñandome un ojo. 

—Está mal lo que haces, pero no tan mal —Digo rodando los ojos. 

—Bueno sigo —Dice, solo asiento —Era la primera vez que ella se me acercaba y me parecía un poco raro ya que ella era la mejor en la clase, incluso antes que yo —Dice y yo me sorprendo, Liam era muy inteligente. —Acepte hablar con ella y nos separamos un poco de Ría, pero justo cuando ella me estaba por comenzar a hablar llegó este personaje, Jackson y se comenzaron a gritar cosas, yo no entendía nada hasta que él se dirigió a mí preguntando que si por mi ella lo había dejado —Habla aburrido y yo levanto las cejas y él niega —Yo estaba en shock, ella le dijo que no y que lo había dejado por que era muy posesivo y egoísta que yo solo era un amigo —Dice —Luego él me insultó diciendo que era un rarito y yo a él , Osea me estaba metiendo en algo que yo ni siquiera entendía, la cosa se terminó cuando llegó la directora y lo sancionaron a él por crear disturbios en el recreo —Dice dándole un mordisco a su hamburguesa. 

—¿Y qué es lo que quería Dara? —Pregunto ansioso ya que ella era su enamoramiento desde pequeño.

—Yo... no lo sé, se me olvido de preguntarle —Dice él haciendo una mueca y yo niego riéndome —Pero por lo que me conto Ría, Dara termino con Jackson hace semanas, ellos eran la típica pareja de instituto los populares solo que ella no es igual a él, ella es real, es buena y si tú la tratas bien ella también lo hace contigo. sus ojitos se iluminan. 

—Sabes mucho de ella para que solo se hayan hablado pocas veces —Digo levantando una ceja. 

—Soy muy observador —Dice el restándole importancia. 

—Entonces estás enojado porque él te insultó —igo comiendo también. 

—Y por qué no sabe valorar a quien tiene a su lado, es Dara Williams la chica más linda y buena del estado ¿Cómo puedes hacerle daño? —Se queja.

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Dara y Liam en multimedia