Capítulo 33: "La charla"
EDITADO POR: @Natalia_Ballesteros
Maratón 1/3
Pov's Lía.
—Mierda.— murmuró cuando siento mis pies adoloridos, miro hacia enfrente, el único cubículo que podía ver desde mi asiento, no podia ver alrededor ya que tenía las paredes de mi propio cubículo; me aseguro de que nadie me ve para quitarme mis chatitas, por años fueron el calzado más cómodo que tuve pero mis pies se hinchan tanto por el embarazo que hasta usarlos me molesta.
Debía comprarme unos zapatos más cómodos ya había tenido que comprar ropa para el trabajo ya que mis antiguas faldas tubo no me subían y las camisas no cerraban, y como no puedo venir vestida con mis vestidos floreados me vi obligada a comprarme pantalones de embarazadas y una camisa que era tres tallas más de lo que usaba normalmente.
—Hola, hola...—Canturrea Lissa llegando a mi cubículo.
—Hola.— digo estirándome sobre mi asiento.
—¿Cómo esta esa pancita? —Dice ella rodeando el escritorio, giro mi silla hasta ella para que toque mi panza, era algo que hacia siempre desde que le conté de mi embarazo.
—Creciendo.—Le digo tocando también mi vientre, luego de un rato de acariciarlo se sentó frente a mi escritorio, le conte sobre la última ecografía que me hice y sobre las vitaminas que me estaba tomando.
—Ah, casi lo olvido —Dice ella abanicándose —, Mira lo que te traigo.— Dice tendiéndome un sobre blanco, pero no era de papel se veía como más durito.
—¿Qué es? —En cuanto lo tengo me quedo callada —Oh dios… —Digo sonriendo al ver escrito "Lissa y Jake" —, Es la invitación a tu boda —Siento mis ojos llenarse de lágrimas de felicidad —. Lo siento, estoy sencible —Digo tapando mi cara —No soporto las emociones muy fuertes —Me levanto como puedo de la silla para poder abrasarla y la oigo reír de mi lamentable situación. Lo cierto era que cielito había venido para destruir una a una mis defensas, toda la vida haciéndome la fuerte para que mi hijo venga y me haga llorar por cualquier cosa. —Oh déjame verla —Hablo separándome de ella y abriendo la carta, es en seis meses —, Falta un montón.—Digo haciendo pucheros.
—Lo sé, estamos dando las invitaciones muy anticipadas, pero es que me mata la emoción —Dice ella casi gritando —, mira el lado positivo podrás ir con él bebe. —Dice y yo asiento inconscientemente; mi bebé ya lo voy a tener entre mis brazos en ese momento.
—Si... —Afirmo entusiasmada.
—Bueno tengo que dejarte, todavía hay trabajo que hacer. —Dice dando me un beso e irse.
Me siento en la silla y leo un vez más la invitación, es muy bonita, toda blanca y con los detalles en dorados muy delicada.
Dentro de seis meses, ¿Cómo iba a cambiar tanto mi vida para ese momento? Me pregunto si ya abre encontrado el valor que me falta para decirle la verdad a Matt, o como será cielito; ¿Se parecerá a mí, a él o quizás a ambos? ¿Tendrá mi nariz? ¿Sus ojos? Estaba ansiosa por conocerle.
Dejo de imaginarme cosas para concentrarme en el trabajo tenía mucho que hacer debía elaborar el balance de los ingresos y gastos del libro contable y verificar que el ingreso y el egreso del dinero hayan sido verificados. Las próximas dos horas me la paso verificando y haciendo balances, no me puedo concentrar tengo ganas de comer medialunas con jamón y queso.
Elisa: Hola hermanita.
Lía: Hola Eli.
Elisa: Estaba pensando pasar a visitarte ya que tu no vienes, quiero ver a mi sobrino.
Lía: Lo siento estoy con mucho trabajo y el viaje es muy largo hasta la casa de nuestros padres como para que vaya en transporte público.
Lía: A la una salgo de trabajar y estoy libre para ti.
Elisa: Okay, voy a tu casa a eso de las dos y media así comes algo.
Elisa: Te dejo trabajar.
Dejo el teléfono a un lado y respiro hondo. Sabía a que venía mi hermana, iba a presionarme hasta sacarme toda la información sobre el embarazo,nel padre del bebé, cuando pasó, como me entere y lo malo de todo esto era que ella era la única persona que sabía sacarme las mentiras una por una. La única mentira que no me descubrió fue mi relación con Matt ya que todo comenzó unos meses después de que ella se fuera del país luego de casarse a los veinte con su actual esposo Derek con quien salía desde los quince, siempre me pareció que se casaron a muy temprana edad aunque siempre los vi verdaderamente enamorados.
¡Ah mierda, quiero una medialuna con jamón y queso!
. . .
Apago mi computador cuando marcan las once y media, ya empezaba el horario del almuerzo y yo no podía esperar para ir por mi medialuna con jamón y queso, no sabía dónde la iba a comprar pero cielito no iba a parar hasta tener su capricho.
Agarro mi bolso en el que llevaba mi billetera y celular y camino hasta el asesor y aprieto el botón para llamarlo, mi chatita golpetea el piso ansiosa, hoy debía comer sola, a Lissa la había pasado a buscar Jake para almorzar por lo que seguro tendría que caminar hasta encontrar algún lugar en donde vendan lo que quería ya que no tenía auto, estaba ahorrando hace aproximadamente desde que me empecé a trabajar; pronto lo tendría a mi auto.
—Espera un segundo cielito. —Digo mirando mi vientre cuando gruñe mientras entro al asesor.
—¿Está rebelde cielito? —Escucho que dicen a mi lado, es Matt, no hace falta que lo mire.
—Está así desde las nueve de la mañana. —Digo riendo un poco mientras lo acaricio.
—¿Vas a almorzar? —Pregunta recargándose en la pared del ascensor y yo asiento mirándolo —¿Y Lissa? —Pregunta mirando mi vientre con atención.
—Jake la paso a buscar para almorzar. —Digo y el asiente —¿Tú vas a almorzar? —Pregunto dudosa él no solía almorzar fuera, siempre lo hacía en casa.
—No, venía a dejar unos papeles a recepción. —Dice paseando su mirada por mi cuerpo con sus ojos preocupados. Me giro cuando el asesor abre.
—Adiós. —Digo nerviosamente cuando estamos frente a la recepción el asiente. Salgo caminando, el sol estaba que quemaba.
Saco mi teléfono mientras camino, no había casi nadie en la calle. Decido llamar a mamá, la última vez que la había visto había sido hace dos días en el cumpleaños de Matt.
Llamada:
—Hola mami. —Digo en cuanto ella me atiende.
—Hola cariño. —Dice ella gritando —¿Cómo está mi bebecito?
—Bien mamá, estamos yendo a comer —Hablo doblando la esquina —¿Ustedés cómo van?
—Estoy cansada, salimos a recorrer las afueras con tu hermana y Derek, pero hoy nos tomábamos un descanso dijo que quiere ir a visitarte. —Dice ella y me siento un poco mal por tener que estar tan alejada de ellos y no poder disfrutar de las salidas familiares.
—Que bueno —Digo sonando más feliz de lo que me sentía, los extrañaba más de lo normal —. Si, hoy hable con ella —Me quedo parada cuando el semáforo de la calle que estoy por cruzar está a favor de los conductores —, bueno mamá debo dejarte. —Le digo e hice una pausa, solo llamaba para asegurarme que estén en bien aparte de que no podía caminar con esta panza, respirar y hablar todo al mismo tiempo, y eso que recién había caminado dos cuadras.
—Adiós hija, se me cuidan . —Dice mi madre, corto el teléfono y lo guardo.
—Caminas rápido para estar embarazada —El auto Matt se estaciona a mi lado, levanto la vista confundida él se encuentra a unos pasos antes de la senda peatonal —. Venga, súbete. —Dice dándome esa sonrisa bonita que lo caracteriza, termino de guardar mi teléfono y subo a su auto.
No iba a discutirle para que no me recoja, lo cierto era que mis pies me estaban matando, aparte de que él no iba a cambiar de opinión.
—Gracias. —Digo cuando subo al auto.
—¿Pensaste que los iba a dejar solos? —Dice riendo mientras estira una mano hasta mi panza haciéndome sentir un millón de mariposas nadar junto a cielito ante su contacto.
—Creí que ibas a recepción. —Digo mirando sus preciosos ojos cafés que tanto me llamaban a perderme en ellos.
—Lo hice y luego quise venir a buscarte, no está para que camines con este sol y esta panza. —Dice seriamente y una sonrisa boba se posa en mis labios.
¿Cómo no enamorarme de él?
—No debiste… —Digo restándole importancia, él se gira un poco y pone su dedo sobre mis labios para parar mi parloteo.
—Los dos sabemos que no me vas a convencer. —Dice orgulloso acariciando mi mejilla, asiento mirando sus labios que de pronto están más apetecibles y más cerca —¿A dónde vamos? —Pregunta mirando mi boca, su aroma invade mi espacio, y sin yo quererlo afectándome.
—De echo no sé —Susurro y él enarca una cela —, la verdad no sé dónde venden lo que se le antojo. —Hablo repartiendo mi vista de sus ojos a sus labios.
—¿Qué se le antojo a cielito? —Susurra al igual que yo acariciando mi labio inferior con su pulgar haciéndome entrar en un trance.
—Una medialuna con jamón y queso- digo riendo un poco él se separa de mi para reírse también —, pero de esas que son grandes. —Digo haciendo un gesto con la mano del tamaño de las medialunas.
—Ah, es muy específico en lo que quiere — Dice negando mientras se ríe, yo asiento con orgullo —, conozco un lugar. —Enciende el auto y nos encaminamos a saciar mi antojo, o mejor dicho los caprichos de mi bebé.
. . .
—Yo necesito dormir un rato. —Dice Matt abriendo el apartamento. Habíamos salido del trabajo hace como veinte minutos que era lo que tardábamos en llegar a casa.
—Ahora va a venir mi hermana. —Digo sacándome mis chatitas al lado de la puerta mientras él cierra para luego colgar su saco, en el perchero hago lo mismo dejando mi bolso.
—Okay... —Dice acercándose para besar mi mejilla mientras toca mi vientre, me enternecía tanto que haga eso como si siempre tuviera en cuenta a cielito, es que no dudo que él sea un padre perfecto.
Se da vuelta y comienza a caminar hacia su habitación una vez que entra me agacho y recojo mis chatitas para irme hacia la mía y cambiarme de ropa, me iba a poner cómoda. Tiro mis zapatos al lado de la cama y me saco la camisa dejandola sobre la cama, voy hasta mi armario y saco un vestido beige amplio, lo apoyo en la cama para sacarme el pantalón me gustaba mucho éste era cómodo y me agarraba todo la panza.
Una vez que estoy solo en ropa interior me coloco el vestido, voy otra vez hasta mi armario y me pongo un short de tela, decido quedarme descalza mis pies lo iban a agradecer, tomo una bandita y me ato el pelo en una sola cola.
Salgo de mi habitación para ir a ordenar un poco la sala. Estoy entrando cuando escucho que suena mi teléfono dentro de mi bolso, voy hasta él y lo saco, veo que tengo tres mensajes de David:
David: Hola tía Lía.
David: (foto)
David: Estamos camino al pediatra.
Sonrió al ver la foto de ambos y decido contestar
Lía: Hola bebita hermosa.
Tomo mi teléfono y pongo la cámara con mi otra mano pego el vestido a mi cuerpo para que se note más mi panza, saco la foto y se la envió.
David: ¿Wow de cuánto estas? Tu panza es grande.
Lía: Cuatro meses y medio.
Si, mi estómago estaba grande incluso más de lo que debería estar con cuatro meses pero parecía de un mes más; no era grabe. La próxima vez que vaya a la consulta con Alice le preguntare si le afecta en algo al bebé.
Dejo mi teléfono en la mesita auxiliar y me encamino a la cocina para ir a preparar unas chocolatadas bien calentitas para tomar con Elisa, recuerdo que había una época, yo tendría unos once y Elisa quince, cuando todavía vivíamos juntas y nos quedábamos solas ella preparaba chocolatada para las dos y los tomábamos viendo caricaturas.
Justo cuando la leche esta lista suena el timbre del apartamento agarro mi teléfono y son las dos y treinta, siempre puntual Elisa. Apago el fuego en donde estaba calentando la leche y salgo caminando hacia la puerta.
—¡Hi! —Dice mi hermana abriendo sus brazos apenas la puerta se abre sin importarle estar cargando su bolso y un par de bolsas de ropa de tienda para mujer.
—Hola Eli —Digo abrazándola —,pasa. —Me hago a un lado cuando nos separamos para dejarla entrar al apartamento.
—Wow que bonito lugar. —Ella no había venido al apartamento nunca, las pocas veces que vino a visitarnos nos encontramos en la casa de nuestros padres.
—Gracias —Digo —Puedes dejar la chaqueta aquí —Señalo el perchero de la entrada —. Ya vengo estaba haciendo unos chocolates. —Digo viendo como ella suelta las bolsas en el piso y se saca la chaqueta.
—Lo recordaste —Dice ella sonriendo algo nostálgica —El mío es más delicioso. —Dice golpeando mi hombro tratando de sonar alegre, y si en algunas cosas éramos muy parecidas, siempre queriendo ocultar lo que sentíamos realmente, aunque no siempre nos salía.
—Claro ya vengo —Digo negando mientras suelto una risita, voy hasta la cocina y prepara dos chocolates en las tazas más grandes que encontré, teníamos mucho de qué hablar. En cuanto vuelvo a la sala ella esta con su teléfono en la oido sentada en el sillón las bolsas que traía están en sus pies —. ¿Y cómo va todo? —Pregunto sentándome a su lado después de entregarle la taza de chocolate, ella deja su teléfono a un lado en cuanto me ve.
—Para serte sincera nada bien. —Dice después de tomar un sorbo de la taza.
—¿Qué? ¿Con qué? —Pregunto preocupada su expresión había cambiado a una triste.
—Nada déjalo, solo cosas mías, no quiero llenarte de mis problemas. —Dice sonriéndome.
—Hey no Eli —Digo dejando la taza en la mesita para tomar su mano —Puedes contar conmigo. —Digo sincera ella era mi hermana habíamos compartido secretos siempre.
—Es Derek —Dice dejando también su taza —, nuestro matrimonio no está pasando por un buen momento —Habla tocando su cara con nerviosismo —; yo lo extraño él está muy distante pasa muchas horas en el trabajo, ya no pasamos demasiado tiempo juntos y no sé qué hacer. —Dice encogiéndose de hombros.
—Oh Eli… —Digo acariciando su espalda —Tienen apenas veintiséis años, hay muchas cosas que pueden hacer para no caer en la rutina, deben hablar y comunicarse —Digo y ella suspira.
—Yo lo amo, como hace once años atrás, no digo que él dejo de hacerlo pero está todo el día en el hospital. —Dice ella haciendo referencia a su trabajo, Derek era doctor de cabecera en Australia donde ellos vivían.
—Deberías de hablar con él sobre cómo te sientes. —Le aconsejo, ella pasa las manos por su cara y sacude un poco su cuerpo.
—Ya está, cámbiemos de tema no quiero pensar en eso —Dice y yo la miro dudosa —. Ah, casi lo olvido —Susurra soltando mi mano para comenzar a revolver las bolsas —, hoy fui de compras antes de venir aquí para hacer tiempo y le compre un regalo a mi sobrinito —Dice agarrando una de las bolsas después de mirar en su interior —Es esta. —Comenta dándomela.
—Oh gracias —Digo sonriendo para tomarla —, no te hubieras molestada —Abro la bolsa de papel madera encontrándome con un sonajero de colores —. Que bonito —Susurro dándole un apretón en su mano —. gracias y lo siento —Digo y ella me mira confundida —… por no habértelo contado, estuvo mal de mi parte.
—Descuida, yo tampoco he sido una de las mejores hermanas del mundo —Dice riendo—. Pero puedes remediarlo diciendome ¿Quién es él... —Dice y no hace falta que termine la pregunta ya sabía que quería decir, el papá de cielito.
—Eh... no lo conoces. —Susurro mirando hacia otro lado.
—Sabes que no puedes mentirme —Dice mirándome seria —Hagámoslo rápido dime quien es. —Dice con el entrecejo fruncido, tenía miedo, porque sabía que si le contaba quien era el padre Elisa sabría que se lo oculto a Matt y a ella no le importaba que me enojara; ella me iba a decir todo de frente, iba a señalarme cada error que estoy cometiendo y no quería que lo haga aunque ella tenga razón.
La opinión de mi hermana siempre es importante en mi vida y en la de cualquiera, una hermana mayor es el ejemplo a seguir y la que hace todo perfecto, la que te aconseja y te dice cuando te estas yendo de tu camino o por lo menos eso era Elisa en mi vida.
—Es Matt. —Murmuro apoyando mi cabeza entre mis manos para mirarla entre mis dedos, ella solo esta mirándome fijamente sin decir nada, sin parpadear.
—¿Ah?...espera, ¿cómo? ¿Desde cuándo? —Dice ahora alterada —¿En qué momento paso eso?
—¿Eso qué? —Digo haciéndome la tonta.
—Eso, ¿ustedes están juntos? —Dice acercándose a mí.
—No estamos juntos. —Digo bajando la cabeza.
—¿Y él que dice? ¿Se hará cargo? —Pregunta ella y no me deja contestar cuando ya está hablando de nuevo — ¿No se hará cargo? —Dice ella gritando.
—Shh —La callo tapando su boca —Él está en la habitación —Le digo —Auch —Me quejo cuando ella me pega en la mano con la que tape su boca.
—Pues que escuche —Dice simple — supongo que ni su familia sabe ya que no dijeron nada el otro día —Dice pero creo que está hablando más que nada con ella misma —. Maldito ¿Cómo puede hacerte esto? eres su amiga. —Dice ella súper enojada con su tono de voz alto.
—Hey Elisa, espera él no lo sabe —Digo haciendo que ella pare su parloteo para mirarme confundida —, él no sabe ¿vale? —Pregunto respirando hondo.
—Explicate. —Dice masajeando sus cienes.
—Te contare todo desde el principio, va — digo y ella asiente —N-nosotros, nosotros comenzamos a salir —Digo haciendo comillas en salir —Unos meses después de que tú te fuiste, nunca fue nada formal yo no quería una relación, pero éramos exclusivos ¿sabes no? —Digo haciendo referencia al sexo y ella asiente un poco sorprendida —Pero todo termino hace un par de meses, él se debe casar —Susurro y ella asiente supongo que mi madre le había contado del contrato ya que mis padres tenían una pequeña parte de las acciones en la empresa —Yo al enterarme le dije que solo podíamos ser amigos, tiempo después descubrí que estaba embarazada y no quise decírselo porque sé que él dejaría todo lo del contrato por él bebé —Digo limpiando mi mejilla cuando siento que se me escapa una pequeña lagrima —. Yo no quería que lo hiciera porque eso lo llevaría a perder su puesto y por todo lo que él soñó y lucho. —Digo tomando una gran bocanada de aire cuando siento que la angustia crece en mi pecho.
Elisa me mira atentamente como si todavía estuviera procesando lo que dije, deja de mirarme y mira sus manos para luego suspirar ruidosamente.
—Nunca creí que me decepcionarías tanto — dice ella y su voz es apenas un murmullo uno que llego hasta mi pecho para pegarle una patada —, esto va más allá del contrato Lía estén o no juntos no puedes negarle su paternidad —Murmura haciéndome sentir horrible cuando me mira llena de decepción, me atraganto con mis propias lágrimas cuando quiero hablar pero ella me interrumpe —. No hay escusa —Dice seria —, quiero que ahora mismo te levantes de este maldito sillón y vayas a contarle la verdad a Matt.
—Ponte en mi lugar. —Susurro al borde de las lágrimas, esto me estaba superando, había echo todo mal.
—Yo me pongo en tu lugar, pero ¿Quién se pone en el lugar se Matt? —Dice ella negando —Él no se merece esto Lía. — Y tenía toda la razón del mundo yo no podía manejar a mi gusto todo.
—Tienes razón —Digo limpiando mi cara —, es que tengo miedo —Susurro —No es necesario, yo puedo hacerlo sola. —Digo respecto a la crianza.
—Entiéndelo, esto va más allá de si puedes hacerlo o no, él es su padre se merece saberlo Lía —Dice acariciando mis brazos —. Estas a tiempo, reacciona. —Susurra llenándome de la valentía que me falta con solo esas palabras.
—Tienes razón debo decirle. —Digo levantándome como resorte del sillón.
—Esa es mi hermana. —Dice ella festejando.
—Gracias. —Digo abrazándola.
—Siempre hermanita —Dice sonriéndome —, adiós luego me cuentas. —Toma su bolso y camina hacia la puerta, una vez que esta se cierra el miedo me vuelve a atacar.
—Vamos tu puedes. —Digo suspirando y lo hago mis pies comienzan a dirigirse hacia el pasillo.
Vamos Lía tienes que hacerlo, él no se merece esto, y cielito tampoco
Salgo de mi pensamiento cuando me chocó contra algo o mejor dicho contra Matt que esta colocándose su camisa y su cara esta como perdida tiene su teléfono en la mano.
Algo dentro de mi pega un salto ¿nos habrá oído?
—Lo siento cielo, no te vi. —Dice acariciando mi cara, sacandome la duda, no había oído nada.
—Matt... y-yo —Susurro tratando de buscar las palabras correctas, mi corazón late rápidamente.
—Lo siento, cielo debo irme, internaron al padre de Melissa. —Dice sacándome de sintonía. Estoy por responder cuando él se acerca se despide y se va todo en un segundo, yo solo me quedo ahí como idiota pensando en que perdí la oportunidad y la poca valentía que tenia se me esfumó.
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N/A: Espero que les haya gusto el maratón, me costó mucho esfuerzo y trabajo este capítulo y los dos que le siguen ya que queria que quedaran perfectos por eso no estuve activa subiendo capítulo, sin más que decir dejen su voto, comenten y siganme.
-Aldi 🥀
EDITADO POR: @Natalia_Ballesteros
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