Capítulo 5 : La conexión
« No hay nada más importante que la creatividad »
Salvador Dalí
La conexión
La clase de pintura había terminado, pero la energía en el aire aún vibraba con la intensidad de lo que habían compartido. Lucas y Valentina se quedaron atrás, recogiendo sus cosas mientras los demás estudiantes se dispersaban , aunque todo parecía ser como un plan para pasar más tiempo a solas . La conversación entre ellos fluía con naturalidad, como si el mundo exterior hubiera desaparecido , era claro que cuando ellos dos hablaban entraban en un nuevo universo , sin distracciones, en el que solo existía un él y ella .
-¿Te gustaría ir a tomar algo? -preguntó Lucas, sintiendo que la conexión entre ellos era más fuerte que nunca , al mismo tiempo sonreía con emoción , pero con duda de si aceptaría .
Valentina sonrió, sus ojos brillando con entusiasmo , no tenía que hablar para que la pregunta de Lucas fuera resuelta , pero confirmó diciendo
-Me encantaría. Necesito un poco de café después de todo esto , todo esto mientras se encogía de hombros y mojaba sutilmente sus labios rosados .
Salieron del aula juntos, el murmullo de sus compañeros resonando a su alrededor, pero todo lo que podían ver era el uno al otro. Mientras caminaban por los pasillos de la escuela de arte, Lucas se dio cuenta de que cada vez que Valentina reía, su corazón se aceleraba un poco más.
-No puedo creer que hayamos hecho eso -dijo Valentina, una risa suave escapando de sus labios-. Nunca pensé que me sentiría tan... viva.
Lucas asintió, recordando cómo había sentido la adrenalina corriendo por sus venas mientras posaba para ella.
-Fue liberador, ¿no? -respondió él-. Nunca había experimentado algo así antes.
Valentina lo miró con curiosidad, como si estuviera buscando una respuesta más profunda.
-¿Qué fue lo que más te gustó? -preguntó, su voz suave pero inquisitiva.
Lucas se detuvo un momento, reflexionando sobre su respuesta.
-Lo que más me gustó fue ver cómo te veías al dibujarme -dijo finalmente-. La forma en que tus ojos brillaban mientras trabajabas... Fue como si estuvieras creando algo más que solo un dibujo; era una conexión entre nosotros.
Valentina sonrió, un rubor apareciendo en sus mejillas.
-Siento lo mismo. Cada trazo que hacía era como una forma de acercarme a ti. Quería capturar no solo tu imagen, sino también la esencia de lo que estábamos sintiendo.
Mientras se acercaban a una pequeña cafetería en la esquina de la calle, Lucas sintió que la atmósfera entre ellos se volvía aún más íntima. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, el aroma del café recién hecho envolviéndolos.
-¿Sabes? -comenzó Valentina mientras removía su café-. Siempre he tenido miedo de mostrarme tal como soy. Pero hoy... hoy fue diferente.
Lucas la miró atentamente, sintiendo una profunda admiración por su vulnerabilidad.
-Yo también -confesó-. Siempre he tenido mis inseguridades, pero contigo me siento libre. Como si pudiera ser yo mismo sin miedo al juicio.
Valentina lo observó con intensidad, y en ese momento, Lucas sintió que había algo más en juego entre ellos. Era como si las paredes que habían construido a su alrededor comenzaran a desmoronarse.
-Quiero seguir explorando esto -dijo Valentina, su voz apenas un susurro-. No solo en el arte, sino también en nuestra conexión.
Lucas asintió, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza.
-Yo también lo quiero. Siento que hay algo especial aquí, algo que va más allá de la pintura y el deseo físico.
Valentina sonrió, y esa sonrisa iluminó todo su ser.
-Entonces, ¿qué hacemos ahora? -preguntó, su mirada llena de curiosidad y emoción.
Lucas pensó por un momento. Sabía que quería llevar su conexión a un nivel más profundo, pero también quería hacerlo bien.
-Podríamos hacer una serie de sesiones de dibujo juntos -sugirió-. Te dibujaré a ti, y tú a mí. Así podremos explorar no solo nuestras habilidades artísticas, sino también nuestra relación.
Valentina pareció emocionarse ante la idea.
-Me encanta eso -respondió-. Será una forma de conocernos mejor y profundizar en lo que estamos sintiendo.
Después de un rato charlando y riendo sobre sus experiencias en la clase de arte y sus sueños para el futuro, Lucas sintió que el tiempo se desvanecía a su alrededor. Cada momento compartido con Valentina lo hacía sentir más conectado a ella.
Finalmente, cuando terminaron sus cafés y comenzaron a levantarse para irse, Lucas sintió una oleada de valentía. Se acercó a Valentina y tomó su mano suavemente.
-Valentina... -dijo con seriedad-. Me gustaría besarte.
Ella lo miró con sorpresa y alegría al mismotiempotiempo. Su corazón latía con fuerza, y una chispa de emoción iluminó sus ojos.
-¿De verdad? -preguntó Valentina, su voz apenas un susurro, como si temiera que el momento se desvaneciera .
Lucas asintió, sintiendo que cada palabra que decía era un paso hacia algo más grande.
-Sí. Siento que hay una conexión entre nosotros que no puedo ignorar.
Valentina sonrió, y su expresión se llenó de una mezcla de sorpresa y deseo.
-Yo también lo siento -confesó-. Siempre he querido que este momento sucediera, pero nunca supe si tú también lo deseabas.
Con un gesto suave, Lucas se inclinó hacia ella, sintiendo cómo el mundo a su alrededor se desvanecía. Sus corazones latían al unísono, y el aire estaba cargado de una electricidad palpable. Cuando sus labios finalmente se encontraron, fue como si todo encajara en su lugar. El beso era tierno al principio, pero pronto se volvió más apasionado, como si cada uno estuviera tratando de transmitir todo lo que habían estado guardando durante tanto tiempo.
Cuando se separaron, ambos estaban sonrojados y con una sonrisa tonta en sus rostros.
-Wow -dijo Valentina, riendo suavemente-. Eso fue... increíble.
Lucas no pudo evitar reír también, sintiéndose ligero y feliz.
-Sí, lo fue. Creo que esto es solo el comienzo -respondió, sintiendo que la conexión entre ellos se había profundizado aún más.
Salieron de la cafetería, tomados de la mano, mientras el sol comenzaba a ponerse en el horizonte. Las sombras alargadas danzaban a su alrededor, creando un ambiente mágico. Cada paso que daban juntos parecía un avance hacia lo desconocido, pero ambos estaban listos para explorar ese nuevo territorio.
-¿Te gustaría venir a mi estudio algún día? -sugirió Lucas mientras caminaban-. Podríamos trabajar en nuestros dibujos y seguir con nuestras conversaciones.
Valentina asintió entusiasmada.
-Me encantaría. No puedo esperar para ver cómo me dibujas -dijo con una sonrisa coqueta-. Y tengo algunas ideas para ti también.
Mientras continuaban su paseo, Lucas no podía evitar pensar en lo afortunado que era por haber encontrado a alguien como Valentina. Era como si cada conversación, cada risa compartida, los acercara más y más.
-Valentina -dijo Lucas de repente, deteniéndose para mirarla a los ojos-. Quiero que sepas que estoy aquí para ti. Quiero ser parte de tu vida, no solo en el arte, sino en todo lo demás.
Ella lo miró con una mezcla de sorpresa y gratitud.
-Eso significa mucho para mí, Lucas. Nunca pensé que encontraría a alguien con quien pudiera ser tan abierta y auténtica.
Siguieron caminando, hablando sobre sus sueños y aspiraciones, compartiendo historias de sus vidas y descubriendo más sobre el otro a cada paso. La noche comenzó a caer, y las luces de la ciudad comenzaron a brillar a su alrededor.
Cuando finalmente llegaron a la puerta de la casa de Valentina, ambos se sintieron un poco reacios a despedirse.
-Gracias por hoy -dijo ella, su voz llena de sinceridad-. Ha sido uno de los mejores días de mi vida.
Lucas sonrió, sintiendo que su corazón se llenaba de calidez.
-El mío también. Estoy ansioso por nuestra próxima sesión de dibujo.
Valentina asintió y, antes de entrar a su casa, se volvió hacia él.
-Hasta pronto, Lucas -dijo suavemente.
-Hasta pronto -respondió él, sintiendo que cada palabra estaba impregnada de promesas para el futuro.
Mientras Valentina cerraba la puerta detrás de ella, Lucas se quedó allí un momento, sintiendo que todo había cambiado. La conexión que habían forjado no solo era sobre arte; era sobre la posibilidad de algo más profundo y significativo. Con una sonrisa en el rostro, comenzó a caminar hacia casa, sabiendo que estaba listo para enfrentar cualquier cosa que viniera a continuación .
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