Decisiones

La brisa suave de la noche acariciaba el rostro de Valentina mientras se recostaba en el balcón de su pequeño apartamento. Las estrellas brillaban con intensidad, como si cada una de ellas contara una historia antigua. Sin embargo, en su corazón, había una historia que aún no se había escrito. La luz de la luna iluminaba su rostro, reflejando la confusión que sentía en su interior.

-¿Qué es lo que realmente quiero? -se preguntó en voz alta, como si las estrellas pudieran ofrecerle una respuesta.

La imagen de Jake apareció en su mente, un recuerdo que aún la hacía sonreír. Recordó sus risas compartidas, las largas caminatas por el parque y las promesas que alguna vez hicieron. Pero a medida que los recuerdos se desvanecían, una nueva imagen emergió: Lucas, con su risa contagiosa y su forma apasionada de ver el mundo.

-Valentina, ¿estás ahí? -la voz de Lucas interrumpió sus pensamientos. La puerta del balcón se abrió suavemente y él apareció, con una taza de té humeante en la mano.

-Sí, aquí estoy -respondió ella, forzando una sonrisa mientras trataba de ocultar la tormenta emocional que la invadía.

Lucas se acercó y se sentó a su lado. El aroma del té llenó el aire, creando una atmósfera cálida y acogedora.

-¿En qué piensas? -preguntó Lucas, observando su expresión con preocupación.

Valentina suspiró, sintiendo el peso de sus pensamientos. -Estaba pensando en Jake... en lo que significó para mí.

Lucas frunció el ceño, pero mantuvo la calma. -Es natural pensar en el pasado, pero no dejes que eso te consuma. Tienes un futuro brillante por delante.

-Lo sé -dijo Valentina, girándose para mirarlo a los ojos-. Pero a veces me pregunto si tomé la decisión correcta al dejarlo ir.

Lucas tomó un sorbo de su té antes de responder. -El amor no siempre es suficiente, Valentina. A veces necesitamos más que recuerdos hermosos. Necesitamos alguien que nos inspire a ser mejores, a crecer.

Las palabras de Lucas resonaron en su corazón. ¿Era él esa persona? La conexión que compartían era innegable; era un fuego que ardía intensamente, iluminando cada rincón de su ser.

-Es solo que... -comenzó Valentina, pero las palabras se atascaban en su garganta.

-¿Solo qué? -inquirió Lucas, inclinándose hacia ella con interés genuino.

-Siento que estoy traicionando lo que tuvimos... lo que significó Jake para mí -confesó, sintiendo las lágrimas asomarse a sus ojos.

Lucas la miró con ternura. -Valentina, no estás traicionando nada. Estás eligiendo lo que es mejor para ti ahora. El amor evoluciona, y a veces debemos dejar ir lo que fue para abrirnos a lo que puede ser.

Ella sintió un escalofrío recorrer su cuerpo al escuchar esas palabras. Era cierto; aferrarse al pasado solo la mantenía atrapada en un ciclo de dudas y arrepentimientos.

-¿Y si me equivoco? -preguntó, su voz temblando ligeramente.

-La vida es un riesgo constante -respondió Lucas con una sonrisa tranquilizadora-. Pero si no arriesgas tu corazón, ¿cómo puedes descubrir lo maravilloso que podría ser?

Valentina se quedó en silencio, reflexionando sobre sus palabras. Miró hacia el cielo estrellado nuevamente y sintió cómo una ola de claridad la envolvía.

-Tienes razón -dijo finalmente, con una voz más firme-. Lo que viví con Jake fue hermoso, pero no era mi futuro. Mi futuro está aquí, contigo.

Lucas sonrió ampliamente, y Valentina sintió como si el peso del mundo se desvaneciera de sus hombros. En ese momento, todo parecía posible.

-Entonces, ¿qué hacemos ahora? -preguntó Lucas, sus ojos brillando con emoción.

-Vamos a vivir nuestro presente -respondió Valentina, sintiendo una chispa de alegría encenderse dentro de ella-. Quiero explorar cada rincón de esta conexión que tenemos.

Lucas se inclinó hacia ella y tomó su mano, entrelazando sus dedos con suavidad. -Estoy listo para ese viaje contigo, Valentina. No hay nada más emocionante que descubrir juntos lo que el futuro nos tiene reservado.

Con una sonrisa radiante en sus labios, Valentina supo que había tomado la decisión correcta. La noche estaba llena de posibilidades infinitas y su corazón latía con fuerza por todo lo que estaba por venir. En ese instante mágico bajo las estrellas, Valentina decidió abrazar su nuevo camino y dejar atrás las sombras del pasado.