1/10 Harry x Snape
(Narra Harry)

Ayer noté como me miraba Snape, estando en la primera cena de Hogwarts desde hace un año. No entiendo el motivo, mucho menos, por que a mí. Me miraba con odio, con mucho odio en esos ojos color azabache.

Hoy es el primer día de clases y cuando me levanto veo a Ron despierto.

—¿Ya estás despierto?—le pregunto, mientras me coloco las gafas y abro los ojos.

—Sí, el sol me molestaba.—me responde, lo miro y me limito a asentir.

Después de vestirme y prepararme para el desayuno nos dirigimos allí.

Todo transcurre de rara manera, Malfoy salva a Ron de una caída y la verdad, me huelo que entre ellos pasa algo. La hora del almuerzo termina y toca clase de pociones, con el mismo profesor que no deja de mirarme.

Como era de esperar, al entrar su mirada se clava en mí y permanece por unos minutos. Después, se pone a mirar una hoja y comienza con su explicación.

—Este año, todas las pociones que hagan serán en parejas y las he creado yo mismo. Potter y Granger...—cuando oigo que me toca con Hermione me llevo una alegría, después de todo es mi mejor amiga y muy inteligente.

—Bien, ya pueden colocarse por parejas.—dice Snape, sin apartar su mirada de mí.

Esta clase es teórica así que solo nos cuenta cosas y nosotros vamos apuntando, aunque yo, copio a Hermione por que no sé qué escribir.

Después de la hora entera, lenta y difícil, me quedo en clase. Les digo a Ron y a Hermione que luego los alcanzo y Snape me mira.

—Profesor Snape, quería preguntarle algo.—le digo mientras revisa algunas hojas que se encuentran delante de él.

—Dígame Potter.—me dice sin apartar la mirada de estas.

—¿Por qué no ha dejado de mirarme en estos dos días?—le pregunto transparentemente y esperando su respuesta comienzo a sentirme nervioso.

—Yo no le miro, señor Potter.—me dice el profesor, intentando dejarme como un idiota.

—No permito que me mienta Snape, mucho menos que no deje de mirarme y encima no me de respuestas.—le comento, rápidamente deja de prestar atención a los escritos y clava su mirada en mí.

—Dígame una cosa señor Potter, ¿Por qué piensa que yo miraría a alguien que odio?—me dice repentinamente, haciendo que mi corazón se encoja sin razón aparente.

—¡Pues si me odia, no me mire, idiota!—antes de que pueda gritar algo más, él me calla.

Coge mi cabeza y la acerca hacia él. Nos separan solo milímetros, pero en breve nada. Junta su boca con la mía en un largo y desesperado beso, uniendo nuestras almas a través del mismo. El beso es necesitado y jugamos con nuestras lenguas, haciendo que las respiraciones se agiten.

Se separa y en ese momento sale corriendo del lugar, cómo si fuese su primer beso, cómo si estuviera siendo él el atacado y tuviese que huir. Hace que me hierva la sangre y mucho peor, que no deje de pensar en el dulce y odioso acto.

No puedo conciliar el sueño ese día, así que en medio de la noche, comienzo a rondar por los pasillos, sin rumbo y sin ganas de nada.

—¿Se puede saber que hace a estas horas por aquí, Potter?—me dice una voz neutra detrás de mí, pero que reconozco a la perfección.

—Severus.—digo girándome, como si le necesitara, como si no pudiese vivir sin él por solo un beso.

—No le dejo llamarme así, señor Potter.—me dice repentinamente, haciendo que le agarre de la túnica negra que lleva y lo arrastre hasta una habitación a solas.

Gracias a dios, la sala de los menesteres se abre para nosotros y entramos, él siendo obligado por mí.

—No me deja llamarle Severus, pero usted besó mis labios sin ningún problema.—le digo soltándole y empujándole contra la pared.

—Puede empujarme todo lo que quiera.—se limita a decir y eso provoca que mi enfado y tristeza se hagan visibles.

—¿Se divierte tratándome como un niño?—le digo antes de romper en un llanto lento y necesitado de atender.

Se acerca a mí y me acaricia la mejilla, sin oponer resistencia por mi parte. Lo miro y veo como se sonroja, pero pronto cierro los ojos, para que con sus manos pueda secar mis lágrimas.

Cuando quiero volver a abrirlos, ya está uniendo sus labios junto a los míos de nuevo, dejándome un sabor tan dulce y tan venenoso como el de la muerte.

—Lo siento, pero no puedo dejar de querer molestarte Harry.—me dice, sin hablar de usted por primera vez y encima pronunciando mi nombre.

—Severus.—le digo, agarrándome a su túnica como puedo y enredando mis dedos en su cabello azabache.

Nuestro beso continúa por largo tiempo, hasta que un ruido nos detiene al completo.

Nos separáramos y él me esconde rápidamente detrás, para que la persona que entra, no nos vea.

—¿Qué hace despierto joven Weasley?—dice Severus, mirando a Ron que se encuentra muy preocupado.

—No encuentro a Harry por ningún lado.—dice Ron, intentando parecer menos intranquilo.

—Está bien, lo buscaré por estos pasillos, usted vaya a su habitación ahora mismo.—le dice Severus, esta vez fingiendo un enfado.

El pelirrojo asiente y se va.

—No volveremos a vernos Potter.—me dice, alejándose y dejándome en este frío y amargo silencio.

No hablamos en toda la semana, hasta que decido plantarle cara más adelante.

Harry Potter🧣📜♥️

(Yo)
📜🧣Pd: Andrea Dumbledore🧣📜

"Empieza fuerte está parejita, esperemos que funcione, o que no lo haga. Al fin y al cabo Severus es un tanto tóxico, ¿No creen?