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Capítulo 70. La tormenta

A la mañana siguiente.

Sana llevaba más de media hora de ducha fría, y aun le faltaba tiempo para calmar su cuerpo. Últimamente parecía que todo el mundo se había puesto de acuerdo para que ella y su esposa no pudieran tener relaciones, los días pasaban y pasaban y Sana estaba cada vez más antojada de su morena. Si la rubia tenía que ser sincera, tenía que hacerse cargo de la parte de culpa que le tocaba por la discusión previa que había tenido con su mujer, pero el resto era todo culpa de los demás. O Alguno de sus amigos se tiraba a la piscina de bomba justo cuando Tzuyu tenía contra el borde a Sana, o Momo hacía algún comentario tipo "¿Dónde están las sexópatas de la casa?" cuando ellas se habían escabullido por algún lugar de la casa. O finalmente las estúpidas historias de terror que se les ocurrió contar en la noche. El caso es que la rubia despertó con un hermoso beso que le dio la morena antes de correr, que la dejo deseosa de más e imposibilitada de seguir durmiendo. En vez de eso, decidió que una buena ducha fría le iba a ser más útil.

— ¡Sana! —Momo entraba al baño sin permiso alguno— ¡Sana! ¡Sana! —algo la estaba alterando.

— ¡Momo! ¡Qué demonios! ¿No conoces el concepto de privacidad? —La fotógrafa asomaba su cabeza por la cortina del baño

— ¡Ya llegaron Sana! ¡Ya llegaron! —La abogada iba de un lado al otro del baño— Mi madre lo sabe todo, tiene un sexto sentido o un tercer ojo o corazonada de madre, no sé qué carajo es, pero ya lo sabe —Seguía moviéndose de un lado al otro.

— ¿Puedes calmarte y decirme que carajo sabe tu madre? —preguntó la rubia desde la ducha.

— ¿A caso no me estás escuchando rubia hueca? Mi madre sabe que estamos tratando de tener otro hijo... Me dijo "hola mi niña" con esa voz de "Sé lo que estás tramando" —me que estaba sintiendo demasiado perseguida.

— ¡MOMORING! —Jihyo entraba al baño con total impunidad— ¿Cómo se te ocurre dejarme con tu madre y mi madre sola? —En un estado nunca visto la bailarina le ponía las quejas a esposa— Tu madre me preguntó cómo estaba... sabe algo Momoring, tu madre sabe algo —La rubia que estaba seca se sentó sobre la tapa del inodoro agarrando su cabeza— ¿Qué vamos a hacer? Se van a enterar y ¡Pum! Chau vacaciones —no era la Jihyo que todos conocían, estaba abatida— Mi papá va a creer que tú me obligaste a dejar de trabajar, si antes no te quería, ahora menos Momoring... menos —Jihyo había colapsado.

— ¿La oyes Sana? ¿La oyes? ¡Todo se va a ir al demonio! ¡Al condenado demonio! —por suerte Sana aun estaba cuerda.

— Nos podemos tranquilizar por el amor a Dios —pidió Sana toda enjabonada— No hay nada de qué preocuparse, si nos calmamos lo podemos resolver...

— ¡SANA! ¡SANA! ¡SANA! —una voz familiar se sentía cerca— ¡SANA! ¡AQUÍ ESTAS! —Rosé hacia su entrada al baño donde ya estaban las otras tres.

— ¿ROSÉ? —se supone que su familia llegaba mucho más tarde— ¿QUÉ HACES AQUÍ? —adiós calma.

— Sana... mamá... papá... divorcio —la hermana de la fotógrafa estaba hiperventilando.

— ¡MOMO! ¡MOMO! —La voz de la señora Hirai buscando a su hija era la que se sentía afuera del baño.

— ¡Dios mi madre! —Sin previo aviso la abogada abrió la cortina de la ducha y se metió dentro de la bañera con Sana.

— ¿QUE HACES? —como pudo Sana se tapó con un brazo sus pechos y con el otro su parte intima.

— ¡Shhh! —la abogada la hizo callar.

— Hagan lugar -—Jihyo se metía con ellas.

— ¿Momo eres tú? —Sakura entro sin permiso al baño, esta gente no conocía el concepto de intimidad para nada.

— Hola Sakura —saludó Rosé.

— ¿Has visto a mi hija o a Jihyo? —indagó.

— No, desde que llegué que no la veo —se la quería sacar de encima cuanto antes.

— De acuerdo, nos vemos —cerró la puerta y se fue Rosé sin dudarlo se metió en la ducha junto a las demás— Mina me tienes que ayudar...Jimin y yo nos estamos divorciando y...

— ¿QUE? —la rubia se sorprendía— Jihyo ya me enjaboné, no es necesario que lo hagas —dijo suavemente.

— Yo no estoy haciendo nada —se defendió la bailarina.

— ¡MOMO! —con razón la mano fue directo al trasero.

— Lo siento Sanake, pero es que de verdad tienes un trasero espectacular —parece que por un segundo volvía todo a la normalidad.

— ¡PODEMOS ENFOCARNOS EN MI PROBLEMA! —pidió Rosé

— ENTONCES EXPLICAME PORQUE CARAJO TE DIVORCIAS —así se trataban las hermanas.

— Algo así como que Jimin tiene otra familia en Texas con hijos y todo... pero ese no es el punto...

— ¿OTRA FAMILIA? POR DIOS ROSÉ ¿HACE CUANTO? —Sana no podía creer con la liviandad que lo decía.

— Unos cinco años más o menos... ¿Por qué te escandalizas? No es que yo haya sido muy santa que digamos tampoco —la despedida de soltero de su cuñada fue un ejemplo de eso.

— ¡Guau Rosé! Bien hecho —Momo chocaba los cinco con la hermana de su amiga— Si quieres una probadita de nuestro mundo solo tienes que decirlo, Jihyo y yo estaríamos encantadas —Jihyo asentía a lo patito.

— De hecho, Momo, ya probé y déjame decirte que no me desagradó en absoluto... esa chica Jazmín sí que sabía lo que hacía —comentó

— ¿QUEEEE? ¿JAZMIN? ¿MI JAZMIN? — habían tocado un punto débil de la abogada.

— ¿PUEDEN DEJAR DE TONTEAR? —Sana ya no tenía paciencia y encima se estaba arrugando toda— Rosé —trató de retomar la calma— Cuéntame por favor —pidió.

— Eso es lo que estoy tratando de hacer —se defendió esquivando la mirada asesina de la abogada— Nos estamos divorciando y... y... papá y mamá aun no lo saben, pero el estúpido de Jimin ya está medio borracho y tengo miedo de que diga algo...

— ¡UN CEMENTO!..

— ¿Qué? —Rosé no estaba en la jerga Chou Minatozaki.

— No importa... ¿Jimin está aquí? —preguntó Sana anonadada.

— SI claro ¿Por qué no iba a venir? Estamos simulando que seguimos juntos —esto ya no daba para más.

— ¡DIOS! —Sana se agarraba la cabeza y se olvidaba de taparse.

— ¡HOLA! ¡HOLA! Amigas de Sana —saludó Momo a sus pechos.

— ¿Cómo es que después de tantas hijas las tienes mejor que yo? —Su hermana preguntó.

— ¿Ustedes no se dan cuenta cierto? —la fotógrafa quería que sus amigas y su hermana reaccionaran— Le prometí a Tzuyu que estás vacaciones iban a ser totalmente distintas, Dahyun está medio enferma, llevamos varios días sin sexo y para colmo de todos, las dos personas que Tzuyu más detesta están aquí —lo decía por Azumi, la abuela de Momo y por Jimin— Esto se acabó, voy a esperar a mi esposa, le voy a decir que tenía razón, y nos largamos de aquí —sentenció Sana saliendo de la bañera.

— ¡SANAKE! —La que faltaba, Maiko entraba al baño.

— ¡Mamá! ¿No ves que me estoy bañando? —la rubia miró para atrás para ver si se veía algo, pero las otras tres se habían avivado y se quedaron adentro.

— Tengo que decírtelo antes que tu padre Sana, es urgente —la voz de urgencia era preocupante.

— Cierto... el famoso problema que tenían tú y papá —recordó la llamada por teléfono— ¿Qué pasó ahora? ¿No encuentran el color adecuado para pintar la habitación? ¿Quieren cuarto para colocar un gimnasio? ¿Cuál es el "enorme" problema que tienen? —Sana subestimaba lo que su madre tenía que decirle.

— Por qué no te sientas —ofreció Maiko.

— ¡MAMÁ! DILO DE UNA VEZ POR TODAS, ¡ME QUIERO IR A RECIBIR A MI ESPOSA! —presionó.

— De acuerdo... de acuerdo —Maiko respiró hondo— ¿Te acuerdas que tu padre le pidió prestado a Tzuyu doscientos cincuenta mil dólares para comprarnos la casa en Miami para nuestro retiro? —preguntó nerviosa.

Sana la miró sospechosa— Por supuesto que lo recuerdo, Papá le mostró a Tzuyu las fotos de la casa y del condominio en donde iban a estar y todo lo demás ¿Por qué lo preguntas? ¿Qué pasa mamá? —la fotógrafa ya no subestimaba tanto la situación.

— Pues que... —Maiko tragó saliva— Era mentira —finalmente lo dijo.

— ¿QUEEEEEEE? —Rosé salió de la bañadera arrastrando la cortina con ella y por lo tanto dejó expuesta a las otras dos.

— ¡ROSÉ, MOMO, JIHYO! ¿QUE HACIAN EN LA BAÑADERA CON SANA? —hábil Maiko para tratar de cambiar el tema.

— NO CAMBIES EL TEMA MAMÁ —Rosé era más hábil aún.

— Necesito sentarme —Maiko se lo había ofrecido.

— Es mejor que hablemos en otro momento —la mujer quería escapar.

— Tu no vas a ningún lado —Rosé le trabó el paso— Empiezas a hablar ahora mismo.

— ¡No es culpa mía! —se defendió— Yo me enteré hace unas semanas cuando amenazaron a su padre por teléfo...

— ¿Qué dijiste? —Sana no daba crédito a lo que oía— ¿Amenazaron a papá? —preguntó.

— Esa parte todavía no se las digo, es la peor —dijo.

— ¿Y qué carajo estás esperando para hacerlo mamá? —el horno no estaba para bollos.

— Resulta que su padre... mi marido... usó ese dinero para las apuestas y... — agárrense de las manos diría el Puma Rodríguez— y... ahora debe el doble...

— ¿QUEEEEEEEE? —Si Jihyo no gritó fue porque todavía seguía calculando el doble de doscientos cincuenta mil dólares.

— ...A unos tipos que no son nada sutiles... —completó la idea Maiko.

— ¡DIOS! NECESITO AIRE —Rosé abrió la puerta para encontrarse de golpe con Sakura, la mamá de Momo.

— ¿Con que aquí estás? —Le dijo a su hija— Tu padre y yo queremos que nos expliquen porque encontramos estas vitaminas con el nombre de Jihyo en la cocina —tarde o temprano se iba a saber.

— Tzuyu me va a dejar —se sentía a Sana murmurar— Me va a dejar —se lamentaba.

— ¡ROSÉ! —Toshio entre todas las mujeres— ¿Por qué Jimin está gritando como loco que ahora puede mirar todos los pechos que quiere porque tú y él se están separando? —preguntó a su hija.

— ¡Mamá! —Yoon Ah no llegaba en el momento justo— ¿Qué hacen todos adentro del baño? —Literalmente parecía un baño público— ¿Estás bien mamá? —la cara de Sana no era nada buena.

— Sí...si... —disimuló— ¿Qué pasa Yoon Ah? —Preguntó.

— Dahyun se despertó molesta y pide por ti —hora del ritual— ¿segura que estás bien? ¿Quieres que llame a mami? Estaba estirando en el muelle...

— ¿Tzuyu llegó? —Preguntó la rubia preocupada, Yoon Ah asintió— Escuchen todos... no quiero ni una palabra de esto a mi esposa, lo vamos a solucionar entre nosotros —ordenó.

— ¿Qué pasa ma... —Yoon Ah empezó a preguntar, pero fue interrumpida por golpes en la puerta, raro que alguien golpeara en vez de pasar directamente.

Yoon Ah abrió la puerta revelando a una morena que venía con Dahyun en sus brazos. Primero miró a todos sospechosamente y segundo reparó en el atuendo de su esposa que solo tenía una toalla encima— ¿Qué pasa? —Preguntó— ¿Qué hacen todos aquí? —presionó.

Nadie hablaba— ¿Pueden salir del baño por favor? —les pidió amablemente— Quiero hablar con mi esposa —agregó.

Empezaron a salir uno a uno saludando a la morena que contestaba gentilmente, Momo murmuró un suave suerte y fue la última en salir del baño bajo la atenta mirada de la deportista.

— Sana... —Tzuyu le pasó una toalla— ¿Pasa algo? —Tzuyu lo presentía.

— No es nada cariño... solo que Momo huía de los retos de Sakura por la alimentación de las pequeñas y se escondió en el baño y así fue terminando cada uno acá dentro —Era una excusa muy débil.

Dahyun tosió— Sana —Tzuyu no era tonta— Sé que me estás mintiendo... y voy a preguntar de nuevo —le advirtió— Espero que me digas la verdad —agregó— ¿Qué está pasando? —insistió.

La cabeza de la rubia estaba a mil, su mente evalúo en segundos los pro y los contras de decirle a su mujer todo— Eeee... —se arrepintió— No es nada cariño —la acarició sin obtener respuesta alguna por parte de su mujer— Extrañábamos a nuestros padres y ellos a nosotras —dijo— No pudieron esperar a vernos —intentó por el lado del sentimiento, pero sabía que la morena no había comprado.

Tzuyu la miró profundamente, Sana tuvo que esquivar la mirada— ¿sostienes a Dahyun para que me bañe antes de desayunar? —le preguntó la morena dándole a su hija.

— Báñate tranquila cariño —le dijo saliendo del baño con su hija en brazos.

— Sana... —la llamó haciendo que se diera vuelta— Sé qué me estás mintiendo, sé que pasa algo, y sé que sabes que así no es como funcionamos nosotras —le dijo— Sabes que no nos mentimos y que nos apoyamos mutuamente ¿cierto? —Sana asintió con todo el dolor del mundo mientras sin sacarle los ojos a su mujer la morena se acercó, y dejó un beso en la cabecita de Dahyun— Enseguida desayunamos lobito —dijo para luego cerrar la puerta del baño.

A toda prisa la rubia salió en busca de resoluciones. En la casa no había nadie y dedujo que estaban todos en el jardín, hacia allá se dirigió.

— ¡SANA! —Apenas pisó el césped su hermana, su madre y su padre la abordaron. La rubia dio gracias a Dios que pudo convencer a Dahyun de quedarse con Yoon Ah y con Jake— ¿Puedes decirle a papá que me deje tranquila? —Miró a su padre— ES MI VIDA Y YO HAGO LO QUE QUIERO —le dijo.

— ¡NO PUEDES DIVORCIARTE! —la retó el padre.

— Puedo divorciarme tanto como TU puedes jugarte la plata de mi cuñada —le reprochó. Inmediatamente Tochio miró a su mujer.

— Se los tenía que contar Toshio —se defendió su mujer.

— Sanake yo...

— TU NADA PAPA, NADA —lo frenó la fotógrafa— ¿Cómo fuiste capaz? ¿Cómo te dio la cara para pedirle dinero a Tzuyu y mentirnos? —le reprochó— le mostraste una foto papá, estaba feliz por ustedes —contó.

— Era una apuesta fija... Necesito ayuda —el cara dura pedía ayuda todavía.

— Ya lo creo que necesitas ayuda... apostadores anónimos o como se llame el —le dijo Rosé al grupo.

— No hablo de ese tipo de ayuda —Toshio bajó la cabeza— Necesito devolver la plata —dijo avergonzado.

— Déjame ver si entiendo —Sana lo frenó— Tu pretendes que te demos más plata para pagar tus deudas de juego —afirmó. Toshio asintió.

— ¡ERES UN HIPOCRATA PAPÁ! —Rosé lo quería matar.

— ¿Cuánto papá? —Sana necesitaba saber por cuánto dinero su esposa la iba a dejar.

— No tienen que darme todo solo...

— ¿CUÁNTO DINERO PAPÁ? —Insistió con la pregunta.

— Quinientos mil dólares —dijo de una— tuvimos que venir si o si aquí porque me están amenazando de muerte —eso no lo sabían sus hijas.

La artista se agarró la cabeza— Yo no tengo esa cantidad de dinero —dijo.

— Pensaba a Tzu... que tal vez podríamos pedírselo.

— Ni se te ocurra terminar esa oración papá, ni se te ocurra —la cara de Sana hervía— Te voy a dar cien mil pesos nada más y ya veremos el resto —le dijo.

— Eso no va a alcanzar —Toshio se desesperó.

— Sanake la vida de tu padre está en peligro —saltó Toshio.

— MI MATRIMONIO ESTÁ EN PELIGRO MAMA.... MI MATRIMONIO —gritó— TE CONFORMAS CON ESO Y ES MI ULTIMA PALABRA —sentenció.

— Mamá... —tímidamente Minju se acercaba a su madre— ¿Sabes si mami llegó de correr? Quiero que me enseñe el giro —dijo mirando a sus abuelos— Se está bañando Minju —Sana no tenía fuerza ni para sus hijas.

— Mamá —Sakura era la que aparecía— La tía Moguri está peleando con sus papás y la tía Jihyo está llorando con los suyos, y si llora la tía Jihyo, llora Ji-woo y a mí no me gusta que llore Ji-woo —la pequeña estaba ofuscada con la situación.

Sana levantó su cabeza para encontrarse a toda la familia Hirai Park discutiendo en el costado de la piscina.

— Rosé —Mina era la adulta que llegaba— No quiero interrumpir, pero tu esposo...

— Ex esposo —corrigió.

— Eso ya lo veremos —le dijo Toshio recibiendo una mirada de sus hijas

Mina miró para todos lados— Eee... bueno tú lo que sea... está muy borracho y lleva casi media hora elogiando mis pechos y los de Nayeon —contó— Jeongyeon y Chaeyoung lo quieren matar agregó— Sin contar con que no para de gritarle maricones a San y a Wooyoung. Hyunjin está llorando —Todo era un caos.

— Rosé haz algo —ordenó Sana haciendo que su hermana se fuera inmediatamente a calmar a su ex— Niñas vayan a la cocina con su hermana —Yoon Ah esperaba con Dahyun y sus amigos a Tzuyu en la cocina.

— Vamos para allá —la fotógrafa llevó a sus padres a reunirse con todos los mayores.

En la cocina.

— ¿En serio? No lo creo —Yuri negaba lo que Olivia estaba contando.

Tzuyu, que tenía a Dahyun desayunándose, Yoon Ah, y Hye-won se miraron y empezaron a reír.

— ¿De qué se ríen? Yo quiero reírme también —Minju y Sakura llegaban juntas— ¿me alzas? —le pidió sin pudor el terremotito a Yuri.

— Ni Yuru ni yo —habló Jake— les creemos que cada vez que van al parque juntas terminan en el barro —Dijo el muchacho.

— En realidad si les creemos lo del barro, lo que no les creemos es que no lo hagan a propósito —aclaró Yuri.

— No lo hacemos a propósito —Yoon Ah defendió a su familia— la última vez fue culpa de Hye-won —todos miraron a la melliza que acusaba Sakura. El perezosito se puso colorada instantáneamente.

— Yo solo quería ayudar al patito que se había quedado enredado en la bolsa —y era totalmente cierto, la pequeña se acercó con toda intención de ayudar al ave, lo que no calculo fue que para evitar que al pequeño animalito le pasara algo, necesitaba un poco más de ayuda, y quien mejor para ayudar sin preguntar que su hermana Sakura. Pero aun así no llegaban al pato, menos mal que Minju quiso colaborar. Y llegaron nomás, el tema es que no Minju no pudo sostener el peso que hacían sus dos hermanas y... bueno, todo siguió con Yoon Ah sacando a Sakura y Tzuyu, que tenía a Dahyun con el arnés en su pecho, sacó a las dos mellizas.

— Mami terminó en la cárcel —seguía contando Hye-won ruborizada.

— ¿Cómo que en la cárcel? —preguntó Jake.

— Teníamos una especie de orden de restricción al parque y bueno supuestamente yo era la mayor responsable —contó la morena como si nada.

— Yo sigo sin creerlo —el muchacho estaba escéptico.

— Nadie nos cree —comentó Minju— Pero no nos importa... —poque momos geniales —Dahyun hacía partir de risa al grupo

Otro grupo no muy sonriente llegaba a la cocina y cambiaba el curso de la conversación.

En el jardín.

— Escuchen todos —Sana envió a Yunjin, Ji-woo y Hyunjin a la cocina y reunió a todos los mayores— Sé que todos tenemos problemas por resolver y créanme que no hay nadie que quiera que se resuelvan más que yo, pero ahora no es el momento —dijo.

— Pero... —Sakura quería protestar.

— Un segundo Sakura —pidió la rubia— Por favor... quiero que me prometan que vamos a esperar a que las cosas se calmen para hablar... después de todo estás son las vacaciones de todos ¿Puede ser? —miró a todos los adultos, nadie hacía ningún gesto.

— ¿Y dónde está tu mujer? Porque no está aquí resolviendo las cosas como nosotros —Azumi la tenía contra Tzuyu.

— Abuela no empieces —le pidió la abogada.

— Solo digo lo que veo —agregó la mayor de todos.

— Azumi, por favor, Tzuyu no tiene nada que ver con ninguna de estas discusiones —explicó paciente— ¿Podemos dejar esto para después? —Suplicó— Por favor —insistió logrando esta vez la afirmación total.

Un silencio rotundo se hizo en el grupo y cuando Sana se dio vuelta supo porque, Su esposa se acercaba con toda la corte de niños y adolescentes atrás. Se frenó en frente del grupo— ¿Todo bien? —Volvió a preguntar obteniendo las usuales respuestas de "sí, todo bien" "todo perfecto" entre otras.

Sana pensó que lograba zafarse cuando Azumi habló— Es evidente que tú no participas de las conversaciones de adultos —comentó con mala intención— ¿Por qué te interesas ahora? —destilaba veneno puro.

— Vamos a la cancha —informó ignorando por completo a la abuela— por los que quieran unirse —les dijo mirando sobre todo a Jeongyeon y a Momo. De hecho, a esta última la miro detalladamente, la abogada trató de correr la cara, pero Tzuyu llegó antes.

— ¡Vamos mami! —Minju detenía la inspección salvando a su tía de un interrogatorio.

— ¿Ustedes se van a encargar del almuerzo? —preguntó antes de irse a nadie especifico.

— Pensábamos hacer una parrillada —comentó Minho tratando de suavizar el ambiente.

Tzuyu asintió y los miró a todos por última vez y con todas las intenciones de dar media vuelta e irse, pero cuando llegó a Jimin y lo vio con la mirada fija en el cuerpo de Sana, el cambio de cara de la morena hizo que todos siguieran su línea de visión. Rosé le dio un codazo a su ex esposo para despabilarlo.

El tipo miró a Tzuyu y alzó los brazos— ¡No culpen al comprador, cuando ellas muestran lo que está de oferta! —dijo el muy descarado recibiendo otro codazo de Rosé.

Sana pudo ver como su esposa estaba haciendo toda la fuerza del mundo para no írsele encima a Jimin. Los ojos de Tzuyu estaban al borde de la rabia, y sus nudillos estaban blancos de la fuerza con que apretaba sus puños. Antes de que Sana pudiera hacer algo, su mujer ya se había movido hacia sus hijas.

— De esta no me salvo —susurró Sana para sí.

En el almuerzo.

Como el día estaba realmente hermoso, en grupo, y con una tranquilidad insospechada por Sana y los demás, habían decidido almorzar en el jardín. Había una larga mesa, y ya todos estaban ubicados en distintos asientos de ella. Solo faltaba Wooyoung, que estaba terminando de servir la parrillada, y Tzuyu, que estaba con la dura tarea de darle el remedio a su hija. Supuestamente era el turno de Sana, pero la morena sin decir nada tomó la tarea como propia, la fotógrafa no se atrevió a contradecirla, lo único que le faltaba es que su esposa explotara por algo así. Déjenme que les hable de las palabras explotar y Tzuyu juntas y no precisamente en un contexto sexual. La morena es una de esas personas que rara vez pierde la paciencia, al contrario de Momo o Sana que lo hacen con frecuencia. Tzuyu esa opción la deja para lo último y generalmente está relacionada con los celos hacia su esposa o con la protección hacia su familia, el problema está cuando pasa. Cuando pasa, el lema es "Hay que huir, si te quedas atrás no regresamos por ti" y eso todos sus amigos lo sabían bien y por eso Sana desistió de la idea de discutir con ella sobre un remedio... ¿quieres darle tú la medicina? De acuerdo... hazlo.

Ahora mismo la rubia estaba sentada en una de las esquinas de la mesa. Había dejado un asiento vació a su izquierda para Tzuyu y la sillita de Dahyun había quedado en la punta de la mesa por una cuestión de distribución a la izquierda del asiento de Tzuyu. Sana a su derecha tenía sentada a su hermana y en frente de ella a sus padres y a Jimin, lo cual era muy incomodo por las miradas que el tipejo le daba a la fotógrafa de vez en cuando. Miradas que Sana no protestaba por la misma razón que no protestó lo de la medicina. Sana quería todo estuviera bien para su esposa.

El tema es que no estaba todo bien para Tzuyu. Cuando la morena llegó a la mesa, obviamente llorando y siendo esquivada por su hija, a la que aun le caían lágrimas por sus ojos, lo primero que hizo fue correr su silla de al lado de Sana para poner la de Dahyun en su lugar y la de ella la llevó a la punta. Por primera vez se alejaba a propósito del contacto de su mujer, y eso debió ser una señal de alerta para la rubia. Señal que con todo su dolor Sana volvió a ignorar, y no debió hacerlo. Créanme que no debió— Lobito mírame por favor —Una vez sentada en su lugar Tzuyu le pedía atención a su hija

— Mmno...nono —la pequeña sacudía su cabeza— Mamá... mamá... quero mamá —Dahyun pedía desde su sillita a Sana.

Sana giró los ojos, la ratita traicionera siempre hacía lo mismo, le daba vuelta la cara a la madre que le daba el remedio— Yuna cariño... es sólo medicina para que te mejores y no te sientas mal —le explicó la rubia mientras Wooyoung le servía a Tzuyu y después se iba a sentar junto a su esposo e hijo.

Poco a poco Dahyun se fue calmando. Al principio no quería comer la carne que Tzuyu le había cortado, después la morena le insistió a Sana que ella se la diera para que la pequeña comiera y la niña empezó a comer. Después de unos minutos ya se había olvidado del mal trago del remedio y ya tenía su mano en una de las orejas de su mami Tzu. Sana respiraba, todo parecía más calmo... hasta que Ryuji, el padre de Momo rompió el lindo silencio

— Dime Jeongyeon —le habló a la chica— ¿Cómo va tu carrera en el baile? —le preguntó cordialmente.

Jeongyeon trató de tragar su carne lo más rápido posible para contestar— Pues, después de haber decidido dejar de hacer gira con algunos artistas, pensé que iba a ser difícil conseguir algo —contó— pero, gracias a que Jihyo me recomendó para ocupar su puesto en la academia, no he sentido mucho el...

— ¿Qué dijiste? —Al padre de Jihyo no le había gustado nada lo que había escuchado. Nuevamente se hacía un silencio sepulcral.

Jeongyeon escuchó a Momo atragantarse y miró a Sana inmediatamente— Eeeee... —la chica supo que había hablado de más.

— ¿Cómo que ocupaste el lugar de mi hija? —Insistió el hombre— ¿Te ascendieron? ¿Te despidieron? ¿Qué paso hija? —ahora le hablaba directamente a la bailarina.

— Cuéntanos cariño —lo apoyó la madre de Jihyo.

Jihyo miró a Momo, luego a Sana y luego enfrentó a sus padres— No pasó nada de eso papá —lo dijo en voz muy baja, pero se pudo escuchar— Yo renuncié —dijo no muy segura.

— ¿Cómo que renunciaste? —le preguntó el hombre nervioso.

— Tranquilo... tranquilo —su mujer lo calmaba— Estoy segura de que hay una buena explicación ¿cierto Hija? — presionó la señora.

— Momoring y yo...

— Momo —la corrigió su suegra, la mujer odiaba que le dijeran así a su hija.

Jihyo apretó sus labios— Momo y yo decidimos que era mejor que yo me quedara en casa con las niñas, y además el doctor nos recomendó que para quedarme embarazada era mejor no estresarme...

— ¿Esto fue idea tuya cierto? —el padre de Jihyo se enfrentaba a Momo.

— Papá... fue idea de las dos —la defendió Jihyo.

— ¡Te lo dije! ¡Te lo dije! —Le decía el hombre a su esposa— Te dije que esta mujer es y será una mala influencia para nuestras hijas.

— Para que sepas —Sakura no se iba a quedar callada— que la estúpida idea de otro bebe fue de Tu hija —resaltó.

— No es una estúpida idea mamá —le dijo Momo.

— ¡Por Dios hija! Apenas pueden con dos y quieren otro más —El doctor Hirai se metía para peor.

— ¿Y tú como sabes eso? —retrucó la abogada.

— Porque soy tu padre, se de lo que eres capaz —resaltó.

— ¿Por qué no renuncias tú a tú trabajo? —el señor Park seguía con lo mismo. Jihyo no podía contestar de las lágrimas que caían.

— Mi hija es abogada no una simple bailarina —peleó Sakura.

— ¿Podemos tranquilizarnos por favor? —Sana se paró de su asiento a pedir calma, la cara de su esposa le hacía notar que su plan de esconder todo estaba fallando— terminemos de almorzar y hablamos tranquilamente después...

— Ustedes jovencitas tendrían que aprender a callarse ante los mayores —comentó Yuri desde su silla— Nos tendrían que respetar —agregó.

— Señora Hirai nadie le ha faltado el respeto —contestó Sana— Sólo que pienso que es mejor calmarnos y hablarlo luego...

— Podemos hablar luego de lo bien que te queda ese vestido —El borracho de Jimin tenía que hablar— o mejor dicho lo bien que te verías sin el...

— ¡Puedes cerrar tu bocota Jimin! —le gritó Rosé— ¡Eres un estúpido! Y por eso mismo nos estamos divorciando —dijo.

— ¡Tú no te vas a divorciar! —saltó Tochio.

— No te metas papá —lo trató de frenar Rosé.

— Me meto todo lo que quiera —Irrumpió el hombre— Yo no quiero que me señalen como el padre de una divorciada...

— ¡Eres un hipócrita papá! ¡Un hipócrita! Lo dices tú, que tienes que venir a esconderte a esta casa porque estás amenazado de muerte —soltó Rosé.

— Cállate Rosé...Sana me va a prestar el dinero...

— Nadie te va a prestar nada papá —no había remedio, ya se había desmoronado todo. Sana no pudo frenar su boca— No pienso darte un centavo ¿me oyes? Tu solo te metiste en esto... tu solo sales —le dijo firmemente.

— ¡Sanake! —Toshio, la que faltaba.

— Tú no te metas mamá... Lo mínimo que podrías haber hecho era avisarnos de las conductas de este irresponsable.

— ¡No le hables a si a tu padre jovencita! —grito Maiko entre medio de todos los gritos que se escuchaban.

— Mina tiene razón —la defendió Rosé.

— ¡Se callan las dos! —las frenó Toshio— Ya estoy harto, no puedo creer que una divorciada y una lesbiana me estén dando clases de moral —escupió de mala manera.

— Era un caos. Los Hirai —Park discutían, por un lado. San, Mina y Nayeon agarraban a sus respectivas parejas para que no se fueran sobre el ex marido de Jimin. Azumi decía comentarios venenosos al azar y los Minatozaki peleaban en otra esquina. Solo faltaba una chispa para que explotara todo.

— Cometí un error —seguía discutiendo Toshio— Tu cometiste un error cuando quedaste embarazada de Yoon Ah y yo no...

— ¡BASTAAAAAAAAAAAAA! —Ups la chispa que faltaba. El big bang, la explosión, "huye que si te quedas atrás no regresamos por ti". Tzuyu se había parado de su lugar, y golpeo tan fuerte su plato que logró quebrarlo y se lastimó la mano. Volvió el silencio y todas las miradas se posaron sobre ella.

— Tzu... —Quien habrá sido el ingenuo que se atrevió a hablar.

— ¡DIJE QUE BASTA! ¡HAGAN SILENCIO POR UNA PUTA VEZ! —Ordenó logrando que no se sintiera ni el volar de una mosca.

Respirando hondo miró a Jake que estaba sentado al lado de Yoon Ah— Jake, hazme el favor de llevarte a Yoon Ah, Yuri, las Niñas y Hyunjin a comer al restaurant de aquí cerca —indicó— usa la camioneta —le dijo mientras con una servilleta frenaba su sangre.

— Si señora Chou —El jovencito no titubeó y se paró de la silla haciendo que su novia lo siguiera

Chaeyoung miró a Olivia que se acercaba para llevarse a Yuna - Las llaves están junto a mi billetera, usa mi tarjeta de crédito - la joven asintió y siguió el camino de sus hermanas.

Cuando la mesa estuvo libre de personas inocentes Tzuyu volvió a mirar a la mesa con la misma frialdad que los hizo callar.

— Tzuyu disculpa es que... —ahora sí se pudo identificar al Doctor Hirai como el dueño de la voz que osó hablar en este momento.

— Haruto si me disculpa ahora voy a hablar yo —lo frenó tratando de ser calmada— No pienso tolerar más gritos ni faltas de respeto en mi casa, esta casa fue construida para otras cosas totalmente distintas a esto, y no lo voy a tolerar. Ya me cansé —habló— Todos tenemos problemas, y cuando surgen se tratan de solucionar, pero esta no es la forma —levantó la mano frenando lo que iba a ser una interrupción del padre de Jihyo— Señores Hirai —miró a los padres de Momo— Señores Park —miró a los padres de la bailarina— con todo el respeto del mundo que ustedes se merecen, déjenme decirles que ustedes no tienen la menor idea de las hijas que tienen —afirmó— Esas dos mujeres han y están criando dos hermosas personitas, ustedes no tienen derecho a decir que no saben lo que hacen —dijo— Ustedes no vieron a Momo dormir solo dos horas cuando a Yunjin le dio Varicela, o no estuvieron cuando Jihyo lloró cuando Hana tocó en su primer concierto... porque si bien recuerdo, ustedes no fueron al concierto a pesar de que las invitaron —metió el dedo en la llaga— Si hay alguien que sabe cómo ser madres son Momo y Jihyo, y después de todo, ellas ya son lo suficientemente mayores como para hacer de su vida lo que quieran —Finalizó.

— En cuanto a ustedes —Miró a los Minatozaki —Puedo tolerar cualquier cosa de usted Toshio —le habló directo al hombre— menos que llame a mi hija un error ¿entendido? Yoon Ah es lo más grandioso que pudo hacer Sana y si lo vuelvo a escuchar no voy a responder de mi —aseguró— No sé qué problema tenga, y eso lo vamos a hablar y resolver usted y yo en privado, pero no voy a permitir que cargue problemas sobre la espalda de mi esposa y mucho menos que ponga en riesgo la vida de Sana y de mis hijas —la cara de la morena daba miedo

— Es muy fácil hablar para ti que no tienes padres —Azumi envenenaba el ambiente.

— CIERRA LA BOCA AZUMI —la calló Sana— ME TIENES CANSADA, DESTILANDO VENENO TODO EL TIEMPO. APRENDE A CALLARTE DE UNA VEZ POR TODAS —la rubia estaba sacándose todo de adentro.

— ¿Sabes una cosa Azumi? —Tzuyu la enfrentó— Mis padres no están aquí, pero si estuvieran, en lugar de estar metiéndose en la vida de su hija, estarían disfrutando esta casa con sus nietas —largó— Mis padres hubieran estado en cada partido de Minju, mis padres hubieran escuchado cada cosa que tenía Sakura por decir, mis padres hubieran ido a cada concierto de Ji-woo —los mayores agachaban la cabeza con vergüenza— Mis padres hicieron esta casa para descansar, para llenarla de amor y por sobre todas las cosas para disfrutarla conmigo y el día de mañana con sus nietos. Desafortunadamente, ellos no están aquí, pero estoy segura de que si hubiera pasado esto hubieran sido los primeros en proteger a los niños de este griterío —les dijo a todos en voz alta— Los quiero afuera de esta casa para cuando vuelva —esto último sorprendió a todos.

— ¿A dónde te vas? —Sana le preguntó inmediatamente a su esposa.

— Necesito andar en moto un rato...

— Deja rubia que yo me encargo de ti —Jimin aportaba su cuota de desagradable. Tzuyu se había olvidado de un detalle.

— Cierto —la morena se frenó en sus pasos— Me olvidaba de algo —fue directo hasta Jimin y sin frenarse ¡PUM! el borracho iba a dormir un buen rato. La trompada de Tzuyu era un anestésico seguro.

— Tzu... bebe... déjame que te vea la mano —Sana agarró su rostro tratando de calmar a su esposa. Pero por primera vez eso no funcionó.

— Necesito irme —La morena se soltó de su chica y se fue. Tenía que pensar.

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