Capítulo 67.- Es tu turno
Dos años después - Casa Chou Minatozaki - sábado en la mañana.
— Dahyun... Dahyun... —Sana llevaba más de quince minutos tratando de despertar a su hija menor que estaba ocupando el otro lado de su cama— Dahyun... cariño... es hora de despertar —La pequeña de dos años y medio tenía la cabeza en el estómago de su madre mientras con su brazo derecho abrazaba a Uno, en realidad Sana no sabía muy bien qué número de pingüino era, pero era uno de los peluches de Yoon Ah que habían pasado por todas las manos de sus hermanas— Vamos chiquitita mía, despierta para mamá —pidió.
— No... —la pequeña daba vuelta en la cama negándose a cumplir los deseos de su madre.
— Vamos cariño —La fotógrafa acariciaba suavemente su espalda. Años de despertarse con los besos y las caricias de su esposa, le habían enseñado, que no hay mejor forma de lidiar con un "madrugón Minatozaki" que haciéndolo con cariño.
Es por eso, que generalmente tenía que empezar a despertar a sus hijas media hora antes de lo previsto. No era una tarea que alguna de las madres tuviera asignada específicamente, lo hacían según quien estaba disponible, y en este momento que su esposa estaba en el último entrenamiento antes del receso de verano, era la rubia la que tenía que comunicarle a sus hijas la dura noticia de despertarse.
Años atrás, Sana hubiera empezado por Yoon Ah, la mayor de sus hijas era la peor de todas a la hora de levantarse. Con decirles que, durante todo el primer año de universidad, el cangurin hizo que Tzuyu, la única que se levantaba temprano, la llamara antes de irse a correr para que no llegara tarde a sus clases.
Luego seguían las mellizas, Minju era la más fácil de todas, un beso en su frente y la pequeña ya estaba lista para empezar su día. El gran problema era con Hye-won. Hye-won directamente no se despertaba, había que cambiarla dormida, bajarla a desayunar dormida e inclusive viajaba al colegio semi dormida, al día de hoy ni la morena, ni la rubia entienden como es una de las primeras en su clase.
La siguiente en la lista para despertar era Sakura, no era que al lechucín costara despertarla, sino más bien, daba miedo despertarla. Cada vez que una de sus madres entraba a la habitación para hacerlo, encontraban a su hija en diferentes posiciones, con las piernas colgando de la cama, con la cola hacia arriba, durmiendo hacia un lado, hacia el otro y hasta a veces dormida en el piso sobre sus dos almohadas. Una vez que se superaba el golpe de encontrarla durmiendo en alguna forma rara, había que enfrentarse a la ira de haber tenido la "osadía" de interrumpir algún sueño que la niña estaba teniendo. El malhumor de Sakura a esa hora de la mañana no era algo que alguien quisiera vivir.
Justo cuando pensaron que despertar a su última hija no podía ser más difícil o diferente que sus otras hermanas, viene Dahyun y adopta una nueva modalidad. Cuando Tzuyu se levanta y antes de irse a correr, revisa las habitaciones de sus hijas, Dahyun la está esperando con los brazos abiertos, para que la morena la lleve a terminar de dormir con su otra madre. Es entonces cuando, luego, alguna de las dos tiene que despertarla con las habituales modalidades usadas con alguna de sus hermanas. Pero es después de despertarla donde se complica la cuestión, por el ritual mañanero que tiene el lobito. Dahyun necesita pasar un rato arriba de los brazos de su mamá Sana, para después desayunar en las piernas de su mami Tzuyu.
— Dahyun... despierta... vamos a desayunar con tus hermanas —Sana acarició su cabecita y besó su mejilla varias veces— ¿Nos despertamos? —insistió. La pequeña rubiecita se movió quedando boca arriba y le estiró sus brazos a su madre para ser recogida, los ojos no se abrieron por nada del mundo. Sonriendo, Sana, levantó a su niña y ambas marcharon en busca de las otras dormilonas.
— ¡Buenos días! —con Dahyun en brazos, la fotógrafa entraba en la concina y saludaba a sus otras tres hijas.
— ¡Buen día! —saludó Minju mientras comía sus cereales.
— ¡BUENOS DIAS MAMÁ! —Sakura la recibía con entusiasmo— ¡DESAYUNO! ¡DESAYUNO! —pedía.
— Muendosdias —En el idioma de Hye-won eso quería decir buenos días, lo hubiera dicho más claro si no tuviera su cabeza entre sus manos e hiciera un poquito más de fuerza para abrir los ojos.
Cuando Sana fue a buscar las cosas que faltaban a la nevera se encontró con una nota que su mujer había dejado, volvió a sus hijas y leyó mientras se balanceaba con Dahyun encima "Buenos días mis cinco amores dormilones, estoy entrenando, y seguramente estoy pensando en ustedes. Extraño desayunar con mis mujeres. Las amo. Sana te amo" fin de mensaje y enorme sonrisa para todas las rubias.
— Mamá... —Hye-won había despertado— ¿Cómo supiste que amabas a mami Chaeng? —preguntó incisivamente.
Sana suspiró, la respuesta no era nada difícil— Sólo lo supe cariño —respondió— Apenas la vi, apenas nos encontramos, apenas nos chocamos supe que la amaba —contó sin dudar.
— ¿Puedes ver las estrellas desde aquí? —le preguntó Sakura.
— Cuando mami está cerca ¿Puedes sentir el sol? —Minju agregó otra pregunta.
— Cuando mami te toca ¿Te derrites? —Ahora lo dijo Hye-won media avergonzada.
Sana se rió cuando se dio cuenta de dónde venían todas esas preguntas— Eso es todo lo que su mami me ocasiona — contestó sabiendo lo que se le venía, sus hijas se habían vuelto adictas a esa canción de Beyonce (LOVE ON TOP).
Cuatro rubias se miraron mientras una seguía aferrada arriba de su madre. Las tres niñas mayores empezaron a chasquear sus dedos con ritmo, Sana las seguía con su mano libre que no sostenía a Dahyun.
Sakura se bajó de su silla y... Un... dos... tres...— ¡BRING THE BEAT IN! —Sakura le dio comienzo a la canción Saltando de la banqueta de desayuno, Minju decidió empezar a cantar acompañando la melodía con unos pequeños pasos de bailes que las hermanas habían tratado de copiar del video.
Honey, honey
I can see the stars all the way from here
Sakura siguió poniéndose al lado de su hermana a imitar sus movimientos.
Can't you see the glow on the window pane?
I can feel the sun whenever you're near
Hye-won se unió a las otras dos agregando.
Every time you touch me I just melt away
Las tres miraron a Sana y la rubia supo que venía su turno, Las niñas le hacían el coro.
Now everybody asks me why I'm smiling out from ear to ear.
(They say love hurts)
But I know
(It's gonna take the real work)
Nothing's perfect, but it's worth it after fighting through my fears
And finally you put me first
Las cinco alineadas cantaron al mismo tiempo, bueno Dahyun simplemente se dejaba llevar por su madre.
Baby it's you.
Justo a tiempo Tzuyu entraba a la cocina para encontrarse con sus mujeres señalando hacia el lugar donde estaba ella parada.
You're the one I love.
Sana no podía creer la exactitud de la llegada de su mujer, tenía que poner énfasis en su canto.
You're the one I need.
You're the only one I see.
Come on baby it's you.
Las rubias bailaban al tiempo que Tzuyu no paraba de sonreír y de mirarlas.
You're the one that gives your all.
You're the one I can always call. When I need you make everything stop.
Finally you put my love on top.
Sana se acercó a Tzuyu y la abrazó dejando a Dahyun apretada en el medio. La rubia siguió cantándole al oído a su esposa mientras las voces de sus hijas se sentían detrás.
Ooo! Come on Baby.
You put my love on top, top, top, top, top.
You put my love on top.
Ooo ooo! Come on baby.
Tzuyu agarró a su chica por la cintura y buscó inmediatamente sus ojos, Dahyun seguía agarrada a su mamá Sana, pero apenas sintió a su otra madre cerca, estiró un brazo para agarrarle la oreja. La fotógrafa siguió susurrándole la canción.
You put my love on top, top, top, top, top.
My love on top. My love on top.
— ¡YAYYY! ¡MAMI! PONES EL AMOR DE MAMÁ ARRIBA —festejó Sakura corriendo hacia sus madres para unirse al abrazo.
— ¡MUY ARRIBA! —Minju aumentaba la cantidad de gente abrazada. Hye-won se unió sin decir nada.
— Vengan aquí mis Beyonce —Tzuyu las abarcó a todas con sus brazos.
— ¿Puedo tener un gran trasero como Beyonce mami? —preguntó la siempre discreta Sakura mientras las pequeñas volvían a la mesa de desayuno.
— Pregúntale a tu mamá cariño — contestó Tzuyu— Ella sabe de grandes traseros —comentó.
— ¡OYE! —Sana se hizo la enfadada— No te escucho quejarte de el —le dijo jugando.
— Jamás amor, jamás me vas a escuchar —Tzuyu le dio una palmadita cariñosa precisamente en su cola.
Una vez arriba de su mami Tzu, Dahyun estaba terminando de desayunar junto a sus hermanas. La pequeña seguía agarrando con una de sus manos la oreja de su mami, mientras con la otra tomaba su jugo.
— ¿Le dijiste al coach SeokJin mi idea mami? —Después de que Minju y Tzuyu analizaron el último partido de las Liberty la pequeña había dado su opinión.
— Si pececito, pero no quiere cambiar la jugada...
— ¡Pero tú tienes que terminar en la línea de tres puntos! —Minju defendía su idea.
— No te preocupes Min, yo voy a terminar en la línea de tres igual —le guiño el ojo. Después de cinco campeonatos ganados y siete premios como la mejor jugadora de la temporada, Tzuyu se había ganado el derecho a hacer lo que se le plazca dentro de la cancha. El pececito se rio junto a su mamá.
— Mamá —Sakura había estado esperando el momento para hablar— ¿Cuándo vamos a ir a comprar nuestros vestidos blancos para la fiesta de la tía Momo en el campo de los abuelos? —La reacción de Tzuyu ante la pregunta de su hija fue inmediata, miró a su mujer rápidamente. Por el contrario, Sana esquivó su mirada.
— ¿Tengo que usar vestido mamá? —Preguntó Hye-won— ¿No puedo ir de pantalón como mami? —volvió a indagar.
— ¿Nos vamos el lunes? —preguntó Minju.
— Eeee... después hablamos de eso niñas —esquivó los cuestionamientos de sus hijas, podía sentir la mirada de la morena quemándola.
— Me voy a bañar —Tzuyu se levantó, dejó suavemente a su hija en su silla, besó a cada una de ellas y desapareció por las escaleras sin mirar a su mujer.
— Terminen de desayunar tranquilas —les dijo Sana para poder seguir a su esposa, no podía posponer la charla.
Cuando la rubia entró a la habitación que compartía con su esposa, la encontró desvistiéndose— Tzu...
— No me digas así —Ups la morena estaba enfadada.
Sana giró los ojos— Eres mi esposa y te digo como quiera —La artista no podía perder una— hablemos por favor - Pidió aflojando. En realidad, el hecho de que su morena estaba en ropa interior ayudó a relajarse.
— Te dije que no quería ir al campo este año Sana —salía el tema de la discusión.
— Y yo te dije que NO podemos NO ir al campo... vamos todos los años... Las niñas aman ir... nuestros amigos aman ir... YO amo ir —dijo— Es una costumbre familiar Tzuyu —las cosas se ponían candentes.
— Pero yo no —sentenció la deportista tratando de no levantar la voz— Ya no es lo mismo... no son vacaciones, son todo lo contrario a unas vacaciones —Desde hacía ya más o menos cuatro años que Tzuyu venía aguantando que sus descansos fueran arruinados por toda familia de sus amigos, por sus suegros, por el estúpido esposo de su cuñada, por más gente, gritos, peleas, niños y niñas alteradas... Esa no era la casa de verano que habían querido tener sus padres.
Sana miró a su esposa, ya habían tenido esta conversación antes, ya se había dado cuenta que su mujer no la pasaba para nada bien en ese lugar, pero ella misma lo amaba y tenía demasiada presión de sus hijas y amigos como para ceder— Amor —suspiró— te prometo que esta vez va a ser distinto —le dijo.
— Eso ya lo prometiste el año anterior y no sucedió —Saltó rápido.
— Esta vez es en serio —Sana ponía sus mejores caras.
— Sabes que eso no es cierto —retrucó la deportista.
— Tzuyu —Sana iba a intentar otra cosa— Momo ya mandó las invitaciones, todos en su estudio esperan su fiesta, o debo recordarte que esa fiesta le dio el puesto de socia en el estudio —dijo.
— Momo tuvo ese puesto porque trabajó duro para conseguirlo —era cierto— Y me importa un pepino la condenada fiesta —le aseguró— Puedo hablar con Florence para que ella consiga otro lugar —dijo.
El nombre de la organizadora hizo estragos en el monstruo verde interior de Sana. La rubia iba perdiendo el control poco a poco— ¿Y lo que yo quiera hacer te importa un pepino? —esta pregunta le agregó una voz seductora y una excesiva inclinación de su cuerpo hacia adelante.
Tzuyu la miró— No hagas eso... —le reprochó.
— ¿Qué estoy haciendo? —Sana sabía que estaba haciendo, pero no lo iba a reconocer.
— Eso —Tzuyu señaló la cara de la rubia— Pones caras que sabes que me debilitan y no es justo. Tú sabes que si me hablas así, que si me miras así o mueves el trasero o te inclinas como estás ahora —la rubia estaba mostrando sus mejores atributos— Si haces algo de eso, me convences y no quiero ser convencida. No vamos a ir al campo y punto —era la final, Tzuyu tuvo que dejar de mirar a su esposa.
Por alguna razón la fotógrafa tuvo la intuición que lo siguiente que iba a decir, le iba a traer problemas— ¡Eres una caprichosa! —sentenció dispuesta a recibir el peso de la mirada de su mujer.
— ¿Qué dijiste? —la morena se acercaba a ella peligrosamente.
Sana no iba a aflojar— Lo que escuchaste —afirmó— Eres una caprichosa, todos quieren ir al campo, pero como a la señorita se le puso en la cabeza que ella no quiere ir, todo tenemos que hacer lo que la señorita desee —las palabras salían de la boca de la rubia sin control.
— No sigas Sana —Tzuyu sabía cómo iba a terminar este intento de discusión.
— ¡Sigo todo lo que quiero! —Adiós control, bienvenida la perra— ¡Eres una egoísta! Claro... como tú no trabajas... — Sana sabía que tuercas tocar.
— Insulta lo que yo hago todo lo que quieras, aun así, no vamos a ir —la impenetrabilidad de Tzuyu hacía hervir a su esposa.
— ¡Te importa un carajo lo que piensan los demás! ¡Te importa un carajo lo que pienso yo o lo que piensan tus hijas... —fue demasiado, tendría que haber frenado antes. La cara de dolor de su esposa la partió en dos— Tzuyu yo...
— Tu nada Sana, tu nada —La morena ya se estaba vistiendo de nuevo a toda velocidad.
— No quise decir eso... —insistió, pero Tzuyu ya estaba corriendo escaleras abajo.
— ¿A dónde...? —Ups, la morena agarró las llaves de la moto, señal de peligro.
Sana siguió en silencio y escuchó desde el portazo hasta que el ruido del vehículo de dos ruedas que cada vez fue más bajito hasta que desapareció.
— ¿Se fue en la moto? ¿Se pelearon? ¿Qué hiciste? —sus hijas la indagaban sabiendo que pasaba cada vez que su mami Tzu elegía andar en su moto
— No pasó nada... no pasó nada —Síguelo repitiendo Sana, tal vez te convenzas.
Dos horas más tardes.
— No mamá, te he dicho que lo más probable es que no vayamos al campo este año —Sana llevaba un buen rato hablando con Maiko y tratándole de hacer entender que no se iban a ver en el campo de los Chou— Así que dime lo que papá y tu tengan que decirme, ahora —presionó— ¡QUE NO MADRE! TZUYU NO QUIERE IR ¿ACASO NO ENTIENDES LO QUE TE ESTOY DICIENDO? —La estaba volviendo loca— No está... se fue en su moto... ¿Cómo que qué le hice? Yo no le hice nada —se defendió del ataque— ¿Tú crees que si la pudiera convencer con sexo ya no lo hubiera hecho? —Pregunta estúpida— Dime el problema que tienen y voy a ver qué puedo hacer mamá — Maiko la había llamado para decirle que Toshio se había metido en un problema delicado y que necesitaban su ayuda— Si me lo quieren decir en persona van a tener que venir a casa —le dijo— No mamá, no nos vemos dentro de tres días en el campo... ¡QUE NO VAMOS! —Sana suspiró su madre no lo entendía— mamá... mamá... —lo último que escuchó Sana fue un grito de su madre preguntándole a su padre si ya había empacado el traje de baño, su madre no entendía nada& ¡DEMONIOS! —las ganas de estampar el celular en la pared no le faltaban. Pero en lugar de eso se limitó a apoyar su frente sobre e la mesada de la cocina.
— ¡Llegaron las tías! ¡La tía Momo no trae muy buena cara! —anunció Minju mientras corría a abrir la puerta.
— ¿POR QUE DEMONIOS NO ATIENDES MIS LLAMADAS RUBIA HUECA? —Momo entró a la cocina echando humo, Sana no se molestó ni en levantar su cabeza para saludarla.
Jihyo llegaba detrás de su esposa— ¿Qué pasa Sanake? —Preguntó preocupada por su amiga— ¿Dónde está Chewy? —Si Tzuyu estaba cerca, Sana nunca estaba así.
— Moto —la artista sabía que sus amigas iban a hacer las mismas deducciones que los demás.
— ¿Cómo que moto? ¿Qué hiciste ahora? —le preguntó la mayor.
— ¿Por qué todo el mundo pregunta lo mismo? —sus amigas la miraron— La traté de egoísta, de vaga y peor aun... le dije que no le importaba ni yo ni sus hijas —el silencio de la pareja le hizo ver la gravedad de sus palabras.
— Sana...
— Lo sé, lo sé. Se me fue de las manos, pero Tzuyu no quiere ir al campo y...
— ¡UN CEMENTO! —Esto era mucho más importante para Momo— ¿Cómo que no quiere ir al campo? —preguntó con una mano en su pecho.
— Vamos Moguri... todos sabemos que Tzuyu no la pasa nada bien cuando va —Momo y Jihyo no pudieron negarlo— Y lo peor de todo es que yo quiero ir, mis hijas esperan desesperadas por sus vacaciones en el campo de los abuelos... Sakura ya empacó su uniforme de mecánica —una actividad que las niñas compartían con Tzuyu— Mis padres quieren ir...
— ¡Todos queremos ir! —agregó la abogada.
— Ji-woo nos viene diciendo desde hace un mes que esta vez si se va a tirar desde la roca —contó la bailarina. El patito era la única que faltaba además de Dahyun.
— Lo sé. Pero ¿Qué quieren que haga? No la pude convencer... ¡Y si! —Agregó ante la mirada que le hicieron sus amigas— Intenté todo, pero luego se fue —dijo.
— Vamos a tener que tomar medidas extremas entonces —le dijo Momo agarrando su teléfono— No Moguri —Sana se negó, no podía hacerle eso a su mujer— No podemos hacer eso, Tzuyu nos va a odiar, me va a odiar —aseguró.
— No tiene por qué enterarse que fuimos nosotras —le aseguró.
— Es muy arriesgado, es un golpe bajo —se negaba rotundamente.
— Es la única forma Sanake —Jihyo la desestabilizó.
La fotógrafa suspiró y volvió a tomar su cabeza entre sus manos— ¡Sí! —Festejó la mayor marcando un número en su celular— ¡Hola Yoon Ah...!
Apenas Tzuyu llegó a la casa, las tres amigas ocultaron toda la planificación de la fiesta.
— Hola Jihyo... Hola Momo —saludó amablemente sin mirar a su esposa— ¿El leoncín y el patito? —preguntó por sus sobrinas.
— En el jardín jugando con tus hijas — contestaron. Antes de que Tzuyu pudiera salir, su celular sonó y fue directo a agarrarlo. Apenas leyó en la pantalla el nombre de su hija mayor miró hacia donde estaba su esposa y sus dos amigas, las tres se hicieron las ocupadas con algo.
— Hola cangurin... Espera, espera... habla más despacio que no te entiendo —Parece que el cangurin le había largado todo de repente— Ya se bichito... ya sé que era la primera vez que Jake iba a ir al campo, pero ahora puede venir con nosotros a otro lugar... si, si es lo mismo cangurin. No te enojes —Sana podía sentir la voz chillona de Yoon Ah a través del celular de su esposa— Dahyun ya conoce el lugar Yoon Ah —Ups la morena usaba el nombre completo de su hija— No me digas eso, no es justo... yo si quiero pasar tiempo contigo... yo también te extraño... De acuerdo... de acuerdo —nuevamente la voz chillona se sentía, pero esta vez con un tono de felicidad. Tzuyu cortó la llamada y se acercó sutilmente al trío.
— Eso fue un golpe muy bajo —les dijo, cada una miraba para lados distintos. Tzuyu las esquivó y se fue directo a la nevera donde colgaba la "lista del sillón", pasó las páginas hasta llegar al número uno y por primera vez escribió algo en la columna de Sana. Con una última mirada intimidatoria a su esposa se fue al jardín.
Apenas pudieron ver que Tzuyu estaba jugando con sus hijas y sobrinas, Sana corrió a ver la lista— ¿QUEEE? No... no... esto no puede ser... —Jihyo caminó hasta su amiga.
— "Dos semanas sin nada de nada" —leyó la bailarina— ¡Momoring! Hay que volverlo a intentar con Chewy, ahora que Sana no la va a poder divertir — Jihyo no perdía oportunidad.
— No te preocupes Sanake —Momo obviaba el mal momento de su mujer para decir esas cosas— El bomboncito jamás va aguantar tanto tiempo sin tocarte —Dijo segura— Estamos hablando de la mujer que interrumpió tu clase de fotografía contemporánea solo para tener sexo contigo Sana —apuntó su amiga.
Sana sonrió ante el recuerdo de Tzuyu entrando al anfiteatro donde Sana estaba hablando para pedir hablar de forma urgente con ella. Todo terminó en un orgasmo apurado en el salón de al lado. La voz de su madre gritándole a su padre sobre su traje de baño la volvió a la realidad— ¡Mierda! —golpeó la mesa— Esto va a ir de mal en peor —dijo.
— ¿Qué pasa Minari? —le preguntó Jihyo.
— Mi madre llega al campo un día después de nosotros y dice que necesitan ayuda en un problema que están metidos con mi papá —les contó— No puedo dejar que Chaeyoung la pase mal esta vez —agregó. Momo y Jihyo se miraron— ¿Qué pasa? —Preguntó Sana— Algo no me están diciendo —indagó.
— Eeee —Momo sabía que tenía que decírselo— Mis padres y lo de Jihyo también van el mismo día Sanake —agregó.
— Eso ya lo sabía...
— También la abuela de Momo —agregó Jihyo haciendo que la cara de Mina se transformara. Tzuyu y Azumi la abuela de Momo no se llevaban para nada bien.
— Hay otro problema Sanake —habló.
— Dilo de una vez —dijo.
— Ninguno de nuestros padres saben que Jihyo ha dejado de trabajar y que estamos buscando otro bebe —llevaban un tiempo intentando que la bailarina volviera a quedarse embarazada, pero los tratamientos no funcionaban.
— ¿Cómo que no se lo han dicho? —La cosa se ponía fea— Tu padre es doctor Momo, ¿crees que no se va a dar cuenta de las cosas que está tomando Jihyo para poder quedarse embarazada? Vamos a pasar una semana entera con ellos, por el amor de Dios —el agarrado de cabeza estaba de moda este sábado— Y yo diciéndole a mi esposa que todo va distinto ¡Que cara que tengo Dios mío! Tzuyu me va a matar... ¡Me va a matar! —La morena silenció a su mujer entrando con las niñas.
— Nos vamos a comprar las cosas que hagan falta para irnos —dijo fríamente— No nos esperen a almorzar —agregó.
— YAYYYY ¡COMIDA CHATARRA! —Festejó Sakura.
— Me va a matar —Sana volvió a repetir cuando no había moros en la costa.
— Yo creo que lo mejor es no decirle nada y tratar de manejar las cosas nosotras mismas —opinó Momo.
Sana la miró sospechosamente— Momo, ninguna de nosotras es capaz de enfrentarse a nuestros padres...
— Eso es cierto Momoring —la apoyó Jihyo— Llevamos meses esquivándolos —dijo.
— Pero esta vez va a ser distinto —el celular de Sana sonó de vuelta.
— ¿Y ahora que mamá? —Atendió a Maiko— ¿Cómo que Rosé y su esposo van también? No mamá... en serio... me voy a quedar sin esposa... mamá... mamá... MAMÁ —no había caso, otra vez la dejo con la palabra en la boca.
Sana miró a sus amigas— Pero que ni crea Tzuyu que voy a pasar una noche en ese condenado sillón ¿Me oyen? —la rubia había pasado el límite de la cordura— Yo soy Minatozaki Sana, y Minatozaki Sana no duerme en sillones —afirmó con su puño apretado.
— ¡Mierda! ¡Condenado sillón! —La noche había llegado y Sana se encontraba dando vueltas en el sofá cama de la sala tratando de acomodarse— Quien mierda me manda a ponerle llave a la habitación —la respuesta a eso era la palabra sexo y muchas hijas que pueden entrar en cualquier momento— ¿Cómo hace Tzuyu para dormir en esto? —Cobijas iban y venían_ ¡LA ESPALDA ME ESTA MATANDO! —se quejó.
— ¡HAY GENTE QUE QUIERE DORMIR! —le llegó un grito desde las habitaciones que no pudo identificar a cuál de sus hijas correspondía.
— Ratas traicioneras —murmuró— no se supone que tienen que estar aquí conmigo— Cuando a Tzuyu le tocaba el sillón, el mueble se llenaba de niñas inmediatamente. ¡DIOS!! —Sana le daba golpes a la almohada— Esta cosa parece una piedra —seguían los golpes— ¡QUE MAL QUE LA ESTOY PASANDO! —gritó Sana a lo Gastón Gaudio.
— ¡SHHHHHHH! —la silenciaron.
— ¡NO ME CALLO NAD... ¡AUCH! —un hams le caía en la cara— ¿QUIEN FUE? ¿QUIEN FUE? —Sana se había parado en la cama y buscaba en la oscuridad a la culpable de peluchazo recibido. La fotógrafa agarró el peluche— Esto no se va a quedar así —a paso firme subió a la habitación donde dormía su mujer, que también era su habitación.
— ¡TOC! ¡TOC! ¡TOC! TZUYU! ¡TZUYU! ¡TZUYU! —golpeaba a lo Sheldon Cooper— ¡EXIGO QUE ABRAS LA PUERTA EN ESTE INSTANTE! ¡QUIERO DORMIR EN MI CAMA! ¡TOC! ¡TOC! —insistía con los golpes, pero no recibía respuesta.
— Permiso —Sakura llegaba a la puerta— ¿Qué haces aquí mamá? Pensé que hoy te tocaba sillón —resaltó— Eso dice en la lista —dijo.
— Esa estúpida lista no vale nada cariño —le dijo.
— Mami si la cumple —la pequeña estaba en lo cierto— ¡Toc! ¡Toc! ¡Soy Sakura! —se anunció en la puerta. Y la puerta se abrió inmediatamente para dejar pasar a la pequeña. Sana pudo ver al resto de sus hijas acostadas en su cama junto a la morena hasta que la puerta se cerró nuevamente.
— Ratitas traicioneras —murmuró nuevamente mientras volvía al sofá cama— No las necesito... tengo a Uno, Dos, Ocho... o el número que sea este estúpido peluche —lo abrazó— No pienso pasar una noche más en este sillón... prepárate para ser seducida Son Tzuyu ... Minatozaki Sana va con todo ¿OISTE? —gritó con toda intención— ¡VOY CON TODO! —repitió.
— ¡SHHHHH! —otra vez.
— ¡AUCH! —otro peluche que le dio esta vez en la panza— ¿QUIEN FUE? ¿QUIEN FUE? —Indagó— ¡TE VI CHAERYEONG, TE VI!
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