O4
A partir de ello, cupido decide usar su forma humana, cuando no pudo negarle al pobre gladiador pasar una noche más, que se convirtieron en días, semanas y meses...
Resultó ser un hombre fantástico y cuidadoso, que comenzó a confiar en él, rápidamente. Jimin había deducido que al hombre le hacía falta compañía humana o alguien con quien hablar. El Dios le acompañaba en las noches y conversaciones.
El hombre pocas veces se asomaba por la fuente de agua y cuando lo hacía, lograba hablar con la ninfa. Por supuesto, aunque al Dios le molestase un poco, no se entrometía y desparecía para la vista de ambos seres.
Observaba los suspiros que el hombre daba y guardaba a detalle, las reacciones del hombre. Definitivamente estaba enamorado, el brillo en sus ojos no era el mismo que cuando lo miraban a él.
En cambio, la ninfa lo miraba con ignorancia. Parecía disfrutar del hombre, pero no había siquiera algo de amor en aquellos ojos.
Cupido lo sabía, sabe todo sobre el amor y el desamor, sobre las manos sudorosas y temblorosas en hombres que llegan a parecer duros como una piedra, sabe de Ninfas amando a hombres, pero es extraña la mirada que la mujer le da.
Cupido siente impotencia y a la vez curiosidad. No confía en ella.
Lo atribuye a los celos que puede sentir por aquel hombre, pero es casi imposible. Celos de una amistad que ha desarrollado, probablemente, pero algo romántico, imposible para él.
Cupido no puede fijarse de más en acciones que un torpe hombre puede hacer, no puede sonreír por alguien más, a menos que sea por una historia de amor. Cupido no puede desear a nadie.
Pero al parecer, lo está haciendo.
No de la manera humana, sus manos no tiemblan o sudan al hablar con el hombre, pero su mente está llena de él.
Es un hombre especial y tal vez ese corto enamoramiento se deba a la atención que ha recibido de su parte. Cazar comida para los dos, compartir la piel del oso, juntarse, hablar lo que es posible para ellos. Secretos jamás, cupido finge tener una vida humana, para no asustar a Jeongguk.
Finge haberse perdido después de perder a su familia en la guerra. Finge tener una vida humana más allá de lo que es su trabajo real. Jamás ha mencionado a algún hombre ser un Dios, cuando oculta sus alas, arco y flechas.
El joven hombre, le menciona de su familia. Perdió a sus hijos y esposa en la guerra. Fue retenido y había decidido escapar. No planeaba salir del espeso bosque. Cupido recuerda haberlo acogido entre sus brazos, tras revelar el secreto.
Había dejado que cupido lo arrullara hasta quedar plácidamente dormido.
Jimin, por supuesto, no dormía. Pero le gustaba fingir hacerlo.
Cupido jamás ha durado tanto tiempo con un humano. Generalmente su misión finaliza y se reencuentra con su madre.
Esta vez, se permite ser un poco más egoísta.
Acariciando el cabello del hombre que duerme sobre sus piernas, cupido cierra los ojos por un momento. Toma la piel del animal a su lado y los abriga, frente a la fuerte fogata.
Se permite admirar un poco más el momento, antes de cumplir con su deber.
Si la mujer amaba a Jungkook, no lanzaría una flecha.
De lo contrario, debía encargarse de ello.
Aunque no lo deseara.
Cupido puede decidir a quién presentarse o no*
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