Taylor era un Príncipe muy odiado en su pequeño pueblo,la gente no entendía —y aborrecia— el rechazo hacia ir a conquistar princesas y rescatarlas de su miseria.

No,él lo único que quería era que le entendiesen.

Cada día,a hurtadillas agarraba algo de maquillaje de su madre y se ponía una pizca,cuándo nadie miraba,se vestía con los mejores vestidos que las doncellas lo envidiarian.

Quería dejar de usar traje y pantalón,quería ser rescatado,en vez de rescatar.

Lo que él nunca se daba cuenta,es que había alguien,mirándole cada pequeño paso que daba,era un pequeño, pero valiente joven que se aventuró a declararle el amor que le tenía,que estaba enloquecido

Por ella.

La sorpresa no se hizo esperar, cuando tímidamente Taylor le explicó lo sucedido,devastado pero aún valiente le profetizó entonces que le daba igual como era físicamente.

Y Taylor,no se pudo negar al ver esas lindas estrellas que adornaban su rostro expectante.