Derrocha el dinero y te prestarán atención.

Cleo:

Estaba sentada en una mesa del cafetín donde trabajaba Albert, lo estaba esperando. Iba a resignarme a que me atendiera otra persona, pero entonces lo ví llegar e ir directamente al mostrador.

—¿Qué vas a pedir, Cleo? —Cuestionó una mesera que llevaba un buen rato haciendo la misma pregunta.

—No quiero ser grosera contigo, te has portado muy bien y has sido educada conmigo, pero quisiera que me atendiera el chico de allá —Señalé a Albert.

—¿Albert Blue?

—Sí, por favor.

Ella asintió y fue a buscarlo con una sonrisa. La vi darle un suave codazo a Albert y luego señalarme moviendo sus cejas de manera sugerente. Mi mirada se cruzó con la de Albert, lo saludé con un ligero movimiento de mi mano. Él tomó su libreta y un bolígrafo para caminar hasta mi mesa y tomar mi orden.

—Hola —Saludé.

—Hola, ¿Qué se te ofrece?

—Quiero un brownie y un capuchino, por favor.

—Ya te lo traigo.

Hizo el amago de irse, pero lo paré tomando su muñeca.

—Quédate un poco más —Pedí.

—Cleo, los minutos que paso sin hacer mi trabajo los descuentan de mi sueldo.

Busqué en mi bolso y saqué un chequera, tomé prestado el bolígrafo que Albert tenía, firmé un cheque y se lo entregué.

—Es mucho más de lo que tu jefe te pagará en un año.

—Me despedirán.

—Pagaré para que no lo hagan.

—No puedes comprar a todo el mundo con dinero.

—A todo el mundo no, pero a tu jefe sí —Sonreí victoriosa—. Siéntate.

Albert volteó los ojos y se sentó en la silla frente a mí.

»¿Cómo estás? —Pregunté.

—No amanecí con buen pie.

—Ya sé qué te hará sentir mejor —Llamé a la chica que anteriormente iba a atendermente. Cuando se acercó, tomé la libreta de Albert y se la di a ella—. Lamento fastidiarte, pero ¿Podrías traernos la orden? Y agrégale otro capuchino, por favor.

La chica tomó la libreta y fue a hacer lo que le pedí.

»¿Por qué estás con ese humor de perros?

—No importa. Felicidades por tu noviazgo, por cierto

—¿Qué noviazgo?

—Tu noviazgo con Louis Miller.

—Ah, eso —Solté una risa nerviosa—. No es nada serio, apenas comenzamos a salir.

—¿De verdad? Porque creí haberte escuchado decir que comenzaron a salir poco tiempo después de que iniciaron las grabaciones, las cuales ya terminaron y que lo amabas con la vida.

Me quedé boquiabierta. Esas habían sido exactamente mis palabras, pero no creí que precisamente él que solo dijo «ah, sólo eres tú» cuando me vio la noche anterior, viera ese tipo de reportajes o entrevistas.

—No, no... No entiendes... Él y yo nada más...

—No me quieras ver la cara de idiota, Cleo.

Un minuto de silencio por todos aquellos actores y actrices que saben actuar, pero no mentir.

—Aquí está la orden —La chica puso la bandeja en la mesa.

—Ponla para llevar —Pedí apenada.

La chica de nuevo tomó la orden y se fue al mostrador.

Albert se levantó serio, con toda la convicción de irse, pero le detuve otra vez.

—Es marketing —Dije sin pensar.

—¿Qué?

—Es una relación por marketing, ni siquiera sé si la palabra «relación» es correcta —Me expliqué haciendo las comillas con mis dedos—. Creo «acuerdo» sería un término más acertado.

—Cleo, no tienes porqué darme explicaciones, soy un extraño al que conociste tan solo la noche anterior.

Él tenía razón, no debía explicarle nada, pero por algún motivo me sentía en la necesidad de hacerlo.

—Vayamos a un lugar más privado —Sugerí.

—Estoy trabajando.

—Por favor —Supliqué—. Ya te dije que pagaré lo que sea necesario para que no te despidan.

Suspiró.

—De acuerdo, vamos.

Sonreí con ganas y fui al mostrador para buscar la orden y luego poder irnos. Quería contarle la verdad a Albert, en serio. Quería poder dejar de fingir, aunque fuera con una sola persona.

Sí, sí, sé que los capítulos son cortos, pero no planeo hacer de esta historia algo tan largo como las demás.

Quiero que sea algo corto y fácil de leer, espero que esté funcionando.

Claro, esto no quita el hecho de que unas pocas veces haré capítulos larguitos, porque sé que les gustan.

Con todo el amor del mundo, de parte de Val.

💙.