2.- Atrevido
No pensaba subir un capítulo, pero luego supe que era el cumpleaños de Nobuhiko ♥ (El seiyuu de Kacchan) y no pude resistirme en escribir esto.
¡Happy Birthday, my Kacchan platónico xP!
Aclaratoria: Los recuerdos y/o énfasis van entre las comillas latinas «......», los pensamientos van entre las comillas "...." y en cursiva.
Advertencia: Shonen-ai, ligero lemon (no sé en qué momento la idea de este capítulo se transformó en eso, pero no voy a cambiar la clasificación a M+).
Disclaimer: Todos los personajes son propiedad de Horikoshi-sensei.
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2.- Atrevido
Izuku era una molestia.
Llevaba más de quince minutos detrás de la pared de la sala común, observándolo detenidamente. Escondiendo su cuerpo, sólo dejando ver sus ojos y parte de sus cabellos enrulados, que sin que él lo notara, sobresalían de su escondite. ¿La razón? No sabría decirlo, pero era jodidamente incomodo sentir esa presencia sobre sus hombros, esa mirada penetrante que quisiera algo, mas no se atreve a decir lo que es.
Por culpa de eso, ya no sabía porque el tipejo invencible estaba siendo masacrado por una horda de maleantes en un callejón. ¡Qué fastidio! No se podía concentrar y como consecuencia se había perdido un cuarto de la película que con tantas ansias esperaba ver. Este era su tiempo especial, esperó más de un mes para cuadrar la disponibilidad del televisor y que coincidiera con un día en que nadie lo molestara. Una de las cosas que más odiaba de estar viviendo en los dormitorios de Yuuei, es que prácticamente no tenían privacidad. Usar las salas y los aparatos en común era una guerra interminable. Los más codiciados eran el televisor y los juegos de videos. Y hoy, después de mucho tiempo de espera -además de que tuvo que amenazar al idiota pega mierdas de Mineta para que le cediera su día-, por fin pudo tener este momento para él.
Claro, aunque como todo lo bueno, siempre hay algo que tenía que joder su tranquilidad.
Y ese algo era Deku.
Apretó los dientes, tratando de ignorar la extraña forma de actuar de su novio, sin embargo, era una tarea titánica. Deku se sobresaltaba en su improvisada guarida, si hacía algún ruido o si se movía ligeramente. Esos quejidos que intentaban ser insonoros, le perforaban los tímpanos y le imposibilitaban el oír lo que se reproducía.
"¿En qué momento el tipo terminó infiltrándose en la base enemiga y mató a más de cien hombre?", se cuestionaba el rubio por no entender un carajo la trama cuando volvió en sí.
En la sala, retumbó el gran reloj de pared que tenía la forma del logotipo de su escuela, este cumplía la función de decorar el lugar e igualmente servía de despertador para los alumnos. Ahora indicaba que eran las doce de la madrugada, el tiempo se le había terminado. Lo supo cuando vio las letras color blanco deslizarse sutilmente hacia arriba, los créditos terminaban de proyectarse y la pantalla se quedó complemente en negro.
"¿Ya terminó?"
No podía negar que aquel cuerpo tembloroso por los nervios, le robó la atención durante todo el rato en que simulaba que estaba viendo la película. Simulaba, porque no podía dejar de verlo por el rabillo de su ojo. Esas rodillas descubiertas trepidaban con intranquilidad delatando que algo no estaba bien.
"¿Rodillas descubiertas?"
Ahora su mirada curiosa no disimuló ni un solo segundo más y se fijó sin mesura a donde se encontraba el de ojos verdes.
El cual se asustó al haber sido descubierto y volvió a ocultarse mejor detrás de aquella pared que le hacía sentir seguro. Por simple curiosidad asomó su nariz y sus ojos, para verificar si en verdad su temor estaba bien infundado, y se arrepintió de hacerlo porque sus ojos se encontraron directamente con los ajenos. Tan rápido como se asomó, volvió a ocultarse. El gesto de enfado del mayor le hacía difícil el trabajo, pero se había esforzado tanto por eso que no tenía más remedio que armarse de valor y cumplir su cometido.
Respiró profundo y se acomodó la ropa como era debido. Su pecho erguido y sus hombros rectos fue el último detalle que faltaba para estar listo a lo que ocurriría, no obstante, su valentía se deshizo en un segundo cuando escuchó hablar a su novio con una voz ronca y en un tono colmado de disgusto.
—Sal de ahí.
La paciencia de Bakugou se estaba terminando. ¿A qué estaba jugando? Si tenía algún problema con él, era mejor que se lo dijera directo a la cara. Cerró sus ojos cansado del asunto y extendió sus brazos para apoyarlos contra el espaldar del sillón.
—Es mejor que vengas aquí antes que me levante y te muela a golpes, nerd —reiteró al no escuchar que se acercaba.
Los pasos tenues sobre el piso de madera le indicaron que ya se encontraba frente suyo. Suspiró para tratar de calmarse porque no quería andar discutiendo a estas horas; bueno, aunque si era algo que ameritaba que le rompiera la cara y le gritara hasta hacerlo llorar, lo haría. No permitiría que nadie lo jodiera en su tiempo libre sin ninguna razón sumamente importante. Exhaló el aire de aquel suspiro tranquilizador y abrió sus ojos. En ese instante, se retracto de haberse desechó de todo ese oxigeno porque ahora le faltaba.
Frente a él, un joven estremecido jugaba con sus manos a la altura de su pecho, queriendo así ocultar la vergüenza que lo embargaba y que era difícil no notar al ver su rostro encendido de un color rojizo que se extendía hasta sus orejas.
La boca de Katsuki tembló intentando pronunciar algo, pero las palabras no salieron por sus labios, estaba embelesado viendo esa figura prodigiosa que sostenía esa prenda de color negro, que a pesar de no ser tan reveladora, le hizo crear en su mente un cortometraje erótico en donde él y ese chico pecoso eran los protagonistas.
Midoriya traía puesta un pijama de color negro de dos piezas, una era un pequeño short que dejaba en descubierto esas piernas esculpidas a la perfección y que debido a lo minúsculo que era permitía que dichas extremidades se vieran largas y esbeltas, provocativas a la vista. La parte superior era un abrigo de manga larga que le quedaba un poco grande y prácticamente cubría hasta sus manos, esté tenía decoraciones en color naranja. Lo más sorprendente del asunto y que hizo que Bakugou prácticamente estallara es que aquella prenda tenía un diseño muy similar a su propio traje de héroe. Creándole un sentimiento placentero dentro suyo, al vincular que ese suculento ser que tenía delante podría ser su asistente personal, el asistente del gran héroe King Explode, entrenado específicamente para cumplir con todo sus deseos, especialmente los de carácter sexual.
El menor se movió con timidez para ocultar su cabeza con la capucha del abrigo, completando el atuendo a cabalidad. Posó sus ojos en los color carmín, tratando de encontrar un gesto aprobatorio. Se mordió el labio inferior y sacudió la cabeza para serenarse. No le importaba nada, lo haría porque tenía ese deseo muy dentro de su ser y ya no lo podía calmar.
Y así, en un parpadeó, el más joven saltó sobre las piernas del mayor y se sentó en ellas removiéndose suavemente, ejerciendo presión con el movimiento circular que hacía con su pelvis, todo para complacer al que tenía debajo.
—¡¿Qué demonios?! —musitó el rubio sorprendido por aquella acción.
Izuku bajó hasta la mitad el cierre de su abrigo, para dejar ver un poco su pecho. Para suerte del otro no tenía ninguna franela debajo de aquel suéter, lo que le permitió disfrutar de esos pectorales definidos y ver con claridad sus pezones endurecidos. Estaba excitado y nervioso, lo sabía al sentir como su cuerpo temblaba encima de él. Su pequeño e inocente novio actuaba de forma extraña, aquello no le desagradaba para nada, sin embargo, todo esto tenía un porqué y no se sentiría tranquilo hasta no saberlo.
—¿Qué sucede? —Le vio directo con seriedad, dándole a entender que necesitaba una respuesta ahora mismo.
—Yo... hice este pijama pensando en ti y vine a mostrártela... — le respondió tapándose la boca al hablar, muy avergonzado por cada una de las palabras que decía.
—Ya veo... aunque... no era necesario hacer eso... —señaló sus entrepiernas mostrando la erección que tenían ambos— ¿Ahora qué harás?...
Ante esa pregunta hecha con picardía, el rostro de Deku cambió por completo, mostrándose serio y arqueando una ceja intentando expresar algo que Katsuki no logró comprender, pero que luego de unos instantes supo de qué se trataba. Izuku en un acto inesperado y violento, rompió la franela que tenía puesta el rubio para dejar en descubierto su tórax. Ansioso, mordisqueó el hombro y la clavícula derecha de su víctima, probando su piel y deleitándose de los leves gemidos que el mayor intentaba no dejar escapar pero que igualmente brotaban en contra de su voluntad.
—Esto es lo que haré... —Usos sus dedos para tomar el miembro ajeno con fuerza y apretándolo ligeramente hasta causar dolor al contrario— Kacchan... Estas muy excitado.
Claro y como no estarlo si tenía encima una pequeña bestia intentando profanarlo, vestido de forma sugerente, con ese pequeño short que dejaba en descubierto sus piernas y un poco de su trasero. Aventajándose de eso metió ambas manos por debajo y manoseó sus glúteos, no iba a permitir que él disfrutara solo. Pero tan pronto como Izuku sintió la intromisión dentro de sus shorts, se levantó de donde estaba sentado dejando desubicado al otro.
—Pero...— se quejó Katsuki no queriendo culminar el agradable momento que estaban pasando.
El chico de ojos verdes no lo dejó terminar cuando lo empujó con brusquedad sobre el sillón obligándolo a acostarse sobre los cojines mullidos, desde ahí podía ver el rostro desconcertado y sonrojado de Kacchan que lo emocionó de sobremanera. De nuevo volvió a colocarse encima de él, pero esta vez al nivel de sus rodillas y con agilidad le acarició su sexo con rudeza. En su camino, aquel pantalón deportivo era una molestia por lo que lo bajó un poco, solo lo suficiente para poner en descubierto su erección. Al ver lo húmedo que se encontraba, Izuku no pudo evitar sonrojarse al saber que todo eso era producido por él. Aquel nerviosismo volvió a transformarse en lujuria, obligándolo a tomar entre sus manos la hombría de su novio y acariciarla suavemente, preocupando un poco al otro al no saber hasta donde iría llegar esto.
—Oye, espera... Estamos en la sala...
—No importa...
¿Qué demonios le pasaba a Izuku? ¿Desde cuándo era tan atrevido y libidinoso?
—Kacchan no te preocupes, yo te haré sentir bien, esto te va a gustar... —dijo sonriendo y abriendo totalmente el cierre de su abrigo.
"Una vista prodigiosa", no cabía duda en la mente de Katsuki.
Involuntariamente colocó sus manos en el abdomen descubierto y comenzó a acariciarlo, sin embargo, no esperó que una mano traviesa bajara un poco más sus pantalones dejándolos hasta los tobillos y que lentamente se dirigiera hasta su entrada prohibida con todas las intenciones de estimularlo.
—¡No te atrevas!
—Cálmate, que no te de vergüenza... —Besó con cariño el vientre de su amante mientras intentaba calmarlo para comenzar con aquella labor.
—¡Hey! ¡Heyyy! —Lo agarró del cabelló para detenerlo, pero esos besos en esa parte tan sensible lo dejaban sin fuerzas, y fue cediendo, dejando de poner resistencia, enojado consigo mismo por ser tan débil ante Deku. Unas lagrimitas de frustración se hicieron presentes amenazando con dejar en descubierto su debilidad, pero en ese momento sintió unos pasos que descendían por las escaleras.
—¿Eh? ¿Por qué está el televisor prendido con la pantalla en negro? —preguntó Mina por la extraña situación. No había nadie en la sala y tampoco en la cocina. El lugar lucía sumamente tenebroso a esa hora. Una ráfaga suave de viento le movió el cabello. Se asustó de sobremanera y aunque había venido a tomar agua, por el miedo se le olvidó. Subió corriendo las escaleras y entró a su cuarto, temiendo que alguna clase de fantasma estuviera rondando a esas horas de la noche por su hogar y que fuera de esos que les gusta toquetear a las jovencitas.
A unos metros de ahí, en la cocina, dentro del armario de limpieza, se encontraban dos chicos semidesnudos, bastante apretujados por lo reducido del espacio.
—¡Maldito! ¡¿Qué rayos crees que estabas haciendo?! —gruñía en susurros el rubio para no ser descubierto. Palmeaba la frente de Izuku con fuerza repetidas veces tratando de liberar la frustración que sintió al casi ser mancillado por su novio sumiso. ¡Que ni lo pensará! ¡El papel del pasivo le tocaba a Deku, quisiera o no!
—¡Ay! ¡Ay! ¡Lo siento Kacchan, es que te veías tan lindo todo sonrojado que no me pude contener...! —decía entre sollozos por los golpes que estaba recibiendo.
—¡Estabas demasiado atrevido! ¿Quién te has creído, llegando con esa ropa minúscula y haciendo lo que se te dé la gana? ¿Y si alguien te hubiera visto? ¿Y si alguien nos hubiera visto? —Dicha esas frases, algo vino hasta su mente, y como si de una computadora se tratase recordó uno de los puntos que estaban en su lista.
«Atrevido»
"¿Deku es atrevido?", sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el otro gimoteó en respuesta a sus regaños.
—¡No pude evitarlo, perdóname...! Aunque estoy feliz... —Colocó sus manos sobre los pómulos, tratando de ocultar su rostro por el bochorno que sentía.
—¿Qué?
—¡Qué bueno que te gustara la pijama, Kacchan! ¡La hice para ti!— Izuku sabía a la perfección leer los gestos de Katsuki sólo con mirarlo, le dejó en claro que su pequeño encuentro sorpresa le había gustado de mucho. Feliz por eso, dio un ligero saltó para engancharse al cuello del mayor y abrazarlo efusivamente.
—¡Ya basta! —Katsuki se resistía, forcejando con Midoriya intentando alejarlo, aunque todo eso le gustara, no dejaba de comportarse como un tonto orgulloso.
Oh~ pobre Bakugou no sabe que está completamente dominado por ese niño de ojos verdes.
Se quedaron un rato dentro de ese pequeño espacio, discutiendo, besándose y dándose ligeros golpes como siempre ocurría cuando estaban juntos en un espacio muy cerrado, esos dos no podían expresar sus sentimientos de otra forma.
Pero algo le había quedado claro a Bakugou:
Sí, definitivamente Deku podía ser muy atrevido cuando él lo quería.
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El ser atrevido puede ser interpretado de dos formas:
Uno, que está dispuesto a tomar riesgos en momentos decisivos; o dos, que es capaz de traspasar o agredir de forma irrespetuosa a otros o en una circunstancia establecida.
Pienso que la idea que quise dar es una mezcla de las dos. Izuku se sale de su zona de confort y toma el riesgo de hacer lo que desea a pesar de sus miedos y por otra parte no le importa pasar por encima de Katsuki para cumplir lo que quiere (Claro aunque sabe que Kacchan también lo estaba disfrutando xD).
Espero que lo hayan disfrutado x3!!!
Saludos!
Byebye!
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