No había dormido en toda la noche.

Y se reflejaba en su expresión en todo su esplendor, con cada paso que daba en los pasillos su ceño se fruncía más y nadie quería meterse en su camino. Después de todo, el Invencible Mikey era de temer en la preparatoria. 

— Te ves del asco.

— ¿Hmm? — murmuro para luego bostezar y seguir su camino siendo seguido por Draken, quien le miraba de reojo curioso. — Deja de mirarme así Ken-chin ~ Te juro que intente dormir temprano.

— Ajá. 

— ¿Me compraste mis dorayankis hoy~?

— ¿Acaso soy tu billetera personal? — Contesto molesto, pero luego de observar la sonrisa juguetona de Mikey soltó un suspiro resignado. — Aquí están.

Mikey al mirar sus preciados dorayakis no pudo evitar arrebatárselos al rubio con fuerza y sus orbes oscuros brillaron de forma efímera, para luego empezar a comer con una alegría de un niño. Retomaron su camino al salón del más bajo, intercambiaron un par de palabras y el rubio más alto se despide con un gesto vago hasta desaparecer en el pasillo.

Durante su clase, el rubio se limitaba a observar por el gran ventanal que daba vista al patio del instituto. Al encontrar en su campo de visión cierta persona de melena rubia con un copete ridículamente tierno sus pupilas se dilataron y su mejilla queda apoyada de su mano derecha inclinado hacia un lado de su asiento, sin dejar de observar la figura de uno de sus grandes amigos más cercanos.

Takemichi Hanagaki.

Debería de invitar a Takemitchy a comer dorayaki juntos.

Parpadeo un poco al tener ese pensamiento, y apartando la mirada del chico movió una de sus manos a sus bolsillos al igual que su mochila de mano. Dándose cuenta que no traía consigo dinero suficiente para ofrecerle lo mejor de lo mejor al chico de ojos cautivadores.

Neh, para eso esta Ken-chin.

Regreso sus ojos al ventanal y no encontró la figura inconfundible de Hanagaki, movió su cabeza exageradamente buscándolo pero nunca lo encontró. Suspiro nuevamente aburrido y desvió la mirada a la pizarra donde el profesor a cargo de su clase escribía cosas para nada interesantes. 

Se cruzo de brazos para luego acomodar su cabeza entre ellas con cansancio, esperaba la hora de salida para poder ir a buscar a Takemichi y así poder acapararlo al menos por unas horas o quizás el resto del día quien sabe.

Y con esa idea una sonrisa pequeña se hizo presente en sus labios resecos cayendo por fin entre los brazos de morfeo.

Me pregunto... ¿Cuál será el tipo de Takemitchy?