OO3
— ¿Quieres saber cuál es el tipo ideal de una persona?
— Si.
Emma parpadea demostrando su confusión, no todos los días Mikey demuestra interés en algo tan cursi como el amor o cualquier cosa relacionada a ese tema.
— ¡Abuelo! ¡Mikey no está bien! — Enma gritó haciendo que Mikey frunciera el ceño.
— Ya no quiero nada.
Mikey hizo el gesto de irse cuando fue jalado con fuerza desde su manga derecha.— ¡No! ¡Ahora me cuentas Mikey!
— No quiero.
— Si quieres.
— ¿Si quiero?.— Emma afirmó con efusividad.— Pues que lastima, ya lo olvide.
— ¡Mikey!
Mikey se quedó un rato en silencio contemplando la mirada color miel de Emma para luego suspirar.
Para recordar debía tomar el tren de los recuerdos, la siguiente estación se avecinaba.
— Mikey, ¿Por qué estás mirando al techo?
— No lo sé, quizás si te detienes a mirar a la misma dirección podrás entender de lo que hablo.
Y así, ambos hermanos terminaron observando el moho de la esquina del techo. Una arpa de fondo empezó a sonar mientras la imagen se distorsionaba, o era el mismo peliceniza que se había olvidado respirar.
— Todo comenzó cuando Takemitchy me rechazó.
— ¿Qué?
Cuando estaba con Takemitchy, nunca existían los silencios incómodos o las pláticas forzadas porque todo entre nosotros surgía de forma tan natural y a veces era reconfortante el ambiente se que creaba cuando ambos estábamos juntos, son tan divertidos nuestros encuentros que si en alguna conversación la palabra: Pudin, era escuchada de sus labios me reiría como nunca antes.
Entonces, ¿Por qué luego de hacerle aquella pregunta el ambiente por primera vez se tornó pesado?
— ¿Escuche mal Mikey-kun o...?
— No Takemitchy, ¿Cuál es tu tipo?
— No entiendo, ¿Por qué la pregunta?
— No respondas con otra pregunta.
— No lo estoy haciendo...
— Me estas cambiando el tema.
— ¿Lo estoy haciendo?
— Espera un momento, Takemichi no sería capaz de romperte el corazón por simple maldad...— Emma comentó aún incrédula, con lo poco que le contaba su hermano le era imposible pensar al rubio de esa manera como lo pintaba Mikey.
— Déjame terminar Emma.
— ¡Lo siento! Pero... ¿Es necesario que mire al moho cuando continúes?
— Así no se perderá la magia.— nuevamente ambos miraron al moho de quien sabe desde hace cuánto vivía cómodamente en su techo.
— Como decía, escuche el crujir de mi corazón al oír su respuesta...
— Eso ya es exageración.
— Shhh, no interrumpas.
Takemichi se removió en su sitio incómodo, podía ver sus ojos azules moverse con nerviosismo a cualquier lugar intentando evitar mi mirada.
Decidí darle su tiempo, no quería presionarlo.
— No estoy seguro...
— ¿Qué?
— ¡No me mal entiendas! Me gusta estar contigo, ¿Eso cuenta?
— Takemitchy...
— Pero pensándolo bien, no tengo un buen gusto... Después de todo nunca estuve en alguna relación y no tengo experiencia en ese sentido.
— Take...
— ¡Ya sé! ¿Intentas buscar algún consejo para poder saber cual sería tu tipo de pareja? Si es así, yo no soy el indicado para eso Mikey-kun.
— ¡Oi! ¡Oi! ¡Detente! Lo que intento decirte...
Antes de que pudiera terminar de explicarme el timbre me interrumpió, anunciando a todos los estudiantes que regresaran a sus clases.
— ¡Oh no! ¡Se supone que debía de buscar la lista de asistencia! Debo irme, ¡Hablamos después!
— ¡Hey! ¡Takemitchy!
Pero el rubio teñido de ojos azules, ya estaba fuera de mi alcance.
— Y es así, como Takemichi Hanagaki me rechazó. ¿¡Puedes creerlo!?
Emma luego de escuchar lo sucedido queda sin palabras, literalmente se había quedado sin comentarios.
— Dios, te lo llevas o te lo mando...— musitó Emma abatida, ¿La estupidez es contagiosa?
— En fin, iré por Ken-chin para ir a comprar unos dorayankis.
— ¡Un momento!
Mikey se detuvo. Emma lo observó para así encontrar en su hermano una expresión aburrida, sus acciones eran vagas y desinteresadas, pero, ella podía ver más allá de la mirada vacía de Mikey e hizo una mueca preocupada.
Vio la tristeza en su ojos oscuros, como siempre Mikey era tan reservado y ajeno a su entorno que Emma podría jurar que existía en ellos algo más.
Algo que ella no sabía con exactitud, si era bueno o malo.
Suspiro por la ignorancia de su hermano, era obvio que Takemichi no había entendido el significado detrás de su pregunta.
Y el muy tarado se tomó la respuesta del contrario como rechazo, ¿Más ciegos podían ser?
— ¿Por qué no me preguntaste cuál es mi tipo?
— ¿Ah?
— Sé que no sería no mucha ayuda, porque te gusta un chico pero podrías guiarte ¿no?
— Nah, no hace falta.
— ¿¡Ni siquiera quieres saber!?.— La expresión de Mikey lo decía todo, no le interesaba.— Eres cruel Mikey.
— Para qué preguntarlo si ya lo sé.
Emma parpadeo al escuchar su respuesta, hizo un mohín al sentirse como un libro abierto.— ¿Enserio? ¿Cuál es?
— Te gustan altos y fuertes, en pocas palabras. Te gustan las jirafas.— respondió Mikey con obviedad para luego sonreír ampliamente hacia Emma.
Un aura oscura y tenebrosa rodeo el cuerpo de Emma, y Mikey podrá ser invencible en todo el sentido de la palabra pero cuando hacía molestar a esa magnitud a su querida Emma, toda inmunidad se iba en él.
.
.
.
— ¿Cuál es mi tipo...? Mikey, estoy seguro que tú no lo eres.— respondió Baji con burla.
— Cállate y responde.
Mikey a pesar de sentirse rechazado, no podía ignorar que tenía curiosidad en el tema y quizás, si encontraba la manera podía enamorar a Takemichi Hanagaki con algún buen consejo de sus subordinados.
— Altas y con un enorme trasero.
Esto en vez de ayudarlo, le perturba.
— Mikey ni debería de considerar en buscar consejo con Baji-san, eso tenlo por seguro.— comentó a un lado Chifuyu quien estuvo escuchando la conversación desde el comienzo, después de todo, Keisuke ni dejo que se fuera apenas el pelicenizo pidió hablar con él.
— Tienes razón.— Mikey se lamentó en primer lugar de haber buscado un consejo del pelinegro en vez de ir a buscar a Mitsuya, estaba seguro que él sí le ayudaría.
— ¡Oi! ¿De qué lado estás?
— Perdóname Baji-san pero estoy del lado de la razón, y tú rara vez la tienes.
— Esto es una perdida de mi tiempo.— Mikey de un salto bajó del escritorio donde estaba sentado, e hizo un vago gesto para poder irse.
— Si tanta razón buscas, haber dinos cuál sería tu tipo.
Mikey se detuvo abruptamente e hizo que levantara la oreja para poder escuchar la respuesta del chico contrario.
— ¿¡Ah!?.— Chifuyu se sonrojo, Chifuyu se sonrojo. ¿Qué significa?— Ni hablar, ¿Por qué tendría que decírtelo?
— Uy, algo me dice que tu respuesta será más tonta que la mía.
Uy, o el tonto será otro.
— ¿Por qué creerías que eso me va hacer hablar?.— Chifuyu se cruzó de brazos desviando la mirada, se podía admirar el rubor carmín subir desde sus mejillas hasta sus orejas.
— ¿Por qué crees tú que no lo haría?
Ahora Mikey volvió a acostarse en el escritorio, siendo espectador de lo que sea que se creó alrededor de ambos chicos porque de alguna manera, algo le decía que le sería de ayuda.
Y luego de permanecer en una batalla de miradas alrededor de unos minutos, Chifuyu llevó ambas manos a su cabello para luego mover sus cabellos con exageración.
— ¡Bien! ¡Deja de mirarme con tu mirada de perro atropellado!
— Oh Chifuyu, la mirada de Baji puede ser cualquier cosa menos eso.— comentó Mikey mientras degustaba unos dorayankis e hizo que por fin tanto el pelinegro como el rubio recordarán su presencia.
Chifuyu tosió levemente buscando calmarse, volviendo a su habitual expresión serena e imperturbable.— Debe de ser una persona honesta.
— ¿Sólo honesta? Patético.
— ¡Oi!
— Pero, no odio a alguien que defiende a sus amigos... Por eso mi persona especial debe de ser leal.
La mirada celeste de Chifuyu se iluminó al poder presenciar ese lado que tanto admira del pelinegro. Baji Keisuke podrá ser un patán en ocasiones, pero es una persona que seguiría hasta el fin del mundo si fuese necesario.
Mientras tanto Mikey toma nota mental.
El tipo de Baji podrían ser personas como Matsuno Chifuyu.
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