Extra II
[ Tiempo transcurrido luego del capítulo OO3 ]
— Pero, no odio a alguien que defiende a sus amigos... Por eso mi persona especial debe de ser leal.— comentó Baji con una sonrisa de lado.
La mirada celeste de Chifuyu se iluminó al poder presenciar ese lado que tanto admira del pelinegro. Baji Keisuke podrá ser un patán en ocasiones, pero es una persona que seguiría hasta el fin del mundo si fuese necesario.
El calor subió por sus mejillas pálidas, y al sentir la emoción invadir todo su sistema simplemente disimular lo obvio con un pequeño resoplido para así cruzarse de brazos e ignorar la mirada de Keisuke sobre él.
— Bueno, se puede decir que me ayudaron un poco.— Mikey nuevamente se hizo notar, bajando del escritorio donde antes estaba recostado.— Neh, me voy, adiós.
Y sin darle el tiempo a ambos chicos de al menos articular una despedida decente, el rubio ceniza ya había cruzado las puertas del salón y así perderse entre el alumnado que se desplazaba de casualidad por allí.
Mientras tanto Baji soltó un suspiro de alivio, alzó sus brazos por encima de su cabeza para después colocarlas en su nuca y se estiro con pereza.— Al fin se fue, pensé que...
El pelinegro no logró terminar sus palabras cuando en cámara lenta visualizó al rubio girar sobre su eje en un rápido movimiento levantando su pierna derecha y así atinarle una gran patada en su estómago, al tener la guardia baja ese golpe logró sacarle todo el aire que retenía en sus pulmones. Luego Keisuke cayó sentado en el suelo sosteniendo su barriga con clara evidencia de malestar tratando de recuperar el aire perdido.
Su cabeza se encontraba fija en el suelo tomando una gran bocada de aire, pero soltó un quejido al sentir una pierna sobre su hombro izquierdo.
Levantó la mirada con lentitud temiendo lo peor, y al hacerlo sudó.
Alrededor de la figura de Chifuyu Matsuno se encontraba un aura oscura, observándole con aquella mirada celeste sobre su persona y mientras más segundos transcurrían, el rubio hacía más presión con su pierna derecha afianzándose sobre el hombro contrario para así apoyarse en la misma rodilla del pie levantado y colocarse en una posición de amenazante.
Baji Keisuke conocía esa mirada, ahora sólo debía rezar que el rubio fuera piadoso con su alma desdichada y no le dejará nuevamente otro hombro dislocado.
— Con que...— El pelinegro se crispó de inmediato al escuchar la voz seria del chico.— ¿Te gustan altas y con un enorme trasero?
Estoy jodido. Pensó el pelinegro llorando internamente mientras lamentaba no haberse terminado de comer su yakisoba en la mañana.
Vio como el rubio entrecerró los ojos con clara molestia mientras se incorporaba y se cruzaba de brazos, esperando respuesta permaneciendo con un aura implacable.
— ¿Tienes algo que decir al respecto, Baji Keisuke?
El pelinegro simplemente soltó una risa nerviosa.— Cariño, no era enserio.— respondió tratando de no tomarle tanta importancia a la respuesta que le dio a Mikey hace unos momentos atrás.— ¿Qué más quieres que diga? ¿"Obviamente mi tipo es Fuyu"? ¿Cómo esperas que diga eso cuando aún no le hemos dicho a todos que estamos saliendo?
Chifuyu chasqueó la lengua fastidiado y Baji al sentir que el pie fue retirado de su costado pudo suspirar aliviado, al menos su hombro podrá librarse de esta hoy.
Él todavía no.
— ¡Al menos tú hubieras...! ¡Eres un...! ¡Idiota!.— exclamó el rubio mostrando su rabia a viva voz para luego darle la espalda al pelinegro y seguir despotricando contra su novio ante la atenta mirada de este, al mismo tiempo que sentía como la vergüenza lo invadía y sus mejillas se calentaban con los segundos, para así ocultar su rostro entre sus palmas sintiéndose estúpido por reaccionar de tal manera ante las palabras que no dejaban de repetirse como disco rayado una y otra vez en su cabeza.
— Fuyu sabes perfectamente que estaba bromeando.
— Lo sé.
— Mikey estaba preguntando mucho, hasta podría haber sospechado de lo nuestro sin nosotros estar conscientes de eso.
— Lo sé.
— ¿Sabías que me refería a ti cuando describí a mi persona especial?.— mencionó coqueto y mostrando sus colmillos en medio de una pequeña sonrisa.
Y en un chasquido Chifuyu cayó de rodillas sin dejar de ocultar su rostro entre sus palmas, creyendo que su sonrojo se extendió hasta sus orejas y cuello sin piedad alguna.
— Eres un dramático de mierda.— soltó con burla Baji intentando contener su risa al sentirse enternecido por haber visto otra de las facetas tan lindas de su novio.
— ¡Deja de hacer eso!
— ¿Y ahora qué hice?
— Deja de ser tan idiotamente encantador, mi corazón no podrá resistir más y tú tendrás que pagar las consecuencias.— finalmente Chifuyu volteó a ver al pelinegro, hecho un desastre e inevitablemente a Keisuke se le hizo antojable, pero, luego de percatarse de tal pensamiento disimuladamente tosió.
— ¿Me repites esas consecuencias?
— Ya sabes... Antes de morir no podré estar en paz sabiendo que mis tesoros estarán vulnerables sin mi...
— ¿Estamos hablando de tus mangas? Tranquilo, los cuidare bien.
— ¿Y Peke J?
— Fuyu, obviamente me haré cargo de nuestro retoño.
Chifuyu hizo un mohín ofendido para luego volver a cruzarse de brazos.— Baji-san, al menos ten la decencia de estar mal por mi ida al cielo.
— Tu empezaste el tema, ¿Y terminó así de casual?.— Baji se encogió de hombros e inmediatamente el rubio suspiro resignado.
— Un momento... ¿Llamaste a Peke J nuestro retoño?
— ¿Al fin puedo ser el padre? Porque tú serás una gran mamá gallina.
Baji empezó a reírse cuando sintió los pequeños golpes en su hombro a modo de reproche, y para evitar los ataques rodeo con un brazo la cintura contraria para así atraer el cuerpo del rubio hacia el suyo en un intento meloso por tranquilizar a su novio, luego los toques se detuvieron de repente y el pelinegro al querer bromear busco la mirada del rubio, pero, tragó seco al encontrarse.
Al cruzar su mirada café con los tonos celestes de la mirada tierna de Chifuyu, Keisuke suspiro encantado. La forma en que el rubio rodeaba su cuello con sus brazos desprendían una calidez exquisita y su cuerpo antes rígido se relajó al instante cuando percibió su tacto, el pulgar del pelinegro quedó atrapado ante la suave piel pálida de la mejilla de Chifuyu que se calentaba con el trazo que él mismo recorría, otorgándole caricias efímeras y lentas, ambos disfrutando del momento soltaron otro suspiro.
El pelinegro sin querer perderse de nada, prosiguió con su pulgar paseándose por el rostro del rubio hasta llegar al piercing que estaba situado en la oreja izquierda de su amado y empezó a jugar con ella perdiéndose en el tintineo que daba ante el toque de su uña contra la misma.
El ambiente que ambos crearon en aquel salón se convertiría en otro recuerdo palpable en él y por supuesto que se grabará en su corazón, otra memoria entre miles que aún le faltaban por realizar. Porque sí, Baji Keisuke no podía pedir más que al rubio que sostenía entre sus brazos y tenerlo allí por siempre.
Chifuyu era su tipo ideal, definitivamente.
Y cuando ambos percibieron los alientos cruzarse, mezclarse y chocando contra el rostro contrario, supieron que no había retorno para ese amor que florece más y más. Un amor desenfrenado que estaban dispuestos a proteger y fortalecer, todo con tal de que la compañía que se otorgaban fuese eterna.
Sellaron ese pensamiento con un beso, no tan apasionado como se hubieran dado cotidianamente sino uno tan simple y al mismo tiempo siendo tan inocente que transmitió lo que sentían correctamente, porque las palabras que quizás se hubieran dedicado luego de ello, eran innecesarias entre ambos.
Al separarse Keisuke tuvo la dicha de evidenciar una de las sonrisas risueñas de Chifuyu, dedicadas solo para él y sin dudarlo le regreso el gesto. Sus acciones demuestran lo mucho que se amaban, y eso era suficiente.
— Ya es tarde, y debo alimentar a Peke J.
— Te acompaño.— comentó luego de dejarlo libre, y tomar sus pertenencias para después caminar lado a lado por los pasillos solitarios del instituto.— ¿Alimentas a Peke J con la comida de gato que te dí la última vez?
— Por algo me lo diste, ¿No?
— ¿Ves? Y después dices que no aportó en la manutención de nuestro hijo.
— ¡Baji-san!.— exclamó en reproche con suma vergüenza; mientras tanto el pelinegro empezó a molestar aún más al rubio con tal de volver a ver el tono carmín que adornaba las mejillas de su amado con sutileza, aquellas que lograban enamorarlo más.
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La brisa gélida hacía que el cuerpo del rubio temblara por algunos breves momentos en busca de entrar en calor, frotó sus manos mientras soplaba las mismas para así soltar un bufido frustrado.
Chifuyu estaba seguro que podía competir contra Rodolfo el reno y ganar por la nariz más roja.
— Buenos días, Chifuyu-san.
— Buenos días.— saludó a un grupo de estudiantes que iban ingresando, luego de devolverles el gesto regresó a su tarea personal de no morir congelado.
— Fuyu.
— ¿Si, Baji-san?
— ¿Qué hacemos en la entrada tan temprano?
El rubio parpadeó un poco desubicado, pero luego recobró los sentidos y desvió la mirada hacia el pelinegro.— Como miembros del consejo estudiantil es nuestro trabajo recibir a todo el alumnado, debemos de mostrar el ejemplo.
— Ejemplo mi culo, tengo frío.
— ¿Y tú crees que yo no? Hoy nos toca a los tres recibirlos, no es mi culpa.
— ¿Tres?
— ¡Buenos días!.— exclamó Kazutora, apareciendo de repente detrás de ambos sorprendiéndolos para así rodearlos con sus brazos y atraparlos en un abrazo.— ¿Cómo amanec-?
— Amanecí bien Tora, ¿Podrías soltarme? Me asfixias.— comentó Baji intentando librarse del meloso abrazo.
— ¿Quién te preguntó? Yo solo quería saber cómo amaneció el lindo rubio de aquí.— señaló a Chifuyu, sacándole la lengua al pelinegro quien gruño en respuesta y Kazutora al ver las intenciones de querer golpearlo corrió inmediatamente a resguardarse detrás de Chifuyu para luego abrazarlo nuevamente desde atrás, y el mismo se sonrojo levemente al sentir los brazos del chico rodearlo.— ¿Como amaneces Fuyu-chan?
— B-Bien...— el de ojos ámbar se deleitó por el sonrojo que ocasionó y aumentaba con los segundos.— ¿Ya te encuentras mejor Tora? Me preocupé cuando Baji-san me dijo que estabas enfermo.
— Nada grave, solo agarre un resfriado pequeño.
— ¿Te llegó el bentō que te mande con él?
— Si estaba delicioso, pero... ¿Por qué no me lo llevaste tú?.— preguntó haciendo un mohín intentando verse decepcionado.
— Bueno...
— Podrías contagiarlo, y prefiero prevenir que lamentar.— el pelinegro soltó despreocupadamente entrecerrando los ojos con molestia.
— Oh vamos, al menos no tengo pulgas que contagiar como otros.
— Mira hijo de...
Chifuyu carraspeó con fuerza, observando severamente a ambos chicos para luego seguir saludando a los recién llegados ignorando a sus acompañantes al obtener la mirada de otras personas como de costumbre.
— Compórtense, por favor...
Luego de recibir un silencio en conjunto como respuesta, el rubio suspiró aliviado y luego de enfocar nuevamente su mirada entre la multitud de estudiantes fue que frunció el ceño con clara irritación.
— ¿Podrías pasarme la agenda, Baji-san?.— el pelinegro aún mudo le extendió lo pedido.— Gracias... ¡Oye tú, bastardo! ¡Si tú, el de la izquierda! ¡Te hablo a ti! ¡¿Qué son esos pantalones?! ¡Existe un protocolo imbécil de mierda!.— gritó el rubio furioso para así aproximarse al grupo que señalo anteriormente.
Ambos chicos al ver al rubio alejarse se voltearon a mirar por breves instantes, y luego de permanecer mucho rato callados Keisuke chasqueó la lengua fastidiado.
— Juro que no te salvas, apenas Fuyu no nos vea te golpeare.
— No nos está viendo, Kei.— respondió con burla, a veces el de mechones rubios le gustaba tentar con su suerte.— Y no veo que estés cumpliendo lo que acabas de decir.
Una mueca se hizo ver en la expresión ruda del pelinegro.— Tengo pereza, más tarde.
— Como digas.— Kazutora observó a la distancia como Chifuyu le seguía regañando al chico desafortunado de ese día.— Keisuke quiero saber, ¿Por qué aún no han hecho pública su relación?
— Fuyu dice que no quiere que nadie meta sus narices donde no le importa.
— ¿Y qué piensas tú al respecto?
— No lo sé, mientras pueda disfrutar de mi relación como quiera esta bien para mi... Además, no es que nos estemos ocultando ya que actuamos como queremos.— Baji llevó su mano hacia su barbilla pensativo, continuó.— Es solo que preferimos más privacidad en el asunto por ahora, luego cuando nos sintamos listos les diremos al resto, supongo.
— Si es así cómo se sienten realmente, respeto su decisión.
— La relación es de dos no de tres.
— ¡Oi, su relación también puede ser de tres! ¡Pero aún sigues sin aceptarme!.— exclamó Kazutora en berrinche mientras que el pelinegro simplemente rodó los ojos.— ¿Escuchas eso? Creo que alguien gritó algo...
— Yo no escuche nada.
— Así es. Están gritando: ¡Trío! ¡Queremos trío!
— Jódete idiota, ¡Yo vi a Fuyu primero! ¡Y no lo comparto!
— Vamos Kei no seas malo, yo también quiero a Fuyu-chan pero lo acaparas para ti solo.— Las mejillas de Kazutora parecían que estaban a punto de explotar por lo infladas que estaban, y sin rendirse siguió insistiendo acabando poco a poco la nula paciencia que poseía Baji Keisuke.
— Oi dije que...
— ¿Te imaginas cómo sería la expresión de Fuyu-chan con doble atención en la cama?.— Si Keisuke fuese un perro, ya hubiera levantado las orejas atento.— No sé como sería con una pero sería sumamente interesante y excitante tenerlo agitado con nosotros dos mientras satisfacemos sus exigencias...
La sonrisa de Kazutora se marco más al haber obtenido la atención completa de Keisuke, quien se encontraba quieto con miles de imágenes pasando por su mente por la simple mención de un Chifuyu Matsuno excitado en otro nivel y de solo hacerlo; su corazón se aceleraba y sentía la temperatura descender.
Joder, bendita sea la imaginación.
— ¿Entonces...?
— Acepto.
El chico de mechas rubias brinco feliz en su lugar al haber logrado su objetivo, para así ambos, tanto Baji como Kazutora desviar la mirada hacia la espalda del rubio con un aura lujuriosa rodeándolos y ansiando que la jornada de ese día terminará pronto.
Mientras tanto Chifuyu al sentir un escalofrío repentino que subió desde su espina dorsal hasta llegar a su nuca se crispo cual gato de inmediato, después relamió sus labios con ansiedad al tener un mal presentimiento.
Suspiro restándole importancia, quizás era su imaginación.
Me siento feliz porque al fin pude escribir un ✨ BAJIFUYU ✨ Es mi primera vez ¿Qué tal les pareció? Espero lo hayan disfrutado, y respecto al final... LOS COMENTARIOS ME TENTARON Y CUANDO ME INSPIRO, ME INSPIRO.
Cuídense, les mando un abrazo de oso polar ❤
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