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━ Tres

El sonido de un celular inundaba la habitación, la alarma vibraba sin parar mientras que una mano bajo las sabanas intentaba alcanzarlo el cual estaba en el suelo.

Los rayos del sol pasaban por la ventaba entre abierta junto a la brisa que hacían bailar al compás ambas cortinas, el cuerpo dormido se movía más y más hacia la izquierda en busca de apagar el aparato irritante, pero, apenas se estiro aún más un sonido en seco entro en escena escuchándose con fuerza. El cuerpo del chico termino en el suelo con un quejido cubierto de la misma sabana que lo cubría a la mitad hace segundos atrás, se incorporo con lentitud quitándose de un jalón el objeto encima.

- ¿Dónde..?

Ante la pregunta al aire formulada, toco de inmediato su cuello con sus ojos abiertos de par en par y dirigir su mirada a su cuerpo tocándolo con desesperación. Se levanto del suelo rápidamente para después apagar la alarma que seguía sonando terminando siendo fastidiosa ante su confusión latente, camino con lentitud al baño.

El sonido del agua cayendo fue detenida al cerrar el grifo, el rubio cenizo se observaba en el espejo con perplejidad. 

Por sus cabellos y mejillas caían restos del agua que se había lanzado ante la negación del hecho de verse distinto, fijo su mirada a cada rasgo de quién suponía sería quizás su vida pasada. 

- ¿Uraraka tenía razón...?.- Menciono aún sin salir de la perplejidad, coloco una mano en su mejilla acariciándola en el proceso.- Tengo ojos muy bonitos. 

Cabellos rubio cenizo, piel blanca casi bronceada, músculos para envidiar y una mirada rojiza como dos rubíes exóticos que podía dejarlo a él mismo sin aliento. Definitivamente, su tipo.

- Ahg, que vergüenza.- Coloco sus manos en su rostro ante el sonrojo que se expandió desde sus mejillas hasta sus orejas.

- ¡Mocoso! ¿¡Ya despertaste?!

Ante el grito que podía confundirlo como un ladrido se espanto en el proceso, se aproximo con lentitud a la dueña de la tan potente voz. Una mujer idéntica a quién observo en el espejo, le tenía clavada una mirada intensa junto a un ceño fruncido mientras colocaba ambas manos en su cintura.

- Era tu turno de cocinar bastardo y para quedar como un maldito inútil te quedaste dormido, ¿Quién te crees que soy imbécil? ¿Tu sirvienta? Ni de bromas maldita sea.

- L-Lo lamento.

- ¿Qué mosca te pico? ¿Acaso las neuronas que aún te quedan se terminaron de fundir?

- B-Bueno.. ¿Estuvo mal disculparme..?

La rubia ante la respuesta de su único hijo le observo con un ceño aún más fruncido intentado no aparentar estar sorprendida ante la disculpa y verse preocupada, con el pensamiento de que quizás aún siga ido por el sueño bufó fuertemente tomando su cartera de mano y dirigirse a la salida sin observarle.

- Me iré ahora, cómete toda la sopa de miso.

- Bien.

- Ni se te ocurra faltar aunque llegues tarde idiota, quiero tu estúpido trasero aquí temprano. Nos vemos.

- Ten un b-buen día.

La puerta del departamento fue cerrada, quedando el rubio cenizo solo observando el lugar con curiosidad reflejada hasta que llego a una conclusión.

- Este sueño es tan extraño...

Una notificación asusto al chico haciendo que ahogara una exclamación con un leve sonrojo ante el repentino sonido, saliendo de sus pensamientos confusos se aproximo de inmediato al celular como si fuese una plaga al tomarlo entre sus manos y leer su contenido con duda.

Pelos de mierda: ¿Blasty sigues en casa? ¡Corre, Llegarás tarde! :0

- ¿Pelos de mierda..? ¿Qué clase de apodo vulgar es ese?.- Observo a todos lados sin saber que hacer.- A parte, ¿Quién es ese?

El rubio ceniza se levanto del piso de aquella habitación a aproximarse al que dedujo que era su uniforme color gris con corbata rojiza.

- Debo apresurarme si quiero al menos ser puntual en esta vida.

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El rubio ceniza salio del departamento cerrando la puerta con nervios hasta finalmente recargarse de este, con un suspiro largo se limpio el sudor en su frente con pesar.

- Nunca pensé que atarse esta corbata fuera tan complicado.

Apenas alzo la vista, quedo mudo y se aproximo mientras la brisa de aquella cálida mañana peinaba con suavidad sus mechones, moviéndose en el proceso.

Los edificios ante el gran sol que se estaba manifestando brillaban como cristales, y la vegetación que los rodeaba era tan curiosa que no pudo evitar sonreír ante el descubrimiento para así voltear a observar de lado a lado cada detalle de la ciudad que estaba en frente de sus narices.

Desde donde estaba situado, podía escuchar las bocinas de los autos tan característicos de la gran ciudad de Tokio.

- Estoy en Tokio... ¡Estoy en Tokio! ¡Es un sueño pero es tan increíble!.- Exclamo alegre mientras alzaba las manos al aire dando saltitos en su lugar como un niño pequeño, llamando la atención de varios vecinos extrañados, ya conociendo el temperamento agresivo del joven les llama la atención que actué de esa manera tan inusual en su persona.- ¡Cierto! ¡Llegare tarde!

Tomo carrera a la estación del metro para así guiarse de su GPS para poder ubicarse, y gracias al logo de su chaleco pudo ubicar al instituto donde tenía que ir, aunque fue difícil para un chico como él del campo poder sobrevivir en lo que es la agitada ciudad a esas horas del día.

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- ¿Dónde lo compraste?

- Daikanyama.

- El próximo concierto de la banda..

- Faltemos al club de hoy y vayamos a ver una película.

El rubio ceniza pudo escuchar varias conversaciones al estar recargado en la entrada de unos de los salones, observando con duda el interior y buscando maneras para ubicar al supuesto amigo con nombre vulgar que era de él.

Suspiro ante los nervios a flor de piel que tenía, hasta que alguien lo tomo por la espalda para así proceder a abrazarlo por los hombros de una forma exagerada y con ello casi se declaro muerto ante el susto que le pego aquel sujeto a su lado quién le observaba sonriente.

- ¡Blasty! ¡Llegaste! Estaba preocupado por ti, sé que siempre me mandas a la mierda cuando te escribo pero..- Lo acerco más a su rostro sin dejar de sonreír casi cegándolo, poniendo al supuesto rubio cenizo muy nervioso ante la cercanía y confianza del contrario.- Necesito que me pases la tarea de hoy, ¡Eres mi salvación! ¡Oh! ¡Vamos a comer que Denki nos espera!

Lo arrastro por el pasillo sin dejar de pegarlo a su cuerpo, aquello le incomodo pero no menciono nada al no saber como debería reaccionar.

- ¿Te sientes bien Blasty? A estas alturas ya me hubieras golpeado por tocarte, ¡Ignoraste mi mensaje! Con un mínimo muérete me conformaría. 

- ¿Pelos de mierda..?

- ¡El mismo!

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- ¿Te perdiste? ¿Tú..?

- S-Sí.

La mirada sorprendida de ambos chicos le observaron sin palabras, mirada dorada y rojiza eran clavadas en él sintiéndose un estúpido al contarle la razón del porque llego tarde a la tercera hora de clases, cuando debió al menos llegar a la segunda.

El rubio con un pequeño mechón negro como si fuese un rayo soltó una carcajada digna del momento.

- ¿C-Cómo pudiste perderte de camino a la escuela? ¿No qué esta ciudad es tu territorio..?.- Preguntó en forma de burla mientras intentaba contener su risa sin éxito.

- Uh...- Ante el nerviosismo iba a levantar la mano para poder rascarse la nuca apenado pero el rubio ante el movimiento de él se puso pálido y quedo mudo.

- ¡Perdona Katsuki! ¡Te juro que no volveré a burlarme! ¡Perdóname la vida!.- Exclamo exageradamente mientras se refugiaba detrás del pelirrojo asustado.

- ¿Qué hice..?

- Tranquilizate bro, solo iba a rascarse la nuca.

- Bueno, de igual serás sacrificado bro.

- Bro.. ¡Eso no es nada masculino!

- ¡Prefiero seguir vivo que ser masculino!

- ¡No temas! ¡Yo te protegeré bro! 

- ¡Gracias bro! ¡Serás recordado como un héroe!

El sonido de una risa disimulada les llamo la atención a ambos chicos, quienes expresaban asombro ante lo que presenciaban, el rubio cenizo a quién clasificaban sus amigos "Bestia indomable" estaba sonriendo sin querer ocultarlo.

- ¡Blasty esta sonriendo! Y no de forma arrogante o satánica.. ¡Es un milagro!

- ¡No lo es bro! ¡ES EL FIN DEL MUNDO! ¡Moriremos como los idiotas que somos! ¡Aún no consigo convertirme en modelo de ropa interior!

- ¿Serás modelo de ropa interior? ¡Eso es muy masculino!

- ¡Lo sé! ¡Pero, no va al caso! ¡MORIREMOS!

- Chicos, son divertidos.- Menciono el rubio cenizo aún riéndose, nunca espero encontrarse a personas tan cómicas complementando su estupidez.

- Ya me estas asustando Bakubro, ¿Todo bien en Explosiveland?

- ¡No se preocupen! ¡E-Estoy bien!

- Entonces Blasty.. ¿Que hiciste ayer? ¡Le gane a Denki en un juego en el árcade!

- ¡Eso fue trampa! ¡Tramposo! ¡Tramposo!

- ¡Trampa mis nalgas!

- Solo estuve... me estaba divirtiendo, ustedes saben.. todo esas cosas tan importantes que haría un chico común en Tokio.

- Estas hablando raro..

- Supongo que lo soy.- Intento no verse tan nervioso ante la mirada intrigada de ambos chicos, para luego sonreirles.

Un click hizo que parpadeara confundido ante el repentino flash que lo cegó por segundos.

- Esto estará en mi estado.

- ¡Pásamela!

El rubio ceniza frunció el ceño ante lo raros que eran sus supuestos amigos en aquel sueño.

- Blasty ¿Y tu almuerzo?.- Pregunto el pelirrojo desviando su mirada a su amigo.

- ¡Oh! L-Lo olvide..

- ¡No te preocupes Bakubro! Toma del mío.- Le extendió la mitad de su sándwich de jamón, causándole una sonrisa al pelirrojo.

- ¡Yo también bro! ¡Ayudar a tus amigos es algo que te hace muy varonil!.- Expreso con orgullo mientras mantenía aquella sonrisa.

- Me conmueves bro, como siempre muy varonil.

- G-Gracias.- Murmuro el rubio cenizo al observar el sándwich de jamón con croquetas que habían juntado con ambos almuerzos para él.

El pelirrojo le mostró una sonrisa grande, mientras que el rubio le acompaño con una sonrisa con orgullo.

- ¡Pasemos por la cafetería luego!

- Suena bien, ¿Katsuki, vienes?

- ¿Eh..? ¿¡E-Eh?!.- Se exaltaron sus acompañantes al observar la expresión emocionada de su explosivo amigo, quién se les acerco con comida aún en la boca ante la exclamación.- ¡¿Una cafetería?! ¡Genial!

Tanto el pelirrojo como el rubio se observaron confundidos, mientras que el rubio cenizo se alejo apenado ante su emoción.

Actué fuera de lugar otra vez.

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El rubio cenizo con menú en manos observaba a su derecha a un par de perritos tiernos quienes no quitaban su mirada de él al mismo tiempo sus colas se movían de un lado a otro muy felices.

Katsuki Bakugo con una sonrisa regreso su mirada al menú sorprendiéndose de la gran variedad de postres.

- ¡El techo de madera se ve genial!

- Tienes razón Kirishima, un detallazo.. ¿Ya te decidiste Bakugo?

- ¿Ah? Ah....- El mencionado con más atención observo los precios.- ¡P-Podría vivir un mes entero con lo que cuesta este panqueque!

El rubio eléctrico simplemente se carcajeo intentando no sonar burlesco, aún aprecia su vida como idiota.- ¿De qué época vienes?

- Bueno.. Da igual, todo es un sueño.

Ya al momento tenía unos panqueques con mantequilla derretida y moras en su mesa, con emoción tomo el que se suponía era su celular para luego así tomar fotos entusiasmado con la atenta mirada de sus amigos con cada acción.

Apenas termino de comerlo, con taza en mano suspiro satisfecho.

- Que bonito sueño~.- Ambos chicos voltearon a ver extrañados, simplemente le restaron la importancia de ver tan tranquilo al chico con carácter fuerte.

El teléfono del cenizo empezó a sonar, él extrañado lo tomó.- ¿Qué..? ¡Se me hace tarde para el trabajo! 

- ¡Buuuuu! Blasty debe irse.

- Toma tu camino, te deseamos suerte.

- ¡Si!.- Apenas se incorporo tomo su bolso y salio corriendo fuera del establecimiento, pero así como desapareció volvió de inmediato a ver con duda a sus acompañantes.- Esto... ¿Disculpen, en dónde trabajo?

- ¿Ah..?.- Exclamaron confundidos al unisono.

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- ¡Las mesas seis, siete y diez están esperando!

- ¡Mesa doce! ¡Bakugo!

- ¡V-Voy!

El rubio cenizo coloco algunos platos sucios acelerado para luego regresar a servir ordenes por doquier.

- Aquí tiene su orden.- Coloco una pizza con champiñones en una mesa para luego dirigirse a otra.- E-Este zucchini con ensalada de tomate..- Anoto con rapidez para luego nuevamente regresar a la cocina y regresar con otro pedido. 

- No ordenamos eso.

- ¿A-Ah? ¡Perdone!

Odio esto.

- ¡Bakugo, la mesa cinco espera!

- ¡Bakugo! ¡Ya te había dicho que nos quedamos sin trufas!

- ¡Bakugo, no te escucho! ¡Grita como hombre!

- ¡Bakugo!.- Le volvieron a regañar y regreso corriendo con dos platos en las manos.

¿¡Cuándo voy a despertar?! Esto empieza a ser una pesadilla.

Ya estando más tranquilo el rubio cenizo llevaba en bandeja unos vasos de agua.

- ¡Oye, mesero!

- ¿S-Sí señor?

- ¿Ves esto? Verás, había un palillo de dientes en la pizza.- Alzo un poco el trozo de pizza.- Me habría lastimado de haberlo masticado ¿no crees? Menos mal que me di cuenta ¿Que piensas hacer al respecto..?

- E-Este, pues.. Pero.. si no se usan palillos de dientes en un restaurante de comida italiana señor...

- ¿¡Ah?!.- Exclamo llamando la atención de todos los presentes y logrando exaltar al chico.

- Señor, ¿Está todo bien?.- Se interpuso una chica rubia con una sonrisa servicial.- Te cubro..- Le susurro al contrario para luego ser jalado lejos del cliente.

- Oye, sé que tienes un temperamento de mierda.. pero sabes que con ese tipo no debes meterte Bakugo.

Ambos voltearon a observar como la mesera se inclinaba disculpándose y así dejando a cuenta de la casa el platillo del cliente, quién sonrió de forma victoriosa.

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El ruido de la aspiradora era lo que se escuchaba en el ambiente del lugar, habían cerrado el restaurante unos minutos atrás y algunos empleados se quedaron a limpiar lo que quedo del día.

- Uh.. Utsushimi..

- Señorita Utsushime.- Menciono uno de los empleados para luego pegarle en la cabeza, con un puchero se coloco la mano en la cabeza.

- Señorita Utsushimi.. gracias por...

- Tuviste un día difícil ¿no?

- Este.. bueno..

- ¡Ese tipo era arrogante! No te preocupes.- Le sonrió la rubia para luego doblar unas servilletas y llevarlas consigo dándole la espalda al contrario.- Me encargué de él como dice en el manual.

- ¡Camie, su falda!

Ante la exclamación de unas de las empleadas, se pudo observar que claramente la falda de la chica estaba levemente cortada por detrás llegando por arriba de los muslos y la rubia con el ceño fruncido se cubrió mientras gruñía.

- ¿Se encuentra bien?

- Oigan, ¿Qué ocurre?

- Se la cortaron.

- ¿Acaso fue ese tipo?

- Desgraciado..- murmuro Camie con un sonrojo y enojo en su totalidad.

- ¿Que hacemos?

- ¿Alguien recuerda su rostro?

- No...

El rubio ceniza se mantenía callado observando a la chica con duda, hasta que se decidió por acercar con determinación.

- Señorita, venga conmigo..- La tomo de la muñeca para luego arrastrarla con suavidad hasta el cuarto de limpieza, al estar dentro ambos el chico la soltó.- Quítese la falda, por favor.

- ¿¡Qué!?

- N-No es eso, ¡M-Me daré la vuelta! ¡Prometo no mirar!

Le observo la chica con el ceño fruncido hasta luego bufar rendida, y se cubrió con una sabana que se encontraba en el lugar mientras tenía la mirada fija en aquel chico testarudo, quién cocía la tela de la falda como un profesional y con una rapidez que le asombro.

- La arreglaré enseguida.

Y con el sonido de la tijera cortando el hilo amarillo, finalizó el trabajo mostrando un diseño infantil de flores con un sol.- ¡Listo! 

- ¡Bakugo, eres increíble!.- Exclamo sin apartar la mirada del tejido tan bonito a simple vista.- ¡Esta más linda que antes! 

El rubio con un sonrojo leve le sonrió encantado.- Esto es como muestra de mi agradecimiento. M-Muchas gracias.

- Siendo sincera, tenía otra imagen de ti en mi cabeza.. aunque seas irritante, también puedes ser sensible. Me gusta más el tú de hoy.- Menciono para luego colocar un mechón de su cabello detrás de su oreja desviando la mirada.- No pensé que tuvieras un lado así de lindo.

Desvió la mirada de la chica con una sonrisa avergonzada, negándose ante la conclusión de esta y se retiro dejando a la rubia vestirse a gusto.

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- Tienes una vida increíble Bakugo Katsuki, para qué mentir.

Se lanzo de un salto a su cama ante las palabras, movió de un lado a otro su rostro contra la almohada en una simple acción de sentirse relajado. Luego de quedarse unos minutos recostado boca abajo sin moverse, tomo el celular del dueño del cuerpo para luego voltearse y curiosear el contenido.

- Ah, tiene un diario.- Menciono burlón mientras lo revisaba de ojeada.- Es organizado, tiene suerte de vivir en Tokio.- Pudo observar varias fotos de sus amigos y paisajes de todo tipo en la gran ciudad.- ¡Tiene una foto de esa chica!.- Exclamo ante el descubrimiento, en aquella foto la adolescente se encontraba de espaldas mientras limpiaba un ventanal y otra donde descubrió al chico tomándole fotos.- ¿Será que estará enamorado de ella?

Y con una sonrisa se levanto de la cama para luego nuevamente observar su reflejo, para así tomar la decisión de igualmente escribir un relato de todo lo que hizo aquel día.

- Y todo gracias a mi lado tierno y sensible..- Escribió en voz alta, luego recordó aquella nota en la última hoja de su cuaderno y abrió los ojos de inmediato.- Bueno si tanto quieres saber Kacchan.

El chico se aproximo al escritorio y tomo entre sus manos un plumón negro, luego procedió a escribir en su mano con delicadeza.

Izuku.

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