━ Cinco
Una alarma resonaba en la habitación, el pecoso extendió su mano en busca de apagar el celular mientras gruñía por ello.
Al levantarse con lentitud pudo reconocer el lugar y simplemente permaneció observando todo con un ceño fruncido para luego bostezar con pereza, pero una almohada fue lo que lo recibió en el rostro al estirarse.
— Maldita sea mocosa de mierda...
— ¡Abuela! ¡Onii-chan de nuevo necesita lavarse la boca con jabón!
— ¡Ya veremos quien se lava la boca primero!
El peliverde estaba apunto de alcanzar a la contraria, pero lo detuvo la puerta siendo cerrada en sus narices. Se quejo mientras acariciaba la zona lastimada, aquello lo dejo de mal humor.
— Un día de estos mataré a la mocosa, y no lo evitarás Deku.— Menciono mientras se levantaba a cambiarse.
Luego de observarse por un breve instante en el espejo, tomo rumbo hacia donde estaban los familiares del chico contrario y escuchando desde lejos al noticiero.
— El cometa Tiamat ha sido visible para casi todos desde hace unos días ¿Cuándo y dónde podrá verse?.— El sonido del televisor inundaba la sala.— El cometa Tiamat se mueve del este al oeste como si siguiera al sol, así que puede verse sobre Venus..
¿El cometa..?
— ¿Por qué te pusiste el uniforme bobo?
— ¿Ah?
— Recuerda que esta vez no vas a la escuela.
Con el ceño aún más fruncido afirmo despacio, sin decir nada regreso a la habitación del pecoso para luego buscar sin cuidado entre el armario y cajones una ropa casual, encontrando en su camino unos pantalones mezclilla, unos tenis rojos y una sudadera verde.
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El sonido del agua se escuchaba cerca a la ubicación donde caminaban los peliverdes, las hojas caídas por la época de otoño eran arrastradas por la corriente y se perdían de la vista al caer al precipicio pequeño que poseía aquel río.
Las aves a su alrededor cantaban, un ambiente relajante.
— Abuela, ¿Por qué el cuerpo de nuestro dios está tan lejos?.— Se quejo la pequeña peliverde por milésima vez.
— No lo sé, por culpa de Mayugoro.
— ¿De quién habla mocosa?.— Le susurro el peliverde a la contraria sin quitar su ceño fruncido.
— ¿Qué? ¡Él es famoso!
Prosiguieron su caminata detrás de la mujer de avanzada edad, Katsuki le observo por mucho tiempo para luego chasquear la lengua por el pensamiento que surgió al tener la vista fija en la vara en donde se apoyaba la mujer al caminar.
Acelero el paso hasta estar en frente de la anciana.
— Vamos Abuela, te llevo.— Sentencio el pecoso inclinándose un poco para poder darle la oportunidad a la contraria en subirse a su espalda.
Sin oponerse y con ayuda de la peliverde quien sostuvo la vara para así terminar en la espalda de Katsuki y continuar con su rumbo, pero al querer levantarse casi cae de lado tropezándose con la mujer en su espalda.
— Cuidado, Onii-chan.
— ¿Estás bien Abuela?.— Consulto el peliverde caminando con normalidad luego de posicionar bien a la anciana.
— No te preocupes cariño, ¿Tú estas bien?
— Por supuesto.— Sonrió con superioridad.
Este nerd no tiene suficiente fuerza, es un inútil. se quejo mentalmente el chico.
Habían transcurrido un buen tiempo y avanzaron bastante, por la frente del peliverde se podía apreciar algunas gotas de sudor por el esfuerzo ejercido por tanto tiempo. Y sin dejar de lado su orgullo no detiene el paso para no admitir su leve cansancio, mantuvo el ritmo del camino con eficacia.
— Izuku, Kyomi ¿Saben qué es "Musubi"?.— Hablo de la nada la mujer, llamando la atención de ambos jóvenes.
Katsuki lo medito un rato, Jamás había escuchado esa palabra.
— ¿Musubi?
— Musubi es la antigua manera de llamar a un dios guardián local.— Desvió la mirada del chico hacia la pequeña a su lado con una sonrisa.— Esta palabra tiene un profundo significado.
La peliverde observo a su abuela con una curiosidad desbordante mientras que Katsuki internamente quería exigirle que dejara su maldito suspenso y hablará de una vez, en cambio simplemente le observo con una paciencia que no sabia de donde había sacado.
— Entrelazar hilo es Musubi, conectar personas es Musubi, el flujo del tiempo es Musubi. Todo eso es el poder del dios, así que los cordeles trenzados que hacemos son el arte del dios y representan el flujo del tiempo mismo.— Los rayos del sol atravesaban entre los grandes robles que los rodeaban, dando señal que se acercaba el anochecer.— Convergen y toman forma, se enredan, se entrelazan, algunas veces se deshace, se rompen y luego se conectan de nuevo.
Katsuki visualizo una hoja de un árbol caer al agua, y fijo su vista en el ambiente que se hacía paso mientras más avanzaban.
— Musubi, atar y eso es el tiempo.
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— Bebe.
Le extendió una botella de agua y la acepto de inmediato para luego tomar largos tragos con desesperación, reflejando la sed que tenía por largo rato y por el largo recorrido que subieron para poder llegar hasta ese punto del camino.
— ¡Yo también quiero!
— Espera tu turno mierdecilla.
—¡Abuela! ¡Regaña a Izuku!
— Eso también es Musubi.
La pequeña pelea que había comenzado entre ambos jóvenes se detuvo de inmediato ante las palabras de la contraria. Ambos parpadearon para luego escuchar la risa de la mujer, inconscientemente el peliverde le extendió la botella a la pequeña quien sin dejar de observar a su abuela la acepto.
— Ya sea agua, arroz o sake. Cuando una persona consume algo y se une a su alma, eso es Musubi.— Continuo con la clara atención de sus nietos en ella.— Así que la ofrenda de hoy es una costumbre importante que conecta al dios y a la gente.
Continuaron su camino nuevamente, ya dejando al denso bosque detrás de ellos y dejando al sol pasar de lleno encima de sus cabezas. Katsuki continuo con la mujer en sus espaldas mientras daba pasos hacia arriba de la cima de aquellas rocas a paso lento y por eso fue la pequeña Kyomi quien llego antes que ellos.
— ¡Oigan, lo veo!
Kyomi ante la emoción otra vez los dejo atrás a ambos, y al por fin llegar a la cima de aquella estructura de rocas Katsuki decidió que era buen momento de bajar a la mujer y así pudo visualizar con más calma sus alrededores con asombro.
¿Ese es el cuerpo del dios del Santuario Midoriya?
Katsuki con la curiosidad saliendo de su boca, empezó a caminar detrás de ambas peliverdes al pendiente de la mayor para que no se tropezara por las grandes rocas del camino hacia abajo.
El santuario era rodeado de mucha flora y verdes plantas en un gran agujero que podía visualizarse como si se hubiese estrellado algo allí mismo.
— Más allá de este punto es "Kakuriyo".— Nuevamente ambos voltearon hacia la mujer, estando en frente de un riachuelo.— Significa inframundo.
— ¡Es el inframundo! ¡Genial!.— Exclamo Kyomi saltando en las rocas con velocidad para no mojarse hacia el otro lado avanzando con rapidez hacia el santuario.
Mientras tanto el peliverde paso de largo hacia el pequeño charco mojando sus tenis rojos en el proceso para así extenderle su mano a la mujer y ayudarle a cruzar en silencio.
— A cambio de volver a este mundo, debes de dejar atrás lo que es importante para ti.— Pudieron dejar atrás el agua y pisaron tierra firme, aun así Katsuki no soltó la mano de la mujer y voltearon a verse.— El kuchikamizake.
— ¿El kuchikamizake?.— Inquirió el chico al recibir entre sus manos una vasija con un listón verde amarrado en la parte de arriba.
— Lo ofrendarás dentro del cuerpo del dios. Es la mitad de ti.
La mitad de Deku...
Observo la vasija con atención ante el pensamiento.
Ingresaron dentro del altar rápidamente, los últimos rayos del sol estaban desapareciendo del panorama y ya al haber dejado todo listo ya estaban de regreso al camino entre cantaros de aves.
Una manada de aves paso volando aun lado de ellos, sacando una sonrisa a la peliverde y Katsuki ante la vista no pudo evitar sentirse en calma.
— ¡Ya es el Kataware-doki(crepúsculo)!
— ¿Kataware-doki?.— Pregunto en un susurro acercándose a ambas peliverde cerca del abismo de aquella colina, observando como se ocultaba de a poco el sol.
Ahogo una exclamación al observar con atención como el gran mar que rodeaba al pequeño pueblo era adornado por brillantes luces ante los rayos del sol que se iban desapareciendo al pasar los segundos y las aves volaban a un lado del extenso río, el color amarillento empezaba a tornarse naranja el cual avisaba el caer de la noche como próximo.
— Oh, sí ¡Puede que se vea el cometa, Onii-chan!
— ¿Qué?
Frunció el ceño ante la duda que floreció en su pecho, había recordado las palabras del noticiero de aquella mañana. Y eso hacía que preguntará una y otra vez del porque Katsuki tenía el presentimiento de que algo no cuadraba en todo eso.
No recuerdo haber escuchado algo de un puto cometa en mi ciudad, no más que con el idiota de Deku que no deja de hablar de eso.
Pero.... no mencionan nada de eso desde...
No lo recuerdo maldición.
— Oh, Izuku.
El mencionado volteo a observar a la mujer, quien con una mirada triste fijo su mirada en él.
Katsuki sintió su alma brillar en aquel momento.
— Estas soñando ahora mismo ¿Verdad?
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¡Nueva portada y más!
Estoy muy contenta por ello uwu
Créditos correspondientes a hxdes_dxughter por tan excelente trabajo.
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