5. Declaración (2)
En lo que Namu se iba contestar la llamada, con Siyeon nos tomamos un rato para pensar cómo avanzaba la situación. Cada vez estaba más segura de que esto no era un chiste de malgusto, pero no quería que realmente fuera así... Tendría que dejarla y tenía miedo de lo que fuera a pasar si lo hacía.
Ella me aconsejaba ser valiente y decirle a algún adulto de confiaza, alguno que me tomara en serio pese a la bizarra situación. La única persona que me venía a la cabeza era mi abu pero no estaba segura de querer involucrarla, aunque parecía que no había nadie más en quién confiar.
Pasado un largo rato miré la hora para pensar en algo más, eran las 6 p.m. clavadas, lo que significaba que hacía unos veinte minutos que mi arbolito se había ido. Me estaba dando curiosidad saber qué o quién la estaba reteniendo tanto al teléfono, pero sabía que en cuanto volviera me lo diría. Tal vez con una queja de por medio.
El timbre de la casa sono y escuché pasos corriendo por las escaleras, me extraño no escuchar a Namu hablando o diciendo "Sí sí" como cuando fingia estar escuchando. Aunque había alguien a quién la curiosidad le ganó y me tiró fuera de la habitación, seguro con intenciones de espiar. ¿Acaso no era más fácil preguntar? Además ¿qué le importaba?
—Es Bo- —la explicación se cortó cuando un sonido picante retumbo por el pasillo de la escalera, el cuál fue causado por la mano de Bo-ra en la mejilla de Yoohyeon.
—¿Qué carajos está pasando?
— ¡Oh! ¿Quieres saber qué está pasando? Yo te diré-
— ¡Bora no! ¡Por favor! —ver a Namu tirando del brazo contrario me pareció totalmente extraño, es decir ¿desde cuándo había algo que no podía decirme? —Bora...
—Entonces díselo tú —la más baja se separo de un tirón y ambas subieron prácticamente corriendo.
No fue raro que apareciera el señor Kim pidiendo que no hicieran cosas tontas, aunque al ver las lagrimas de su hija y, en resumen, el tenso ambiente el hombre asintió y se fue sin agregar nada más, cosas de adolescentes se arreglaban entre adolescentes... La mayoría de las veces.
— Vamos Yoohyeon, dile a tu mejor amiga antes de que lo lea —volvió a presionar, mesiendo el cuaderno celeste de un lado a otro. Más yo me cansé y se lo saqué de las manos, aunque no pude ni abrirlo cuando Yoohyeon me agarró con fuerza. Las lagrimas que resbalaban por sus mejillas acabaron en el suelo cuando bajó la mirada. En serio ¿Qué rayos pasaba?
—La besé... besé a Minji...
...
— ¿Qué? —vociferé iracunda, verde de envidia de que ella habia podido hacerlo y, por que aunque ya había pasado tiempo, ¡¿ella había besado a mi crush?! Para el colmo mientras me alentaba a decírselo... ¿Era enserio?
—¡Lo siento! Yo-... ni siquiera me dejó seguir- no- o sea... Estaba enamora pero-... ¡Pero tú a-a ella!
— Ag cállate ¿quieres? ¿qué tal si tú le gustabas? Seguro hubieras seguido ¡Hasta te habrías acostado con ella!
Ella abrió los ojos y luego los entrecerró, ambas sabíamos que era verdad. De otra forma no habría cerrados los puños. Era una una mentirosa, lo iba a negar, la conocía.
—¿Qué estás-... ¿Acaso me estás diciendo zorra?
—Sí la cola te queda.
Después de eso fui a buscar mi mochila a su habitación, las otras dos vinieron atrás mío y para cuando volvimos al umbral de la escaleras ella ya nos estaba esperando abajo con la puerta abierta. No dudó un momento en cerrar la puerta de un portazo cuando estuvimos fuera, dejandonos a las tres en la calle y bastante enojadas. O, al menos, Bora y yo sí lo estábamos.
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