Vencer a una genio era, en esencia, imposible para una persona promedio como yo, con ayuda de Yoohyeon apenas si podía considerar que haríamos algo coherente ¿pero si sumábamos a una desquiciada sin escrúpulos y a otra loca pero experta en Pretty little liars? Así es, se conseguía un cuarteto perfectamente equilibrado, pero sediento de venganza y, de ser posible, también de sangre.... Mucha sangre según los canes.

—La única forma correcta de matar es sin dejar huellas —eso nos lo dijo SuA, al parecer con un plan en mente.

Habíamos llegado a su casa para tener una pijamada, pero no una cualquiera, claro que no, habíamos venido a planear el mejor asesinato, el cual saldría bien sí o sí, no le daríamos margen de escape a esa maldita perra de arrebatarnos a nuestra querida Minji. ¿Y la mejor parte? Lo estábamos disfrutando como si ya estuviéramos saboreando su muerte.

—¿Creen que vayan a sospechar de nosotras? —preguntó con preocupación Yoohyeon al mismo tiempo que arrancaba la hora del cuaderno y la doblaba—. No... corrección, ¿creen que ella vaya a sospechar?

—No, esa perra no va a ver el tren que la chocará ¿sabes por qué? Porque las perras posesivas como ella no ven nada cuando los celos les tapan los ojos.

La sonrisa triunfante en su rostro era casi despreocupante, pero sabiendo con quién nos enfrentábamos, y quienes eran sus secuaces, preocuparse nunca estaba de más. Pero SuA estaba segura de poder convencer a Gahyeon de que Siyeon solo tenía un desliz y que solo hacía falta que le dieran una pequeña lección.

—Estará tan ocupada pensando en lo molesta que es Siyeon que no le parecerá extraño que me acerque a ella, y mucho menos que la invite a pasar las vacaciones con nosotras. Entonces... habrá que vestirse de negro.

A Yoohyeon el miedo no se le iba, pero estaba dispuesta a dar su mejor actuación con tal de que Gahyeon se tragara nuestro circo. Y si todo estaba en su justo orden, yo solo sería hábilmente manipulada solo un mes más, y entonces sería libre, las demás tendrían un cuerpo.