┊ ˚➶ 。˚ ☁️ 18 ;; Esperanzas.
—Además... la esquizofrenia no tiene cura, pero... pero se puede estabilizar.
Aquello fue lo último que dijo la doctora YongSun al momento de dirigirse a DaByul. Ella se quedó quieta, sin entender del todo la situación. Estaba viviendo muchos altibajos debido a la situación de SooBin, llena de noticias que cambiaban el rumbo de las cosas cada tanto. Ese ritmo la estaba mareando, y por ende, estresando. La frágil pelinegra pasó sus manos por su frustrado rostro intentando ordenar sus pensamientos. Y es que la doctora aún no le había dicho por qué la esquizofrenia podía estabilizarse. De por sí, DaByul ya sabía que no había un cura para ella pero... ¿Existía dicha estabilización? Quería creer que sí. Era una posibilidad de vivir mucho tiempo más con su ser más querido, con su otra mitad, su alma gemela, su... pequeño cristal. Aquel pelinegro que jugaba con mariposas y que actuaba tal cual un bebé. Aquel hermoso ser de luz que iluminaba sus días más grises, que era tan lindo y hegemónico, que embellecía al jardín en el que se encontraban... Sí, realmente deseaba que hubiese una forma de estar más tiempo junto a Choi SooBin, su chico.
—Usted... ¿Usted habla enserio? —preguntó la dulce pelinegra, quitando sus manos de su propio rostro, para así tener la posibilidad de ver a su doctora. Ésta última asintió algo preocupada y se acercó dulcemente a ella, para acariciar sus cabellos.
—Sí, princesa... Se puede. Es difícil, pero no imposible. —susurró la mayor, logrando tranquilizar un poco más a su paciente, quién amaba aquel cariñoso contacto. Decidió continuar con su explicación al notar el silencio de DaByul—. Así como tú, SooBin tiene sus momentos de psicoanálisis mediante terapia grupal e individual. SooBin cumple con una serie de ejercicios semanales que le permiten controlarse cuando sus brotes fuertes aparecen.
—¿Brotes? —preguntó DaByul con duda, pues ahora que estaban hablando del tema, le generaba mucha curiosidad saber absolutamente todo de aquel trastorno que no soltaba a SooBin. La doctora asintió ante su pregunta, haciéndole saber que escuchó bien lo que ella le estaba contando.
—Sí. Los brotes se pueden definir como episodios, momentos en los que los síntomas aparecen y atentan contra la persona afectada. —explicó la mayor con cautela. Quería que la joven Han entendiera todo lo que ella iba diciendo. Palabra por palabra. Y es que hablar en términos médicos podría confundir, pero sabía que era algo que a la menor realmente le interesaba saber y le importaba, por SooBin.
—Oh... entiendo. ¿Y cómo son los síntomas de una persona con esquizofrenia? Bueno, alguna vez leí que a veces alucinan y ven cosas que no son reales. —comentó DaByul recordando algún artículo que leyó; pero no recordaba de si fue en su colegio para un trabajo, o en internet una de las tantas veces que estuvo revisando sus redes sociales.
—Bueno, princesa, es un poco más complicado que eso. Verás... la esquizofrenia, así como la anorexia, tienen distintos tipos, los cuales son diferenciados por sus síntomas, justamente. Es decir, dependiendo de cómo se manifiesten tus brotes, es como serás diagnosticado. —explicó YongSun, captando por completo la atención de la muchacha más joven, ya que se estaba dando cuenta de que el tema era más complejo de lo que se había imaginado—. Algunas personas presentas tales síntomas como tener un comportamiento no adecuado según el contexto, es decir, actuar de una forma inexplicable. Otras no responden al mundo exterior como deberían; otros tienen actos compulsivos casi siempre ligados a la violencia, y otros, por supuesto, como tú dijiste, padecen alucinaciones sensitivas, visuales y auditivas. Cada persona es un caso diferente.
—Wow... Es mucha información para procesar. —susurró DaByul pensando en todo lo que su doctora le había dicho. Realmente se había impactado, era mucho más interesante de lo que ella creía. Allí se dio cuenta que, la gente que vivía día a día de la mano con este trastorno, podía tener la vida muy difícil, y nadie se daba cuenta. Pero había algo más que aún no le decían, y que por ende, quería saber—. Y en el caso de SooBin... ¿cuál es su tipo de esquizofrenia?
YongSun suspiró rendida. Miró a DaByul enternecida por su curiosidad y sus evidentes ganas de pensar en cómo ayudar en la situación, a pesar de tener claro que no podía hacer nada. Al menos no ahora. Primero, porque estaba como paciente delicada también; y segundo, porque no tenía los conocimientos médicos y profesionales para poder mediar por SooBin legalmente y, por supuesto, de forma sana. La doctora Kim sabía que en algún momento iba a tener que contarle todo hasta el final, debido a que DaByul quería y apreciaba muchísimo a Choi SooBin. Y es que su dulce princesa había caído rendida ante el pequeño príncipe. Por un momento aquello le causó un poco de gracia, pues era una historia peculiar y original: en ésta historia, la princesa buscaba salvar al príncipe, quién quizá había dejado su zapato, no, su corazón de cristal olvidado. ¿Sería su relación posible?
—SooBin tiene un tipo de esquizofrenia que se le conoce como indiferenciada, pues se caracteriza por hacer pasar al paciente por dos o más tipos de esquizofrenia, de las que ya te mencioné. Es decir, SooBin presentó a lo largo de su vida, más de uno de los síntomas que te conté. —dijo finalmente la doctora. DaByul cambió su rostro de curiosidad, por uno de preocupación y angustia. Sí, el caso de SooBin era un poco fuerte—. Pero, como te dije al principio de esta conversación, la esquizofrenia se estabiliza con ciertos ejercicios terapéuticos y medicamentos previamente recetados por un profesional de la salud. Es cierto que a veces los brotes aparecerán incluso estando el paciente en tratamiento. Por eso es que algunos pacientes están aquí con vigilancia constante y otros están en su casa con citas al psiquiatra cada cuando su doctor lo crea conveniente. Repito, cada persona es un caso, cada persona lo vive de manera diferente.
—¿Y hay algo que yo...? Bueno, ¿algo que pueda hacer para ayudar a SooBin? —preguntó DaByul con muchas esperanzas. El hecho de que le dijeran que su pequeño cristal podía estabilizarse, le daba esperanzas de que algún día pudieran salir juntos de allí, y de que, SooBin no moriría mal, estando solo y muy herido. DaByul, desde que sus ojos se habían encontrado con los de aquel pelinegro, no quería que alguien lo lastimara. Quería protegerlo a pesar de ella estar frágil como él, o incluso peor.
—Apoyarlo y estar a su lado. El resto, es para los profesionales. —contestó la mayor. DaByul hizo una mueca de poco convencimiento, sin embargo sabía que lo que decía YongSun era completamente verdad y que no lo decía para desanimarla. Por lo que, no estaba triste; su mente aún le decía que guardara esperanzas y energías, porque no estaba todo perdido aún y pronto sabría qué hacer. No había que apresurar las cosas. Lo único que la pelinegra tenía bien claro, es que SooBin no estaría solo nunca más después de haberla conocido.
Media semana transcurrió con normalidad. SooBin y DaByul seguían compartiendo sus momentos de paseo juntos, siendo observados por sus médicos encargados. Como justo ahora, que SooBin le estaba dando de comer a DaByul en la boca, mientras ella accedía con una sonrisa encantadora, que hacía muy evidente la pureza que esa relación tenía, mediante sus transparentes reacciones, mientras YongSun esperaba que JungSoo llegara a donde ella estaba viéndolos. SooBin sonrió contento cuando DaByul terminó su plato y ambos se tomaron de la mano mientras se decían cosas que, YongSun no alcanzaba a escuchar del todo; eso es porque no quería arruinar el único momento del día en el que ellos compartían juntos, con invasión a su privacidad como paciente. En ese momento, JungSoo llegó leyendo algunos expedientes en su mente, y se posicionó justo al lado de la doctora Kim, como siempre acostumbraba hacer.
—¿Novedades? —fue lo primero que preguntó el doctor Park, mirándola de reojo. Si había algo que le gustaba de la doctora, era su manera de vestir bajo aquella bata blanca perteneciente al uniforme del hospital en el que ambos trabajaban, el cual tenía su nombre bordado al costado derecho de su pecho.
—Nada nuevo, solo... mucha charla dulce, como suelen hacer siempre. —respondió la mujer, observando fijamente a los dos pacientes que no paraban de interactuar entre ellos de forma positiva. Pero luego soltó un suspiro profundo, de esos que tenían mucho que decir, pero no sembraban más que la duda, porque solo expresaban incertidumbre.
—Te noto preocupada. Tal vez, ¿estás ansiosa? Siempre suspiras así cuando lo estás. —habló el doctor, mirando hacia donde ella estaba mirando para intentar saber qué es lo que pensaba tanto—. ¿Tiene que ver con DaByul?
YongSun sonrió un poco. Era impresionante lo observador que era Park JungSoo cuando se trataba de ella. En algunas cosas, sabía más él de ella, que ella misma. Para YongSun era un poco vergonzoso asumir la idea de que JungSoo pasaba parte de su vida mirándola y esperándola, aprendiendo de ella para serle de ayuda en momentos críticos; y es que, siendo sinceros, JungSoo no tenía razones para velar por el bienestar de la doctora. Bueno, al menos no razones que conozcamos, por ahora. Pero él parecía estar muy empecinado en hacerle saber a ella cuánto le importaba.
—Quisiera poder ocultarte las cosas a veces. —bromeó la doctora, mirando a JungSoo, y éste, rió ante aquella broma. Luego la mujer volvió a suspirar y a contemplar a DaByul—. Sí, tiene que ver con DaByul. Hoy ella... puede irse a casa.
—¿Qué? ¿De alta? —preguntó JungSoo sorprendido, pero contrario a lo que pensaba, YongSun negó y decidió explicarle el caso.
—No, no. Intentará pasar la noche en su casa, porque ha tenido mejorías constantes, o sea que, sus recaídas han sido muy espaciadas también. Y a pesar de su relación con SooBin, ella es mi paciente y debo continuar con el tratamiento. —explicó YongSun. Sí sentía algo de culpa, pero sabía que hacía lo correcto como doctora. JungSoo lo comprendió de inmediato.
—Sí, es cierto... en ese caso, me alegro por DaByul. Espero que siga mejorando. Ella es muy fuerte, realmente. —opinó JungSoo mirando a los dos jóvenes ser muy dulces el uno con el otro—. Siempre nos expresamos de ellos como almas frágiles. Pero nos siguen mostrando día a día que son mucho más valientes y fuertes que nosotros.
—Tienes razón, JungSoo... —respondió YongSun y sus ojos se desviaron para encontrarse con los de JungSoo a su lado— ...tienes razón. Ahora solo tengo que hablar con mi princesa. Espero que todo salga bien en esa casa. Sus padres muestran toda la iniciativa de ayudar, y eso es lo que DaByul necesita. —explicó la mujer—. Aún así, también es válido y posible que estar allí de vuelta, le haga retroceder un poco. Debo prepararme para ambos escenarios.
—Pero lo harás. Siempre eres capaz. Eres la mujer más capaz que conozco, YongSun. —elogió JungSoo con una sonrisa que mostraba completa sinceridad, sinceridad que acompañaba sus palabras. YongSun lo miró también para luego ambos quedar en silencio unos momentos. Pronto una risita nerviosa los atacó a los dos. Y es que se estaban encendiendo cosas que ambos creyeron que se habían apagado.
DaByul entraba a su habitación, luego de haber almorzado con SooBin, momento del día el cual le alegraba por completo. La dulce pelinegra apreciaba cada momento junto al pequeño cristal, porque eran pocos. Al menos siempre lo veía, aunque sea una vez al día, pero lo hacía, y eso ya era suficiente motivo para estar bien el resto del día. La habitación en la que ya se había acostumbrado a estar, ya no le parecía tenebrosa como la primera vez que la visitó. Estar ahí sola ya no le parecía un infierno, una cárcel como antes. Y esa mejoría, justamente, era una de las razones por las cuales DaByul tendría la oportunidad de volver nuevamente a su casa, solo por una noche. Pero ella aún no se enteraba de esto. Por eso mismo, YongSun la estaba esperando en la habitación cuando DaByul entró. La pelinegra, al verla, sonrió un poco sorprendida y simplemente caminó hasta su cama, para sentarse en ella.
—Hola, princesa. ¿Cómo te sientes? ¿Cómo estuvo tu almuerzo con el pequeño cristal? —preguntó la doctora, mirando aquellos papeles que contenían una solicitud de alta temporal por una noche. DaByul miró a su doctora y prestó atención a cómo ésta miraba aquellos papeles. Supo de inmediato que, a pesar de que la doctora podría estar con ella las veces que creyera conveniente, solo para supervisar su proceso, ésta vez, era diferente.
—Doctora... sé que quiere decirme algo. ¿Qué es? —preguntó la muchacha, mirando a su doctora con suma curiosidad desbordando por sus ojitos, los cuales eran dos faroles que brillaban en la noche. YongSun se sorprendió ante la pregunta de su paciente, pero luego soltó una pequeña risa acogedora.
—Eres muy astuta y observadora, pequeña. —respondió la dulce mujer mayor. DaByul ladeó su cabeza confundida, con una sonrisa que la hacía ver inocente, como una niña queriendo saber todo acerca de todo. La doctora suspiró y aquello le generó un poco de incertidumbre. ¿Qué era aquello tan importante que debía saber? —. ¡Enhorabuena, preciosa! Solo por una noche, te vas a casa.
DaByul abrió sus ojos en grande y quedó quieta, atónita ante aquello. Su estómago se revolvió rápidamente y su respiración se entrecortó. ¿Volver a casa? ¿Tan pronto? Bueno, en sí, era solo por una noche. Pero no sabía si estaba lista para dar aquel paso tan importante. Su boca se secó cuando intentó hablar, de responder a semejante noticia. No quería evidenciar que ahora mismo, se encontraba sobre pensando miles de cosas.
—DaByul, ¿estás bien?
VOLVÍ!!! Ahora no me voy jajajaja
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro