Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

💎Crystal 35💎

NamJoon permanecía impasible al lado de la gran chimenea, sus ojos brillaban gracias al fuego que refulgía con fuerza, el cual estaba cumpliendo con la misión de mantenerlo en calor en aquella noche fría.

La noticia de que su hijo sería el próximo guardián del antiguo don fue algo que logró desequilibrarlo. Al principio mostró su descontento, pero solo le bastó una charla profunda con la guardiana para saber que Jungkook estaría bien, y que su vida sería completamente diferente a la cautiva que Jimin ha sufrido en todos esos años.

Con ese pensamiento en mente es que puede sentir orgullo auténtico por la valentía que su pequeño ha demostrado, al dar un pie al frente para que su reino y amigos permanezcan a salvo.

Y NamJoon sabe que hará un buen trabajo, sobretodo si Taehyung está a su lado.

—Padre —sus pensamientos se ven interrumpidos ante el llamado inseguro de su hijo. NamJoon deja de observar la chimenea para trasladar su mirada hacia la entrada del salón.

Sonríe un poco. —Ven, hijo.

El pelinegro ingresa en el salón, sus pasos son lentos y vacilantes y la duda en su mirar causa cierta gracia en el general. Jungkook decide sentarse en el suelo, justo al lado de la chimenea para quedar frente a su padre.

—Lo siento —musita en voz baja.

NamJoon frunce el entrecejo porque no esperaba aquellas palabras. Se inclina hacia adelante, con sus manos entrelazadas y con suma lentitud es que cuestiona.

—¿Por qué? —trata que su voz se escuche lo más calmada posible.

Jungkook suspira antes de responder. —Tomé una decisión importante, y no lo consulté contigo —sus labios forman una mueca inconforme—. No lo sé, pero no lo sentí correcto.

—¿Y cómo te sientes ahora? —interroga el general con tranquilidad—. ¿Estás bien con ello?

El menor mira el suelo por unos momentos antes de responder. —Me siento bien, estoy seguro que hago lo correcto.

—Eso es lo único que debe importar —asegura el mayor con una sonrisa de hoyuelos—. Quiero que sepas que me siento muy orgulloso de ti y el pequeño castaño —los ojos de Jungkook brillaron al escuchar las palabras de su padre—. Estoy seguro que ambos serán grandes monarcas que podrán mantener seguro al reino.

—¿De verdad lo crees? —pregunta temeroso—. No sé si pueda ocupar el lugar de Jimin, me siento indigno.

La mirada del general tomó un matiz suave y cálido. —El lugar del príncipe nadie lo podrá llenar u ocupar porque es el único hijo directo de la luna —respondió y el menor estuvo de acuerdo—. Sin embargo, pienso que estás capacitado para crear tu propio lugar, uno igual de importante, que será respetado y cuidado por cada integrante del reino.

Jungkook sonrió al igual que NamJoon; aquella conversación era algo que ambos necesitaban para poder continuar con lo que el destino tenía deparado para ellos.

La ceremonia sería al día siguiente por la noche cuando ambas lunas se alzaran en lo alto del cielo. La vida de los cristales tomaría un nuevo sentido, y dos nuevos guardianes se alzarían para mantener la dicha en el reino de Cristal.

—Cuando Jimin sea libre, tú también lo serás —mencionó Jungkook con una mirada que decía mucho y nada a la vez.

NamJoon estrechó la mirada. —¿A dónde quieres llegar?

—A que ya no habrá algo que te detenga para que alcances tu felicidad en Oriente al lado del hombre que amas.

NamJoon no dijo nada, y sus pensamientos quedaron guardados en lo profundo de su mente. Sin embargo, una pequeña sonrisa cargada de esperanza nació de sus labios.

Porque, tal vez la guardiana tenía razón cuando decía que la libertad de ambos príncipes sería motivo de alegría y júbilo para todos aquellos que les rodeaban.

Jimin se encontraba en la biblioteca terminando de escribir un pequeño diario. En él iban incluidos consejos y trucos para que el reinado se hiciera fácil de llevar para sus amigos; después de todo lo que Jungkook y Taehyung estaban haciendo por Yoongi y él, el peliazul sentía que aquella era la única manera en la que podría ayudarles para que el cambio fuese lo más ameno posible.

Sonrió al recordar la convivencia que tuvo con la familia de Yoongi, aquel momento le sirvió para terminarse de convencer que aquello era lo que realmente quería; siendo aquella una de las mejores experiencias de su vida.

Aunque no puede mentir, una parte de él se siente extraña, al saber que después de que todo pase ya no habrá magia que lo componga.

Jimin ni siquiera está seguro si seguirá siendo inmortal, o su esencia sufrirá un cambio drástico con el acortamiento de su vida.

Y se encontró riendo al saber que extrañaría los cristales que hasta el momento adornaban su apariencia.

Sin embargo, pese a todo lo que estaba sobre la mesa, las decisiones tomadas y las consecuencias; Jimin está bastante seguro de querer llevarlo hasta el final, porque nada pesa más que su propia libertad para amar con fuerza y sin miedos.

De su mano formó un pequeño cristal, la luz azul que lo envolvió le llenó de profunda melancolía, sonriendo tenue al ver la brillantez de su magia.

—Ambos seremos libres —susurró a su don, dejando un pequeño beso en el cristal formado, para nuevamente disolverlo.

Justo en ese momento, Yoongi ingresó por la puerta sonriendo ampliamente.

—¿Qué te tiene tan feliz? —curioseó Jimin, cerrando el diario cuando lo terminó.

El peligris rió entre dientes. —Jin acaba de llegar, y está a punto de tener un ataque de ansiedad.

—¡¿Ya lo sabe?! —el peliazul se levantó rápidamente de su lugar y corrió hacia la salida. Yoongi le siguió de cerca.

—Se encontró con la guardiana LeeHi, y sabes que ella no oculta nada —respondió Yoongi.

El hijo lunar gimió frustrado. —Se supone que le daríamos la noticia cuando la ceremonia se llevara a cabo.

—No se pudo —Yoongi se encogió de hombros.

Jimin sabía que el peligris se estaba divirtiendo con la situación lamentable por la que el príncipe de Oriente estaba pasando, más no quiso soltar comentario alguno pues su prioridad era sobrevivir a la furia de su viejo amigo.

—¿Dónde está? —preguntó con rapidez, ambos bajaban las escaleras principales con gran velocidad.

—En el salón principal —anunció el hijo de plata, siguiendo de cerca a su amado.

Juntos atravesaron el lugar con pasos agigantados, y desde antes de ingresar al salón podían escuchar los gritos histéricos de SeokJin, el cual parecía encontrarse en una acalorada discusión con NamJoon.

Ambos suspiraron antes de ingresar, a sabiendas que les aguardaba una larga y cansada conversación.

O eso creyeron.

—¡No pienso calmarme! —NamJoon había perdido la cuenta de todos los gritos que SeokJin expulsó en los últimos minutos.

—Si no lo haces, esta conversación no podrá avanzar —respondió diplomático, acariciando el puente de su nariz.

El pelirosa tomó una profunda inhalación, buscando una calma que no sentía. NamJoon y Hoseok retrocedieron un paso por instinto.

—¿Por qué no me avisaron antes? —inquirió con la mandíbula tensa—. ¡Si no es por el hechicero Boon, jamás me hubiese enterado que mis mejores amigos están por dejar sus dones! —terminó gritando.

—Y lamentamos eso —la voz de Jimin se escuchó baja, pero fue suficiente para crear silencio en el lugar.

Hoseok hizo una reverencia de respeto hacia los príncipes que hacían su entrada al lugar. Yoongi y Jimin le regalaron una pequeña sonrisa para nuevamente concentrarse en el monarca de Oriente.

—Tenía que saberlo desde antes —SeokJin hizo un puchero—. Ambos son mis amigos, ¿No querían que estuviera presente?

—No sabemos que tan bien salga —habló Yoongi con una sonrisa apenada—. Es por eso que habíamos decidido darte la noticia cuando todo finalizara.

—Entiendo su punto, pero no justifica el hecho que me lo ocultaran —la voz de SeokJin era baja y triste—. Lo que harán es riesgoso e importante, y Oriente debe estar presente —sonrió con tristeza—. Así como su amigo que se ha preocupado por ustedes —susurró, refiriéndose a sí mismo.

Yoongi y Jimin estuvieron de acuerdo, no pudiendo evitar sentirse mal porque SeokJin tenía razón. Ellos eran amigos y debían estar juntos en un momento tan importante.

—Lo lamentamos —se disculpó Jimin con profunda sinceridad—. Por favor, no te molestes y permanece con nosotros.

—Te necesitaremos —admitió Yoongi con un nudo en la garganta.

SeokJin no pudo soportarlo más, corrió y abrazó a sus dos amigos con mucha fuerza y cariño, transmitiendo la calidez del verano y la primavera reunidos en un apoyo silencioso, pero necesario.

—No estarán solos —prometió, dejando un beso cargado de afecto en cada cabellera—. Estaré con ustedes.

<<Pase lo que pase>>

















YOONGLH💎

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro