Sólo diré que en su sonrisa todos mis miedos se durmieron y en sus manos la vida me abrazó.

Una noche sin café.

Contenido sexual.

-¿Tan feo soy?- inquirió Jaden sonriendo ampliamente.

Crystal respondió haciendo un pequeño puchero. Acto seguido, escondió su cara tras sus manos, comenzando a llorar.

-Pacere que sí- murmuró riendo.

Crystal se dejó abrazar, ocultando todavía su rostro.
No se sentía preparada para abrir los ojos y observarlo nuevamente.

-Cuando veas a tu padre, llorarás el doble- bromeó haciendo que Crystal también riera un poco- ¡Es más feo que yo!

-¡Para!- chilló ella- ¡Parezco una loca riendo y llorando a la vez!

Jaden simplemente se dedicó a mirarla, sonriendo tiernamente.

Por fin, mi niña.
Pensó Jaden.

La cogió en brazos y se levantó, encaminándose hacia el pequeño sendero que le llevaría hacia donde todo comenzaría.

-¿A donde vamos?- inquirió Crystal mirándolo, embobada.

Sin embargo esto no duró mucho, ya que comenzó a llorar otra vez.

-Lo siento- murmuró Crystal haciendo pequeños pucheros- Tienes unos ojos hermosos.

-Vaya, al menos es algo- bromeó él.

-Idiota- susurró dejando descansar su cabeza en el hombro de éste- ¿Contestarás mi pregunta?

-Ahora lo verás, amor- comentó guiñándole un ojo.

Jaden se sentía ansioso, pero por sobre todas las cosas, muy nervioso.

¿Le gustará? ¿Me rechazará? ¿Querrá dar el siguiente paso?

Esas y miles de preguntas rondaban por su cabeza.

-Cierra tus ojos, cielo- murmuró al observar que casi llegaban a su destino.

Crystal no rechistó, simplemente obedeció.

Bien, aquí vamos.
Pensó él, depositándola en cuidadosamente en el suelo.

-Espero que te guste- comentó nervioso- Abre tus ojos amor.

-Ha cos...costado un mon...montón hacer que el rumor no se exten...extendiera- comentó él atropelladamente a causa de los nervios- Todo el mundo hablaba sobre el pequeño lago que se ha formado de la nada, y mejor no preguntes como...- Se rascó la nuca, algo que siempre hacía para aliviar la tensión que se apoderaba de su cuerpo.

-Esto es hermoso- murmuró Crystal, atónita- Jaden...- se giró lentamente, en un vano intento de contener nuevamente las lágrimas.

-¿Quieres vivir conmigo, Crystal?- preguntó con firmeza- Si es demasiado pronto, lo entiendo cielo.

-Jaden...-

-Realmente lo entiendo, solo tienes veintidós años, y recién acabas de graduarte- murmuró- Creo que n...-

-¡Claro que quiero vivir contigo, bobo!- chilló saliendo a correr, saltando sobre él.

-¿De verdad?- inquirió como un niño pequeño.

Ella asintió, eufórica.

Él la abrazó fuertemente, comenzando a dar vueltas.

-¡Para!- chilló ella riendo- Vamos, hay una cama que estrenar- susurró en su oído.

Él paró rápidamente, soltando un gruñido.

-Cierto- gruñó saliendo a correr hacia la entrada, haciendo que Crystal riera fuertemente.

-¿No me vas a mostrar la casa?- preguntó intentando calmar su risa.

-¿Puedo enseñartela mañana?- inquirió él haciendo un pequeño puchero.

-Claro, bobo- sonrió tiernamente- Ahora solo me interesa ver la decoración de nuestro cuarto.

-Nuestro- susurró él sonriendo- Te amo.

-Yo también te...- chilló fuertemente antes de terminar la frase- ¡Pero serás bestia!- chilló riendo- ¡Me has tirado como si nada!

-Has caído en la cama- refutó él- No te quejes- corrió de nuevo hacia la puerta, cerrando de un portazo y se apresuró para llegar hasta ella.

-Alguien está necesitado- comentó burlona.

-Necesitado es poco, cielo- gruñó restregando su erección por uno de sus muslos- Más de cuatro putos años esperando por esto- gruñó abriendo sus piernas de forma un tanto brusca, sin llegar a hacerle daño.

Crystal gimió cuando lo sintió nuevamente, pero ahora sobre su feminidad.

-Así no- se quejó Crystal débilmente.

-¿A qué t...- Crystal besó y chupó con fuerza el lugar donde estaba su marca, haciendo que Jaden temblara débilmente de puro placer.

Aprovechó para derribarlo, y así colocarse encima de él.

-Debilucho- se burló ella cuando hubo salido victoriosa.

-Tramposa- bufó él, dejándose hacer.

-Es muy bonita- murmuró mirando fijamente la marca que adornaba su cuello- Mío- gruñó antes de atacar nuevamente su cuello.

-Si sigues así, te dejaré el control muy poco tiempo- comentó él un tanto desesperado- Me estás volviendo loco.

Crystal ignoró sus protestas, ya que se concentró en meter sus manos bajo la camisa de éste.

-Duro- murmuró de forma pervertida, refiriéndose a su abdomen.

Crystal dejó crecer un poco sus uñas, despedazando la camisa de Jaden.

En cuatro años había tenido tiempo de aprender a controlar a su loba.

-Maldita sea- gruñó Jaden tumbándola- Estás acabando con mi poco autocontrol- imitándola, despedazó la ropa de la chica.

Se posicionó sobre ella, comenzando una intensa guerra de besos y caricias.

-Estoy lista- bufó Crystal- Estoy malditamente lista, Jaden.

-Lo sé, cielo- gruñó él- Tan receptiva como siempre- arrancó sus bragas y las lanzó fuera de su vista.

-Dios mio- susurró atónita cuando él se quitó su bóxer.

-No muerde- bromeó él, guiñándole un ojo- ¿Estás segura de esto?

-Nunca he estado más segura de nada en mi vida Jaden- respondió ella, segura- Además, te recuerdo que yo era la que acababa insistiendo y provocándote para que cedieras.

-Pagarás por eso- bufó él, adentrándose poco a poco en ella.

Crystal tuvo que admitir que dolió, dolió como la mierda al principio, pero poco a poco se fue disipando para dar paso al placer.

Placer que ni siquiera se igualaba al placer que Jaden le otorgaba al masturbarla.

Era algo más que placer.

Era un sentimiento de unión, de pertenencia.

Sólo hacía menos de una hora que ella había podido observar todo a su alrededor.

Menos de una hora en la que ella había conocido el rostro de su amado, en la que ella se había enamorado aún más, si eso era posible.

Cuando observó sus ojos, se sintió en paz.

Cuando observó su sonrisa, sus miedos se durmieron, y entre sus manos, entregándose uno al otro, sintió como la vida la abrazó.

-Jodidamente mía- gruñó de forma posesiva, antes de enterrar sus colmillos en el cuello de ella, otorgándole a ambos el placer del orgasmo.

-Te amo y siempre te amaré- susurró Crystal antes de desvanecerse por completo en la oscuridad.