Contenido sexual.

Capítulo dedicado a;

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Jaden prácticamente corrió hacia la habitación donde había escuchado el grito de Crystal.

-No he soportado ni tres malditas horas separado de tí desde que todo comenzó- gruñó Jaden sintiéndose desfallecer al contemplarla.

-Ja..d..jaden- murmuró Crystal acampañado de un pequeño gemido- Me dijiste qu...que no vendrías.

-Olvídalo- gruñó acercándose a ella.

En pocos segundos había despedazado el pijama un tanto ligero de Crystal.

-Mierda, Jaden- gruñó ésta encorvando ligeramente su espalda- Duele mucho.

-Lo sé, cielo- murmuró depositando suaves besos sobre las mejillas de ésta hasta llegar a su boca.

Iba a besarla cuando, por instinto, se apartó bruscamente de ella.

-¿De quién es ese olor?- preguntó sintiendo recorrer la furia por sus venas.

-¿De qué olor hablas?- inquirió ella haciendo un pequeño puchero- Ibas a besarme.

-Hueles a otro- gruñó bruscamente.

-Será de mi hermano- murmuró estirando sus manos en un vano intento de tocarlo- No estoy para estos numeritos, sabes que te necesito.

-No es de tu hermano- insistió- ¿Es que ya no me quieres?- inquirió subiéndose a la cama.

Depositó sus piernas a cada lado de la cadera de Crystal y se inclinó ligeramente hacia ella.

-¿Es eso, Crystal?- insistió notablemente furioso.

-Sabes que no es así- murmuró ésta logrando depositar sus manos en la nuca de él para atraerlo aún más hacia ella- Dame mi puto beso- gruñó atacando sus labios.

-No- gruñó separándose de ella- Dime lo que quiero saber, cielo- murmuró depositando suaves caricias en su bajo vientre cerca del comienzo de su monte de venus- Estoy a punto de colapsar.

-Soy solo tuya, joder- gimió- Un amigo ha venido a verme y me ha abrazado pero yo lo he apartado rápidamente. Me sentía asqueada.

-Lo mataré- gruñó depositando besos en su cuello.

-Vale- murmuró ella entre suspiros- Pero mañana, o pasado- gimió al sentir una dolorosa punzada atravesar su bajo vientre- Cuando se me pase esto.

-Cuando se te pase esto- concordó él riendo- Vamos a la ducha, cielo.
Un poco de agua fría nos aliviará.

-Pero...- intentó quejarse.

-Ya me he descontrolado bastante, cielo- objetó cogiéndola en brazos- Vamos.

Tal y como predijo Jaden, la ducha les calmó un poco, e incluso a Crystal le dio tiempo a dormir un poco.

Pero las cosas se fueron intensificando, y Jaden sabía que Crystal no tardaría en despertar nuevamente.

-¿Todavía sigues pensando en no tocarme?- preguntó Crystal soltando un pequeño bostezo.

-Has despertado- murmuró atrayéndola más hacia él- Ya te dije que es demasiado pronto.

-Y yo te sigo diciendo que estoy completamente segura de lo que quiero hacer, no es ninguna idea loca que haya tomado a la aventura porque mi cuerpo pide a gritos que lo hagamos- gruñó molesta.

-No he cambiado de idea-

-Pues si tú no piensas complacerme, iré a buscar al chico que quieres matar- gruñó molesta, intentando incorporarse para salir de la cama- Ya estoy sintiendo que esto va a más y duele un montón.

Jaden la volvió a tumbar en la cama, quedando él encima de ella nuevamente.

-¿Intentas ponerme celoso para que pierda el control otra vez?- inquirió rozando su nariz por su cuello- Porque no está funcionando.

-Quiero ser tuya- susurró en su oído, haciéndolo estremecer- Y que tú seas completamente mío.

-Algún día, cielo- murmuró mordiendo suavemente su hombro- Podrás pasar estos días sin hacer nada, te lo aseguro.

-Pero...-

-Relájate- murmuró antes de comenzar a trazar un camino de besos húmedos hacia su pecho.

Ella, instintivamente, arqueo su espalda haciendo que sus sexos se rozaran.

Una suave pero placentera caricia.

-Dios mio, Jaden- gimió volviendo a repetir la acción.

-Quieta- gruñó deteniendo el movimiento- No me lo pongas más difícil.

Jaden continuó con sus planes, destrozando el sujetador que se le antojaba como obstáculo.

-¡Mierda, Jaden! ¡Podrías haberlo des...!- gritó cuando sintió una corriente eléctrica descender directamente a su sexo gracias a la lengua de éste, que trazaba suaves recorridos sobre sus senos.

Se dedicó a morderlos, succionarlos y lamerlos durante un par de minutos, sintiéndose satisfecho con los pequeños grititos y gemidos que ella profería.

-Voy...a...voy...me...- susurraba Crystal de forma incoherente y entrecortada.

-Lo sé- murmuró él- Cuando te dije que eres demasiado susceptible no mentía.

-¡Mierda, Jaden!- chilló alcanzando el primer orgasmo de la noche.

-¿Sigues queriendo más, cielo?- preguntó risueño antes de besarla- El primer truco para aliviar eso que sientes es tener unos cuantos seguidos, ¿crees que serás capaz de hacerlo?- Crystal jadeó ante la sensualidad de su voz, y ante la sensualidad de su propuesta.

-Sí, sí- murmuró arañando la espalda de Jaden.

-Bien- gruñó apartándose de ella.

Se levantó, y cogiéndola por los tobillos, la arrastró suavemente hacia el final de la cama.

-¿Qué haces?- inquirió ella riéndose.

-Satisfacer a mi caliente novia- ronroneó sacándole la última prenda que le faltaba- No te he roto las bragas, eso es un milagro.

Crystal iba a responderle, pero él mismo se lo impidió cuando de la nada se arrodilló ante ella, abriéndole de piernas.

-¡Jaden por dios!- chilló completamente avergonzada- ¡¿Qué crees que haces?!

No obtuvo respuesta por su parte.
A Jaden no le hacía falta hablar para demostrarle lo que quería hacer.

Stuart admitía que había bebido lo suficiente como para caer inconsciente, pero gracias a su genética, solo estaba un poco ebrio.

No podía sacar de su cabeza a su vecina, aquella con la cual había convivido muchos años.

Unos días antes de que ella se marchara, él había descubrierto lo que era.

Sólo el, entre sus cuatro hermanos, era hombre lobo, condenado, así, a vivir en la cuidad.

Y cuando la había visto hace unas horas, supo que ella también lo era.
Y no sólo eso, su dulce olor le indicaba que estaba a nada de entrar en celo.

Stuart estiró su mano, listo para tocar la puerta. Sin embargo, pudo entrar como si nada gracias a que esta estaba abierta.

Aspiró el dulce aroma que poseía toda la casa.

Gruñó sintiéndose aún más excitado.

Sonrió ampliamente cuando escuchó los incesantes gemidos de su querida vecinita.

¿Estará aquí su hermano?

Pensó acercándose lentamente hacia donde provenían los gemidos.

-¿Por qué paras?- lloriqueó ella cuando Jaden se apartó.

-Ha entrado alguien- comentó éste amenazante- Puedo olerlo.

-No hay nadie, te has obsesionado con los olores ahora, o ¿qué?- gruñó logrando colocarse encima de él.

Jaden le había proporcionado unos cuantos orgasmos a través de sexo oral, y no contenta con eso, había logrado convencerlo para que dejara rozar sus sexos aunque él todavía tuviera su ropa interior puesta.

-Cielo- gruñó intentando apartarla de su atareada tarea, apretado su mandíbula ante el placer que ella le estaba proporcionando- Es solo echar un vistazo y regreso.

Pero realmente no hacía falta, Stuart había salido corriendo al escucharlo hablar por primera vez, y al reconocer que él no tenía nada que hacer contra ese hombre.

No pienso morir por una estúpida loba en celo.
Pensó Stuart cerrando suavemente la puerta para no hacer ruido.

-Y...ya cas...c...casi- murmuró Crystal enterrando las uñas en los hombros de Jaden.

Crystal gritó, alcanzando una vez más el orgasmo, acompañado de un gruñido proviente de Jaden, quien había acabado en sus calzoncillos.

-Lo siento, necesito hacerlo- murmuró Crystal.

-¿Qué necesitas hacer, cielo?-

No obtuvo respuesta porque Crystal ya había enterrado sus colmillos en él.

Crystal lo había marcado.

¿Qué os ha parecido? :)