Maratón 1/3

Capítulo dedicado a;
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Hay momentos en el que la única manera de hacerlo es poner música lenta y meterte en la piel de los protagonistas.

¿Cuánto estás dispuesto a ofrecer?
¿Cuánto estás dispuesto a entregar?
¿A llorar?
¿A reír?
¿A amar?

Porque un pacto con el diablo no sirve si no entregas esto, y mucho más.

¿No hay sacrificio?
No hay pacto.

-¿Qué miras?- murmuró Gisela abrazando por detrás a su marido.

Todos estaban reunidos en la cocina, intentando ingerir algo de alimento.

En unas horas celebrarían una pequeña despedida.

-Jaden- murmuró Rick observándolo a través del cristal- Lleva media hora ahí parado.

-¿Qué hace ahí parado?- murmuró Gisela pensativa- ¿Por qué no entra?

-Quizás no se atreve a entrar, después de todo- murmuró su marido- Siéntate, debes comer.

-Ya te he dicho que no tengo hambre- murmuró mientras seguía observando a Jaden- Iré a hablar con él.

-No- gruñó Rick- No me fío de él.

-Ri...-

-Ayer sus ojos eran completamente negros y hoy son dorados- gruñó éste- Sus ojos siempre han sido marrones.

-Es el mate de nuestra hija- comentó Gisela un tanto enojada- Era- murmuró ahora débilmente- Compórtate, por favor.

-Mi prioridad ahora mismo es mantener a mi familia a salvo, Gisela- comentó Rick con enfado- Despedir a mi hija y encontrar al desgraciado que le hizo esto.

-No si...-

-Sólo quiero llorar la pérdida de mi hija en paz, entiéndelo- prosiguió.

-Y yo sólo quie...-

Gisela se vio interrumpida por el ruido provocado por pasos en el piso de arriba.

Sin embargo, el problema era que el piso de arriba no había nadie.
Sólo Crystal.

-¿Qué mier...- inquirió Adolfo.

-¡Jaden! ¡Jaden!- gritó Crystal eufórica mientras bajaba las escaleras.

Ésta escuchó varios jadeos provenientes de alguno de sus familiares, pero no le importó.

Su prioridad era Jaden.

Tal y como le prometió, éste la estaba esperando un poco más alejado de la entrada de su casa.

-Aquí, mi niña- comentó Jaden sollozando sin poder evitarlo.

Ésta, guiándose por el sonido de su voz, se acercó a él y saltó a sus brazos.

-Ya pasó, amor- murmuró abrazándola con un poco de fuerza, sin llegar a provocarle daño alguno.

-Di..dios n...o...- murmuró ésta sollozando- Pen...pens...pensé qu...- correspondió a su abrazo- Te qui...quiero much...isi....muchísimo.

Jaden no pudo responder, desahogarse a través del llanto era lo único que podía hacer.

Llegó a tal punto que se arrodilló aún con Crystal entre sus brazos.

-No debiste hacerlo- murmuró Crystal cuando se hubo tranquilizado un poco- No debiste aceptar, po...-

-Te dije que volverías- murmuró Jaden depositando un beso en la frente de ésta- Si tú morías, yo lo haría contigo, eres mi vida Crystal- limpió sus propias lágrimas al ver como toda la familia se encontraba viendo la escena desde la entrada.

-Jaden llorando- murmuró Adolfo, atónito- ¡Esto era lo único que me faltaba por ver!- chilló emocionado.

Crystal y Jaden rieron.

Sólo Adolfo podía hacer ese tipo de comentarios en una situación tan delicada.

Crystal, muy a su pesar, se separó de él y corrió para abrazar a cada uno de los presentes.

-¡No me vuelvas a hacer pasar por esto!- gritó su padre abrazándola fuertemente- ¡Estás castigada! ¡¿Me oyes?!- repartió unos cuantos besos por toda la cara de su hija- ¡No vas a salir nunca más de mis brazos! ¡No pienso soltarte nunca más!

-Papi- comentó ésta riendo fuertemente- No puedo respirar.

-Cállate- gruñó su padre haciendo pucheros- Déjame que te apapache un rato más.

-¡Oye!- chilló Dave- ¡Me toca! ¡No seas acaparador!

-Cállate, tú no tienes prioridad- comentó molesto repartiendo más besos por el rostro de su hija- Ella salió de mi entrepierna no de la tuya, así que me pertenece.

-¡Papá!- chilló ésta avergonzada y todos rieron.

-Vamos Jaden, únete- comentó Sheran- Esto tenemos que festejarlo, después vendrán las preguntas.

-Tengo un asunto pendiente todavía- comentó a modo de disculpa.

Crystal consiguió escapar de los brazos de su padre logrando su cometido.

-¿Vendrás después?- murmuró abrazándolo.

-Tu padre y yo vamos a tener un problema- susurró Jaden en su oído, apartando un mechón de su cabello rebelde- Porque yo también pienso acapararte y no soltarte jamás.

Crystal asintió tímidamente, sonrojada.

Depositando un último beso en su frente se giró, dispuesto a marcharse.
Sin embargo, alguien lo sujetó del brazo, impidiendo que se marchara.

-Gracias por devolverme a mi niña- murmuró Gisela llorando- Tengo una corazonada, sé que has sido tú.

-Am...-

-Amas a mi hija, lo sé- comentó interrumpiéndolo- Me lo has demostrado, siento muchísimo haberte golpeado y gritado- le abrazó- Siempre estaré en dueda contigo.

-Ahora eres oficialmente uno más de la familia- comentó Rick sonriendo- Pero eso no quita que intentemos joderte.

-Es lo divertido de ser parte de la familia- apoyó Adolfo.

-También estoy en deuda contigo- comentó Rick- Vamos, hay que cancelar un entierro.

Yo todavía tengo que asistir a uno.
Pensó Jaden.

-¡Esto debe ser una puta broma!- gritó el padre de Jaden, retrocediendo varios pasos.

Gruñó en un intento desesperado de intimidar a aquello que le estaba provocando temor.

-Pareces un lindo gatito, padre- Comentó Jaden con tranquilidad- ¿Ahora sí crees que hay otra forma de entrar?

-¡Tú, maldito bastardo!- gritó su padre avanzando hacia él- ¡¿Qué mierda esperas para llevarme...-

-¿Todavía no lo has entendido,padre?- le cortó su hijo- Me has jodido la vida desde que tenía...- hizo una pausa- ¿cuantos años?- murmuró pensativo- Sí, desde que tengo uso de razón.

-¡Por inútil!- contraatacó su padre.

-Me has jodido, golpeado y humillado- numeró- Y no contento con eso, intentaste deshacerte de mi mate, ¿pero sabe qué, padre?- sonrió- Ella ahora mismo está con su familia.

El padre de Jaden se sintió eufórico.

-¿Estás tratando de decirme que has conseguido revivirla?- Jaden asintió- ¡Sácame de aquí, entonces!- gritó abalanzándose sobre él.

-Este por ser un bastardo- gruñó Jaden proponiéndole un golpe en el estómago- Este por mi pobre madre, quien tuvo la desgracia de tener que soportarte- gruñó satisfecho al escuchar como una de sus costillas crujía y éste gritaba de dolor- Y todas estas por mi alma gemela.

Jaden comenzó a golpearlo salvajemente en la cara.

Le partió la nariz, rajó una de sus cejas y partió su labio.

-Se sup...supone que aquí no se siente dolor- gruñó tosiendo y escupiendo sangre.

-Es la gracia de hacer un pacto con el mismísimo diablo- comentó Jaden sonriendo.

Éste hizo una seña.
El cancerbero no tardó en emerger entre las sombras.

-Espero que te pudras en el infierno- comentó Jaden mientras escuchaba los gritos de su padre, quien estaba siendo arrastrado por el gran perro de tres cabezas hacia donde se supone comenzaría su verdadero infierno.